Atón (dios egipcio)

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Atón
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Religión o MitologíaMitología egipcia
País o región de origenAntiguo Egipto
Venerado enAjetatón

Atón. Era una deidad solar del Antiguo Egipto que representaba al disco solar en el firmamento. Se le consideraba el espíritu que alentaba la vida en la Tierra, la fuerza vital, en la Mitología egipcia.

En época de Amarna, Atón era un dios de bondad infinita, el que vivificaba la Justicia y el Orden cósmico, Maat, favoreciendo a todos los hombres por igual. El soberano era su enviado,y su profeta en la tierra, el único digno de inmortalidad.

Iconografía

En los primeros tiempos se representó como un hombre con cabeza de halcón, después como disco solar del cual surgían rayos con manos extendidas hacia los creyentes, o sujetando signos de la vida: ˁnḫ (anj).

Desde comienzos del Imperio Nuevo son conocidas las representaciones de dioses con cabeza de halcón. Sin embargo, recién a comienzos del reinado de Amenhotep IV, en los textos, aparece mencionado el dios halcón Ra-Horajti asociado inequívocamente con el disco solar, Atón.

En uno de los bloques procedentes del Pilono X del templo de Amón en Karnak, el dios Ra-Horajti está representado con el disco solar sobre su cabeza. En este relieve, Amenhotep IV ofrece una bandeja con comestibles o vegetales -lit. "dando varias hierbas"- a este dios con cabeza de halcón. Una mesa completa de ofrendas, consistentes en flores, vegetales y jarras, está representada entre el dios y el rey. En esta primera etapa iconográfica, Ra-Horajti es representado con un disco solar sobre su cabeza, el cual es usualmente muy grande y está equipado con un úreo en la frente.

El uso de úreos y de vestimenta y símbolos de poder tradicionales -como el cetro uas evidencian su conexión con el poder real y la figura del rey.

Sin embargo, el dios con cabeza de halcón no es el único invocado o adorado durante este período. En algunos de estos relieves, el dios halcón está asociado con Atum y Hathor, como en la tumba de Jeruef, con Amón y Jonsu, como en la tumba de Ramose; o con Osiris, Anubis y Amón, como sobre la estatua de un oficial (actualmente en el Museo de Brooklyn).

En la tumba de Jeruef y en el bloque Berlín 2072, Ra-Horajti es llamado: "El Gran Señor, Señor de los cielos".

En una estatua -en Brooklyn- él es "Ra-Horajti el primordial creador de todo aquello que es". En la estela de Bek, el "Jefe de escultores", este dios es "el disco solar (Atón) viviente, que ilumina la tierra con su belleza".

En la estela de Amenemose de Heliópolis, él es llamado "Ra-Horajti-Atum, el Señor de las Dos Tierras, el Heliopolitano, el Gran disco solar, Atón, el del rostro brilloso, el Gran Dios, Señor de los cielos". Finalmente, es llamado "el augusto dios del primordial momento".

A la luz de las representaciones mencionadas y de los epítetos utilizados, se puede afirmar que, a comienzos del reinado de Amenhotep IV, aunque asociado con otros dioses, el "disco solar" adquiere, al menos, tres características propias:

  1. naturaleza creadora
  1. existencia primordial
  1. su relación con la luz solar

No obstante, estas escenas y los textos que las acompañan indican que "las ofrendas destinadas al disco solar están sobre las mesas de ofrenda de Ra" y que Amenhotep IV, el "Rey del Alto y Bajo Egipto, Nefer-Jeperra - Uaenra, las entrega a su padre Ra".

En algunos talatat, el epíteto usado para calificar a Ra-Horajti es "el que se eleva en el horizonte en su nombre de Shu que es Atón", que expresa una identificación entre "luz" o "calor", que proviene del disco o de Ra-Horajti mismo. Esta es una aproximación a una idea abstracta: Ra-Horajti, el dios halcón, es en realidad el calor ardiente que emana de los rayos del disco solar.

Durante el año 2 del reinado de Amenhotep IV, se produce una mayor aproximación entre el dios antropomorfo y el rey. En este año, el mismo Amenhotep comenzó a utilizar el epíteto del dios halcón -"El que se eleva en el horizonte"; mientras que, en algunas ocasiones, una sala de su palacio, que estaba destinada a la celebración del jubileo real, fue denominada como: "El castillo del que se eleva en el horizonte".

Esta aproximación entre el rey y Ra-Horajti es corroborada por las representaciones del dios halcón que, al igual que el futuro Ajenatón (Amenhotep IV), está representado con un vientre abultado de estilo amarniano.

