Abayomi

Para otros usos de este término, véase Abayomi (desambiguación).
Abayomi
Información sobre la plantilla
Institución con sede en Bandera de Brasil Brasil
Abayomiportabandeira11.jpg
Fundación:1987
Tipo de unidad:Cultural
Presidente:Lena Martins
País:Bandera de Brasil Brasil

Abayomi. Proyecto brasileño con un alto valor ecológico, que busca por medio de la artesanía, aumentar la autoestima y el valor de la mujer negra en Brasil; creando además, un trabajo político-histórico que representa algo absolutamente excepcional dentro del arte popular latinoamericano, característica ésta, que la ha diferenciado de otros proyectos existentes, manteniendo una técnica artesanal exclusiva.

Historia

Se localiza en el barrio de Santa Teresa,[1] en la ciudad de Río de Janeiro. Su fundadora pensó en hacer muñecas negras porque las mayorías de las muñecas en Brasil, y en el mundo son rubias. El proyecto pudo formarse como tal en el año 1988, y la decisión de hacer muñecas negras coincidió con la conmemoración del centenario de la abolición de la esclavitud en Brasil en ese año, aunque no se formalizó como asociación hasta 1994.

Las integrantes de este proyecto, son profesionales de diversas ramas, que tienen sus encuentros para hablar de sus proyecciones, trabajos, rememorar procesos vividos en la historia por la mujer negra brasileña..., pero mayormente, la fabricación de las muñecas las realizan en sus hogares. Sólo Lena, está dedicada todo el tiempo a esta labor. El grupo está integrado por mujeres nada más, no porque excluyan a los hombres, sino, porque no ha habido ninguno que se les quiera unir; es una organización por tanto, femenina y feminista porque muestra las desigualdades y la falta de oportunidades para las mujeres, y en particular las de piel negra.

La unión de varias mujeres lograron que surgieran nuevas ideas y surgieran variedades que mantuvieran su vigencia hasta la actualidad entre ellas: Flávia Berton creó las miniaturas, Regina Oliveira logró hacer que las muñecas quedaran de pie sin apoyo; y Sonia Santos, por medio de la capoeira, esa mezcla de lucha y danza de origen africano, logró darles más expresividad.[2] Según las palabras de una de sus integrantes,

La construcción, de construcción, reconstrucción de identidades, cotidianamente espió deseos, sueños, empoderamiento de mujeres urbanas, de diferentes edades, todas de clases populares, militantes de movimientos sociales, artísticos y culturales. Nos acompañan en esta trayectoria cuestiones de género, étnico-racial, arte y educación popular. Entre los múltiples sentidos que esa expresión pueda alcanzar, la comprendo como resultado de la valorización de experiencias. Posibilidades de creación, de prácticas que como en los rituales iniciáticos - marca de las innumerables manifestaciones culturales y religiosas afro-brasileñas – en las que el aprender/enseñar sucede en procesos de inmersión, en el hacer junto, en la observación, en el intercambio lúdico, mítico y subjetivo de impresiones y saberes.[3]

El grupo, fortalece las discusiones sobre la historia y las trágicas consecuencias que trajo consigo el proceso del régimen esclavista oficial en Brasil. En 1999 hubo un incendio en la sede de la cooperativa, donde se perdió toda la historia de la misma, que se encontraba reflejada en diversos documentos, archivos de prensa, fotos, videos. Se perdieron además materiales de oficina, instrumentos musicales y una producción de 400 muñecas.

Fundadora

Lena Martins

Valdilena Serra Martins, conocida como Lena Martins, hija de madre costurera, se convierte en artesana y militante del movimiento de mujeres negras de Brasil. Nació en 1950 en São Luiz, en el estado de Maranhão, al norte del país, y migró a Río de Janeiro a los ocho años de edad.

