Antonio Salvador Pedreira de Pizarro
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Antonio Salvador Pedreira de Pizarro (Antonio S. Pedreira) . Intelectual puertorriqueño.
Sintesís biográfica
Nació en San Juan, Puerto Rico, el 12 de febrero de 1898. De padre español y madre puertorriqueña, tras la muerte de ambos, Pedreira todavía un niño queda al cuidado de sus padrinos, don Rafael y doña Irene, se traslada con ellos a Caguas y allí realiza sus estudios primarios.
Trayectoria
En 1918 ingresó en la Universidad de Puerto Rico, período en que publica sus primeros artículos y comienza a escribir poemas. Se hace miembro de la “Escuela Anticlásica”, famosa en su alma mater por las parodias que realizaban. Lo eligen Presidente de la Sociedad Literaria Salvador Brau, por lo que ocupa un puesto en la directiva central de la Asociación de Estudiantes. Comienza a escribir para El mundo y, bajo el pseudónimo “Assur Bani Pal”, pública crónicas y artículos en el semanario El diluvio. Es nombrado redactor del periódico universitario y, posteriormente, es elegido para dirigirlo. Por esa época también publicaba en la revista Puerto Rico Ilustrado.
Se une al grupo de estudiantes que responden a la convocatoria del periódico El Mundo en 1919, para solicitar a la Cámara de Representantes que reclame la independencia para Puerto Rico. Por este enfrentamiento con la Universidad Pedreira fue suspendido temporalmente de la institución. Se graduó en 1920 de la Escuela Normal con la medalla de oro "Scoville" y comenzó a enseñar como instructor de español en la misma.
Viaja a Nueva York y toma un examen requerido para enseñar en las escuelas públicas de esa ciudad. En este período fue, además, corresponsal del periódico El Imparcial y El mundo para los que redactaba crónicas con sus impresiones de la gran urbe, en las que se aprecia a menudo una actitud crítica. En septiembre de 1921 regresa a Puerto Rico por razones económicas y comienza a trabajar en el Departamento de Español de la Universidad. Pedreira obtiene en 1923 el grado de Bachiller en Artes con especialidad en Educación.
El canciller Thomas E. Benner decide crear el Departamento de Estudios Hispánicos y le ofrece la oportunidad de ir a la Escuela de Filosofía y Lenguas Romances de la Universidad de Columbia, con la mitad del sueldo para los gastos. Junto a Concha Meléndez viaja a Nueva York en 1925 para proseguir sus estudios en dicha institución. Allí fue alumno del escritor Federico de Onís y obtuvo la maestría en Artes en 1926. Luego continuó sus estudios para convertirse en Doctor en Letras, además trabajó como instructor de español en el Brooklyn Institute of Arts and Sciences, de New York.
En 1927 regresa a Puerto Rico, se casa con Marietta Negrón y es nombrado Director del Departamento de Estudios Hispánicos. Desde su cátedra dictó cursos generales y monográficos de literatura española, la obra extraordinaria que desarrolló Pedreira en el seno del Departamento constituye una de las grandes hazañas en la historia cultural de Puerto Rico durante el siglo XX.
Gracias a sus desvelos se estableció en la biblioteca universitaria la Sala Puertorriqueña. En 1930 publica Aristas y preside el Centro de Investigaciones Sociales hasta 1931. El deseo de vincular la Universidad con el resto de la Isla lleva a Pedreira a crear las Misiones culturales en 1932. Profesores y alumnos preparan conferencias públicas para dictarlas en los pueblos.
A la par que se desarrolla su labor como pedagogo Pedreira incursiona en el ensayo. El patriotismo y la dedicación a los asuntos culturales de América Latina constituyen una constante en su obra de manera global. En 1927 publica De los nombres de Puerto Rico.
Demostró desde temprana edad cierta inclinación por el periodismo, que consideraba el vehículo principal para la expresión de la cultura puertorriqueña. En 1929 funda la prestigiosa revista Índice, junto a Alfredo Collado Martell, Samuel R. Quiñones y Vicente Géigel Polanco. Allí se dedicó a incentivar la producción literaria en la isla. Viaja a Madrid en 1932, donde se doctora en Filosofía y Letras. Durante su estadía en España, estuvo en contacto con la obra de la generación del 98, y conoció un pueblo que ya se preparaba para los dramáticos eventos de la casi inminente Guerra Civil. Ese mismo año regresa a su país y publica Hostos, ciudadano de América, que figura como una interesante visión retrospectiva sobre este líder y pensador independentista. Trabajo detallado en el que había comenzado a trabajar como estudiante en Nueva York, Pedreira publica en 1932 el libro Bibliografía Puertorriqueña (1949-1930), el esfuerzo más serio realizado hasta el momento por catalogar la producción cultural de la isla.
Obras
En 1934 aparece la obra más importante del autor Insularismo: ensayos de interpretación puertorriqueña, reconocido como un texto canónico de las letras puertorriqueñas y latinoamericanas. Pedreira desarrolla su concepción acerca de la insularidad a partir de la situación de la isla boricua.
Entre 1933 y 1935 colabora como crítico literario en la sección “Aclaraciones y crítica” del periódico El Mundo, y en este mismo año gana el primer premio del Ateneo puertorriqueño con El año terrible del 87. Publica La actitud actual del jíbaro en 1935, libro estrechamente vinculado a los planteamientos recogidos en Insularismo: ensayos de interpretación puertorriqueña. Es nombrado correspondiente de la Sociedad de Altos Estudios de Argentina y del Ateneo dominicano; y es elegido vicepresidente de la Sección de Historia en el Ateneo puertorriqueño.
Entre 1935 y 1936 ejerce como Decano interino del Colegio de Artes y Ciencias de la Universidad de Puerto Rico, y en 1937 publica Un hombre del pueblo:José Celso Barbosa.
Colaboraciones
En estos años colaboró con publicaciones de la Isla así como extranjeras, sus artículos se encuentran en ediciones de Puerto Rico Ilustrado, Revista Bimestre Cubana, Ámbito, entre otras. Pedreira fue reconocido no solo en Puerto Rico, sino también en el extranjero. Fue miembro honorario del Instituto de Investigaciones lingüísticas de México, Socio correspondiente de la Sociedad de Altos Estudios de Buenos Aires, Argentina y Santo Domingo. Se escribía con destacados intelectuales hispanoamericanos y recibió honores que reconocían sus méritos como investigador en diversos países del mundo.
En torno a su figura se agruparon una serie de intelectuales interesados en problemas culturales de Puerto Rico y a menudo señalados como la Generación del 30: Concha Meléndez, Margot Arce, Manuel García Díaz, Rubén del Rosar, Antonia Sáez Torres, Cesáreo Rosa-Nieve, Enrique Lagarre, entre otros.
A sus cuarenta y un años Pedreira enfermó y padeció por varias semanas de una fiebre alta inexplicable para los médicos de la época.
Fallece
El 23 de octubre de 1939 murió en el Hospital Presbiteriano de San Juan. Posteriormente recibió honras fúnebres en la Universidad de Puerto Rico y El Ateneo Puertorriqueño celebró un evento en su honor. Además, la revista que fundara, Índice, le dedicó un número como homenaje y, en 1940, la revista Islatambién le consagró una publicación. Aparecieron póstumamente las obras: Aclaraciones y Crítica y El periodismo en Puerto Rico.
Fuentes
- Artículo disponible en:Antonio s. Pedreira.
- Artículo disponible en: Antonio Salvador Pedreira de Pizarro.
