Arte naif

Arte Naif
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Concepto:La denominación naíf (del francés naïf, ingenuo) se aplica a la corriente artística caracterizada por la ingenuidad y espontaneidad, el autodidactismo de los artistas, los colores brillantes y contrastados, y la perspectiva acientífica captada por intuición. En muchos aspectos, recuerda (o se inspira) en el arte infantil, muchas veces ajeno al aprendizaje académico.

Arte Naif. Es aquel que desarrollaron un grupo de artistas al que denominaron naifs o aficionados por el hecho de no dedicarse la pintura como actividad principal, sino al margen de sus respectivas ocupaciones profesionales. No tuvieron formación académica, en todos los casos fueron creadores autodidactas.

Historia

Término utilizado para calificar la producción pictórica, escultórica o arquitectónica elaborada por una persona que, por lo general, no posee formación artística previa. En la mayoría de los casos los artistas naïf han sido autodidactos. Se han utilizado numerosas expresiones para calificar a este arte (arte innato, arte instintivo, neoprimitivismo) y a sus autores (pintores ocasionales, maestros populares de la realidad, primitivos modernos), pero ninguna de ellas parece totalmente satisfactoria. Si el arte naïf está, por lo general, al margen de la historia de los estilos, escuelas o vanguardias, sin embargo, sus autores, aunque no hayan recibido formación académica alguna, no viven fuera del mundo y son sensibles a sus orígenes, a las artes y tradiciones populares (forja, cerámica, madera, tejidos, bordados, encajes) o a modelos académicos ampliamente difundidos, desde los calendarios de correos de antaño a los catálogos y la publicidad del mundo moderno.

El primer arte naïf, el del mundo rural, se inspiraba a menudo en la imaginación creadora de los artesanos que vivían en un entorno relativamente autárquico. Este arte desapareció con el inicio de la producción en serie durante la Revolución Industrial y, aunque durante mucho tiempo fue despreciado, posteriormente se vio revalorizado por el romanticismo y las reivindicaciones nacionalistas del siglo XIX antes de pasar a convertirse en objeto etnográfico. El arte naïf de finales del siglo XIX y de principios del siglo XX, muy diferente al anterior, estuvo íntimamente ligado al desarraigo urbano: añoraba la naturaleza perdida concebida como idílica desde una visión nostálgica del pasado y buscaba sus orígenes bíblicos, mitológicos, exóticos, legendarios, oníricos y a veces surrealistas. Este arte no deseaba representar la vida cotidiana ni tuvo ambiciones revolucionarias, sino que buscaba una representación sencilla y, en ocasiones, idealizada del mundo.

Características

Las principales características del arte naif son: contornos definidos con mucha precisión, falta de perspectiva, sensación volumétrica conseguida por medio de un extraordinario colorido, pintura detallista y minuciosa y gran potencia expresiva, aunque el dibujo puede ser incorrecto.

Concepto

El concepto naíf del francés naïf o naïve alude no solo a cierta ingenuidad que, aplicada en el arte, se formaliza en una graciosa falta de conocimientos técnicos y teóricos: en algunos casos suelen faltar un sistema de perspectivas o una línea de fuga así como un ajustado criterio de las proporciones o un elaborado trabajo cromático. En tal sentido lo naïf se ha asociado, en muchas ocasiones exageradamente, con el heterogéneo conjunto mal llamado "arte primitivo" y con el "arte infantil"; como quiera que sea, en francés el concepto de lo naïf y de la naïveté no sólo se circunscribe a lo ingenuo y la ingenuidad sino también a una grata sencillez que, en el arte, se trasunta por un evitar rebuscamientos o sofisticaciones. En este sentido lo naíf puede estar dado por dos motivos distintos aunque no excluyentes: en primer lugar una ignorancia ("ingenuidad") respecto a las técnicas y teorías para realizar obras de arte y en segundo lugar por una búsqueda (consciente o no) de formas de expresión que evocan a la infancia y en tal caso la sencillez aparente es un elaborado esfuerzo de evocaciones, en el segundo de los casos para que el naïf sea auténtico la intención prístina ha de ser precísamente expresar formalmente lo que evoque a una infancia supuestamente ingenua, este punto es clave: un arte pseudonaíf revela un objetivo materialista comercial dedicado a un público target que puede ser potencial comprador.

Motivo

Aunque el genuino naíf por definición no puede tener motivos predeterminados, suelen darse (debido al ambiente cultural en que surge) temáticas relacionadas con la vida campesina, la vida familiar, las costumbres, las tradiciones y la religión, representados siempre con gran imaginación y vivacidad. Por extensión suele darse impropiamente el nombre de "arte naïf" a aquel en que intencionadamente se emulan aspectos del arte naíf propiamente dicho (el arte espontáneamente ingenuo).

Figuras destacadas del arte

Entre los más destacados representantes de este arte se encuentra el pintor francés Henri Rousseau, conocido como el Aduanero. Movimientos vanguardistas como Der Blaue Reiter subrayaron, además, la importancia del naïf en la evolución del arte moderno. La Exposición Universal de París de 1937 dio a conocer a muchos de estos artistas. Después de la II Guerra Mundial se multiplicaron las exposiciones: Baden-Baden en 1961, París y Rótterdam en 1964, la exposición itinerante de artistas naïf americanos en 1967-1968, Zurich en 1975 y la retrospectiva de Rousseau en 1984-1985 en el Grand Palais de París.

Actualmente son numerosos los pintores naïfs reconocidos en Europa: Aristide Caillaud en Francia, Orneore Meteli en Italia, Miguel Vivancos en España y Théophilos Hadzimichael en Grecia. En los países socialistas, con un arte ligado al folclore nacional, se han desarrollado verdaderas escuelas de pintura naïf, con el georgiano Niko Pirosmanachvili en Rusia e Ivan Generalic en Yugoslavia. En Estados Unidos, el movimiento naïf tuvo su máxima expresión en la tradición artística de los pioneros y de los retratistas ambulantes, siendo Edward Hicks uno de sus representantes más destacados. En América Latina, el arte naïf, siempre relacionado con las tradiciones ancestrales, está a menudo ligado a diversos cultos animistas. Existen diferentes museos dedicados a este estilo artístico, como el de Laval, ciudad natal de Rousseau.

Fuentes