Alexitimia


Alexitimia
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Alexitimia. Es un desorden neurológico que supone la incapacidad de la persona para identificar sus propias emociones y, por lo tanto, la imposibilidad para otorgarles expresión verbal.

Origen

El vocablo alexitimia proviene de las raíces griegas a (sin), lexis (palabra) y thimos, (afecto), es decir, sin palabras para los afectos. El concepto fue desarrollado por el psiquiatra Peter E. Sifneos en 1972. Cuando trabajaba junto a John C. Nemiah en el Beth Israel Hospital, Sifneos advirtió que una gran cantidad de pacientes con trastornos psicosomáticos presentaban muchas dificultades para hablar de sus emociones.

Características

Desde el punto de vista etimológico, alexitimia significa estados anímicos que no se expresan en palabras, o sea, que consiste en la dificultad de no expresar verbalmente las emociones, cosas internas no dichas que conservamos dentro, a veces sin darnos cuenta, sin entenderlas, que buscan una salida a la superficie por medio del cuerpo, produciendo alteraciones orgánicas, como úlceras, problemas respiratorios y de alimentación y también adicciones.

De acuerdo a ciertas estadísticas, la alexitimia afecta al 8% de los hombres y al 1,8% de las mujeres. Por otra parte, alcanza al 30 % de las personas con problemas psicológicos y al 85% de los individuos que sufren trastornos del espectro autista. Los neurólogos han descubierto que los alexitímicos presentan una anomalía en la zona cerebral que se encarga de analizar y formular las emociones. En lugar de mostrar una actividad cerebral adaptada a la intensidad emotiva de cada situación, las personas que sufren este desorden neurológico manifiestan una actividad demasiado débil o excesivamente intensa, que perturba la apreciación justa de la experiencia emocional.

Causas

Las causas de la alexitimia pueden originarse en los primeros años de la infancia, cuando el niño todavía no cuenta con estados mentales jerarquizados y asociados a conceptos. Por eso, aborda las emociones a través de su cuerpo. Si los padres no logran aportar al niño las indicaciones verbales sobre las emociones que experimenta, el pequeño puede encontrarse falto de palabras. Aunque la alexitimia primero se observó en pacientes con trastornos psicosomáticos, hoy en día también es relacionada con toxicomanías, trastornos de la conducta alimentaria, psicopatías y estrés postraumático. Quien sufre alexitimia generalmente se muestra indiferente a lo que le rodea y tiende al aislamiento; alto porcentaje de casos ha sufrido carencias afectivas en la infancia, lo que, sin proponérselo, limita su capacidad para demostrar sentimientos, llegando a afectar las relaciones sociales del paciente, incluyendo las familiares.

Clasificación

La alexitimia apenas se abre paso entre la psiquiatría a nivel mundial como motivo de investigaciones científicas, en nuestros días puede hacerse una clasificación de la enfermedad:

  • Primaria. Se debe a predisposición genética o anomalías neurológicas que pueden presentarse al nacer o por efecto del consumo de drogas. Su fundamento básico parte de que la emoción, en la mayoría de las personas diestras, se localiza en el hemisferio derecho del cerebro y la expresión verbal en el izquierdo, de forma que la poca, o nula, comunicación entre ambas zonas ocasiona incapacidad para expresar y describir sentimientos; cabe destacar que ello no significa que quien la padece no sienta afecto.
  • Secundaria. Como secuela de un traumatismo emocional grave que bien pudo presentarse en la infancia o de una prolongada situación de intenso estrés, lo que ha sido denominado síndrome o trastorno postraumático, el cual incluye alteraciones físicas y psicológicas en quienes han sufrido horror extremo (violación, tortura, secuestro, desastres naturales o accidentes), el cual puede llegar a ser incapacitante.

Lo anterior se observó en un estudio científico con supervivientes de los campos de concentración nazis y veteranos de la guerra de Vietnam. Los especialistas lo explican como un mecanismo de defensa y de negación ante traumas y conflictos, que reprime tajantemente los sentimientos.

Por otra parte, algunos investigadores relacionan estrechamente al factor sociocultural con la alexitimia, del cual forman parte los modelos de comunicación familiar y de aprendizaje social. Un bebé es incapaz de hablar o de organizar sus experiencias emocionales a causa de su inmadurez verbalizadora, por lo cual depende de otra persona para aprender a identificar y manejar sus estados emocionales. Es así que la enseñanza de cariño de quienes lo rodean permitirán al niño expresarse, al mismo tiempo que va creciendo mentalmente. Las constantes anomalías en la comunicación madre-hijo, e incluso padre-hijo, son factores que promueven el desarrollo de esta enfermedad.

