Andrés Giménez Soler

Andrés Giménez Soler
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Nacimiento1869
Zaragoza, Bandera de España España
Fallecimiento1938
Zaragoza,Bandera de España España
OcupaciónHistoriador

Andrés Giménez Soler fue un historiador y arabista español, archivero de la Corona de Aragón, rector de la Universidad de Zaragoza, presidente de la Real Sociedad Fotográfica de Zaragoza, gobernador civil de Gerona y miembro de las Reales Academias de Historia, Bellas Artes de San Luis y de la de Ciencias de Zaragoza.

Trayectoria profesional

Excepcional catedrático e investigador formado en Zaragoza, en cuya Facultad de Letras recibió fuerte influencia de su profesor Pablo Gil, quien le hizo preocuparse por el arabismo entonces en boga en la Universidad zaragozana; doctorado en Madrid, oposita al Cuerpo Facultativo de Archivos, ganando plaza en 1893 con destino en el Archivo de la Corona de Aragón de Barcelona, a la sazón bajo la dinastía de los Bofarull. Allí, durante doce años, se dedica a estudiar fuentes documentales aragonesas y comienzan sus primeras publicaciones sobre figuras del reino, instituciones y temas arabistas; su primer trabajo sustancial para el futuro será el relativo al origen del Justicia de Aragón.

Sus lecturas intensas de los registros de Cancillería y de las cartas diplomáticas de aquel archivo le llevaron a trabajar sobre dos reinados de su preferencia, Jaime II de Aragón y Alfonso V así como sobre Justicias aragoneses, la reina María de Castilla, los Infantes de Aragón, las cuentas reales, etc.; entonces inicia su preocupación por cautivos, pastores, labradores, moriscos, judíos, riegos, cuestiones agrarias, señoríos o administración local. Por la vía de las cartas diplomáticas accederá Giménez Soler a estudios literarios: fue el caso de sus trabajos sobre el infante Juan Manuel. Por aquellos años será designado académico de la Real de Buenas Letras de Barcelona.

En 1899 ganó por oposición cátedra de Historia de España Antigua y Media en Sevilla, con el espaldarazo de Hinojosa; de inmediato era trasladado a la Universidad de Zaragoza, que ya no abandonaría; durante veinte años dedicará el verano a largas estancias en el Archivo de la Corona de Aragón, mientras el curso zaragozano se llenaba de otras investigaciones en los archivos de la ciudad, especialmente el notarial y el de la Casa del Canal; no dejó de frecuentar tampoco, con ocasión de estancias en Madrid por comisiones oficiales, los de la capital de España. Su preocupación por Aragón le hizo permanente viajero por todas sus tierras para saber del paisaje, de los problemas de la tierra, sus gentes campesinas y autoridades locales.

Por sus condiciones personales o de los alumnos que tuvo no formó escuela, aunque muchos profesores espiritualmente se consideran discípulos, pues han seguido sus orientaciones metodológicas y temáticas de sus investigaciones. En sus veinticinco años de catedrático en Zaragoza, escribió y publicó cerca de un centenar de libros y monografías sobre historia, especialmente de España, y de todas sus épocas, sobre arte, sobre arabismo, sobre geografía, sobre temas docentes y aun filosóficos. Su preocupación de historiador fue hallar claves de la conducta humana muchas veces en el impacto del ambiente geográfico; su generosidad con alumnos fue proverbial, facilitando a más de un doctor prácticamente todos los apuntamientos que necesitaba para su tesis doctoral.

La nota característica de su trabajo fue la labor individualista, apartada de todos los «ismos», su devoción por la figura de Fernando II el Católico , por el Río Ebro como protagonista de la historia aragonesa, su apasionamiento en ciertos temas polémicos (Jaime de Aragón, conde de Urgel, la frontera catalano-aragonesa, el Justiciazgo aragonés, Alfonso V, la España primitiva, las controversias con Schulten, Pedro de Luna Benedicto XIII de Aviñón). Recibió numerosos premios por algunas de sus obras. Fue académico correspondiente de la Real de la Historia, rector de la Universidad de Zaragoza en 1911-13, académico de número de la Academia de Bellas Artes de San Luis de Zaragoza . En 1937 cuidó del Archivo municipal de Zaragoza, al que dio nueva ordenación de sus fondos.

Fue profesor excepcional, sin gran sometimiento a programas concretos, ameno sobre todo en sus conversaciones con un reducido grupo de alumnos, fuera ya de las clases, en largos paseos y excursiones. Su obra más divulgada fue La Edad Media en la Corona de Aragón, que llegó al gran público. Se consideraron discípulos suyos Pascual Galindo Romeo, Rafael Sánchez Ventura, José Manuel Blecua Teijeiro , Ángel Canellas López, etc.

Fuentes