Las escenas y los epítetos de los dos primeros años reflejan que el propósito de Amenhotep IV fue lograr una identificación con Ra-Horajti. Sin embargo, creemos que su intento de llegar a ser considerado como una proyección en la tierra del dios mismo no tuvo éxito.

Historia

La existencia de Atón como divinidad se remonta al reinado de Tutmosis IV. Sin embargo, sus antecedentes más remotos son encontrados en el Primer Período Intermedio y el Reino Medio. A lo largo de las distintas épocas se puede observar un amplio desarrollo en el culto a Atón, que pasa de ser un disco -un símbolo inanimado y tangible- a una divinidad.

Al asumir el poder en Egipto, Amenhotep IV inicia la reforma religiosa y cambia su nombre por el de Ajenatón. La importancia de esto lo vemos en lo que significaban sus nombres ya que pasaría de ser “Amón está satisfecho” a ser “El Servidor de Atón”. De este modo instaura el culto a Atón como único en Egipto, convirtiendo de este modo al culto monoteísta.

El henoteísmo es el reconocer la existencia de varios dioses pero solo uno es de gran importancia, los demás son, digamos, secundarios. Si bien Ajenatón eliminó el culto a los demás, no pudo con el de Osiris y por ello es que la balanza, al parecer, se inclina hacia el henoteísmo.

De todas formas, el culto a este dios no es nuevo pues ya le veneraron faraones como Tutmosis IV o Amenhotep III pero sí adquiere importancia casi total bajo este nuevo rey egipcio del Imperio Nuevo.

De todos modos y pese a la obligación de rendirle culto solo a Atón, en Egipto y sobre todo el clero, se opuso a ello por lo que siguieron venerando otros dioses violando así la voluntad del faraón. Muerto Ajenatón, todo vuelve a la normalidad y se desarman las reformas religiosas instauradas. Incluso se destruye todo lo perteneciente a Ajenatón, con la ciudad de Ajetatón incluida pues no dejaron casi nada en pie de ella, como demostración de la inconformidad y oposición total con las decisiones del rey.

Atón es el dios que le da vida a la Tierra, que anima todo lo que en ella hay, por ello se le representa como un disco solar tal alimentado de vida el territorio como se ven en la imagen. En los primeros tiempos de su adoración, es decir en la época de Amarna, era representado como un hombre con cabeza de halcón y era venerado como el dios de la bondad infinita como así de la Justicia.

A pesar de los antecedentes, recién con Tutmosis IV se observan algunos ejemplos que muestran a Atón como manifestación de una divinidad personificada, que acompaña al faraón en la batalla. En el escarabajo conmemorativo de Tutmosis IV, se registra: "el rey luchó con Atón ante él" y se destaca, además, que el objetivo de la conquista es "hacer que los extranjeros sean como el pueblo (los egipcios) para hacer servir a Atón para siempre".

Evidentemente, el disco solar Atón adquiere aquí participación en una acción bélica, hecho que confirma no sólo la estrecha relación del disco solar con el rey, que ya aparece con Tutmosis III, sino también la tendencia a identificar al disco solar como símbolo relacionado al imperio.

Además, en el motivo de uno de los paneles de Tuthmosis IV, el rey está representado por una cartela semejante al disco solar, que tiene una cabeza de halcón y brazos, con los que da muerte a un enemigo. Ambas escenas son parte de la ceremonia de la muerte ritual del enemigo por el faraón.

En una estela de piedra caliza, encontrada cerca de la esfinge de Giza, probablemente erigida por Tutmosis IV como un monumento para su padre Amenhotep II, se representa el disco solar con úreo, el símbolo del poder real. Desde el disco solar parten dos rayos en forma de brazos que terminan en manos, los cuales abrazan una cartela real en señal de protección. El disco solar con sus dos rayos en forma de brazos, en la estela de Amenhotep II, podría tal vez ser considerado como un antecedenete iconográfico del disco solar de Ajenatón. La idea de protección también es expresada en las escenas de El Amarna, durante el reinado de Ajenatón, donde el rey está representado bajo el disco solar, Atón, y uno o más de sus brazos lo alcanzan y rodean su cintura.

En definitiva, el sol radiante con sus brazos extendidos no fue una invención de Ajenatón. Este rey habría desarrollado esta idea de Tutmosis IV en la estela de Guiza, en la conocida representación amarniana del disco solar que emite numerosos rayos en forma de brazos que terminan en manos.

