Agustín de Rojas

Agustín de Rojas
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Agustín rojas anido.jpg
Nacimiento11 de junio de 1949
ciudad de Santa Clara,
provincia de Las Villas,
República de Cuba Bandera de Cuba
Fallecimiento11 de septiembre de 2011 (62 años)[1]
ciudad de Santa Clara,
provincia de Villa Clara,
República de Cuba Bandera de Cuba
Causa de la muertecáncer
ResidenciaSanta Clara
Nacionalidadcubana
Ciudadaníacubana
Ocupaciónescritor
Partido políticoPartido Comunista de Cuba
CónyugeMirta
HijosMaiteé y Maira
Obras destacadasEl año 200, El publicano

Agustín de Rojas (Santa Clara, 11 de junio de 1949 - Santa Clara, 11 de septiembre de 2011) fue un escritor de ciencia ficción, ensayista, maestro, biólogo y antropólogo cubano.

Su nombre verdadero era Agustín Rojas Anido, pero asumió el nom de plume Agustín de Rojas como escritor.

Era miembro de la Uneac (Unión de Escritores y Artistas de Cuba).[1]

La crítica especializada de Cuba lo considera una de las figuras cimeras de la ciencia ficción en la isla.

Trayectoria laboral

Se licenció en Ciencias Biológicas y en profesorado de Historia del Teatro en la Escuela de Instructores de Arte de la provincia de Villa Clara.

Las influencias literarias de Agustín de Rojas en su obra fueron, principalmente, autores del período de la ciencia ficción sovética como los hermanos Arkadi y Borís Strugatsky e Iván Efrémov, así como Ray Brádbury, Robert Heinlein, Isaac Asimov y otros escritores que no son del género, como Dashiell Hammet, Fiódor Dostoievski, Prosper Merimée y H. P. Lovecraft.

Las obras que, según él, lo incitaron a escribir fueron El viaje (de Miguel Collazo), y Fahrenheit 451 (de Ray Bradbury).

En 1980 ganó el Premio David de Ciencia Ficción con su novela Espiral, que al año siguiente (1981) publicó la Editorial Unión. En ese mismo año (1981) ingresó en la UNEAC, y fue miembro del Consejo Nacional de la Brigada Hermanos Saíz hasta 1983.

En 1984 participó en un encuentro bilateral sobre la formación de jóvenes creadores en Tbilisi (República de Georgia, en la Unión Soviética).

Agustín de Rojas (1949-2011).
En los años ochenta visitaba a Agustín en el barrio de El Condado [en Santa Clara], donde vivía en una modesta casita que tenía una pequeña sala donde había una mesa de madera vasta y encima una máquina de escribir. Al lado un pequeño escaparate en cuyo techo se subían sus dos hijas, entonces muy pequeñas, para lanzarse al suelo donde las esperaba una colchoneta bien extendida. Agustín escribía mientras conversaba conmigo y a la vez mientras las hijas se lanzaban al piso, una y otra vez. Por mucho tiempo creí que para escribir una novela era necesario tener dos hijas que no le temieran al peligro, una mesa y una máquina de escribir.
Arístides Vega Chapú[2]

En 1985, la Editorial Letras Cubanas publicó su segunda novela de ciencia ficción, Una leyenda del futuro.

En 1988 participó en un Congreso Internacional de Ciencia Ficción que se celebró en Budapest (Hungría).

En 1990, la Editorial Letras Cubanas publicó su tercera novela de ciencia ficción, El año 200.

Muchas revistas cubanas publicaron su extensa labor ensayística en torno a su conceptualización en torno a que debía ser la ciencia ficción. Trabajó promoviendo ese género desde la televisión, e hizo ciclos de programas dedicados a la ciencia ficción.

En esta trilogía ―Espiral, Una leyenda del futuro y El año 200― su autor se adscribió a la línea de la ciencia ficción socialista, cuyo máximo exponente fue La Nebulosa de Andrómeda, del escritor soviético Iván Efremov, donde se desarrollaba una visión romántico-idealista sobre el futuro del comunismo. Después de haber publicado su trilogía de ciencia ficción, y a raíz de la caída del campo socialista y los consiguientes cambios en Cuba, De Rojas dejó de escribir ciencia ficción.

Tras leer el manuscrito del primer libro del escritor Arnaldo Jiménez Díaz, De Rojas le comentó lo impresionado que había quedado con una de sus historias, acerca de los cubanos recién llegadas de la guerra en Angola. De Rojas le pidió permiso a Jiménez para quedarse con el hueso de ese cuento y explotar su trama al límite. Así nació su novela Arenas, el primer esfuerzo del escritor fuera de la protección de las escafandras, las naves espaciales, la telepatía y la sociedad del futuro para realizar un análisis de aquellas personas que mutaron para mal en la sociedad cubana de inicios de los 90 (el Período Especial).[3]

Sus intereses derivaron entonces hacia el tema del cristianismo ―a pesar de ser un acérrimo ateo, hasta el día de su muerte―.

En 1992, la Editorial Capiro (de Santa Clara) publicó su Catarsis y sociedad, un ensayo sobre estética y sobre el papel social del arte y la literatura.

En 1997 ganó el Premio Especial de Novela Dulce María Loynaz con una novela histórica, El publicano, acerca de uno de los discípulos de Jesús. La editorial Letras Cubanas lo publicó al año siguiente (en 1998).

Más tarde publicó una serie de artículos exegéticos ―o sea, sobre análisis de temas teológicos― en la revista de la diócesis de Santa Clara.

En 2002, la Editorial Capiro publicó su libro de texto Historia del teatro: de los orígenes al medioevo, destinado a la enseñanza de esta manifestación en la Escuela de Instructores de Arte de Villa Clara.

Agustín de Rojas (1949-2011), en la presentación de uno de sus libros.

También publicó artículos en diversas revistas provinciales y nacionales.

Según sus más allegados, después de varios años sin publicar, tenía varios textos inéditos, entre los cuales se encuentra una novela a la que se había entregado los últimos cinco años: La llegada del Reino, una continuación de El publicano, que al decir de algunos conocedores sería su gran novela.[1]

En 2011 se le diagnosticó un cáncer. Sumido en una gran depresión, rechazó toda ayuda médica y se negó a comer. El escritor falleció en su ciudad natal de Santa Clara, el 11 de septiembre de 2011 a los 62 años.

Premios

  • 1980: Premio David de Ciencia Ficción por la novela Espiral.
  • 1997: Premio Dulce María Loynaz por la novela El publicano.
  • Medalla de la Alfabetización.
  • Medalla del Trescientos Aniversario de la Fundación de Santa Clara.

Fuentes