Rasgos

Si bien la alexitimia puede aparecer a cualquier edad, incluso desde la infancia, va aumentando con la edad, de modo que por cada 10 jóvenes afectados hay 14 adultos. Las personas que sufren de este trastorno, permanecen en un estado de confusión, insatisfacción y descontento, pero dispuestos a cuidar las apariencias, mientras la procesión va por dentro. Suelen distinguirse por ser aplicadas y por hacer siempre lo correcto. Pueden ser introvertidas, solitarias y centradas más en las obligaciones que en las oportunidades de esparcimiento, les cuesta disfrutar del ocio y se ponen ansiosas si no hacen cosas que consideran de utilidad.

Tienen un alto sentido de responsabilidad, son ordenadas, cumplidoras, puntuales y sobre adaptadas; y esto es lo que les impide tener posibilidad de apertura y limita su perspectiva, pero los hace sentir cómodos.

Sin embargo, pueden tener reacciones inusitadas cuando pierden el control, y ser capaces de actuar en forma violenta, tanto con los demás como con ellos mismos. Pueden recurrir al alcohol o las drogas frente a situaciones de estrés y contar con una larga historia de problemas de salud, que tal vez no los maten pero que si le hagan la vida miserable.

Es probable que se automediquen con ansiolíticos, sin buscar la causa del conflicto que no pueden comprender. Generalmente consultan a algún profesional de la salud por problemas orgánicos o funcionales, cuando fracasa en sus relaciones o cuando no pueden disfrutar de la vida, pero no relacionan sus patologías con sus estados anímicos.

  • Anhedonia (incapacidad para experimentar placer).
  • Ausencia de apetito sexual.
  • Conformismo.
  • Desplazamientos rígidos y lentos.
  • Dificultad para establecer vínculos afectivos.
  • Falta de energía.
  • Impulsividad.
  • Incapacidad para reconocer los estados emocionales ajenos.
  • Nula comunicación; se muestran serios y aburridos.
  • Poca o nula actividad imaginativa, de fantasía o sueños.
  • Tendencia a establecer relaciones interpersonales estereotipadas, ya sea de dependencia o de aislamiento.
  • Visión poco clara de la realidad.

La alexitimia es más común en los hombres, de hecho, por cada 10 varones con este problema sólo hay dos mujeres. La explicación se debe a que la comunicación entre los dos hemisferios cerebrales femeninos es mejor, a diferencia de los masculinos, ya que la estructura que los une (cuerpo calloso) es más voluminoso, lo que facilita mejor interconexión neuronal.

El poco tiempo que la alexitimia tiene de haberse incorporado a la ciencia como motivo de estudio, hace que aun se preste a muchas interrogantes. Una de ellas es el tratamiento, ya que el primer paso para superar el problema es reconocer que se tiene, lo cual, como en muchos trastornos mentales o neurológicos, difícilmente es aceptado por el paciente. Una vez superado este obstáculo debe hacérsele ver la necesidad de ayuda mediante terapias psicológicas apoyadas en alto porcentaje de casos por medicamentos (neurolépticos, ansiolíticos -ambos son tranquilizantes, prescritos para el tratamiento de ansiedad- o antidepresivos).

La ciencia no se detiene y aun se sigue investigando sobre la alexitimia. Es así que igualmente se tienen incipientes indicios de relacionarlo a individuos que han padecido adicciones (alcohol, drogas o conducta sexual compulsiva), hipertensión, artritis reumatoide, enfermedades inflamatorias intestinales (úlcera o colitis), en mujeres durante el síndrome premenstrual y en pacientes con trastornos de conducta alimentaria, como obesidad, anorexia (ausencia de apetito y distorsión del enfermo en cuento a su imagen corporal por temor extremo a la obesidad) y bulimia (igualmente, por miedo al sobrepeso el paciente suele comer compulsivamente y posteriormente toma laxantes, se provoca vómito, ayuna o hace ejercicio en extremo para no alterar su figura).

Asimismo, algunos estudios han arrojado resultados primarios al relacionar el padecimiento con personas que sufren trastornos psicosomáticos, es decir, dolencias físicas sin causa aparente creados por la mente, generalmente como consecuencia de problemas emocionales (depresión y ansiedad).

El Dr. Alonso-Fernández, miembro de la Real Academia Nacional de Medicina, identifica una pregunta clave para descubrir este padecimiento: ¿cómo se sentiría si viera venir hacia usted un camión a más de 100 kilómetros por hora? El psiquiatra indica que mientras la respuesta más habitual es "me sentiría aterrado o paralizado o echaría a correr", el alexitímico contestaría sin dudar "no sé", y se quedaría muy tranquilo sin preocuparse por tal cuestión.

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Fuentes