Aditivo con finalidad nutritiva

Aditivo con finalidad nutritiva
Información sobre la plantilla
AditivosYaisel.jpg
Campo al que perteneceAlimentación

Aditivo con finalidad nutritiva. Se trata principalmente de vitaminas, sustancias con aporte mineral, proteínas y aminoácidos esenciales.

Introducción

Los aditivos con fines nutritivos son, ante todo, nutrientes y debes ser considerados y utilizados como tales. Se trata principalmente de vitaminas, sustancias con aporte mineral, proteínas y aminoácidos esenciales. En el limite se podrían asociar a estos las fibras alimentarias e, incluso, ciertos lípidos que permiten un enriquecimiento de ácidos grasos esenciales. En todos los casos se busca un fin nutritivo y dietético: estas sustancias deben contribuir, con su presencia, a satisfacer una necesidad reconocida del organismo y/o el equilibrio de un régimen alimentario deficiente.

Historia

Históricamente son varios los ejemplos que se pueden presentar. Fue un químico francés, Boussingault, quien reconoció el primero la adición de yodo a la sal para prevenir el bocio endémico. Esta suplementación fue efectiva a partir de 1900, primero en Suiza, en el chocolate, después en otros países europeos y Estados Unidos en la sal de cocina. En 1916 Dinamarca introduce la adición de la vitamina A, a la margarina, llamada a remplazar a la mantequilla. En 1930 en Estados Unidos la leche se enriqueció con vitamina D; en 1941, la harina de trigo con tiamina, riboflavina, niacina y hierro. A partir de 1948 los filipinos lanzan igualmente un programa de suplementación de arroz con estos mismos componentes. Estos aditivos nutritivos han contribuido, ciertamente, a eliminar carencias marginales pero también a disminuir, de forma significativa, ciertas enfermedades como el bocio, el raquitismo, la pelagra o ciertas enfermedades de anemia.

La calidad de los aditivos está ligada al hecho de que estas sustancias, no consumidas normalmente por sí mismas, son añadidas intencionalmente al alimento para mejorar su calidad nutritiva o equilibrar globalmente un régimen.

Según la definición, más o menos restrictiva que se da, la lista de aditivos alimenticios puede no incluir los aditivos llamados nutritivos. Por otra parte los aditivos con finalidad tecnológica pueden también tener un interés nutritivo, este es el caso de las sales minerales, como los fosfatos de calcio o de otros cationes; de sustancias con actividad vitamínica, tales como los tocoferoles, el ácido ascórbico, sin contar los compuestos que pueden potenciar la utilización de otros nutrientes. La presencia de tales sustancias puede, en efecto, reforzar el potencial mineral o vitamínico del alimento.

Justificación del empleo de aditivos con finalidad nutritiva.

Principios generales

Son muy diferentes las motivaciones que pueden justificar la adición de sales minerales, vitaminas o aminoácidos. La restauración consiste en la adición de nutrientes con el fin de compensar las pérdidas producidas en el curso de los tratamientos de preparación y de transformación. Combatir un estado de carencia no es su fin; en cambio, se trata de restaurar a su nivel inicial las concentraciones de nutrientes.

Pérdidas del valor nutritivo

Vitaminas

Se pueden distinguir las pérdidas llamadas intencionales de las pérdidas inevitables observadas en el curso de los tratamientos industriales y domésticos. Las primeras se refieren a la eliminación de las partes más o menos comestibles de los alimentos: cernido de los cereales, para obtener harinas de baja tasa de extracción, pelado de las frutas y hortalizas, descremado. Todos los procedimientos de preparación, caseros e industriales, alteran las vitaminas. El conjunto de vitaminas hidrosolubles (vitaminas del grupo B, vitamina C) pueden sufrir pérdidas por solubilización y difusión en las aguas de lavado, blanqueo, cocción y en el exudado de la descongelación. Estas pérdidas son, tanto más importantes cuanto mayor sean las cantidades de agua utilizadas y el tamaño de los trozos o fragmentos, sean más pequeños.

Elementos y sales minerales

Como para los otros nutrientes, unas pérdidas calificadas de intencionales intervienen durante el pelado de las frutas, limpieza de las hortalizas, cernido de los cereales, eliminación de lactosuero en quesería. Estas pérdidas por solubilización y difusión en el agua, frecuentemente despreciadas, pueden ser considerables, éstas dependen del PH, de las posibilidades de formación o liberación de complejos insolubles, de las cantidades de agua utilizadas, del tamaño de los fragmentos de los alimentos, de la duración del contacto, etc.

Aparte de las pérdidas por solubilización, los elementos minerales son, generalmente considerados como estables en las condiciones de los tratamientos habituales. Su disponibilidad sólo puede ser modificada por la formación de complejos insolubles o inasimilables o de compuestos, más o menos oxidados: las sales férricas son menos fácilmente utilizables que las sales ferrosas. Las posibilidades de mejora de potencial mineral, se obtiene por aportes (calcio, oligo-elementos) por las aguas de tratamiento o por el empleo de aditivos a base de fosfatos.

