Alexis Castañeda Pérez de Alejo

Alexis
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Poeta y crítico cubano
NombreAlexis Castañeda Pérez de Alejo
Nacimiento1957
Santa Clara, Villa Clara, Bandera de Cuba Cuba
ResidenciaBandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
EducaciónLicenciado en Historia y Periodismo
Alma materInstituto Superior Pedagógico “Félix Varela
Conocido porPoeta
Obras destacadasEl sitio de la soledad, La Aventura de El Mejunje, Un episodio desconocido de la Vanguardia Cubana: los murales al fresco de la Escuela Normal de Santa Clara


Alexis Castañeda Pérez de Alejo. Destacado poeta, ensayista y crítico villaclareño que ha publicado numerosos libros. Graduado de Historia y Periodismo, actualmente labora como especialista principal en el comité provincial de la UNEAC en Villa Clara.

Síntesis biográfica

Nació el 25 de agosto de 1957 en Santa Clara, Las Villas, Cuba. Ha incursionado en el ensayo. Graduado de historia, por el Instituto Superior Pedagógico “Félix Varela” y ha cursado estudios de Postgrado de periodismo. Especialista de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en Villa Clara, además es investigador del Centro Provincial “El Mejunje”.

Publicaciones

En 1999 la Editorial Capiro publicó su poemario El sitio de la soledad, donde combina el soneto, la décima y el verso libre, en el 2001 apareció por Sed de Belleza, el testimonio de su autoría Yo simplemente hago o La Aventura de El Mejunje, muestra la más hermosa actividad cultural y humana que se hiciera en la provincia1 de Villa Clara “El Mejunje”, que se convirtió en el foco cultural más grande de la provincia, editado por Sed de Belleza en el año 2000.

En ese mismo año publicó, como coautor, el ensayo Un Episodio Desconocido de la Vanguardia Cubana: los murales al fresco de la escuela normal de Santa Clara, fue el coautor que muestra un pasaje poco conocido de la vida cultural de la ciudad de Santa Clara y sus implicaciones en la historia de la plástica cubana, poco después salió a la luz el poemario en décimas Vicios de la Nostalgia y Motivos cotidianos resentados a través de la décima urbana, estos dos últimos títulos bajo el sello Editorial Capiro.

En el 2005 la misma casa editorial publicó el libro de poesía, Revelaciones del silencio, poemario que nos entrega un estado regido por la emoción, revelando a través de la poesía aquello que ya no pude quedar en silencio y en el 2009 su primer libro de periodismo titulado La Sencillez Sangrante, integrado por varios artículos periodísticos publicados en diferentes momentos pero que coinciden bajo un hilo unificador: personalidades y hechos ocurridos en tierras villaclareñas, que desde aquí alcanzaron trascendencia nacional, Se reflejan historias, secretos y anécdotas que han sido revelados al autor por sus propias voces, lo que se puede llamar la cultura villaclareña. En el 2009 la Editorial Capiro publicó La sencillez sangrante, una compilación de artículos periodísticos.

En el 2000 obtuvo uno de los tres premios del II Concurso Internacional de Poesía del Círculo de Collegno en Italia, en el 2002 recibió una de las becas de creación concedidas por el Concurso Nacional Ciudad del Che, convocado por el Comité Provincial de la UNEAC en Villa Clara a un proyecto de libro de poesía, en el 2006 obtuvo otra beca en el mismo concurso pero con el texto ensayístico Un lugar en el mundo en el 2003, fue ención honorífica en el I Concurso Internacional de Poesía Julia Doreste.

Antología

Aparece en las antologías Añorado Encuentro, Ediciones Extramuros, 2001, Que caí bajo la noche, Panorama de la décima erótica cubana, Ediciones Ávila, 2003, Esta cárcel de aire puro, Panorama de la décima cubana en el siglo XX, en preparación por la Editorial Abril, todas realizadas por Waldo González y en Silvio: Te debo una canción. Ediciones Santiago, 2004.

Trabajos suyos de crítica artística y literaria han sido acogidos por diversas publicaciones cubanas y en el extranjero, entre ellas La Gaceta de Cuba, Revista del Libro Cubano, Signos, Umbral, Juventud Rebelde, La Jiribilla, La Isla en Peso, Esquife, El Habanero, Periódico Vanguardia, Hacerse el cuerdo (Publicación de la UNEAC en Villa Clara), etc, también en Cañasanta, Rebelión, Areito Digital. Mantiene una página fija en la Revista Umbral y es miembro del consejo asesor de la Revista Signos.

Opiniones sobre su obra

“Un libro con veintitrés poemas donde diecisiete veces aparece la palabra luz asumida en su sentido más prístino, no puede ser el libro de un solitario. Si no hay un ardid, hay entonces un equívoco en este título. "El sitio de la soledad" bien pudo llamarse "El libro de la luz", tal es el hambre de claridad, el ansia de amaneceres, la nostalgia de sitios iluminados, el bracero desesperado entre las sombras. Sin dejar de ser un testimonio (que toda poesía verdadera lo es) estos poemas son más bien un alegato. Parten de una circunstancia que por más que sugiere, nunca se hace explícita.

