Arzobispado de Zaragoza

Casa de la Iglesia, Arzobispado de Zaragoza
Información sobre la plantilla
Palacio Arzobispal (Zaragoza).jpg

Arzobispado de Zaragoza La archidiócesis de Zaragoza es una sede episcopal que se corresponde principalmente con la provincia de Zaragoza, en España. La diócesis fue creada en época romana; el papa Juan XXII la elevó a archidiócesis en 1318. Su sede es la Catedral del Salvador en Zaragoza.

Enciclopédico

La sede zaragozana, de larga tradición, se erigió en archidiócesis en 1318, bajo el pontificado de Juan XXII, a causa de la gran extensión de la metropolitana de Tarragona, de la que era sufragánea. A lo largo del tiempo, el arzobispado adquiría su propia configuración, perdiendo parte de su extensión primitiva. La archidiócesis ha tenido su división administrativa peculiar, que fue variando: en el siglo XVII constaba de tres arciprestazgos Belchite, Daroca y Zaragoza, tras haber perdido el de Aliaga (que en 1577 pasó a formar el obispado de Teruel); posteriormente, su número se incrementó.

Historia

En el momento de su creación, y por la importancia del arzobispado en distintos órdenes religioso, territorial, económico, etc., la persona que se encontraba al frente del mismo gozaba de gran consideración, en el reino y fuera de él; en efecto, además del prestigio pastoral, el cargo de arzobispo de Zaragoza llevaba implícitos importantes dominios temporales, lo que le convertía en uno de los señores más poderosos del reino. Estas circunstancias le obligaban a intervenir en los acontecimientos políticos más destacados, así como en las luchas que a menudo se planteaban entre los sectores dominantes. Por otra parte, el arzobispado no estaba al margen de los acontecimientos de la Iglesia universal, y así veremos al papa Luna (Pedro De Luna, (Benedicto XIII)) como arzobispo de Zaragoza in retentis entre los años 1411-1413, o al arzobispo Francisco Clemente renunciar a este cargo cuando Martín V declara que su nombramiento había sido nulo.

Al comienzo de la Edad Moderna, por la política de control de la Iglesia aragonesa que inaugura Juan II y continúa su hijo Fernando II, la sede zaragozana fue regida durante el período 1458-1577 salvo el prácticamente inexistente episcopado de Ausias Despuig por personas emparentadas con la Casa Real de Aragón, lo que convirtió el cargo en eminentemente político: de los arzobispos que se sucedieron en este período (Juan I, Alonso, Juan II, Fadrique y Hernando de Aragón), sólo el último se comportó como tal. La gran crisis por la que atravesó la Iglesia en la Edad Media, y la política religiosa del rey Juan II y de su hijo, hicieron que, al acabar el período, algunos sectores de la Iglesia zaragozana presentaran un panorama muy deteriorado en algunos aspectos: ocupación de los altos cargos por personas más interesadas en problemas políticos que religiosos; nepotismo, absentismo, baja calidad moral... defectos que aparecían tanto en el alto como en el bajo clero.

La Iglesia se planteó en Trento la necesidad de una reforma, pero ya antes de que finalizara el concilio se comenzó la de la archidiócesis de Zaragoza, bajo el impulso de Hernando de Aragón, máximo exponente de los sectores interesados en la misma. Aunque este movimiento encontró muchas dificultades y el proceso fue lento, ya en el siglo XVII se obtienen importantes frutos que se manifiestan en el gran fervor religioso reflejado en campos muy diversos: es ahora cuando se inician las obras del nuevo templo del Pilar y otros edificios religiosos, y se establecen nuevas fiestas religiosas: en honor de la Virgen del Pilar, de Santa Isabel, etc.

Organización jurídica

En el lugar primero del arzobispado se encuentra el arzobispo, al que asisten los distintos oficiales que forman la curia. En determinados momentos, algunos de estos oficiales adquirirán mayor importancia, como es el caso del vicario general en las épocas en que los arzobispos no atendían a sus deberes pastorales. En este sentido hay que citar también a los obispos auxiliares, de los que se sucedieron varios durante los episcopados de los arzobispos de la Casa Real aragonesa antes aludidos.

En la ciudad cabecera se encuentran las iglesias catedrales de Nuestra Señora de El Pilar y de La Seo, entre las que desde época temprana comenzaron a plantearse pleitos, por cuestiones de preeminencia, que sólo acabarían con la unión de ambos cabildos en 1675. La composición de los cabildos fue variando con el tiempo. Antes de su unión con el Pilar, el cabildo de La Seo estaba formado por veinticuatro canónigos, cuatro de los cuales eran de oficio (penitenciario, magistral, lectoral y doctoral), y las siguientes Dignidades eclesiásticas: deán, arcediano, de Zaragoza, de Daroca, de Belchite y de Aliaga; chantre, tesorero, prior de Santa Cristina, maestrescuela, arcipreste de Zaragoza, de Daroca, y de Belchite.

De fecha muy temprana datan las iglesias colegiadas de Daroca y Alcañiz. Las iglesias parroquiales, las más numerosas del arzobispado, variaban en importancia y número según las distintas poblaciones. Por lo que respecta a las órdenes religiosas, numerosas en el arzobispado, presentaban sus propias peculiaridades según pertenecieran a una u otra regla.

Ingresos

La organización económica del arzobispado presenta variantes a lo largo de su historia. Entre los ingresos hay que citar los Diezmos y las primicias; igualmente tenían gran importancia los derechos señoriales, de los que se beneficiaban distintas personas e instituciones. Por otra parte, las donaciones eran muy numerosas, variando su cuantía según las diferentes épocas; estaban condicionadas por distintos hechos, entre los que hay que citar la mejor o peor situación económica del momento. Las propiedades se acumulaban en manos de la Iglesia, favorecido el hecho por la indivisibilidad de los bienes eclesiásticos. En otro orden hay que citar los ingresos que la Iglesia adquiría por los servicios prestados al pueblo: entierros, bodas, etc. El reparto de estos ingresos era complicado, y aunque indudablemente había normas fijas que regían la administración, ésta presentaba peculiaridades, pues se atendía fundamentalmente a las costumbres de los distintos lugares. Las dificultades que ello suponía hicieron que cada vez se tendiera más a la unificación de criterios.

Devociones, fiestas, etc

Son numerosos los santos relacionados de una u otra forma con el arzobispado, hacia alguno de los cuales se manifestó una temprana devoción; pero la que más caracteriza al arzobispado es la que se manifiesta hacia la Virgen de El Pilar. De gran raigambre, es a partir del siglo XVII cuando cobrará mayor importancia. Su fiesta, acordada en primer lugar por el capítulo y concejo zaragozanos el 10-X-1613 y ratificada en 1640 y en las Cortes de 1678, pronto adquirió mayor importancia que la del Corpus Christi, que era la más tradicional en Zaragoza y estaba unida a la catedral de La Seo.

Bibliografía

Canellas, A.: «Zaragoza, diócesis de»; en Diccionario de Historia eclesiástica de España, vol. I, Madrid, 1972. Fernández, F.: Obispos auxiliares de Zaragoza en tiempos de los arzobispos de la Casa Real de Aragón (1460-1575); Zaragoza, 1969. Solano, F. y Armillas, J. A.: Historia de Zaragoza; vol. II, Zaragoza, 1976. Zaragoza, L. de: Teatro histórico de las iglesias del Reyno de Aragón; vol. IV, Pamplona, 1785.

Fuentes