Proteínas, aminoácidos

Los fenómenos de oxidación afectan, principalmente, a los aminoácidos sulfurados, secundariamente al triptófano, y a los aminoácidos aromáticos. La irradiación gamma puede ocasionar pérdidas por desaminación y descarboxilación; los residuos de aminoácidos en las proteínas son más estables que en las formas libres. Los fenómenos de isomerización constituyen otra causa de pérdidas de aminoácidos.

Empleo de aditivos nutritivos en la elaboración de alimento con finalidad nutritiva

La formulación de alimentos que responden a ciertas finalidades nutritivas no puede limitarse, en muchos casos, a mezclas de productos alimenticios convencionales sino que necesita el empleo de aditivos nutritivos (sales minerales, vitaminas, aminoácidos), cuya adición permite alcanzar el objetivo fijado, es decir, la composición deseada o las garantías exigidas.

Entran en esta categoría los alimentos nutricionalmente equilibrados para niños, para adultos o los que responden a unas exigencias nutricionales particulares, o productos dietéticos o de régimen. Los productos dietéticos están destinados a consumidores en buen estado de salud con necesidades específicas en función de su edad, de su condición física o fisiológica, de su modo de vida y que desean consumir unos productos con un mínimo de garantías nutritivas. Los alimentos de régimen están destinados a pacientes que sufren estados patológicos y que requieren un particular equilibrio nutritivo.

La adición de vitaminas y de sales minerales puede hacerse en varios casos, como en los productos dietéticos, en los productos que se presentan como sustituto de comidas, otro ejemplo es el de los llamados alimentos hipocalóricos. En enriquecimiento en vitaminas A, B, C, calcio, hierro, magnesio y potasio debe permitir un equilibrio correcto de estos nutrientes y asegurar la cobertura de las necesidades diarias incluso cuando los aportes puramente energéticos son restringidos, de esta forma se evita que ante una restricción energética voluntaria, no exista riesgo de una situación de carencia secundaria mineral o vitamínica.

Los alimentos del lactante y del niño (leches adaptadas, harinas de destete, alimentos diversificados de la infancia, son los más frecuentes. Las leches maternizadas deben aportar, al menos tantos nutrientes como la leche de la mujer.

Utilización de aditivos nutritivos con el fin de salud pública

Caso de carencias nutricionales declaradas

La adición de yodo a alimentos tan corrientes como la sal de cocina es favorable para afectaciones a la salud como el bocio. Así mismo, grandes carencias nutritivas han podido ser combatidas por el empleo adecuado de vitaminas: la vitamina C contra el escorbuto, la vitamina D contra el raquitismo, la niacina contra la pelagra, el hierro contra la anemia, etc.

En los medios pediátricos la carencia de vitamina D es frecuente durante los periodos de crecimiento rápido, hasta la edad de 20 meses y necesita de políticas de prevención contra el raquitismo, en algunos lugares esto se logra con la suplementación de la leche con vitamina A.

Carencias nutricionales subclínicas

Existen estados de carencia subclínica, que necesitan una detección por informaciones y encuestas nutricionales o alimentarias, para determinar en qué medida ciertas necesidades no son cubiertas para determinados grupos de riesgo. Entre los grupos con riesgo más frecuentemente mencionados, están los niños en los periodos de crecimiento rápido y en un medio socioeconómico desfavorable, la mujer en periodo de procreación, las personas ancianas. En las mujeres se ponen de manifiesto, de forma más frecuente, las deficiencias de magnesio, de hierro, de vitamina B6 y especialmente de folatos.

Otros grupos de riesgo son los alcohólicos, los fumadores, los utilizadores de anticonceptivos orales, etc.

El examen de las diferentes causas de carencias o subcarencias puede conducir a la elección de una política de vitaminación de ciertos alimentos o de enriquecimiento en sales minerales.

Modalidades de la suplementación

Condiciones generales

Para una suplementación por aditivos con finalidad nutritiva se requiere reunir un cierto número de condiciones y de garantías que permitan a la suplementación ser factible, eficaz y sin riesgos. Ellas son la elección juiciosa del alimento vector, en función del aditivo y de la población a la que va dirigido. Lograr garantías de estabilidad y de biodisponibilidad del aditivo, así como contra los riesgos de exceso, toxicidad y de nuevos desequilibrios. Debe elegirse una tecnología apropiada en función de la compatibilidad de los productos a mezclar, de las posibilidades de conservación y evitando todo efecto indeseable sobre las cualidades organolépticas.

