Álvaro de Mendaña

Álvaro de Mendaña
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Navegante español
NombreMendaña y Neyra, Álvaro de
Nacimiento1541
aldea de Congosto,
comarca de El Bierzo,
provincia de León
(actual comunidad autónoma de Castilla y León,
Reino de España Bandera de España
Fallecimiento18 de octubre de 1595 (53 o 54 años)
isla de Santa Cruz,
islas Salomón
Causa de la muerteepidemia
CónyugeIsabel de Barreto
FamiliaresLópez García de Castro (tío)
Resultados deportivos
Títulos obtenidosAdelantado de la Mar del Sur, Adelantado del Mar Océano y Gobernador y Capitán General de las islas descubiertas

Álvaro de Mendaña (provincia de León, 1541 - islas Salomón, 18 de octubre de 1595) fue un navegante español que llevó a cabo dos expediciones al océano Pacífico. Dirigió a los primeros europeos que arribaron a las islas Salomón y las islas Marquesas. No las descubrió porque ya estaban habitadas, descubiertas hacía varios siglos por aborígenes de las islas del Pacífico.

Síntesis biográfica

Fue sobrino de don Lope García de Castro, con quien pasó a «Indias» (el continente americano) cuando Lope García fue nombrado presidente de la Audiencia de Lima en 1567, un mandato puente entre los virreyes conde de Nieva y Toledo. García de Castro debía llevar instrucciones de enviar una expedición descubridora al océano Pacifico, pues fue una de las primeras cosas que hizo. La puso al mando de su sobrino Mendaña y salió de El Callao el 10 de noviembre del mismo año (1567) con dos naves a bordo de las cuales iban 150 hombres. Su objetivo era encontrar unas islas a las que, según las leyendas incas, había llegado anteriormente el inca Túpac Inca Yupanqui o bien hallar la tierra austral (Australia) que, según Sarmiento de Gamboa, debía existir en pleno océano Pacífico. Sarmiento iba en el viaje y mandaba la capitana, mientras que como piloto mayor iba Hernán Gallego. La expedición navegó con dirección oeste durante mas de dos meses, al cabo de los cuales (15 de enero de 1568) arribaron a una isla que los nativos llamaban Nin, pero que Mendaña bautizó con el nombre de Jesús. Actualmente se llama Nin.

Unas semanas después, el 9 de febrero de 1568, encontró otra isla que se denominó Santa Isabel y pertenecía al archipiélago de las Salomón. Gallego construyó un bergantín para explorar las islas próximas, mientras el resto de los expedicionarios trataron de encontrar un buen asentamiento para colonizar y evangelizar a los naturales. No lo lograron, sin embargo, por lo que el único fruto que lograron fue descubrir otras islas del mismo archipiélago, como Ramos (Malaita), San Cristóbal (Bauro) y Guadalcanal (españolización de un nombre indígena parecido).

El 11 de agosto de 1568, tras seis meses de permanencia en las Salomón, emprendieron el viaje de regreso. Estuvo lleno de dificultades, pues no encontraban vientos favorables, tuvieron una tormenta que separó los dos barcos y además llevaban las naves muy averiadas. Pese a todo alcanzaron la costa mexicana, en una bahía que llamaron Santo Tomás (21 de diciembre), y que posteriormente cambiaría tal nombre por el de Sebastián Vizcaíno. Desde allí singlaron al sur, pasaron por Colima, Acapulco y Realejo (Nicaragua) y llegaron al Callao el 11 de septiembre de 1569 después de haber recorrido más de 27.000 kilómetros. Ya no era gobernador del Perú su tío Lope García de Castro, sino el virrey Toledo, que consideró que la expedición había sido un fracaso.

Mendaña viajó a España para dar cuenta de sus descubrimientos y el rey Felipe II lo nombró «adelantado» del Mar Océano y gobernador y capitán general de cualquier isla que descubriera, y le autorizó para emprender la colonización (27 de abril de 1574).

Volvió al Perú para organizar su segunda expedición, pero encontró muchas dificultades. Al cabo de casi veinte años (ocupaba ya el virreinato el Marqués de Cañete) pudo salir de Paita dispuesto a colonizar las Salomón. Era el 16 de abril de 1595 y llevaba 6 buques y 387 personas (280 de las cuales eran soldados). Llevaba como Piloto mayor al gran marino Fernández de Quirós, que escribiría la relación de este viaje. A bordo de las naves iban muchas mujeres (ya que iba a establecer poblaciones españolas), entre ellas doña Isabel de Barreto, con la que había contraído matrimonio nueve años antes. Entre los soldados abundaban los revoltosos que habían participado en las guerras del Perú y Charcas y que se unieron a la expedición en busca de nuevas oportunidades. La expedición cruzó el Pacífico y en junio de 1595 llegó a un nuevo archipiélago que Mendaña bautizó como las Marquesas de Mendoza, en honor al nuevo Virrey del Perú (se conocerían en el futuro como las Marquesas, simplemente). Desde allí puso proa a las islas Salomón, cuando se encaminaba a ellas, encontró las islas de San Bernardino y la Solitaria (Niulakita).

Finalmente el 7 de septiembre arribaron a las islas de Santa Cruz (unos 500 km al este de las Salomón). Allí, ante la falta de las riquezas soñadas, aumentó la indisciplina de los soldados, dirigidos por el maese de campo Pedro Marino Manrique, a quien Mendaña mandó ejecutar.

Fallecimiento

En la isla Graciosa surgió entonces una imprevista epidemia que en pocos días acabó con muchos de los expedicionarios. Mendaña cayó enfermo, por lo que nombró heredera de todos sus bienes y del título de gobernadora de las islas a su esposa, Isabel de Barreto, y designó «general» de la expedición a su cuñado Lorenzo de Barreto.

Álvaro de Mendaña falleció de diarrea el 18 de octubre de 1595, en la isla Graciosa, de las islas de la Santa Cruz (que se consideran dentro del archipiélago de las Salomón).

Lorenzo Barreto (hermano de Isabel de Barreto) murió días después, por lo que Isabel reclamó su título de «adelantada de la Mar del Sur», que los marinos le reconocieron, y que la convirtió en la única mujer que ha tenido tal nombramiento. Todos emprendieron el viaje de regreso hacia las islas Marianas y las islas Filipinas, gracias a la habilidad del gran piloto Fernández de Quirós. Condujo las naves que quedaban hacia Filipinas, pasó por las islas de los Ladrones (actualmente llamadas islas Marianas) y llegó finalmente a la villa de Manila (en poder de los españoles) el 11 de febrero de 1596.

La dificultad en medir las longitudes geográficas (no resuelta hasta la invención del cronómetro en el siglo XVIII) hizo fracasar los intentos posteriores de localizar las islas de Mendaña, hasta que fueron encontradas en 1760, con los viajes de Louis-Antoine de Bougainville y Philip Carteret.

Fuentes