Anexo:Colección Egipcia (Museo Británico de Londres)

Dicha colección egipcia comenzó a organizarse desde la misma fundación del museo, en 1753. Se ha ido incrementando paulatinamente desde entonces hasta convertirse en la más grande de su categoría después del propio museo de El Cairo. Esta circunstancia ha hecho incluso que muchos nacionalistas egipcios hayan hablado de expolio y clamen para que el gobierno del país norafricano exija la devolución de esos tesoros arqueológicos. Lo cierto es que hasta 1913 la legislación egipcia permitía la exportación del patrimonio arqueológico con la condición de que existiese el compromiso del propietario de mantener las piezas en buen estado, por lo que la posesión de esos tesoros por parte del museo es totalmente legal. Como mencionamos, la colección de momias es de lo más visitado en el museo, tal vez por las leyendas que se han forjado en torno a ellas. Recientemente, el museo nos ha deleitado mostrándonos el resultado de un trabajo exhaustivo con las últimas tecnologías 3D, que ha permitido descifrar los secretos de la momia del sacerdote Nesperennub, de casi 3.000 años de antigüedad. La momia se encuentra dentro de un sarcófago que no puede ser abierto, pues se correría el riesgo de que el cuerpo se deteriorase.


Principales piezas de la colección

Estatua-bloque de Sennefer

Supervisor de los portadores del Sello durante el reinado de Tutmosis III Tebas Occidental
Dinastía XVIII, c. 1.450 a.n.e.
Altura: 89,8 cm.
Colección Salt 1821
EA 48

Estatua de Sennefer

Las estatuas-cubo se colocaban preferentemente en los templos – esta podría provenir del templo funerario del rey de Sennefer, Tutmosis III (1479-1425 a. n. e.). Sennefer fue también el ocupante de la Tumba Tebana núm. 99, e igualmente aparece en muchos monumentos del reinado de Tutmosis. El ‘supervisor de los portadores del sello’ en la Tebas del Imperio Nuevo (1550-1070 a. n. e.) era el principal oficial responsable de los asuntos financieros.

Como personaje importante y de considerables recursos, Sennefer pudo emplear a expertos artesanos para tallar su preciosa estatua-cubo, uno de los mejores ejemplos de este estilo. No se ha esculpido ningún detalle personal, si exceptuamos la cara y las manos, y esto contribuye a centrar nuestra atención en el rostro sereno de la figura, que está soberbiamente tallado y pulido.

La gran superficie vacía de las estatuas-cubo ofrecía enorme espacio para los textos, y concretamente esta tiene tres inscripciones separadas. La parte frontal consta en gran parte de una elaborada oración para las ofrendas funerarias de Sennefer. La segunda parte, que va desde las rodillas hasta la base, es una alocución de Sennefer pidiendo estar bien provisto tras su muerte. Finalmente en las columnas a cada lado de los pies, la inscripción da cuenta de los nombres de los padres de Sennefer

Pareja sin identificar

Caliza
Dinastías XVIII-XIX (c. 1300 a. n. e.)
Altura 130 cm
EA 36

Pareja sin identificar

No se conocen los nombres de esta pareja, o de dónde proviene este grupo escultórico, aunque cierto número de estatuas similares han aparecido en Saqqara. Los monumentos más grandes de esta época en Saqqara son tumbas como las de Horemheb y Maya, que, con sus impresionantes pórticos, patios peristilos y complejas capillas, se conocen como ‘tumbas-templo’. Se lograron excavar apropiadamente durante el último cuarto del siglo XIX.

El hombre lleva una detallada peluca larga y una vestidura larga con mangas, mientas que su esposa luce una enorme peluca envolvente y un vestido de manga larga. El estilo de estas figuras es característico de los últimos años de la Dinastía XVIII, más o menos durante el reinado de Amenhotep III (1390-1352 a. n. e.), o quizás principios de la Dinastía XIX (1295 a. n. e.).