Elección de los alimentos vectores para suplementar

Si se trata de la restauración del valor nutritivo de un alimento, como consecuencia de pérdidas tecnológicas o en el curso de la conservación, el criterio de elección del alimento a suplementar es simple: se limita de ordinario a los alimentos naturalmente ricos en principio. Si se trata de un enriquecimiento con fin de salud pública, la elección del alimento vector deberá responder a un cierto número de criterios, que no se pueden separar del objetivo a alcanzar, debe ser un alimento ampliamente consumido, cuyo consumo presente una débil variabilidad entre individuos y de un día a otro; el alimento suplementado debe ser aceptable en el plan organoléptico, teniendo en cuenta las costumbres y hábitos alimentarios. Se llega así a elegir especialmente unos alimentos de base, que tienen el impacto buscado. Si se quiere llegar al conjunto de una población conviene, generalmente, un alimento de gran consumo, como los cereales y de precio moderado. Si se quiere llegar a ciertos grupos vulnerables, hay que buscar elementos preferencialmente consumidos por las categorías de consumidores a que van dirigidos. El último aspecto importante está ligado a las posibilidades tecnológicas, es necesario recurrir a alimentos preparados industrialmente, si es posible o, por lo menos, a nivel de unidades de fabricación artesanal, fácilmente controlables. El enriquecimiento no puede aplicarse a escala doméstica.

Aplicaciones

Los productos cerealistas pueden ser suplementados prácticamente con todos los nutrientes, especialmente cuando son la base de alimentos completos; aunque no son muy utilizados para ser enriquecidos con vitamina D o vitamina C, para lo cual se utilizan alimentos más específicos. En el caso particular de los aminoácidos la suplementación no puede hacerse más que en los alimentos de aporte proteico. Los aceites y las grasas por su parte sólo son utilizados para el enriquecimiento con vitaminas liposolubles.

Productos cerealistas

Los cereales y los productos derivados de ellos constituyen unos vectores de elección para el enriquecimiento de micronutrientes (vitaminas, sales minerales y aminoácidos), porque son ampliamente consumidos, de un precio generalmente abordable y transformados industrial o artesanalmente. Puede tratarse de una simple restauración, para compensar las pérdidas ocasionadas o un verdadero enriquecimiento. La incorporación de aditivos nutritivos puede hacerse en la harina, a nivel de molino: se pasa sistemáticamente por el intermedio de una premezcla con vistas a asegurar un mejor reparto del aditivo en la harina. El enriquecimiento puede hacerse también en el pan y los bizcochos: se hacen entonces, en el momento de preparación de la masa. Los cereales como el arroz, que se utilizan en forma de grano son objeto de tecnologías particulares; los granos se impregnan con una solución en la cual el aditivo se ha solubilizado, o está en suspensión, después se recubre con una capa protectora. Se ha destacado, igualmente, la preparación de concentrados vitamínicos y minerales bajo una forma que imita los granos de arroz.

Materias grasas

Estas no pueden ser suplementadas válidamente más que por vitaminas liposolubles. La mantequilla es una fuente importante de vitamina A, la margarina, cuando es susceptible de ser el único sustituto de la mantequilla, es muy frecuentemente enriquecida en vitamina A; pero, a veces, también con vitaminas D y E.

Raíces y tubérculos

Las raíces y los tubérculos son alimentos especialmente energéticos y pobres en proteínas. Su suplementación no tiene, en general, interés más que en regiones en que su consumo es importante y condiciona, por este hecho, unos desequilibrios alimentarios. En este sentido están implicados las raíces y los tubérculos de las zonas tropicales. Las preparaciones de las harinas, sémolas y copos pueden estar acompañadas de una adición de vitaminas y sales minerales y, en ciertos casos, de complementos proteicos.

Productos lácteos

La leche y los productos lácteos, si bien no se consumen por todas las capas de la sociedad, son vehículos muy interesantes para las suplementaciones. Las vitaminas hidrosolubles son parcialmente destruidas en el curso de la esterilización y especialmente en la desecación, las vitaminas liposolubles han sido eliminadas de la leche descremada. La leche en polvo descremada justifica, pues, las suplementaciones, en primer lugar a título de restauración y también con el fin de enriquecimiento; esto puede servir de base a la reconstitución de la leche, por adición de materias grasas, eventualmente distintas de las lácteas. Más raramente, la leche entera puede ser enriquecida, así como los quesos y las pastas para untar.

Azúcar, sal, condimentos

El azúcar, alimento de consumo corriente, sirve de soporte para la vitamina A, otros proyectos prevén el empleo del azúcar para llevar a cabo una vitaminación más amplia. El impacto es interesante a nivel de los niños. No obstante, en algunos casos se prohíbe utilizar las confiterías como vehículo para aditivos nutritivos. Los condimentos, si bien no entran en la categoría de alimentos base, se consumen ampliamente. El ejemplo de la sal es clásico. El glutamato monosódico, reforzado de aromas, se enriquece en vitamina A en ciertos países del Sudeste Asiático.

Bebidas

Los zumos de frutas y sus sustitutos son a veces enriquecidos en vitamina C, otras bebidas pueden ser enriquecidas: café, leches de origen vegetal y bebidas tónicas.

Alimentos infantiles

La fabricación industrial de alimentos de destete, especialmente a base de cereales y de productos lácteos, ofrecen una oportunidad para una vitaminización y un enriquecimiento en sales minerales ya aminoácidos.


Fuentes

  • Aditivos y auxiliares de fabricación en las Industrias Agroalimentarias. Ed Acribia, Zaragoza (España).