Antonio Serrano

Don Antonio Serrano
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Teniente general de la Real Armada Española.
Fallecimientoel 16 de octubre de 1733
en el navío Príncipe de Asturias
Causa de la muerteNatural
Nacionalidadespañola
OcupaciónNavegante, Marinero.

Don Antonio Serrano. Marino de los siglos XVII y XVIII. Teniente general de la Real Armada Española.

Síntesis biográfica

Se desconoce el lugar de nacimiento, la fecha aproximada, a finales de 1648 o principios de 1649.

Trayectoria marina y militar

El día 6 de octubre del año 1676, comienza a prestar servicio en la Real Armada, como soldado de la escuadra de galeras de Sicilia embarcando en la capitana.

En el 1678 estuvo en el socorro de la Mola, pasando a la entrada de Messina al ser abandonada por los franceses, unos años después pasa a la Península y otros tantos más tarde a la escuadra de galeras de Génova, en ésta ya era alférez, por lo que su experiencia marinera y militar, la adquiere al estilo antiguo, o sea pisando los tablones de las cubiertas de los vasos.

Grado de capitán de mar y tierra

En el año de 1688, toma parte en el socorro de la plaza de Orán. Al siguiente y a costumbre de la época, se le destina ya con el grado de capitán de mar y tierra, a la Provenza frontera con Francia , donde el día 21 de agosto del año 1689, tuvo una actuación destacada en la toma de Camprodón, continuo en la guerra contra los franceses hasta el año 1694. En el posterior combate sobre Hostalrich, de la que se habían apoderado los franceses, fue al frente de sus hombres a cuerpo descubierto, abriendo brecha en la trinchera enemiga a golpe de espada, desde la fortaleza los enemigos batían el campo y fue cuando recibió un proyectil de cañón que fue desahuciado por lo médicos, pero se recuperó lentamente.

Enfrentamiento con tropas enemigas

Al incorporarse en el año 1695, participa en el socorro a la plaza de Ceuta, que duró hasta el año 1699; el día 6 de mayo del mismo año, efectúa una salida con su unidad, enfrentándose a los enemigos y según se certifica, mató a muchos moros entre ellos a uno muy destacado en duelo personal, recibiendo en el enfrentamiento una herida.

Pérdida de la mano

El 30 de julio siguiente, un ataque de los moros su vanguardia estaba a punto de alcanzar la Plaza de Armas, atacó con tanto vigor con su gente que les obligo a desalojarla. El19 de agosto siguiente, se encontraba dando protección al baluarte de San Pablo, cuando fue abandonado por parte de las tropas, fue cuando comenzó a lanzar granadas y una de ellas le explotó en la mano derecha la cual perdió, pero impidió que fuera conquistado el baluarte, a pesar de su herida a los pocos días salió de nuevo al mando de su tropa y conquisto el baluarte de San pablo el Nuevo, consiguiendo así ocupar esta posición que era intermedia. Continuó al frente de sus fuerzas sin descanso, ya que el enemigo no lo daba, hasta que el día 26 de julio del año1699 , salió de nuevo con sus tropas logrando conquistar la Lengua de Ciervo, siendo uno de los últimos combates en la defensa de Ceuta. Por la pérdida de la mano, el Rey le concedió una pensión vitalicia de quinientos escudos anuales.

Al mando de una compañía del Tercio de don Barrientos, participa en la defensa de Cádiz, al ser esta plaza atacada por las escuadra unidas de británicos y holandeses, logrando desalojarlos de los Cañuelos y del Puerto de Santa María, prosiguiendo con los combates hasta el Puente de Suazo, en el que habiendo sido cortada su fuerza por los enemigos, ordenó levantar de arena una trinchera, tras de la cual soportó el empuje de los intrusos, hasta que reforzado por las tropas del marqués de Villadarias consiguieron desalojarlos.

Expedición al Darién

En el año 1700, en la expedición al Darién al mando de Fernández de Navarrete, para expulsar a los escoceses de nuestras tierras, iba embarcado, al mando de una compañía del Tercio de don Antonio Alejandro Barrientos, con el que participó muy activamente en la liberación y reconquista de los territorios. Que todavía era un reino separado del de Inglaterra, (no fue conquistado hasta el año 1703).