Henry Moore (1898-1986), uno de los artistas británicos del siglo XX más reconocidos internacionalmente era un asiduo visitante del Museo Británico. Moore dijo una vez:

"…el noventa por ciento de mi conocimiento y aprendizaje sobre escultura viene del Museo Británico."

Él, particularmente, admiraba esta escultura, que fue la inspiración de su Rey y Reina (1952-1953) en la actualidad en la Tate Gallery de Londres. En 1998, como parte de un tributo en el centenario de su nacimiento, la Tate Gallery cedió Rey y Reina al Museo Británico. Las dos parejas se exhibieron juntas en la Sala de Escultura, como si estuvieran conversando.

Busto colosal de caliza de Amenhotep III

Del Templo funerario de Amenhotep III, Tebas
Dinastía XVIII, c. 1350 a. n. e.
Altura: 150 cm.
EA 3

Busto de Amenhotep

Amenhotep III encargó cientos de esculturas para su templo funerario de la orilla izquierda del Nilo en Tebas, aunque la localización exacta de muchas de ellas nos sea desconocida. Entre ellas había no sólo figuras del rey, sino un amplio abanico de esculturas de animales realizadas en diversos tipos de piedra. Una de las características del reinado de Amenhotep III fue el uso generalizado de la escultura colosal.

La cabeza del coloso de caliza y la parte superior del torso nos muestra al rey con el pecho desnudo, aunque luciendo un collar decorativo. En la cabeza lleva el tradicional tocado a rayas llamado nemes, rematado por una cobra enroscada (úreo). Originalmente la estatua tenía una barba falsa, que resultó fatalmente dañada. En el Museo Británico se conservan diversas partes de grandes esculturas del templo funerario de Amenhotep III.

Evidencia de la persecución oficial de la historia de un faraón

Tebas
Dinastía XVIII, c. 1450 a. n. e.
Altura: 52 cm
Colección Salt, 1835
EA 1131

Estatua de Inebny

La inscripción de esta estatua-cubo contiene una fórmula de ofrendas convencional, así como el nombre de Inebny y sus títulos como jefe de los arqueros y supervisor de las armas reales. También se consigna que los consiguió ‘como favor’ de los dos soberanos Hatshepsut (1479-1457 a. n. e.) y Tutmosis III (1479-1425 a. n. e.), quienes gobernaron Egipto en corregencia durante un tiempo. El nombre de Hatshepsut va precedido por la frase ‘diosa perfecta de las Dos Tierras’, una versión femenina de los títulos del faraón. Sin embargo, los nombres de Hatshepsut fueron posteriormente borrados.

Tutmosis III era hijo de Tutmosis II (1492-1479 a. n. e.) y una esposa secundaria llamada Isis, y tan sólo tenía 6 años cuando accedió al trono. Por consiguiente, Hatshepsut, Gran Esposa Real de Tutmosis II, actuó como regente. En algún momento de su año 7 de reinado, Hatshepsut se declaró faraón y adoptó la iconografía y la titulatura real completa. Se convirtió así en la segunda mujer gobernante en Egipto. Ella jamás negó que Tutmosis III fuera también rey, pero lo mantuvo en un segundo plano hasta su muerte en el año 21 de su reinado.

Una vez desaparecida la reina, se desencadenó una persecución oficial de la memoria de Hatshepsut, y sus nombres fueron borrados de los monumentos.

Los jeroglíficos incisos del texto están pintados de azul para destacar sobre el fondo blanco. El color negro de la peluca y de los ojos y cejas dan a esta estatua un aspecto particularmente impactante.

Estatua de granito de Sesostris III

Deir el-Bahari, Tebas
Dinastía XII, c. 1850 a. n. e.
Altura: 142,4 cm.
Donación del Egypt Exploration Fund, 1905
EA 686

Estatua de Granito

Obra maestra de la escultura del Reino Medio. Esta estatua de Sesostris III (1874-1855 a. n. e.) a tamaño natural es una de las tres de aspecto similar que hay en la colección del Museo Británico procedentes de las excavaciones del templo funerario del rey Nebpehtire Mentuhotep II (2055-2004 a. n. e.) antecesor de Sesostris. Mentuhotep había promovido el culto al dios tebano Montu, y al parecer Sesostris apoyaba ese culto, por lo que se dedicaron estas estatuas en señal de respeto tanto al dios como al anterior rey.

