Alejandro V de Pisa (antipapa)

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Alejandro V de Pisa
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Antipapa de la Iglesia católica
7 de julio de 1409 - 3 de mayo de 1410
Alejandro V.jpg
Antipapa de la Iglesia Católica
SucesorJuan XXIII
Información personal
Nombre secularPietro Philarghi
Nombre religiosoAlejandro V
Nacimiento1339
Candía, Isla de Creta Bandera de Italia Italia
Fallecimiento3 de mayo de 1410
Bolonia Bandera de Italia Italia

Alejandro V (isla de Creta, 1339 - Bolonia, 3 de mayo de 1410) fue el papa n.º 211 de la Iglesia católica.

Considerado antipapa, su destino fue gobernar solo diez meses. Su elección supuso la existencia de tres papas simultáneos tratando doe dirigir la Iglesia católica.[1]

Se le conoció además por los nombres Pedro de Candia y Pedro de Creta debido a su origen. Ingresó en la orden franciscana y fue profesor de Teología en París, obispo de Vicenza y arzobispo de Milán. Fue elegido Papa en el Concilio de Pisa para poner fin al Gran Cisma de Occidente, pero ni Gregorio XII ni el antipapa Benedicto XIII renunciaron.

Síntesis biográfica

Primeros años

De nombre Pietro Philarghi, era un fraile franciscano, natural de Candía, en la Isla de Creta, nació en 1339, mendigo en su infancia, no conoció a sus padres, fue recogido por un fraile capuchino, orden a la que él más tarde perteneció, de quien recibió educación primaria y bajo cuya guía, se volvió franciscano en un monasterio cretense. Poseía habilidades extraordinarias que prometían por lo que fue enviado a Italia para recibir estudios superiores. Un tiempo después estudió en Oxford y finalmente en París donde distinguió como profesor, predicador y escritor.

En su estancia en París ocurrió tuvo lugar el Gran Cisma de Occidente que desgarró a la Iglesia, y Pietro respondió a los partidarios del Papa Urbano VI. A su retorno a Italia, fue acogido en la corte de Giovanni Galeazzo Visconti, Duque de Milán, convirtiéndose en tutor de sus hijos y embajador en importantes misiones.

En el año 1386 fue nombrado obispo de Piacenza, posteriormente en 1387 obispo de Vicenza, en 1389 obispo de Navoya y finalmente en 1402 arzobispo de Milán. En el año 1405, Papa Inocencio VII lo nombró cardenal y legado papal en Lombardía, en lo adelante su historia formó parte del Cisma.

Como Cardenal de Milán fue figura principal dentro de los partidarios de un concilio, aprobó el retiro de la obediencia de los cardenales al Papa Gregorio XII, promovió el acuerdo de los colegios de cardenales rivales para unirse en un esfuerzo común de unidad, y negoció con Enrique IV de Inglaterra y el Arzobispo de Canterbury, afianzar la neutralidad de Inglaterra, razón por la cual el papa Gregorio XII lo privó del arzobispado de Milán, despojándolo de su dignidad cardenalicia.[2]

Sin embargo en el Concilio de Pisa celebrado el 25 de marzo de 1409, el cardenal Philarghi fue el espíritu principal. Predicó el sermón de apertura, una áspera condena a la tenacidad de los papas rivales. Presidió además, las deliberaciones de teólogos, que declararon a estos Papas, herejes y cismáticos.

El 26 de junio de 1409 fue elegido Sumo Pontífice siendo ya un débil anciano. Su carácter inmaculado, vasta erudición, experiencia a nivel mundial y probada habilidad administrativa, junto con el hecho que no tenía país ni relaciones a favor, en el resquebrajado mundo católico, le dio promesa de gloria al papado y paz a la Iglesia.[2]

Pontificado

Fue coronado el 7 de julio con el nombre de Alejandro V. Ardía entonces el Gran Cisma de Occidente. Votaron a su favor 24 cardenales, que previamente habían decretado la deposición de Gregorio XII (Ángel Corsario) y del aragonés Benedicto XIII (Pedro Luna). Este nombramiento, lejos de poner fin al cisma, lo agravó, porque los depuestos no se sometieron a la decisión del concilio ni a la bula que el 10 de enero expidió Alejandro V, confirmando los acuerdos del concilio general de Pisa; antes bien Gregorio en Aquilea y más tarde en Gaeta, y Benedicto en Perpiñán, sostenidos el primero por Ruperto, aspirante al imperio, y por Ladislao, rey de Nápoles más tarde, y el segundo por Martín, rey de Aragón, continuaban llamándose papas y obrando como tales.

Sin embargo pronto encontró simpatía hacia él en todas las naciones, excepto en España, Escocia y algunas ciudades italianas cuyos intereses estaban dedicados con afán a la legitimidad del inflexible antipapa Benedicto XIII.

Alejandro residió en Bolonia, solo gobernó diez meses y durante su corto pontificado, hizo infructuosos esfuerzos por obtener Roma que se encontraba gobernada por el rey Ladislao de Nápoles, a quien excomulgó y privó de su reino a favor de Louis II de Anjou. Excomulgó además al reformador Jan Hus, concedió a los franciscanos el derecho de predicar y confesar contra la voluntad de los obispos y curas, así como recibir diezmos y obligaciones, lo que le atrajo la enemistad del rey de Francia y otros y promulgó una bula en Pistoia que condenaba las enseñanzas de John Wyclif. Esta bula fue revocada por el Papa Juan XXIII.

Muerte

Alejandro V murió en Bolonia el 3 de mayo de 1410 cuando se disponía a partir hacia Roma de forma secreta, se cree que envenenado por su sucesor, el antipapa Juan XXIII. Ejerció un pontificado que él juzgaba así: «Cuando fui arzobispo, era rico. Siendo cardenal, fui pobre. Habiéndome elevado a papa, soy un mendigo».[3]

Vivió el tiempo suficiente para defraudar las esperanzas que su elección había inspirado. Sus restos fueron sepultados en la Iglesia de San Francisco, en Bolonia y su tumba fue restaurada en 1889 bajo la dirección del Papa León XIII.[2]

Fuentes