Las primeras muñecas que inventó de este tipo fue en 1987 en el barrio Cidade de Deus,[4] (Ciudad de Dios), Rio de Janeiro. Pensando en su niñés recuerda:

...era muy pequeña, me sentaba debajo de la mesa, jugando con los retazos que caían de los paños que mi madre cortaba para hacer las ropas.[5]

Al inicio trabajaba sola, perfeccionando su técnica, hasta que se le unieron otro grupo de amigas. Para ella, sus creaciones representan la sociedad, la humanidad. Su principal papel en la cooperativa en la actualidad, es la de dirigir y organizar al grupo, dar nuevas ideas y colaborar con las ventas. Ya no crea tantas muñecas como al inicio, por problemas de salud producto a tanto trabajo manual. Publica el libro infantil Vida que voa bajo el sello de la editora carioca Escrita Fina Edições.

Características

Las muñecas tienen la particularidad de estar elaboradas, sin pegamento ni costura, únicamente reciclando materiales de desecho, con intención ecológica y sin utilizar máquinas, solamente las tijeras; se elaboran a base de nudos y enrollando las tiras de telas de diversos colores de forma manual. Los colores son un complemento que le da más brillo a su obra, pero, al final, el producto debe de reflejar a una muñeca bella, negra, no de otro color.

Algo también característico de sus creaciones, es la falta de rostro definido, en opinión de la creadora del proyecto, en Brasil existen muchos tipos de rostros negros y si les colocan ojos y boca con ciertas características, estarían limitándose a recrear a una parte de la sociedad negra, por lo que es mejor que cada quien imagine el rostro que desee. La muñecas son creadas con el fin de ser adornos y no juguetes. Las dimensiones de sus creaciones varían, pueden ser desde unos pocos centímetros para usarlas como prendedor, hasta, metro y medio de altura.

Sus obras crean una imagen positiva de las mujeres y de la negritud. Tratando de por medio de expresiones lúdicas y creativas se contribuya al reconocimiento de la identidad afro-brasileña. Entre sus variedades se pueden encontrar: ángeles, hadas, personajes de circo como payasos y trapecistas; así como personajes mitolójicos y del folklore como Curupila, Xangô, etc. Se crean además grupos de ellas, como son los de capoeira, que son conjuntos de tres o cuatro muñecas colocadas sobre una base de madera, en posiciones similares a la práctica de esta arte marcial.

Otros datos

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Aprender la técnica para crear estas muñecas, no resulta nada sencillo, requiere hasta un año de trabajo constante; las integrantes que salen del grupo por un tiempo y luego retornan, por lo general deben de casi iniciar de nuevo todo lo aprendido. A medida que han pasado los tiempos, la misma han sufrido muchos cambios desde sus inicios, logrando una excelencia estética sin precedentes en Brasil en cuanto a la creación de muñecas de trapo.

En la asociación se imparten además, cursos, talleres, se hacen exposiciones y espectáculos callejeros. Organizan un taller en el que cada participante elabora lo que llaman el bebé Abayomi. Colocan en el suelo, los retazos en círculo y cada quien va expresando sus deseos de construir un mundo mejor a la vez que van creando su muñequita de trapo. A través de sus creaciones y del trabajo en grupo, buscan nuevos caminos para concientizar a la gente sobre el significado de ser una mujer negra en Brasil.

En el 2000, recibieron en la ciudad de Guadalajara, México, un premio para mujeres exitosas que otorga la Red de Educación entre Mujeres de América Latina y el Caribe (REPEM), del Uruguay; premio que consistía en la publicación de un capítulo sobre ellas en un libro. En el 2004, la UNESCO realizó un congreso en Brasil y les encargó mil muñecas. La cooperativa integra la Red Nacional de Derechos Reproductivos, la Red Contra la Violencia a la Mujer y la Red de Mujeres Negras Latinocaribeñas.

Exposiciones

  • En 1995 se realizó una exposición de muñecas Abayomi en la Sala do Artista Popular del Museu do Folclore Edison Carneiro de Rio de Janeiro, uno de los más prestigiosos del país, y se publicó además un catálogo.
  • Ritmos do Brasil, 2000 y 2001.
  • Retalhos do Brasil con cinco temas: lo cotidiano, el trabajo, la selva mitológica, lo sagrado y lo profano.

Notas y referencias

Fuentes