Estas estatuas, que muestran a Sesostris en actitud de oración, en pie con sus manos abiertas pegadas al faldellín, son los primeros ejemplos de esta postura devocional. Contrastando con su torso juvenil, la cara del faraón aparece surcada de arrugas y líneas de expresión. Sus enormes orejas pueden simbolizar la disposición del rey a escuchar. Este nuevo estilo representativo, tan diferente de los retratos idealizados de otros periodos, es característico de este reinado. La literatura contemporánea nos habla de como la carga más pesada del gobierno recaía sobre el faraón, y esta efigie poderosamente modelada, así parece reflejarlo. La expresividad del retrato refleja más la realeza que la parte personal. T.G.H. James describe esta obra como ‘el retrato de un reinado responsable’.

Estatua de Jaemuaset en conglomerado de arenisca

Cuarto hijo de Ramsés II portando estandartes del dios Osiris

Asiut, probablemente con origen en Abido
Dinastía XIX, c. 1250 a. n. e.
Altura: 138 cm
Anchura: 43,1 cm
Profundidad: 55 cm.
Donación de Samuel Sharpe
EA 947
Sala 47 – Escultura Egipcia, pared este.

Estatua

En su largo reinado, Ramsés II (1279-1213 a. n. e.) tuvo muchos hijos con un número indeterminado de esposas. El mejor conocido fue ciertamente el cuarto, Jaemuaset, quien dejó muchos vestigios de sus actividades en Egipto. A edad temprana, Jaemuaset se dedicó al culto del dios Ptah en Menfis, y pasó el resto de su vida en la región menfita. Es conocido, quizás, por ser el primer egiptólogo, ya que dejó numerosas inscripciones informando de sus visitas para limpiar y reparar partes de las pirámides de Giza y Saqqara. Igualmente fue el responsable de los trabajos en el lugar de enterramiento de los toros Apis en Saqqara, siendo, quizás, enterrado allí mismo. En tiempos posteriores se decía de él que fue mago.

La estatua probablemente estuvo destinada a ser colocada en el Templo de Abido. Nos muestra a Jaemuaset evidenciando su devoción a Osiris al sostener uno de los símbolos del dios, el emblema del nomo de Abido.

La ejecución de la estatua en arenisca con una enorme veta de un conglomerado de guijarros, pone de manifiesto la maestría con la que trabajaron los escultores para conseguir una obra así a partir de un material tan difícil.

León de granito rojo de Amenhotep III

Soleb, Sudán
Dinastía XVIII, c. 1370 a. n. e.
Altura 111 cm.
Longitud: 216 cm
Donación de Lord Prudhoe, 1835
EA 2

León de Granito

Este león es uno de los dos encontrados en el yacimiento meroítico de Gebel Barkal por Lord Prudhoe, por lo que a veces se les llama ‘los leones Prudhoe’. Originarios del Templo de Soleb en Nubia, los leones actuaban de guardianes ante el templo construido por Amenhotep III (1390-1352 a. n. e.), un elaborado monumento dedicado al culto del rey como ‘Señor de Nubia’ divinizado y personalizado en el león.

Las inscripciones en ambos leones reflejan su reutilización por parte de otros gobernantes. Originalmente fueron inscritos por Amenhotep III, y después renombrados por Tutanjamón (1336-1327 a. n. e.), junto con una indicación de que eran desplazados por su sucesor Ay (1327-1323 a. n. e.). En el siglo III a. n. e., el gobernante meroítico Amanislo se llevó los leones hacia el sur a su ciudad de Gebel Barkal, e hizo grabar sus nombres en ellos.

