Águila azor perdicera

Aguila azor-perdicera
Información sobre la plantilla
Aguila-azor.jpg
Clasificación Científica
Reino:Animalia
Filo:Chordata
Clase:Aves
Orden:Falconiformes
Familia:Accipitridae
Especie(s):A. fasciata
Hábitat:Ambiente natural


Águila-azor perdicera. (Hieraaetus fasciatus) es una rapaz de tamaño medio de unos 1,6 m de envergadura y 2 Kg de peso, que en vuelo presenta una silueta esbelta con alas relativamente cortas y cola larga, en la que destaca su cabeza pequeña y prominente.

Características

No existen diferencias sexuales destacables, salvo que las hembras son mayores que los machos. Se diferencia de otras águilas de tamaño similar por su silueta más ligera y el cuerpo blanco moteado de negro, que contrasta con las alas de color oscuro y una banda terminal en el extremo de la cola.

En La Rioja es muy escasa, sólo hay 4 parejas reproductoras, y la mayoría de la gente que cree haberlas visto las confunde con culebreras europeas, águilillas calzadas, milanos, busardos ratoneros más abundantes y fáciles de observar.

A pesar de su nombre vulgar, el águila-azor perdicera no basa su alimentación en las perdices. En realidad, los estudios realizados en el Valle del Ebro han demostrado que se alimenta de una gran variedad de mamíferos (38%), aves (57%) y reptiles (5%).

Podríamos decir que, como muchas otras rapaces "come lo que más abunda" siempre que el esfuerzo de su captura le sea rentable y el tamaño de la presa accesible.

Por ejemplo: las presas escasas no son rentables por que necesitan mucho esfuerzo de prospección; las presas demasiado ágiles sólo serán capturadas excepcionalmente y por sorpresa; los pajarillos y los ratones, aunque abundantes suponen muy poca biomasa para un ave tan grande; por último, los mamíferos de cierto tamaño son demasiado grandes para capturarlos sin riesgo de resultar heridos en el intento.

Hábitat y población

Hábitat

El águila-azor perdicera anida en cortados rocosos y prefiere los cantiles tranquilos de zonas de clima mediterráneo, cálido y seco. Suele vivir en áreas con relieve accidentado, desde el nivel del mar hasta los 1.500 m de altitud, evitando la alta montaña. Su hábitat predilecto la constituyen los matorrales con arbolado disperso, tipo garriga o maquía mediterránea.

En España, el águila-azor perdicera se distribuye por toda el área de influencia mediterránea, faltando en buena parte de Portugal, Galicia y toda la vertiente cantábrica. Falta también de Islas Baleares, donde se extinguió hace varias décadas.

Todo el territorio de La Rioja quedaría dentro de su área de distribución potencial; exceptuando las sierras más elevadas de Cameros y La Demanda. Sin embargo, actualmente nidifica únicamente en Montes Obarenes, estribaciones rocosas del Sistema Ibérico y algunos cortados fluviales en la Rioja Baja, con una población reproductora de cuatro parejas.

En Europa el águila de Bonelli se distribuye por la cuenca mediterránea, ocupando buena parte de la Península Ibérica y el sur de Francia, siendo más escasa en Cerdeña, Sicilia, Macedonia, Grecia, Creta y Chipre.

El águila-azor perdicera es una especie sedentaria. Los adultos permanecen en su territorio todo el año, mientras que los pollos del año los abandonan a finales de verano. El proceso de dispersión juvenil les lleva a regiones más mediterráneas y no regresan a nuestra región hasta pasados 3-4 años, ya con plumaje adulto y dispuestos a ocupar un nuevo territorio o a cubrir la vacante dejada por un adulto en un territorio (proceso de filopatría).

Población

Aunque los datos históricos fiables sobre la presencia de la especie en La Rioja son muy escasos, sabemos que hace poco más de 25 años existían en nuestra región un mínimo de 7 parejas territorializadas, cifra que llegó a reducirse a la mitad a mediados de los 90. Esa tendencia poblacional hizo temer que la especie pudiera desaparecer de nuestra Comunidad antes del año 2020 si no se tomaban medidas urgentes para su conservación.

Esta situación no es exclusiva de La Rioja, si no que, por desgracia, se repite con mayor o menor virulencia en todas las regiones de Europa y, en particular, en el resto de España, donde habita el 75 % de la población europea y donde en las últimas décadas se han comprobado regresiones cercanas al 40%.

No obstante, como se ha visto en los últimos años en La Rioja, los esfuerzos de conservación pueden invertir este proceso. Así, desde finales de los años noventa la población riojana de perdicera ha pasado de 4 a 6 parejas territorializadas, incrementándose por tanto un 50%.

Ciclo Vital

Cuando el invierno toca a su fin, el águila-azor perdicera se dedica al arreglo de sus nidos. Generalmente mantienen en su territorio varios nidos en uso, que pueden utilizar en años alternativos. A finales del mes de febrero las parejas realizan una puesta de 2 huevos, aunque a veces pueden poner un sólo huevo y muy rara vez tres, siendo las puestas de sustitución excepcionales.

La incubación dura unos 38-39 días, por lo que las eclosiones suelen producirse en La Rioja en la segunda mitad del mes de abril. La eclosión es "asincrónica", es decir con un intervalo de 2-3 días, lo que permite, en caso de escasez de alimento, que el primer pollo más desarrollado sobreviva a su hermano. De esta forma se asegura que al menos un pollo pueda llegar a volar. No obstante, si el alimento es abundante y no existen interferencias humanas, es frecuente que lleguen a volar dos pollos de cada nido.

