Antonio Díaz Soto y Gama

Antonio
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Antonio Díaz Soto y Gama: destacado abogado mexicano
NombreAntonio Díaz Soto y Gama
Nacimiento23 de enero de 1880
San Luis Potosí, Bandera de los Estados Unidos Mexicanos México
Fallecimiento14 de marzo de 1967.
Ciudad de México, Bandera de los Estados Unidos Mexicanos México
Causa de la muerteDesconocida
Nacionalidadmexicana
Ciudadaníamexicana
Alma materAbogado
Partido políticoPartido Revolucionario Mexicano(PRM)
CónyugeEnriqueta Ugalde Nieto
Obras destacadasLa Cuestión Agraria en México, La revolución agraria del sur y Emiliano Zapata, su caudillo e Historia del Agrarismo en México.

Antonio Díaz Soto y Gama. Abogado y político mexicano, participante en la Revolución Mexicana de 1910.

Síntesis biográfica

Hijo del abogado Conrado Díaz Soto y de Concepción Gama Cruz, nació el 23 de enero de 1880 en la ciudad de San Luís Potosí, en el seno de una familia de clase media ilustrada, liberal y opuesta al régimen.

Trayectoria

Desde su niñez fue influido por sus lecturas de la historia patria y pronto se identificó con Morelos, “el más grande hombre que ha tenido México”. Inició sus estudios en el Colegio de la Inmaculada Concepción; con posterioridad continuó su preparación académica en el Instituto Científico y Literario de San Luís Potosí, en donde cursó la carrera de abogado, recibiendo su título en 1900. Fue en ese entonces cuando el club político Chichimeca y participó en la fundación del Club Liberal “Ponciano Arriaga”, del cual llegó a ser vicepresidente. En esa organización, anticlerical y jacobina, que se extendió a una veintena de ciudades a lo largo del país, también participaron los hermanos Flores Magón, Camilo Arriaga y Juan Sarabia. Asimismo, llegó a ser presidente del Comité Liberal de Estudiantes de San Luis Potosí.

Al celebrarse el primer Congreso Liberal Mexicano en 1901, que inició la oposición organizada al porfiriato, Díaz Soto y Gama comenzó a conocer la prisión por haberse convertido en uno de sus activistas más importantes. Tras ser liberado, poco tiempo después volvió a prisión, en esta ocasión por varios meses, lo mismo que en 1902. En esta época colaboró en la publicación de El hijo del Ahuizote, en la que se difundían las ideas del Club Liberal. Debido a la creciente represión sobre los grupos liberales, Díaz Soto y Gama se trasladó a Texas en 1903, en donde coincidió con Sarabia, Librado Rivera, los hermanos Flores Magón y Santiago de la Hoz. Ahí impartió conferencias sobre la situación de México y escribió en el periódico La Reforma Social que se publicaba en El Paso, además escribió para los periódicos Vésper y El Colmillo Público, que se difundían en la capital de la República.

Dados los apremios económicos de su familia, para regresar a México, en 1904 se comprometió con el general Díaz a ya no participar en la política a cambio de un permiso para volver. Y así lo cumplió hasta que fue derrocado el dictador. A su regreso trabajó como notario del Partido Judicial de Tacubaya, cargo que desempeñó hasta 1913.

Así fue como regresó a la acción política en 1911 y se convirtió ahora, en uno de los más severos críticos de Madero, cuya actitud de benevolencia hacia el régimen porfirista criticó Díaz Soto y Gama, porque dejaba intacta toda la estructura de poder y abandonaba los propósitos de cambio económico y social que habían sustentado la revolución maderista, de lo cual resultaba un verdadero suicidio para el naciente movimiento de reivindicación popular. En ese mismo año, conoció a Emiliano Zapata y compartió sus ideales agrarios.

Sin ser miembro de la XXVI Legislatura federal, Soto y Gama presentó en 1912, al alimón con Juan Sarabia, un proyecto de ley agraria que no tuvo tiempo para prosperar por el cuartelazo de Victoriano Huerta y la disolución del Congreso de la Unión que ordenó el dictador.

Asimismo, inspirado por el anarquista catalán Francisco Moncaleano, se sumó a la actividad sindical al promover la creación de la Biblioteca y la Casa del Obrero Mundial, organización que promovía la unión de los trabajadores en la lucha contra el capital y que además de condenar el asesinato de Madero y Pino Suárez, llegaría a aportar sus “Batallones Rojos” en la guerra contra la dictadura de Huerta.

En 1920 participó activamente en la fundación del Partido Nacional Agrarista, por el que llegó a ocupar un escaño por San Luis Potosí en la Cámara de Diputados. Desde estos puestos influyó decisivamente en que Obregón decidiera el reparto agrario: “nuestra labor consistió, desde luego, en organizar y excitar a los pueblos, por medio de circulares y de agentes, para que procediesen sin tardanza a pedir la restitución y dotación de ejidos; a la vez que les hacíamos ver que nosotros apoyaríamos, como constantemente lo hicimos, esas demandas de tierras ante el Ejecutivo y ante la Comisión Nacional Agraria. Agregadas estas gestiones a la labor intensa de propaganda y agitación que realizábamos desde la tribuna de la Cámara de Diputados, conseguimos que el general Obregón y su secretario de Agricultura, Antonio I. Villarreal, iniciasen en debida forma el reparto de tierras a los pueblos en concepto de ejidos o terrenos comunales.