Curiosamente estos leones no están representados en la forma tradicional de esfinge, es decir, con las patas delanteras estiradas al frente, sino que aparecen en una postura mucho más natural, echados sobre su costado y con las garras cruzadas. A menudo se los considera un ejemplo de la maestría que tenían los egipcios para representar animales, incluso a gran escala.

Estatua de caliza pintada de Nenkheftka

Oficial provincial del Reino Antiguo

Deshasha
Dinastía V, c. 2400 a. n. e.
Altura: 134 cm
Donación del Egypt Exploration Fund
EA 1239

Estatua caliza pintada

La estatua proviene de la tumba de Nenkheftka en Deshasha. Las estatuas de bulto redondo fueron características de las tumbas del Reino Antiguo (c. 2613-2160 a. n. e.). Las tumbas a menudo contaban con una capilla dedicada a la estatua, conocida con el nombre árabe de serdab. Estas estatuas se hacían con el fin de salvaguardar la memoria y la personalidad del difunto cuando estaba vivo, de manera que, aunque su cuerpo se destruyera, su espíritu fuera capaz de residir en la estatua.

Es raro encontrar estatuas que daten de la dinastía V que, como esta, provengan de fuera de las necrópolis asociadas a Menfis, la capital. Este ejemplo es de mucha mayor calidad que cualquiera de las de las provincias, y tiene mucho en común en cuanto al estilo con las de Menfis. La soberbia representación de los rasgos faciales y de los detalles de la peluca, la convierten en una obra maestra de la escultura egipcia.

De su tumba sólo sobrevivió la estatua de Nenkheftka, aunque contenía otras esculturas que ahora se exhiben en otros museos, como el del Cairo y el de Bellas Artes de Boston.

Hombre Predinástico

Reconstrucción de un pozo funerario egipcio

Presumiblemente originario de Gebelein
Periodo Predinástico Tardío, c. 3400 a. n. e.
Longitud: 163 cm
EA32751

Hombre predinástico

Este hombre murió hace más de cinco mil años. La reconstrucción de su enterramiento; ilustra sobre la costumbre de los primeros egipcios de colocar el cuerpo en posición fetal. Antes de que se desarrollaran las técnicas de momificación (c. 2700 a. n. e.), los cuerpos se depositaban en tumbas poco profundas en contacto directo con la arena del desierto. Esto hacía que el cuerpo no se corrompiese, debido a la seca y ardiente arena que absorbía toda el agua (75%) del cuerpo humano. Sin humedad las bacterias no sobreviven ni pueden causar corrupción, por lo que el cuerpo queda preservado de modo natural. Este cuerpo ha permanecido particularmente bien conservado, incluso conservando el pelo y las uñas de manos y pies.

Incluso en tiempos posteriores, quienes no podían permitirse el gasto de una momificación eran enterrados de manera similar a la de este hombre, si bien según fueron avanzando los tiempos, ya colocaban el cuerpo estirado. La excavación de tumbas predinásticas nos ha aportado mucha de la información que poseemos acerca de las fases más tempranas de asentamiento en el Valle del Nilo. Este cuerpo está rodeado por varios objetos funerarios, todos ellos auténticos y provenientes de otras tumbas del periodo predinástico. La distribución de estos objetos es la típica, con las joyas cerca de la cabeza.

Sarcófago interior de Henutmehyt

Sacerdotisa tebana

Tumba de Henutmehyt, Tebas
Dinastía XIX, c. 1250 a. n. e.
Altura: 187 cm
Ancho: 46 cm.
EA48001

Sarcófago interior de Henutmehyt

El sarcófago interior de Henutmehyt está enteramente cubierto por una lámina de oro, además de su peluca, ojos y cejas. Este uso abusivo del oro y la alta calidad del resto de su ajuar funerario nos indica que Henutmehyt era una mujer acaudalada.