El culto del disco solar, Atón, se desarrolló rápidamente bajo Amenhotep III, pero no amenazó seriamente la primacía de Amón. El "segundo profeta de Amón" en el reinado de Amenhotep III se llamaba también "el servidor del dios Atón". Este texto muestra a Atón como divinidad personificada y señala como posible la existencia del culto al dios Atón en Tebas, junto al culto a Amón.

El "Himno solar a Amón", compuesto durante el reinado de Amenhotep III por los arquitectos del rey, Suty y Hor, contiene ideas y frases muy parecidas a aquellas encontradas en el "Himno a Atón" del reinado de Ajenatón. Evidentemente, las ideas expresadas en este último no fueron totalmente nuevas, ni ciertamente lo fueron las frases con las que esas ideas fueron expresadas.

El himno al dios sol compuesto por Suty y Hor no sólo fue, tal vez, la expresión más clara de la teología solar del período, sino que constituye una estrecha aproximación al "Himno a Atón" de Ajenatón. En el himno compuesto por estos arquitectos se presta exclusiva atención al dios Amón-Ra, dios de poder universal, a quien se llama: "El Señor único". Sin embargo, no se excluye la devoción a otros dioses. Amón-Ra, como luego ocurrirá con Atón, simboliza la protección universal de todas las cosas vivas en todas las regiones del imperio. De este modo, el dios sol, como personificación del poder solar, era el dios supremo y creador, y, en consecuencia, era fuente de vida.

La existencia de títulos como "escriba del tesoro del templo de Atón" y "Mayordomo de la mansión del disco" establecen la posibilidad de la construcción de una capilla a Atón, en o cerca del recinto del gran templo de Amón en Karnak. Un escarabajo de Amenhotep III encontrado en Sedeinga, Nubia, menciona al disco solar como: "Atón, señor heliopolitano de los Dos Países"; epíteto que hace alusión al señorío de este dios en las dos partes de Egipto.

El rey es identificado con el disco cuando adopta el nombre de "el disco solar deslumbrante", aplicado a su palacio de Malkata, a una compañía militar y a su barca real. El rey es "el divino dios que emerge desde Atón"; expresión que revela la condición divina del rey y describe su nacimiento físico, como hijo del mismo dios.

También, durante el reinado de Amenhotep III, las acciones atribuidas normalmente al rey en su aspecto de "gobernante del mundo" son, ahora, aplicadas al disco solar. Atón es el "disco solar deslumbrante de todas las tierras", demostrando así una aproximación a la conocida imagen, de la época de El Amarna, de Atón como el "gobernante del mundo". Atón no se ha apropiado aún de las cartelas reales, como lo hará durante el reinado de Ajenatón, pero comparte epítetos con el rey.

Durante el reinado de su padre, Amenhotep III, el rey será identificado como el "disco solar de todas las tierras, en relación al dominio universal real, y como el "disco solar deslumbrante a la cabeza del ejército", en textos donde el faraón es descripto como un conquistador. La identificación del disco solar con el rey es un recurso utilizado por Amenhotep III que lo habilita en su función de gobernante del imperio. El disco solar es el símbolo de la idea imperial, representada en una forma visible. Atón representa el poder real, poder divino por excelencia, pero animado, adorado bajo la forma del disco solar. El disco llega a ser la representación de la idea del señorío del mundo. Por consiguiente, Amenhotep III se identifica con el "disco solar deslumbrante", Atón, para demostrar que ha adquirido el gobierno del imperio.

El culto a Atón

Su culto data del Reino Antiguo. Tutmosis IV y Amenhotep III le habían rendido veneración, convirtiéndose en culto monoteísta, o henoteísta, durante la reforma religiosa del faraón Amenhotep IV "Amón está satisfecho", quien cambió su nombre por el de Ajenatón "Resplandor de Atón" o "Útil a Atón", en el siglo XIV a.n.e. Su principal templo estaba en la ciudad Ajetatón “El Horizonte de Atón”, en la actual Tell el-Amarna.

El Himno a Atón, grabado en un muro de la tumba de Jeperjeperura Ay, y escrito por Ajenatón, es uno de las más bellos exponentes literarios de la cultura egipcia. Gran parte del clero, al perder sus privilegios, se opuso al culto preferente a Atón y los egipcios siguieron venerando a sus antiguos dioses.

Tras la muerte del Ajenatón se volvió paulatinamente a la situación anterior y, posteriormente, se abandonó Ajetatón (Amarna) y a la ascensión de la Dinastía XIX se pretendió borrar todo vestigio de la aventura teocrática de Amarna.

Fuentes