Alfredo de los Angeles López Arencibia


Alfredo de los Angeles López Arencibia
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Nacimiento2 de septiembre de 1890
Sagua la Grande, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento20 de julio de 1926
La Habana, Cuba

Alfredo de los Angeles López. Dirigente obrero de los años 20.

Síntesis biográfica

Nació en Sagua la Grande el 2 de septiembre de 1890 en el seno de una humilde familia. Las necesidades hogareñas le impidieron completar la enseñanza primaria por lo que siendo un adolescente tuvo que entrar a laborar en una imprenta de la localidad, donde aprendió el oficio de tipógrafo. Resultaba tan pequeño por su corta edad para tal oficio, que para manejar la caja de los tipos de la imprenta tenía que subirse en un cajón de madera.

Trayectoria revolucionaria

Joven aun partió de Sagua para establecerse definitivamente en la ciudad de La Habana, lugar este donde continuó trabajando en el mismo oficio que había aprendido en su ciudad natal.

Debido a la destacada labor en defensa de los obreros del sector fue elegido en 1918 como Secretario de la Asociación de Tipógrafos de La Habana, pero su estreno decisivo en el movimiento obrero cubano se produce en el Congreso de 1920 de donde surgió la Federación Obrera de La Habana de la cual fue su tesorero artífice y a esa entidad dirigida por el destacado líder se debió la creación en 1925 de la primera Central Proletaria Cubana: La Confederación Nacional Obrera de Cuba (CENOC), que llenó un gran ciclo de las luchas proletarias de nuestra patria.

Junto a Mella inauguró la Universidad Popular José Martí, símbolo de unidad entre los obreros y estudiantes y de la hermosa amistad entre los máximos dirigentes de proletariado y del estudiantado cubano. Mella consideró que esas fraternales relaciones lo marcaron definitivamente y determinaron su evolución ideológica hacia las posiciones del proletariado, por ello Mella gustaba de llamarlo “Guerrero, Maestro, Hermano y Compañero”.

El 20 de julio de 1926 no regresó como de costumbre a la casa familiar, se cumplía así la amenaza de que había sido objeto diez días antes de esa fecha cuando el mismo asesino machadista, ante la negativa del valiente representante de los obreros cubanos de abandonar las actividades sindicales, le había espetado amenazante que "la cabeza le olía a pólvora".

Muerte

No fue hasta la caída de la dictadura de Gerardo Machado, siete años después, que se supo lo ocurrido. Los esbirros lo habían detenido en plena calle, golpeado hasta dejarlo inconsciente y conducido en auto al Castillo de Atares.

En una fosa excavada en sus laderas fueron encontrados sus restos y como describió la prensa, la posición en que aparecieron, debajo de unos pedruscos, reveló la forma en que fue rematado. Una manifestación de más de 25 000 personas acudió a su entierro. Cuba perdía así al máximo dirigente obrero de los años 20.

En una ocasión, después de muerto, Mella dijo de él:

"¡Sí, Alfredo está con nosotros. No su cuerpo de luchador, su dinamismo asombroso! Pero sí su obra: la que todos debemos terminar"

Fuente

  • Documentos localizados en el Museo Municipal General José Luis Robau.