Como es habitual en los sarcófagos de esta época, sus brazos aparecen cruzados en el pecho. Sus manos están esculpidas en tres dimensiones con sus delicados dedos extendidos. En la parte inferior hay una imagen de Nut, la diosa del cielo, con sus alas desplegadas protegiendo a la difunta. Nut también aparece en el sarcófago exterior y el la placa interior.

El cuerpo inferior está dividido en secciones por una banda de texto vertical que cruzan otras tres bandas de texto horizontales. Este diseño es el que aplicaban a las vendas exteriores de las momias, y que dividía claramente el espacio en seis secciones. Las cuatro superiores estaban dedicadas a los cuatro hijos de Horus, responsables de la conservación de los órganos internos del difunto, y que también podían ser invocados para guardar la momia. Las dos áreas ingeriores, sobre los pies, estan dedicadas a Isis y Neftis, quienes también velaban por el difunto.

Sarcófago exterior de Bakenmut

Padre Divino de Amón

Bab el-Gasus, Tebas
Dinastía XXI, 1070-945 a. n. e.
Longitud: 208,4 cm.
Donación del Gobierno Egipcio
EA24792

Sarcófago exterior de Bakenmut

Sarcófago exterior de Bakenmut

El sarcófago exterior de Bakenmut nos lo presenta con un tocado rayado coronado por una flor de loto y con un collar-guirnalda alrededor de sus hombros y torso. Esta decoración a menudo aparece en los sarcófagos del Imperio Nuevo y principios del primer milenio a.n.e.

Las manos cruzadas de Bakenmut sostienen un pilar dyed y un amuleto tit. En la parte inferior vemos a una diosa Nut arrodillada con las alas extendidas para proteger la momia. A menudo la diosa Nut está así representada en los sarcófagos exteriores de este periodo y del precedente Imperio Nuevo.

El exterior del sarcófago está cuajado de pequeñas escenas. La pintura está aplicada en una capa tan gruesa que los trazos parecen ligeramente en relieve. Las escenas nos muestran a divinidades tales como Osiris, Isis y Neftis y las relacionadas con el ciclo solar, como el escarabajo Jepera bajo diversas formas momificadas.

La característica principal del interior del sarcófago es un gran pilar dyed rematado por una triple versión de la corona de Osiris, ornamentada con cuernos de carnero. En la parte superior aparece un enorme pájaro ba cuyas alas flanquean la cabeza de la momia.

Sarcófago dorado de Henutmehyt (exterior)

Cantante y sacerdotisa de [[Amón], dama de alto rango de finales del Imperio Nuevo

Tumba de Henutmehyt, Tebas
Dinastía XIX, c. 1250 a. n. e.
Altura: 208 cm
Ancho: 59 cm.
EA48001

Sarcófago dorado

Los sarcófagos de Henutmehyt, originalmente unos dentro de otros, son todos antropomorfos. Al igual que las estatuas de las tumbas, esta forma de sarcófago se concibió para proveer al espíritu de un cuerpo suplente en el caso de desaparición de la momia. La forma física, con los brazos cruzados, junto con las inscripciones y figuras de dioses protectores enfatizan la identificación del difunto con el dios Osiris. Esto implicaba que, como él, el difunto experimentaría la resurrección.

El sarcófago exterior de Henutmehyt nos muestra una imagen magníficamente idealizada de la difunta, adornada con su peluca. Un collar se extiende sobre su pecho, y bajo este, un pectoral flanqueado por los ojos udyat cuya función era la de proteger. La diosa-cielo Nut extiende sus alas protegiendo el cuerpo, mientras que el texto jeroglífico la invoca.

Unas bandas verticales y horizontales dividen la tapa en secciones compartimentadas que están ocupadas por las figuras de los Hijos de Horus y las diosas Isis y Neftis. En los laterales del sarcófago aparecen representadas otras divinidades.

