A los pies del maestro

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A los pies del maestro
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Título originalAt the feet of the master and towards discipleship,
(a los pies del maestro y cómo convertirse en un discípulo),
At the feet of the Master
Autor(a)(es)(as)Alcyone (seudónimo de).
Editorial:Adyar (India): The Theosophist Office, 1910
GéneroTeosofía, misticismo
Primera edición1910
ISBN9788497775304
PaísEspaña

A los pies del maestro. Obra atribuida al escritor indio hinduista Jiddu Krishnamurti (1895-1986), pero escrita por su «creador», el teósofo británico Charles Webster Leadbeater (bajo el seudónimo Alcyone), a quien más tarde Krishnamurti rechazó, junto con sus enseñanzas ocultistas.

En ediciones siguientes ―el libro resultó un éxito de ventas en Reino Unido y Estados Unidos―, el libro fue atribuido a ambos: Alcyone y Krishnamurti. Los biógrafos de Krishnamurti son escépticos acerca del verdadero rol de este en la producción de los primeros libros que se le atribuyen a él. Leadbeater, el teósofo más influyente, fue la persona que "descubrió" a Krishnamurti como posible vehículo del nuevo Mesías de la teosofía, y estuvo a cargo de prepararlo para su misión. En 1933, Krishnamurti le dio la espalda tanto a Leadbeater como a su «neohinduismo» (basado en la idea de la necesidad de un gurú y de ponerse a sus pies).

Sinopsis

Alcyone continuamente hace énfasis en la necesidad de un maestro, aunque nunca se pone en ese papel. Esta técnica es muy utilizada por los gurús de Oriente desde hace dos milenios:

—Tú no sabes lo que es tener un maestro: él es el único que puede sacarte de la nesciencia.
—¡Pero usted es mi maestro!
—Yo no soy maestro de nadie, soy humilde. A los pies del Maestro Único debes rendirte.[1]

Prefacio

La escritora Annie Besant (maestra de Alcyone/Leadbeater) colaboró en la estratagema de presentar este libro como escrito por el propio Krishnamurti.

Las Enseñanzas contenidas en este libro se las impartió su Maestro cuando lo preparaba para la Iniciación, y él las ha transcrito de memoria, lenta y laboriosamente, porque el año anterior sabía mucho menos inglés que ahora.

Este libro es, en su mayor parte, una reproducción literal de las propias palabras del Maestro; y lo que no, es el pensamiento del Maestro expresado con las palabras del Discípulo.
El Maestro suplió dos frases omitidas. En otros dos casos más, se añadió otra palabra omitida. Aparte de esto, este texto es enteramente de Krishnamurti: es su primer donativo al mundo.

Que este libro pueda ayudar a otros como las Enseñanzas verbales lo ayudaron a él. Con tal esperanza las da. Pero las enseñanzas pueden tan solo dar Fruto si las vivimos como él las ha vivido, desde que brotaron de los Labios de su Maestro. Si el ejemplo se sigue de acuerdo con el Precepto, entonces se abrirá el Gran Portal para el lector como se abrió para el autor, y sus pies hollarán el Sendero.
Annie Besant[1]

Argumento

Fotografía promocional del escritor ocultista y farsante británico Charles W. Leadbeater (1856-1936) disfrazado de obispo. En su libro The Chakras (1927), este personaje le adjudicó un color a cada chakra (en las escrituras sagradas de la India no se menciona que los chakras tengan colores), e inventó un séptimo chakra, más importante que los seis chakras de la religión hinduista: el sajasrara-chakra, en la parte superior del cráneo.
Estas palabras no son mías: son del Maestro que me enseñó. Sin Él no hubiera podido hacer nada, pero con Su ayuda he puesto los pies en el Sendero. Ustedes también desean penetrar en este Sendero; y así, las mismas palabras que Él me dijo les ayudarán si quieren obedecerlas. No basta decir que estas palabras son bellas y verdaderas; quien desee lograr éxito debe hacer exactamente lo que ellas entrañan. Mirar la comida y decir que es sabrosa no satisfaría a un hambriento: ha de comerla. Así pues, no basta escuchar al Maestro: deben practicar lo que Él aconseja, atendiendo a cada palabra y fijándose en cada insinuación. Si no obedecen una sola indicación, si no atienden a una sola palabra, quedará perdida para siempre, porque Él no las repite.
Alcyone (Charles Webster Leadbeater)[1]

La idea del gurú se presenta de manera digerible para las individualistas mentes occidentales: «En los primeros pasos del camino siempre es valiosa la ayuda de quienes han transitado por experiencias y realizaciones parecidas, aunque cada persona sea un pequeño cosmos irrepetible». Sin embargo, gradualmente se presenta la idea de la rendición completa «a los pies del maestro», bajo el concepto de que el maestro no es diferente de Dios, así como uno mismo no es diferente de Dios.

El resto del texto presenta una interminable lista de verdades de perogrullo, típicos de la escritura de los autores teosóficos del siglo XIX y XX.

  • pautas para seguir un camino de realización interior,
  • aprender a escuchar,
  • la elección constante de lo justo ante lo injusto,
  • seguir estos consejos aparentemente simples,
  • guía para el desarrollo de la conciencia,
  • las cualidades básicas a alcanzar por el Buscador de la Verdad son el discernimiento, la carencia de deseos, la buena conducta y el amor,
  • aprender a ver a Dios en uno mismo,
  • abandonar con firmeza la necesidad de agredir a otros,
  • el despertar en nosotros de realizaciones profundas,
  • la elección constante de lo útil antes que lo inútil,
  • el dominio y control completo de nuestros actos, nuestros sentimientos y nuestros pensamientos,
  • un trabajo lento y gradual sobre sí mismo,
  • el abandono natural de los deseos vulgares,
  • no inmiscuirse en los asuntos de los demás sino concentrarse en el propio Sendero,
  • la elección constante de lo verdadero antes que lo falso,
  • aprender a ver a Dios en todos los seres,
  • esforzase realmente en lo que nos ocupa,
  • desarrollar una verdadera confianza en nosotros mismos,
  • abandonar con firmeza la necesidad de difamar al prójimo,
  • aprender de manera sistemática a ser tolerantes y alegres,
  • seguir estos consejos difíciles de ser vividos,
  • aprender a servir realmente al prójimo,
  • sembrar un aliento de luz en nuestro opaco mundo,
  • aprender a transmutar nuestra propia conducta.
  • la elección constante de todo aquello que alimenta el alma,
  • el verdadero camino metafísico no es el logro de fenómenos extraños ni de patéticas magias (como la levitación, la telepatía, la telequinesis, la ubicuidad, fácilmente logrables como meros subproductos por el Buscador de la Verdad),

Fuentes