La circunstancia es provocación, velado impulso, para eso estaría el periodismo, bien que lo sabe hacer. Pero estas evocaciones no quieren ser contaminadas. Una obsesión casi demente por la belleza, por la pureza, por la luz, hunden al poeta en la meditación y lo ponen casi siempre de frente al pasado. De frente al pasado no es una actitud que signifique aquí dar la espalda al futuro o eludir el presente. La sinceridad poética ha obrado en estos textos para producir ese milagroso acto de resurrección que suele ser (que es) un poema. Un poema verdadero, no está mal que recalque”.

Alpidio Alonso Grau. El sitio de la soledad no existe. Revista Umbral No.2, Santa Clara, 2000.

"En El sitio de la soledad (…) Alexis Castañeda Pérez de Alejo combina, también con una visión de algún modo melancólica y vivencial, temas afines a su particular experiencia citadina, o mejor aun, villaclareña y a ratos, capitalina. Sólo que lo hace con una ampliación estrófica de su quehacer. Sólo cinco décimas incluye Alexis en un hermoso poemario. Más, le bastan para corroborar su afinado instrumento que tan bien suena en estas excelentes piezas. […] en el conjunto Alexis muestra a fondo la calidad de su expresión, sin limallas que mediaticen ni malogren su verso. Al contrario, en sus décimas, como en el resto de sus textos –versos libres, sonetos– la fineza de su decir toca al lector sensible y culto”.

Waldo González López. Juglares de la soledad. Juventud Rebelde (La Habana), 20 de septiembre, 2000:6.

“El sitio de la soledad, es un libro pródigo en imágenes que el lector pronto se apropia, las hace suyas y acierta. Es un libro para mantener abierto, auque ya cerrado quedará en ese sitio que el poeta ha creado. Ya desde hoy, la miseria de los solos tendrá un pórtico, una buhardilla que los acoja. Y más que un sitio, ese, donde tan bien se está, ha inventado un laberinto, una encrucijada de caminos hacia la luz, esa demente luz que deshoja el tiempo ¿Qué nos queda ahora sino esperar que el poeta siga inventando sitios entre los cercos silenciosos de la herencia?”.

Geovannis Manso Sendán, (inédito).

“Por último, no me caben dudas de que Vicios de la Nostalgia hace su buen aporte al movimiento decimístico cubano sumándole un nuevo y singular “producto terminado”. A expensas suyas y de El Sitio de la Soledad, su anterior poemario, se nos hace posible también considerar a Alexis Castañeda como una voz poética que, pese a su tardía aparición, o quizás por ello, debuta en el complejo panorama literario de la isla con indudable oficio y un buen inventario de experiencias que comunicar. Con las premisas que acabamos de exponer, no me lo negarán, cualquier autor podría disponer de un seguro pasaporte, de ida sin regreso, hacia el alma de los lectores. Buen viaje entonces, con toda tu nostalgia, Alexis”.

Ricardo Riverón Rojas. Nostalgia de lo imposible

“Su verso se lanza más allá en un viaje de breves pero contundentes estadías en lo que los griegos denominaban, a la par, poesía y conocimiento: poesis. O lo que es lo mismo: posee ese fatalmente no tan común sentido de humanidad que genera en el verso la necesaria dimensión que nos lo hace más íntimo y válido”.

Waldo González López. Por toda la piel del alma. Juventud Rebelde . La Habana. 9 de marzo de 2002.

“Castañeda (…) vuelve en Yo simplemente hago o La aventura de El Mejunje a la actitud que prefiere: la de periodista, que el entiende como testimoniante de su tiempo y cómplice de las causas ocultas y menos entendidas por el común de la gente (…) Así que resulta ante toda reveladora la elección del punto de vista del autor, que elude los tópicos de la entrevista para dejar hablar, como en un monólogo del tamaño de un libro, con fotos que ilustran la palabra, a Ramón Silverio, individuo ni docto ni quintaesenciado, que es quien de veras conoce la vida y milagro de El Mejunje”.

Carmen Sotolongo Valiño. Espacios de la noche. Hacerse el cuerdo No. 5, UNEAC. Santa Clara de 2006.

“La principal característica del libro (Vicios de la nostalgia) es que casi todas las décimas se mueven entre la sombra y la luz, con una preferencia por los colores y la hora de la tarde: Vuelan palomas. Se enmienda / la tarde sobre el oficio / de colorear, sin el vicio / que la nostalgia le arrienda. En esa contraposición luz-oscuridad, la primera alcanza, dentro del decimario, 43 apariciones y la segunda sólo 13, lo que revela cómo la nostalgia, y la soledad en lo más profundo, son conjuradas mediante la iluminación y siguiendo tal razonamiento, esa soledad sería sólo un “vicio” y no una entidad que pueda lacerar el alma del sujeto lírico, en particular, será la luna el término más recurrente dentro de esa contraposición. Como en otros poetas de este período, aparece el “viento del sur”, aunque en este caso se usa en función de la glosa de Silvio Rodríguez. Otro motivo temático es el tiempo y los relojes (“El tiempo”). Nuevamente el tema de la soledad se hace sentir, intrínseca, profunda: La nostalgia es solo el velo / que cubre la soledad.