Placa de momia de Henutmehyt

Sacerdotisa tebana

Tumba de Henutmehyt, Tebas
Dinastía XIX, c. 1250 a. n. e.
Altura: 173 cm.
Ancho: 38 cm.
EA48001

PLaca de la momia de Henutmehyt

La exquisita calidad del ajuar funerario de Henutmehyt nos la muestra como una persona de clase social elevada. Su momia estaba protegida por una máscara y una placa de madera pintada, además de los dos sarcófagos. La combinación de máscara y placa es típica de los enterramientos de la dinastía XIX. Se colocaba directamente sobre el cuerpo vendado dentro del sarcófago interior.

La placa de momia de Henutmehyt esta realizada en madera de cedro importado de gran calidad, que posteriormente se emplasteció y se cubrió con lámina de oro. Su máscara se diferencia de otros ejemplos de épocas anteriores en que cubre toda la parte superior del cuerpo, incluyendo sus brazos cruzados. La difunta aparece exactamente igual que en los dos sarcófagos.

Lleva una peluca larga coronada por una flor de loto, y sus mechones están entrelazados con tiras de oro. Lleva un elaborado collar alrededor del cuello. La plancha tiene una tira central y numerosas bandas horizontales con textos.

Historia de la conservación de la Piedra Rosetta

Piedra Rosetta

Cuando en 1799 se descubrió la Piedra Rosetta, los caracteres que cubrían su superficie se copiaron inmediatamente. Se aplicó tinta de imprenta a la piedra y se puso papel blanco sobre ella. Al quitar el papel, se contaba con una copia exacta del texto, pero como si la viéramos en un espejo. Desde entonces se han hecho multitud de copias o facsímiles utilizando diversos materiales. Inevitablemente, la superficie de la piedra acumuló muchas capas de los restos de materiales utilizados en estas técnicas, a pesar de los intentos de eliminar los residuos. Una vez se puso en exhibición, la grasa de cientos de manos humanas deseosas de tocar la piedra no hizo más que agravar el problema.

La oportunidad de investigar y limpiar la Piedra Rosetta surgió cuando este famoso objeto se convirtió en la pieza central de la exposición Cracking Codes que albergó el Museo Británico en 1999. Al iniciar el trabajo de retirar todo excepto los materiales originales, la piedra era negra y las letras blancas. Según fue progresando el tratamiento se analizaron las sustancias que la ensuciaban: grasa de las manos humanas, una capa de cera carnauba que databa del 1800, y la tinta de imprenta del 1799, y se limpió utilizando bolas de algodón y linimento de jabón, alcohol, acetona y agua purificada. Finalmente, la pintura blanca del texto, aplicada en 1891 y que se había dejado como recubrimiento protector, se limpió con bolas de algodón y agua purificada. Una pequeña parte en el ángulo inferior izquierda se dejó tal y como estaba para mostrar el aspecto ennegrecido que presentaba.

La piedra tiene un tono gris oscuro rosado, con una veta rosácea atravesándola. Hoy en día se pueden ver restos de marrón rojizo en el texto. Este material resultó ser un mineral llamado hidroxiapatita, y el color puede ser debido a algunas vetas de hierro. Este material pudo se aplicado deliberadamente, pero no hay pruebas de ello. Los expertos desconocen si este mineral pudo ser usado como pigmento, ni si se usó como base para otra pintura.

La Piedra de Shabako

Copia de un papiro comido por los gusanos

Menfis
Dinastía XXV. c. 700 a. n. e.
Altura: 66 cm.
Ancho: 137 cm.
Donación del Duque de Spencer
EA498

Copia de un papiro comido por los gusanos

. Durante las dinastías XXV y XXVI (747-525 a.n.e.), los egipcios a menudo utilizaban modelos y estilos de épocas anteriores para reforzar sus artes y su literatura. Los textos adquirían un aire de autenticidad si se aducía que eran copias de documentos anteriores. Según este texto, el rey Shabako (c. 716-702 a.n.e.) inspeccionaba el Templo de Ptah cuando vio horrorizado que un rollo de papiro estaba siendo devorado por los gusanos. Inmediatamente ordenó grabar en piedra la parte restante del texto. El recopilador del texto reprodujo la presentación de los documentos antiguos e introdujo una serie de arcaísmos, dando así un aire de antigüedad a la pieza. Sin embargo el texto es mucho más tardío de lo que se pretende. La losa fue posteriormente reutilizada como piedra de molino, dañando la inscripción jeroglífica.

