Antonio Cristóbal Ubilla y Medina

Antonio Cristobal Ubilla y Medina
Información sobre la plantilla
NombreAntonio Cristobal Ubilla y Medina
Nacimiento28 de noviembre de 1643
Bandera de España España
Fallecimiento16 de octubre de 1726
Madrid, Bandera de España España
NacionalidadEspañola
OcupaciónPolítico
TítuloI Marqués de Rivas del Jarama y Señor de Velilla
PadresAntonio de Ubilla

Antonio Cristobal Ubilla y Medina, político español al servicio de los reyes Carlos II y Felipe V.

Comienzos y vida política

Hijo de Antonio Ubilla, quién fuera Secretario de Estado de Felipe V.

En 1663 toma el hábito de Santiago. En la orden de Alcántara tuvo varias encomiendas.

Desde joven se vincula en los asuntos administrativos de la corte, alcanzando en 1698 los cargos de:

  • Diputado por el Reino de Valencia
  • Oficial de la Secretaría de Estado
  • Secretario de los Reales Descargos y Secretario de Cámara del Consejo de Indias, por el Perú
  • Secretario de Estado de la Negociación de Italia
  • Secretario del Despacho Universal
  • Notario Mayor del Reino, 1698
  • Miembro del Consejo de Indias bajo el reinado de Carlos II.

Por recomendación del cardenal Portocarrero al Rey Felipe V, continuó en los mismos puestos en la Corte:

  • Secretario de Estado
  • Secretario de Justicia
  • Secretario de Guerra
  • Secretario de Hacienda, hasta 1705.

Acompañó al Rey en su viaje por Cataluña y Nápoles, Italia entre 1701 y 1702, año en que recibe el título nobiliario de I Marqués de Rivas del Jarama y Señor de Velilla.

Por intrigas en el reino y cambios en la administración del mismo es relevado de sus cargos conservando solo su puesto en el Consejo de Indias hasta su muerte.

Legado

Por petición del Rey Felipe V deja escrita una obra titulada:

Presentación del texto original
  • Succession de el rey D. Phelipe V, nuestro Señor en la corona de España : diario de sus viages desde Versalles a Madrid, el que executó para su feliz casamiento, jornada a Nápoles, a Milán, y a su exercito, successos de la campaña, y su buelta a Madrid, publicada en Madrid en 1704.[1]

Fragmento de la dedicatoria escrita por Antonio Cristobal de Ubilla al Rey Felipe V.

Señor:

Entregó Dios el mundo a la ambiciosa disputa de los mortales: de ella fue el primer objeto la dominación, pero como ésta es regalía de Dios, se glorían en vano las artes, el valor, los arrojos, el mérito y los decretos del logro de una Corona. Dios la ciñe al que con arcana providencia eligió, para sustituirle en el dominio de la tierra, que, directamente, sólo es de quien la creó. Con heroica, sublime e inimitable virtud despreció Vuestra Majestad su diadema; ciñóla un dignísimo sucesor, cuyo adorable nombre no tiene aliento de repetir el dolor, pero más oculta providencia se la conservaba a Vuestra Majestad en las reales sienes, aun cuando menos lo advertía, y aun cuando huyendo de sus brillanteces se negó Vuestra Majestad a los ojos del mundo, entregado a los divinos ocios de un retiro.

El fatal motivo volvió a Vuestra Majestad al mundo, al solio y al gobierno; pero no sacó Vuestra Majestad su corazón del retiro, aprendiendo en él a tratar con acierto el mundo, que admiró otra vez a Vuestra Majestad sabio en el majestuoso Trono; recto en el sublime tribunal, esforzado en la sangrienta campaña, indefenso en las nunca intermitentes fatigas, constante en las triplicadas adversidades, moderado en las bien sudadas dichas y triunfos; sublime, descendiendo voluntariamente el Trono; dócil a la obligación y mayor rey de sí mismo, devolviéndole a ocupar repugnante.

Muerte

Muere sin dejar descendencia tras tres matrimonios, legó su título de nobleza a la Tercera orden de San Francisco.

Referencias

  1. Copiado textual del original

Fuentes