Amelia Denis Durán de Icaza

Amelia Denis Durán de Icaza
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Poetisa panameña
NombreAmelia Denis Durán de Icaza
Nacimiento28 de noviembre de 1836
Bandera de Panamá Panamá
Fallecimiento16 de julio de 1911
Bandera de Panamá Panamá

Amelia Denis Durán de Icaza. Primera poetisa panameña que publica en los periódicos de mediados y fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Llamada la Alondra del Ancón por ser autora del poema Al cerro Ancón. Vivió la época del Estado federal de Panamá, la construcción del ferrocarril interoceánico, la frustrada construcción del canal francés, el torbellino de las guerras civiles colombianas de la segunda mitad del XIX, la separación de Panamá de Colombia y los primeros años de la construcción del canal por los norteamericanos.

Síntesis biográfica

Nacida en la ciudad de Panamá. Acerca de la fecha exacta de su nacimiento, aparecen dos onomásticos: el 28 de noviembre y el 1 de mayo, que según sus descendientes, es el día que reclama su memoria. Su padre, Saturnino Denis -panameño como la madre, Carmen Durán- era editor de un periódico.

Amelia tuvo dos matrimonios (el primero con Antonio Ramírez y el segundo con José María Icaza, ambos panameños), y un total de cinco hijos: Ernesto, Julia, Florencio y Hebe del primer matrimonio, y Mercedes, del segundo.

Labor cultural

Tres son las circunstancias que han ennoblecido durante el Siglo XX su fama de poetisa y de mujer, primero haber escrito el poema Al Cerro Ancón después de 1903, en el que hizo patente la presencia de este cerro en la sustancia misma de la vida ciudadana, segundo que lo convirtió en un símbolo de la enajenación territorial norteamericana en Panamá y, finalmente haber sido, en el Istmo, la primera mujer que publicara en los periódicos de finales del Siglo XIX, y que escribiera -a través de su vida- una colección de poemas recogidos post mortem en el libro Hojas Secas, publicado en 1927 en León, Nicaragua.

A los veinte años, la joven Amelia, a pesar de haber pasado solamente la Escuela Elemental de Niñas del barrio de Santa Ana, su única educación formal, publicó en La Floresta Istmeña, sección literaria del periódico El Panameño, con los poetas románticos: Gil Colunje, Tomás Martín Feuillet, José María Alemán y Manuel José Pérez. Estas coincidencias invitan a pensar que en las provincias colombianas, una de las cuales fue Panamá entre 1821 y 1903, existieron familias y grupos ilustrados que inclinaban a sus integrantes hacia determinadas áreas de la cultura, lo que explica que, aunque su educación fue muy básica (consecuencia de la época, de la lejanía de la provincia istmeña respecto de Bogotá, y de la situación económica imperante), hubiera alcanzado tan alto sitial en la cultura panameña. Pero, además, hay otro ángulo interesante: tras la conformación de los partidos liberal y conservador, los periódicos panameños, como los colombianos en general, basados en su propio repertorio de ideas (liberales o conservadoras), comenzaron a dar cabida o no a la participación femenina, aunque, contradictoriamente, a las mujeres se les solicitara una entrega total a las labores del hogar y al cuidado del esposo y de los hijos.

En estas circunstancias que les pedía a las mujeres la dedicación a los quehaceres hogareños, Amelia Denis combina estas dos experiencias, porque la poesía fue para ella desahogo, alivio del ánimo.

La poetisa vivió en Panamá, y después, pasó varios años en Guatemala con el señor Icaza, donde publicó en el periódico El Trabajo y en El Bien Público bajo el seudónimo de «Elena». Fallecido su esposo, vivió en León, Nicaragua, desde 1894 hasta 1911 con su hija Mercedes. Allí la sorprendió el 3 de noviembre de 1903, día de la separación de Panamá de Colombia. Lo cierto es que su libro póstumo Hojas secas nos revela una preocupación por la sociedad, que se manifiesta en títulos como El crimen social, Por fin fui rico, El trabajo y otros. Su demanda es de igualdad y libertad en el Siglo XIX, de modo que la envuelve un nimbo de tristeza, dolor y llanto.

En 1879 escribe A la estatua de Colón, poema en el que la interlocutora es Eugenia de Montijo, Emperatriz de los Franceses, quien en el año de 1870 (hay que recordar que el período del canal francés inició en 1880) donó al pueblo istmeño la estatua de Cristóbal Colón, actualmente ubicada en la ciudad de Colón, frente al Caribe. Los asuntos relacionados con lo político ocuparon en su poesía un lugar importante. Escribió un poema A la muerte de Victoriano Lorenzo, A Panamá (sobre una de las guerras civiles colombianas), Patria (1902, que alude a la La Guerra de los Mil Días), y A Chile y Perú (1880, que invita a la paz y el abandono de las discordias a los dos países hermanos).

Su capacidad para registrar tan tempranamente el nombre de Victoriano Lorenzo, habla de su credo liberal y de su valentía. No se olvide que alrededor de Victoriano se levantó una atmósfera negativa, y que fue fusilado. En las páginas finales de su libro está la poesía íntima, dedicada a su familia: el padre, la madre, los hijos, la hermana, los nietos, la vida y la muerte. Después de una visita de su hija Julia tuvo noticias de los acontecimientos panameños tras la separación de Panamá de Colombia, y entonces escribió el poema Al Cerro Ancón, que fue traído a Panamá por su hija, y publicado en El Heraldo del Istmo.

En 1906, viajó a Panamá para visitar a sus hermanas Matilde y Mercedes. Habían pasado tres años de la separación de Panamá de Colombia y dos del inicio de los trabajos de la construcción del Canal. Para ella fue dura la constatación del distanciamiento que había sido marcado en el suelo con una línea blanca para marcar una frontera, un límite que separaba la tierra en la que se ubicaba el cerro Ancón en la Zona del Canal, y se negó a cruzar esa línea divisoria. En el poema da fe de que sabía de los movimientos de todo tipo en el cerro y sus alrededores. En sus faldas había ocurrido una grave alteración del orden natural: llegaba la hojarasca de gentes con motivo de la construcción del canal, crecía la población del arrabal, y llegaba «un extraño» cuya pisada causaba la muerte.

Con este poema se abre a la memoria de los panameños una puerta poética para resguardar el sentimiento patriótico más íntimo y sentido. Por eso, estos versos se convirtieron en clásicos representantes de la lucha por la recuperación del canal.

Muerte

Murió en Nicaragua el 16 de julio de 1911. Los restos de la poetisa fueron repatriados por el Gobierno panameño el 1 de mayo de 1936, 25 años después de su muerte y a los 100 años de su nacimiento. Hoy reposan en el Cementerio Amador.

Casi a un siglo de su muerte, existen sendos monumentos en el Parque de Santa Ana y en el Cerro Ancón, y uno de los corregimientos más poblados del popular Distrito de San Miguelito de la ciudad de Panamá, paralelo funcional del arrabal santanero de los primeros años de Amelia, se honra en llevar su nombre. Además, una escuela primaria, una calle del corregimiento de Ancón y un Centro de Salud se llaman Amelia Denis de Icaza. Asimismo el concurso de poesía Amelia Denis de Icaza fue instituido por la Cámara de Ediles, mediante Acuerdo Municipal No. 20, de 25 de marzo de 2003, modificado luego por el Acuerdo No. 102, de septiembre de 2003.

Fuente

Enciclopedia de cultura cubana en el Caribe.