Arturo Borja

Arturo Borja
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Arturo Borja Pérez, fotografía.jpg
Nacimiento1892
Quito, Bandera de Ecuador Ecuador
Fallecimiento1912
Quito, Bandera de Ecuador Ecuador
Causa de la muerteSuicidio
NacionalidadEcuatoriana
OcupaciónPoeta
PadresLuis Felipe Borja Pérez y Carmen Amelia Pérez Chiriboga
Obras destacadasLa flauta de ónix

Arturo Borja. Uno de los poetas de la llamada Generación decapitada, fue el primero en despuntar como modernista.

Síntesis biográfica

Arturo Borja, nació en Quito en 1892. Décimo tercer hijo de una larga familia de dieciséis hermanos formada por el ilustre jurisconsulto Dr. Luis Felipe Borja Pérez y por su cónyuge y prima hermana Carmen Amelia Pérez Chiriboga. Niñez tranquila pero no feliz, con sus padres y numerosos hermanos, en la casa que ocupaban en la Loma, debido al carácter obsesivo de su padre, quien vivía pendiente de trabajos y horarios fijos y usaba férrea disciplina, que convirtió al joven Arturo en un ser muy especial.

Sensibilidad a enfermedades

Sensible a sufrir depresiones, que casi siempre constituyen el camino más directo al suicidio. Un día sufrió una lesión en el ojo derecho, que se hirió casualmente hincándose con la pluma con que escribía. En 1907 viajó a curarse a París en compañía de su tío Carlos Pérez Quiñónez. Hasta 1908 anduvo con una venda negra puesta en los ojos, lo que aumentó su autismo, pues a veces se comportaba alegre y sociable y en otras triste y melancólico cambiando sin causa válida o aparente. Llegó el tiempo de su mejoría y aprovechó para seguir con aspiración el curso de la literatura en Francia, que a principios de siglo era rica y abundante, y su niñez florida pudo hacer obra de selección.

Amigos

Con solo diecisiete años, a su regreso de Francia, era con sus amigos extremadamente alegre y de astuto ingenio y que hizo grupo con Humberto Fierro, Ernesto Noboa y Caamaño, Francisco Guarderas y vivió épocas de intensa inseguridad. De ese período es su poema ‘Madre Locura’.

Desempeño como director

En otra ocasión quiso sujetarse a una labor disciplinada y se comprometió a servir de director de la hoja literaria del periódico "La Prensa", revolucionario en política pero en literatura no había pasado de Campoamor y Núñez de Arce, era leído con avidez por los jóvenes y hacía brotar la sonrisa por los redactores serios. Sobre todo había uno sabihondo que mantenía largas discusiones literarias y gramáticas. En cuestiones gramaticales Borja era un adversario formidable, pero decepcionado de la incomprensión literaria de su contendor, abandonó el puesto.

Publicaciones

En 1910 publicó en la revista "Letras" de Quito sus traducciones al español de "Les Chants de Maldoror" del Conde de Lautreamont.

Muerte de su padre

En abril de 1912 falleció su padre, le dejó la suma de ocho mil sucres y ya no trabajó obligadamente sino la crónica que publicó en el primer número de la revista "Letras" en agosto de ese año y en alguna otra publicación. "Decía que cuando se le acabara el dinero se mataría, lo que sus amigos lo tomaban a broma" en las frecuentes reuniones que tenía con Noboa y Caamaño, Guarderas, César E. Arroyo, Hugo Moncayo y otros jóvenes y decididos admiradores del arte moderno y de las modalidades nuevas; sin embargo, hay serias sospechas que el joven Borja había comenzado a inyectarse morfina imitando a Noboa y Caamaño desde cuando dispuso del dinero de la herencia, pues antes no había contado con los medios necesarios para costearla.

Muerte

El 15 de octubre de 1912 se casó y fue a pasar la luna de miel a una de las haciendas cercanas a Guápulo, donde estuvo dos semanas completas. Poco después, a los catorce días de haber llegado a Quito, el poeta se envenenó con una sobredosis de morfina. Entonces se comentó que él y su esposa habían hecho un pacto de autodestrucción que a última hora ella no cumplió, pero logró ocultar todas las evidencias y se hizo aparecer su muerte como un desmayo, para evitar el escándalo social y cultural, que de todas maneras se produjo, pues la gente adivinó el drama enseguida.

Edición de su labor

En agosto de 1920 tres jóvenes artistas, que habían sido amigos suyos, los pintores Nicolás Delgado, Antonio Bellolio y Carlos Andrade Moscoso, emprendieron la tarea de editar su faena producción -28 poemas solamente- bajo el título de "La Flauta de Ónix", en la imprenta de la Universidad Central, en 60 páginas ilustradas con dibujos de mérito de los artistas referidos.

Fuente