Alfabeto latino

Alfabeto latino
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Alfabeto Romano o Latino. Alfabeto Romano, también conocido como Alfabeto Latino, constituye el sistema de escritura alfabético más usado del mundo. Con algunas modificaciones, es utilizado en la mayoría de las lenguas de América, la Unión Europea, el África Subsahariana y las islas del Océano Pacífico.

Historia

Los romanos tomaron el alfabeto etrusco para escribir latín y de esta manera lo pasaron a todas las lenguas occidentales de Europa. A medida que Roma se convertía en un imperio mundial, asimilaba los logros y descubrimientos de los pueblos que conquistaba, especialmente de los griegos. Estos logros, a su vez, los esparcieron por todo el imperio desde Bretaña hasta Egipto y desde el Atlántico hasta Mesopotamia.

Cabe destacar que, más allá de su nombre, este alfabeto no ha sido inventado por los romanos. Se trata de un sistema que adoptaron de los etruscos, quienes a su vez lo desarrollaron a partir de las letras del alfabeto griego.

El sentido de la escritura es en bustrófedon y la traducción está sujeta a debate. Esta piedra ha suscitado un considerable material de estudio, al ser considerada el nexo entre el etrusco y el romano y está datada en el siglo VI antes de Cristo.

Desde el siglo XVI se fueron diferenciando los sonidos de la «J» y de la «I». La forma de la «U» se diferenciaba de la «V» ocasionalmente pero la separación no se convertiría en una norma hasta el siglo XVIII.

En la época colonial el alfabeto se extendió por todo el mundo, siendo adoptado por muchas lenguas que anteriormente no tenían forma escrita o desplazando a otras escrituras. También en este periodo contribuyó la cristianización al ser usado por los misioneros para la traducir la Biblia a idiomas no europeos. El alfabeto aumentó su área de distribución por toda América, África, Oceanía y Asia siguiendo la estela expansión del Idioma español, el portugués, el inglés, el francés y el holandés.

Estructura

El alfabeto romano más antiguo contenía sólo 21 letras (sonidos aspirados como th, kh, o ph no los hay en latín) y, al principio, se empleaba una dirección de escritura de derecha a izquierda o en bustrófedon. Algunas inscripciones públicas sobre piedra y metal mostraban separación de palabras por medio de puntos colocados a media altura.

Se descartaron los nombres de las letras griegas de origen semi-semítico, en favor del familiar abecedarium, que todavía utilizamos. La evolución ulterior se limitó a un aumento en el número de las letras (28 en nuestro alfabeto), a alteraciones en la forma y calidad de sonido de ciertas letras y al desarrollo de distintos estilos caligráficos y nacionales.

Además sólo se utilizaban las que hoy en día llamamos mayúsculas. Otros signos ortográficos como puntos, comas, interrogaciones e, incluso, la separación entre palabras, no existían al principio y se fueron desarrollando muy lentamente. No se utilizaban las tildes. Existían, en cambio, algunos otros signos que veremos más adelante.

Originalmente el alfabeto latino constaba de las siguientes letras: A B C D E F Z H I K L M N O P Q R S T V X

  • La letra C representaba el fonema /g/
  • La letra I servía tanto para /i/ como para /j/.
  • La letra V también servía para dos sonidos /u/ y /w/.

Cabe destacar la ausencia de alguna letra equivalente a la j. Los romanos usaban la i tanto para representar el fonema /i/ como el /j/, por ejemplo en palabras como Iulius o iustitiae (Julio y justicia respectivamente).

En las lenguas que en la actualidad usan el alfabeto latino generalmente usan las mayúsculas para empezar párrafos o frases y para los nombres propios. Las reglas para el uso de las mayúsculas evolucionaron con el tiempo y según las distintas lenguas.

Uno de los principales cambios en la historia del alfabeto romano fue la inclusión de las minúsculas, hacia finales de la Antigüedad. Antes sólo se escribía en mayúsculas, aunque la necesidad de poder escribir completamente una letra sin levantar la mano al hacerlo llevó a la creación de las minúsculas, con forma redondeada.

En el [siglo XVIII] al adoptarse la «J» y la «U», quedando establecidas las 26 letras del alfabeto latino básico tal como las conocemos actualmente:

Descubrimiento

Se cree que el origen del alfabeto latino está en la variante occidental del alfabeto griego usado en Cumas, una colonia griega del sur de [Italia] (Magna Grecia), los latinos adoptaron una variante de este alfabeto, a través de los etruscos, en el siglo VII a.C. para transcribir su idioma, al igual que hicieron otros pueblos itálicos de la época.

Del Alfabeto de Cumas derivó el alfabeto etrusco y los latinos finalmente adoptaron 21 de las 26 letras etruscas.

Fuentes