En La Rioja los pollos del águila-azor perdicera vuelan del nido en junio, presentando como todas las aves nidícolas un tamaño similar al de los adultos. Por término medio, la productividad de las parejas de La Rioja es de 0,83 pollos/pareja controlada. Estos pollos "volantones" permanecen en sus territorios natales ("período de dependencia parental") hasta el mes de septiembre y ya a partir de esas fechas se dispersan.

  • Incubación (39 días): febrero - abril
  • Criancia / estancia de los pollos en el nido (65 días): abril - junio
  • Dependencia juvenil: junio - septiembre

Declive

Los motivos de esta regresión son muy variados. Sin embargo, la principal causa del declive del águila-azor perdicera en La Rioja es la elevada mortalidad adulta y juvenil que debe soportar como consecuencia de la caza ilegal y la electrocución.

En el Valle del Ebro se ha comprobado que una gran cantidad de ejemplares han muerto por electrocución o colisión en los últimos años. Por otra parte la última pareja extinguida en el Valle del Ebro desapareció como consecuencia de la muerte de un adulto por el disparo de un cazador desaprensivo.

Otras causas como el deterioro del hábitat, las molestias humanas y la contaminación por pesticidas y metales pesados pueden ocasionar una importante reducción de la productividad, mientras la escasez de alimento y la competencia con otras especies parecen tener de momento menor importancia. No obstante y dada la situación extrema de la especie, estas otras causas pueden suponer un riesgo añadido para la conservación del águila-azor perdicera en La Rioja.

Las águilas perdiceras son territoriales y monógamas llegando a alcanzar el territorio de cada pareja hasta 150 Km2, por lo que la especie nunca puede llegar a ser muy abundante. Se emparejan de por vida y mantienen un mismo territorio generación tras generación.

Nidos construidos hace más de 20 años siguen siendo utilizados en la actualidad, evidentemente no por las mismas águilas: los territorios permanecen, los individuos cambian. Los territorios, que incluyen los cortados de nidificación y un amplio área de campeo, son defendidos frente a otros intrusos de la misma especie.

Por una cuestión de previsión, el territorio defendido suele ser superior a sus necesidades alimenticias habituales; de esta forma la especie se asegura que en tiempo de escasez cada pareja reproductora pueda mantenerse en su territorio.

Una segunda razón para explicar su escasez en La Rioja es nuestra situación biogeográfica. Como hemos visto, el águila-azor perdicera es una especie con una distribución típicamente mediterránea; de tal forma que al encontrarnos casi en su límite de distribución específica, los territorios apropiados (amplias zonas con matorral mediterráneo y garrigas, con cortados tranquilos para nidificar y ricos en alimento) comienzan a escasear.

Si a ello unimos el deterioro ambiental ejercido por nuestra sociedad, el número de territorios adecuados para la especie en La Rioja queda muy limitado y en claro retroceso.

Dentro de sus territorios y en la época de celo podemos ver diversos vuelos acrobáticos como: "péndulos" (a) ," picados" (b) y "choque de garras" (c). Su finalidad es demostrar a la pareja sus condiciones físicas y habilidades de vuelo, alertar a los intrusos de la presencia de un territorio ocupado y mejorar la compenetración de la pareja.

Objetivos del Plan de recuperación y principales actuaciones El águila azor-perdicera es la rapaz más escasa y amenazada en nuestra Comunidad.

Por este motivo ha sido clasificada en el Catálogo de Especies Amenazadas de la Flora y Fauna de La Rioja como una de las 5 especies de vertebrados "en peligro de extinción"; categoría reservada a aquellas especies cuya supervivencia en La Rioja es poco probable si los factores causales de su situación siguen actuando.

Esta catalogación obliga a la puesta en marcha de un Plan de Recuperación y a la adopción de las medidas necesarias para evitar su desaparición de nuestro territorio.

El Gobierno de La Rioja aprobó por Decreto 19/1999, de 1 de junio, el Plan de Recuperación del águila azor-perdicera en La Rioja, con la finalidad de desarrollar de forma coordinada una serie de actuaciones que detengan la regresión de la especie en nuestra región y aseguren su viabilidad genética y demográfica a largo plazo dentro del conjunto de la población mediterránea.

El Plan, con una vigencia de seis años, contó con el apoyo financiero de la Unión Europea, que aprobó un proyecto Life Naturaleza para la recuperación del águila perdicera en La Rioja con unos objetivos y actuaciones comunes con el Plan de Recuperación:

  • Detener el proceso de abandono de los territorios actualmente ocupados.
  • Alcanzar un equilibrio demográfico entre las pérdidas y reposiciones de adultos.
  • Facilitar la recolonización de los territorios abandonados, hasta alcanzar una población regional mínima estabilizada de unas 8 parejas reproductoras.

Para alcanzar estos objetivos, la estrategia seguida en las diferentes actuaciones contempladas en el Plan se basa en:

  • Reducir la mortalidad adulta y juvenil.
  • Mantener la productividad actual.
  • Conservar y mejorar el hábitat potencial.

Subespecies

Se reconocen dos subespecies de Aquila fasciata

Fuentes