El texto de la piedra, a veces llamado ‘Teología Menfita’, sitúa a Ptah, principal dios del área menfita y patrono de los artesanos, en el centro de la existencia. Incluso lo proclama dios-creador, describiendo como dio vida al mundo por medio de otorgar nombres a las cosas, separando la luz de la oscuridad, la tierra del agua, el cielo de la tierra, etc.

No hubo una versión única del mito de la creación en el antiguo Egipto. El más extendido fue el de la creación por parte de Atum, pero las versiones difieren para cada divinidad local, y una multitud de templos reclaman para sí ser el lugar donde esta se originó. Shabako fue un rey de la expansionista dinastía Nubia, cuya capital estaba en Sudán. Al dar tal relevancia al patrón del área menfita, su intención quizás fue la de asegurarse la adhesión del clero de Menfis, al ser este un colectivo influyente en el recién conquistado Egipto.

Barca de granodiorita con una estatua de Mutemuia como diosa Mut

Un acertijo escultórico

Karnak
Dinastía XVIII, c. 1400 a. n. e.
Longitud: 225 cm.
Anchura: 10,5 cm
EA43

Barca de Granodiorita

Mutemuia fue la esposa principal de Tutmosis IV (1400-1390 a. n. e.) y la madre de Amenhotep III (1390-1352 a. n. e.). Ella ayudó al establecimiento de un templo dedicado a la diosa Mut en el ala sureste del Templo de Amón en Karnak. Es posible que esta escultura proceda de allí. Fue descubierta en el suelo del santuario principal de Karnak. La escultura es ciertamente votiva, un objeto dedicado a una divinidad particularmente con la esperanza de que un determinado deseo se realice.

La pieza hace un gran juego de palabras con la asociación del nombre de la diosa y el de su oferente. La figura de la barca probablemente represente a Mutemuia como diosa Mut. Hay también un ingenioso acertijo con los nombres en el diseño de la estatua. Mutemuia significa ‘Mut está en su barca’, y esto es exactamente lo que muestra la escultura. En la proa de la barca vemos un sistro (especie de sonajero) con la cabeza de Hathor, un símbolo sagrado normalmente asociado con las mujeres.

Página del Libro de los Muertos de Hunefer

El juicio de los muertos en presencia de Osiris

Tebas
Dinastía XIX, c., 1275 a. n. e.
Altura: 39 cm.
EA9901/3

Página del Libro de los Muertos de Hunefer

La escena se lee de izquierda a derecha. En la izquierda Anubis lleva a Hunefer a la sala del juicio. Anubis también aparece supervisando la balanza del juicio. El corazón de Hunefer, representado como un recipiente, se pesa contra una pluma, el símbolo de la diosa Maat –el orden establecido- que en este contexto significa ‘lo que está bien’. Los antiguos egipcios creían que el corazón era el lugar donde residían las emociones, el intelecto y el carácter, por lo que representaba los aspectos buenos o males de la vida de una persona. Si el corazón no estaba en perfecto equilibrio con la pluma, la persona juzgada era condenada a la no-existencia, y a consumirse devorada por la feroz ‘devoradora’ Ammit, la extraña bestia que aparece como parte cocodrilo, parte león y parte hipopótamo. El dios Thot actúa de notario de toda la escena, y una cabeza de Horus aparece en el fiel de la balanza.

No obstante, al ser este un papiro dedicado a asegurar la vida eterna de Hunefer, este supuesto no está descrito, sino que aparece a la derecha, conducido ante la presencia de Osiris de la mano de Horus, después de haber sido declarado ‘justo de voz’ o ‘justificado’. Este era un epíteto común que se aplicaba a los difuntos en sus textos. Osiris aparece sentado bajo un dosel, con sus hermanas Isis y Neftis. A un lado aparecen los cuatro hijos de Horus, Amset, Hapy, Qebsenuf y Duamutef saliendo de una flor de loto. Ellos son los encargados de guardar las vísceras del difunto en los cuatro vasos canopos. En la parte superior aparece Hunefer adorando a una hilera de dioses que supervisan el juicio.