En 1923 contrajo matrimonio con Enriqueta Ugalde Nieto, con la que procreó doce hijos. En tres ocasiones más, fue electo diputado por distintos distritos electorales, y con este carácter defendió la reelección presidencial de Obregón, de cuyo asesinato culpó a los callistas. Convertido en acérrimo crítico del presidente Calles, el Jefe Máximo ordenó su expulsión del Partido Nacional Agrarista y su desafuero en 1930.

A partir de entonces se convirtió en profesor de Historia de México y de Derecho Agrario en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Escuela de Jurisprudencia, al lado de otros distinguidos mentores como Antonio Caso, Lombardo Toledano y Salvador Azuela. Por su trayectoria y brillante oratoria, para los estudiantes era ejemplo del heroísmo revolucionario. Entre sus alumnos destacados se encuentran Manuel Gómez Morín y Antonio Martínez Báez. Durante la rectoría de Rodulfo Brito Foucher, Soto y Gama dirigió la preparatoria por dos semanas.

En 1933 apoyó la candidatura presidencial de Antonio I. Villarreal, contra la de Lázaro Cárdenas, del Partido Nacional Revolucionario, PNR. En marzo de 1934 participó en la formación de la Confederación Revolucionaria de Partidos Independientes y actuó como destacado orador en la campaña presidencial de Villarreal, al mismo tiempo que escribía en El Nuevo Régimen, periódico editado por el hijo de Filomeno Mata. Al sólo obtener el 1.07% de la votación en las elecciones presidenciales, Villarreal y Soto y Gama fueron indiciados por el delito de conspiración, por lo que para evitar ser encarcelado se marchó a San Antonio, Texas, en donde fundó el semanario bilingüe Frente a Frente, que se distribuía en el noroeste de México. Al año siguiente regresó al país, retomó sus cátedras y se convirtió en colaborador del diario El Universal que sólo abandonaría a su muerte. Desde las páginas de este periódico fustigó a los políticos corruptos y denunció las desviaciones de la reforma agraria.

Durante el gobierno cardenista fue abogado consultor de la Dirección de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Agricultura, puesto al que renunció por negarse a obedecer la instrucción de la Oficialía Mayor de esa dependencia, de repudiar públicamente la rebelión del general Saturnino Cedillo, pues consideró que no le correspondía juzgar el conflicto entre Cedillo y el presidente Cárdenas, como lo hizo público en una carta abierta. Por este motivo sufrió la presión del gobierno cardenista y vio sumamente reducidos sus ingresos.

En 1939 apoyó la candidatura presidencial de Juan Andrew Almazán, su amigo y correligionario, contra Manuel Ávila Camacho del Partido de la Revolución Mexicana, PRM. Pero nuevamente salió derrotado por la maquinaria oficial y por el veto que los Estados Unidos ejercieron en contra de su candidato, al que acusaron de simpatizar con Adolfo Hitler.

Posteriormente, en 1946, fue fundador y vicepresidente del Partido Democrático Mexicano, organización que respaldó la postulación presidencial de Ezequiel Padilla contra Miguel Alemán Valdés del Partido Revolucionario Institucional, PRI. Obviamente fue derrotado.

Después del nuevo fracaso electoral, Soto y Gama se refugió en la UNAM y en su labor periodística. Durante el conflicto contra el rector Salvador Zubirán porque se negó a rendir homenaje a Carlos Pereyra, fue electo rector de la Universidad Nacional por los estudiantes, al margen de la Ley Orgánica. Fue entonces cuando se opuso a la Junta de Gobierno, criticó a la burocracia universitaria, y se comprometió a reformar el artículo tercero constitucional para incluir la libertad de cátedra y “el reinado de Cristo” en la UNAM.

Durante la guerra fría de mediados del siglo XX, Soto y Gama se convirtió en abanderado del catolicismo, se unió al anticomunismo y fue enemigo de los soviéticos. Por esta vía, aumentó cada vez más su religiosidad y emprendió su nueva lucha a favor de la regeneración cristiana de la sociedad y del individuo.

El 7 de octubre de 1958 el Senado de la República le otorgó la medalla “Belisario Domínguez” por su ya histórica trayectoria política. Además de sus numerosos discursos y artículos periodísticos, entre sus obras destacan: La Cuestión Agraria en México, La revolución agraria del sur y Emiliano Zapata, su caudillo e Historia del Agrarismo en México.

Fallece

Falleció en la Ciudad de México el 14 de marzo de 1967.

Fuentes