Al terminar esta expedición, se desplazaron a Cartagena de Indias, donde se le ordena regresar a España, para ello se le otorga el mando de la urca Santa Rosa, con la que realiza el viaje, sin mayores sobresaltos, de los que ya de por sí da la mar.

Al mando del navío Cambi

En el mes de junio del año 1725, se encontraba al mando del navío Cambi, que era el insignia de la Flota de Nueva España, se encontraban en Veracruz cuando se le avisó de una posible ruptura con elReino Unido, por ello zarpó de este puerto el día tres de junio del año 1726 con rumbo a la Habana , para desde este puerto salir con rumbo a la Península, pero al estar en la Sonda de Campeche, el navío comenzó a arder, saltó la alarma y se intentó apagar el fuego, pero viendo que era imparable y cuando alcanzará la santabárbara explotaría, se dio la orden de saltar al mar, Don Antonio Serrano se ató a una tabla y saltó, cuando pensó que ya no había más solución, de hecho él y otros muchos se salvaron, pero otros cuatrocientos murieron en la explosión que se produjo, haciendo desaparecer el buque de la superficie de la mar en minutos hecho astillas.

Fue rescatado por otro de los buques de la escuadra y continuó viaje a la Habana, al arribar se desembarcó el situado que transportaba, que ascendía a quince millones de pesos fuertes, para seguridad y libertad de acción en caso de ataque. Al saberse que ya nada ocurría decidió regresa a la Península, pero ya estaba al final delverano del mismo año, al encontrarse en el canal de Bahama, ya casi en su desembocadura, la escuadra sufrió un fuerte temporal, que obligó a la dispersión de los buques de la escolta y el convoy, pero la pericia marinera, que años después se dejaría sentir en el seno de la Real Armada, en está ocasión evitó la pérdida de la escuadra, pues quedo demostrada la no perderse ningún buque y todos arribaron a la bahía de Cádiz, de mejor o peor forma. Ya contaba con setenta y seis años de edad a su llegada a la bahía de Cádiz con la escuadra al completo, pero enfermo y algo desilusionado, envía notificación al Rey, pidiendo su separación del servicio.

Ascenso a teniente general

Don Felipe V, necesitado de hombres como él se la deniega, pero eso sí muy laudatoriamente, lo que obviamente le obliga a seguir en el servicio activo. De hecho, era tanto el aprecio del Rey por sus servicios prestados, que le ascendió a teniente general. Decidiendo continuar al mando de la escuadra hasta el año 1730. En esta fecha pasó a intentar recuperarse de las dolencias que padecía, pero poco fue el tiempo que pudo dedicarse así mismo, ya que de nuevo el Rey lo reclama a pesar de ser ya octogenario, ordenándole que se pase al puerto de Cartagena.

En el mes de mayo siguiente se dirigió a Cartagena, donde organizó la escuadra, y en el mes de septiembre se hizo a la mar con los veinticinco navíos que la componían, estando en ella hizo repartir a todos los capitanes impreso un plan de señales para comunicarse entre ellos con las órdenes y disposiciones, que eran tanto para la permanencia en puerto, como en la mar. Esto no tendría mayor importancia ya que otras marinas ya disponían de algo parecido, pero él lo dio como reservado.

Puso rumbo a berbería con las escuadras, llevando a cabo las campañas sobre las costas de Argel, Túnez y Trípoli, al dar por terminadas estas acciones de castigo, provocadas por el intenso corso que estas naciones empleaban contra las costas de España; en el mesoctubre siguiente fondeo con sus escuadras en la ciudad de Alicante.

Muerte

Poco antes de sufrir el fatal desenlace de la muerte, los médicos y el virrey de Valencia, príncipe de Campo Florido y todos sus compañeros, le invitaron a desembarcarlo a tierra, pero él se negó rotundamente, por cumplir hasta el último aliento la orden de su Rey, por ello se produjo estando en la mar, además de hacer honor a su formación de marino en la mar; ¡sí!, esos que precisamente se marean cuando ponen el pie en tierra, sobreviniéndole a bordo de su buque insignia, el navío Príncipe de Asturias, el día 16 de octubre del año 1733 entorno al medio día. Contaba con ochenta y cuatro años de edad y setenta de ellos al servicio de la Real Armada y de España.

Fuentes

  • Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1957. por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.
  • Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa. Tomo 55. 1927. página, 594.