A Cuba llegó
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A Cuba llegó. Ha sido publicado por Editorial Gente Nueva en el año 2002 en la ciudad de Plaza de la Revolución, en Cuba.
Resumen del libro
En diciembre de 1898 rodó por las calles habaneras el primer automóvil, un auto francés propiedad del señor José Muñoz, explica en su obra Por primera vez en Cuba, Francisco Mota Martínez. El segundo vehículo que transitó por La Habana movido por un motor de explosión, de la industria francesa Rochet Schneider, en junio de 1899, propiedad del farmacéutico Ernesto Sarrá, alcanzaba ya la astronómica velocidad de 30 kilómetros por hora.
El primer accidente automovilístico de que se tiene noticias, ocurrió en 1906 en la esquina de Monte y Ángeles, se trataba del auto del presidente Tomás Estrada Palma, conducido por el señor Luis Marx. Días después falleció como consecuencia de los hechos, el dependiente de comercio Justo Fernández.
Los primeros vehículos norteamericanos de la marca Ford, alrededor de mil, ingresaron en el país en el año 1913. Y es en esta fecha cuando comienzan a convergir en las estrechas calles habaneras, los coches y carretones de tracción animal, los tranvías eléctricos y los automóviles.
El primer garaje de la capital fue el de los hermanos Lainé en la calle Zulueta, mientras la primera carrera automovilística ocurrió en 1903.
Hubo también una primera mujer chofer, y no solo de Cuba, sino del subcontinente, María Calvo, La Macorina, nacida en Guanajay y fallecida en La Habana en 1972.
Vivía en Galeano cerca del Malecón, y su auto era un hispano suizo, con una ruidosa y melodiosa bocina que hacía sonar en todas las intersecciones. Inspiró una canción que se hizo muy popular y decía: “Ponme la mano aquí Macorina.” El primer semáforo se puso en la década de los años treinta en la esquina de Prado y Neptuno y las primeras veinte motos Jali Davinson para el servicio de tránsito de la Policía Nacional se trajeron en 1943 y llegaron a ser hasta 66.