Maqueta mostrando la fabricación del vino, del pan y una carnicería

Tumba de Shebekhetep en Beni Hassan
Reino Medio, 2125 a. n. e.
Longitud: 40,6 cm.
Ancho: 24,3 cm.
EA41576

Maqueta

Las ofrendas alimenticias tenían como función mantener al difunto durante la vida eterna, pero en realidad no duraban mucho más allá del día del entierro. Durante el Reino Medio (c. 2040-1750 a. n. e.) los propietarios de tumbas de clase social alta a menudo hacían colocar maquetas de madera pintada para asegurarse un suministro de ofrendas que perdurasen a través del tiempo, y que pudieran utilizarse mediante la magia cuando fuera necesario.

Estos modelos pueden mostrar diversos aspectos de la producción de comida, desde el trabajo de los campos, hasta que se lleva el pan como ofrenda a los difuntos. Muchos muestran algunos de los elementos en la elaboración de las comidas, entre ellos la fabricación del pan.

Este ejemplo muestra algunas de las fases de la fabricación del pan y la cerveza, así como de un matadero de carne para consumo humano. A la derecha aparece un buey inmovilizado es sacrificado por un matarife armado de cuchillo. Los procesos de fabricación del pan y la cerveza estaban Íntimamente relacionados: en ambas elaboraciones, en primer lugar se molía el grano. El del pan se representa a la izquierda, con dos tipos de horno, atendidos por dos sirvientes. Las fases de fabricación de la cerveza están representadas por un aguador, el filtrado de la mezcla, y una jarra de cerveza. Las figurillas de esta maqueta aseguran el sustento que el propietario de la tumba pueda necesitar en su vida eterna.

Busto Colosal de Ramsés II, el joven Memnón

Una de las mayores piezas de escultura egipcia del Museo Británico

Ramesseum, Tebas
Dinastía XIX, c. 1250 a. n. e.
Altura: 266 cm
Ancho: 203,3 cm (de hombro a hombro)
Colección Henry Salt
EA19

Busto colosal de Ramsés II

Ramsés II sucedió a su padre Seti I alrededor de 1279 a. n. e. y gobernó durante 67 años.

Con un peso de 7,25 TM, este fragmento de su estatua fue tallado en un solo bloque de granito bicolor. El faraón aparece luciendo el tocado nemes coronado por una diadema con una cobra. El escultor se ha valido de ligeras variaciones del estilo convencional para adaptar su obra a la mirada del espectador, inclinando ligeramente los ojos hacia abajo, de manera que la figura se relaciona más con quien la mira desde abajo. En 1816 Giovanni Belzoni la sacó del templo funerario de Ramsés II en Tebas (Ramesseum). Belzoni escribió un fascinante relato sobre sus esfuerzos para moverla, tanto en el sentido físico, como en el político. Se dice que agujero a la derecha del torso fue practicado por los miembros de la expedición de Napoleón a Egipto a finales del siglo XVIII, en un intento infructuoso de sacar de allí la estatua. La inminente llegada de esta pieza a Inglaterra en 1818 inspiró al poeta Percy Brisse Shelley para escribir su Ozymandias.

Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes
Mirad mis obras, oh poderosos, y desesperad!
Nada permanece. Alrededor de las ruinas
De este colosal naufragio, derrumbado y desnudo
La soledad y las arenas se extienden en la lejanía.

Tras su llegada al Museo Británico, el ‘joven Memnón’ fue quizás la primera pieza de escultura egipcia que los expertos reconocieron como una obra de arte, pese a que hasta entonces se habían guíado por patrones griegos.

Véase También

Fuentes