San Ambrosio

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San Ambrosio
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Religión o MitologíaCatólica
Día celebración7 de diciembre
País o región de origenciudad de Milán,
península italiana

San Ambrosio de Milán (Tréveris, c. 340 - Milán, 397) fue un destacado arzobispo de Milán, y un importante teólogo y orador. Es uno de los cuatro Padres de la Iglesia Latina y uno de los 33 doctores de la Iglesia católica.

Biografía

Más guerrero que intelectual fue el primer cristiano en conseguir que se reconociera el poder de la Iglesia por encima de la del Estado, y desterró definitivamente en sucesivas confrontaciones a los paganos de la vida política romana.

Al principio el reparto de poder entre cristianos y paganos estaba más o menos en equilibrio con Graciano, emperador romano y cristiano católico. Pero Graciano fue asesinado y Roma pasó a manos de Valentiniano II, que era menor de edad y por tanto su madre Justina detentó el poder real. Justina era arriana, por lo que la lucha entre paganos, herejes y católicos se acentuó definitivamente.

Hizo sus estudios en Roma, y comenzó una brillante carrera en Sirmio. El año 374, residiendo en Milán, fue elegido, de modo inesperado, obispo de la ciudad, y ordenado el 7 de diciembre. Fiel cumplidor de su oficio, se distinguió, sobre todo por su caridad hacia todos, como verdadero pastor y doctor de los fieles.

Hijo de un pefecto romano (Simmaco) de las Galias, Ambrosio estudió letras y jurisprudencia en Roma y fue después secretario del prefecto de la ciudad, Petronio Probo. A los 31 años de edad era ya él, a su vez, prefecto de las provincias de Emilia y Liguria, con residencia en Milán. A inicios de su carrera política fue elegido obispo de la diócesis milanesa, que rigió hasta su muerte, acaecida en el año 397. Defendió valientemente los derechos de la Iglesia y, con sus escritos y su actividad, ilustró la doctrina verdadera, combatida por los arrianos. Murió un Sábado Santo, el 4 de abril del año 397.

La leyenda

Cuenta que un día, cuando aún no sabía hablar, estando en el jardín de la residencia de su padre en Tréveris, acudió un enjambre de abejas a revolotear por su rostro, y que varias de ellas se deslizaron, sin picarle, en el interior de su boca. Al verlo, exclamó el prefecto: "Este niño va a ser algo grande". Con algo más de edad, el niño veía que todos besaban cuando del obispo cuando éste visitaba su casa y él presentaba también la suya a los criados y a su hermana, para que se la besaran, diciendo: "¿No sabéis que también yo voy a ser obispo?". Y cuando Petronio Probo le despedía al partir para tomar posesión de su cargo de prefecto en Milán —nombramiento para el cual le había propuesto al emperador—, le dijo: "Ve, hijo mío, y pórtate, no como juez, sino como obispo".

Lo primero que hizo fue perfeccionar su cultura teológica y bíblica, bajo la guía personal o los escritos de maestros como san Basilio, san Cirilo de Alejandría, san Gregorio Nacianceno, y otros eclesiásticos de su tiempo, vivientes o ya difuntos, aparte del famoso sacerdote Simpliciano, que le aleccionaba directamente y que había de ser su sucesor como Prelado de Milán.

Con san Basilio tuvo una especial comunicación y amistad. Desde su juventud había sido Ambrosio hombre de relaciones escogidas. Ya en sus tiempos de Roma frecuentó seguramente a san Jerónimo, a san Paulino de Nola, a santa Paula y a las hijas de esta.

Como escritor

Su obra más voluminosa es el comentario al evangelio de San Lucas; otras obras son tratados sobre los sacramentos y sobre la virginidad. Dejó también escritos contra los arrianos. Finalmente, compuso para el rezo una serie de himnos solemnes, que se utilizan todavía en la liturgia actual.

Fuentes