Libro “El Mejunje”

Revelaciones del Silencio (Ed. Capiro, 2005), beca de creación en el Premio Ciudad del Che, 2002. Incluye las décimas: Del ocaso, donde el atardecer, la soledad, el silencio, el tiempo, la música –temas recurrentes de su poesía– se imbrican armónicamente en la estrofa de Espinel, sin complicaciones metafóricas ni estructurales. Con “Motivo” vuelve a la música (Elena Burke) en "El Mejunje", aunque también emplea la estrofa tradicional con un lenguaje casi directo, deja en el lector un sabor a nocturnidad bohemia de Santa Clara y a nostalgia por el arte de Elena Burke. La conclusión de tan pormenorizado análisis, es que, tanto en las décimas de El Sitio de la Soledad, como en Vicios de la Nostalgia y Revelaciones del Silencio, la poesía de Alexis Castañeda se resuelve a favor de –y desde– la ciudad de Santa Clara con su realidad y su fantasía, donde, en la confrontación entre oscuridad y luz, se demuestra que, al predominar ésta última, el sitio de la soledad no existe realmente, que la nostalgia y el silencio son solamente vicios inofensivos”.

Mariana Pérez Pérez. La décima es un árbol, Centro arte.

“En el prólogo del libro, (Otros alzan las cabezas), Alexis Castañeda Pérez de Alejo, escritor que conoce al dedillo vida y milagros de la fauna sencilla de las noches frescas, catador de los elíxires más insospechados de lo popular en su ciudad, incluidas las últimas generaciones de músicos, subraya la vocación intimista de estos creadores, en quienes se dejar ver «su incursión por cauces contiguos al movimiento poético villaclareño (…) esa manera profusa de poetizar que se tiene por acá”

Arístides Vega Chapú. Maneras de revelar desde el silencio. Últimos días de diciembre del 2004.

Por mucho tiempo permanece ya, la autoridad del crítico que se nos presenta con transparencia, como sucede cuando una persona no está montada en un personaje que le es ajeno, y además, es la de un nombre que acumula todo un arsenal de artículos muy completos, que registran las voces de la trova, la novísima y la tradicional, también sobre el Keeling, la promoción de discos y de fenómenos de la música en general y de los buenos espacios culturales, también lo social. Incluso, me atrevería a decir que cuando transgrede esas fronteras hacia temas menos musicales, lo hace con argumentos que no terminan en conceptos vacíos, con astucia de un periodismo cultural e investigativo serio, que no necesita estirarse, ni esconde su independencia de criterios, sin que por ello asuma dotes de héroe o sabelotodo a ultranza de atrincherarse al espacio inmediato de la provincia.

Su lenguaje es fluido y enriquece el texto sin tropos, lo carga de ironía y algunas veces se da el lujo de ser sarcástico. Cuando la obra de un creador está en sus contenidos, (como referencia), puede esperarse un ojo sumamente critico, avizor, y sin ambigüedades. Se concentra en sus valores y nos adelanta un poco más del estado de esa obra en cuestión y de su permanencia. Pero, el periodismo no es sólo su tierra fértil, la décima, el soneto y la poesía, ocupan un grado de importancia, con jerarquía de quién domina esos espacios que a él le son naturales, poéticas formas de entregarnos su paso existencial, la emoción que inspira y sublima los temas que toca, con sencillez y testimonio, con originalidad de lo que a él le rodea y sabe apropiarse con inteligencia del tono grave.

Nunca lo hace con exceso de anécdota, sus excesos si los hay, se localizan en una zona más profunda de la reflexión con la que indirectamente asume otros tonos que tienden a dinamizar la fuerza expresiva de sus versos y para no acomodarnos en la costumbre de una lectura sin complicaciones, apela a lo hondo de sus temas, sin prejuicios y sin repetir desde la diversidad de los géneros con los que trabaja, sus esencias. Creo que esto lo logra por una especie de encanto, de flash que coloca los recuerdos que evoca en presente, los activa con magia y nos obliga a ser cómplices.

Otras veces he creído ver en sus poemas postales que el poeta nos revela como dice uno de sus libros desde el silencio. Lo hace siempre con transparencia, -que es su máxima-, sin que el cuerpo del libro pase a búsquedas de estructuras y objetos delineados como artesanía, vuelve mejor al campo de las emociones y se confiesa: Ustedes tendrán una enorme página en blanco, / el indescifrable manuscrito del fulgor, / la locuaz estadía de la soledad, / el albo canto del cisne / contra los sencillos muros del silencio.

Véase también

Fuentes