Béla IV de Hungría

Béla IV
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Rey de Hungría
Bela IV de Hungria.jpg
Reinado 1235-1270
Nombre real Béla IV de Hungría
Nacimiento 1206
Fallecimiento 1270
Bandera de Hungría Hungría
Predecesor Andrés II de Hungría
Sucesor Esteban V de Hungría
Descendencia * Yolanda de Polonia
* Isabel duquesa de Baviera
* Constanza de Hungría
* Ana de Hungría
* Esteban V de Hungría
* Santa Margarita de Hungría
* Bela de Hungría (Duque de Eslavonia)
Dinastía Dinastía de los Árpád
Padre Andrés II de Hungría
Madre Gertrudis Merán

Béla IV de Hungría. Rey de Hungría, nacido en 1206 y fallecido en 1270. Fue el último gran representante de la dinastía de los Arpad y durante su reinado Hungría se vio sacudida por las invasiones tártaras. Encaminó su gobierno a la reconstrucción material y espiritual del país, su defensa y a asegurar la paz y el cuidado de sus habitantes.

Síntesis biográfica

Rey de Hungría, último gran representante de la dinastía de los Arpad y durante su reinado Hungría se vio sacudida por las invasiones tártaras. Encaminó su gobierno a la reconstrucción material y espiritual del país, su defensa y a asegurar la paz y el cuidado de sus habitantes. Nació en 1206 y fallecó en 1270.

Fue hijo de Andrés II de Hungría y de Gertrudis Merán, primera esposa de Andrés. Durante los últimos años de reinado de Andrés II, Bela fue asociado al trono de su padre y tuvo a su cargo la administración de una parte del país.

Béla, rey

Ascendió al trono de San Esteban en 1235 e inmediatamente trató de frenar la anarquía feudal mediante enérgicas medidas. Lo primero que hizo Bela IV al subir al trono fue vengarse del instigador del asesinato de su madre, Bank, que había sido perdonado por Andrés II y había ocupado importantes cargos en la corte, pero al que Bela IV desposeyó de sus bienes, desterró y repartió sus propiedades entre Nana de Berench y el conde Merse. El rey creó comisiones reales supervisoras de las donaciones de tierras, cuyo objetivo fue recuperar las posesiones reales entregadas a los grandes señores por sus predecesores; quiso reforzar el poder real disminuyendo la influencia de los señores laicos. Pero con ello sólo logró aumentar el descontento de los súbditos, que además veían como el reino se llenaba de cumanos, a los que Bela acogió en Hungría cuando huían de los mongoles. El desprecio a los cumanos se manifestó tanto en las clases nobiliarias, que rechazaban su ignorancia de las relaciones feudales, como en los siervos, afectados por las migraciones y el daño causado por sus rebaños.

A pesar de las convulsiones internas, Bela IV rechazó con éxito los ataques del príncipe austriaco Federico de Bamberga y del emperador Federico II, que aspiraba a hacer de Hungría un Estado vasallo del Imperio. Pero estas guerras distrajeron la atención del más peligroso enemigo que acechaba el reino: los tártaros. A la noticia de que los tártaros se acercaban a Hungría, Bela IV hizo circular por el país la espada bañada en sangre, símbolo tradicional para invitar a la gente armada a presentarse en el campo real y luchar junto al rey.

A principios de 1241 las tropas mongolas irrumpieron en Hungría y los húngaros presentaron batalla junto al rió Sajó. El kan de los mongoles, Batu, utilizó la táctica de los pueblos nómadas de a caballo de fingir una huida, lo que descompuso las formaciones húngaras, que fueron masacradas después. El rey tuvo que huir, primero a Pozsony y luego a Austria, donde fue apresado por Federico de Bamberga. Pudo recuperar su libertad a cambio de un elevado rescate y de hipotecar las provincias orientales del país. Marchó a Zagreb y allí pidió ayuda al papa, al emperador de Alemania y al rey de Francia para detener a los invasores, pero no obtuvo respuesta, por lo que se dispuso a luchar contando sólo con sus propias fuerzas. No sirvió de nada la línea defensiva que el rey estableció en febrero de 1242 en el Danubio, porque los tártaros lograron cruzarlo y ocuparon el territorio de casi todo el país. Bela se refugió en el castillo de Trau, en Dalmacia, que fue sitiado sin resultado por las tropas mongolas, dado que carecían de barcos. En verano de aquel año los tártaros abandonaron repentinamente Hungría, a causa de las divergencias internas que surgieron en el imperio mongol tras la muerte del Gran Kan.

Política interior

Bela IV regresó inmediatamente a Hungría, que se encontraba en un estado deplorable, y comenzó la reconstrucción del país. La necesidad más acuciante era evitar un nuevo ataque procedente del Este y ésto hizo que el rey diese un giro en su política interior: del objetivo de recuperar los territorios regios, Bela pasó a fomentar entre los terratenientes la construcción de sólidos castillos de piedra, que se habían manifestado como la mejor defensa en tiempos de la invasión; el propio rey mandó construir muchas fortalezas, entre ellas la de Buda, que bajo su reinado alcanzó la categoría de ciudad. Por otra parte, Bela IV facilitó el desarrollo de las ciudades, a las que otorgó los derechos indispensables para su establecimiento: un territorio rodeado por murallas, una administración, el derecho comunal y el derecho de mercado. Las nuevas leyes e instituciones llevaron a la reconstrucción (un texto de la época apunta lo siguiente: "Este año -1242-, los tártaros han destruido el reino de Hungría, cuya existencia se remontaba a trecientos cincuenta años") del reino, y aún más, a un cierto esplendor.

Todos estos cambios tuvieron una profunda repercusión sobre la sociedad: la construcción de fortalezas y el desarrollo del feudalismo aumentaron enormemente el poder de los grandes terratenientes; los servienses y los siervos de los castillos, que habían notado mejoras gracias a la Bula de Oro de la época de Andrés II, se vieron de nuevo en una situación crítica; los habitantes de las ciudades consiguieron un estado jurídico radicalmente distinto del campesinado. Bela IV favoreció a los servienses para que su unión ejerciese de contrapeso al poder de los grandes magnates: les permitió organizarse en provincias e instituir la figura del juez de los servidores, que velaba por sus intereses. En un decreto de 1267 el rey ordenó que cada provincia debía enviar dos o tres nobles para las sesiones anuales de administración de justicia en Székesfehérvár; en este decreto se menciona por primera vez a la clase de los servienses como nobles, en tanto que a los grandes terratenientes se les denomina barones.

Política exterior

En el plano exterior, Bela IV venció a Federico de Austria (1246) y se anexionó Estiria. Entre 1254 y 1259 luchó contra Ottokar de Bohemia, disputándose el dominio de Austria tras la muerte de Federico. En 1261 firmó una alianza con el rey de Bohemia. Dos años después los tártaros amenazaban de nuevo Hungría, cuando Bela escribió al papa Inocencio IV una carta en la que expuso que el reforzamiento de la región danubiana redundaría en beneficio de Europa entera; esta afirmación ha sido interpretada por algunos historiadores como la prueba más antigua de que los húngaros consideraban su suerte ligada a la de toda Europa. Bela IV estableció lazos familiares con polacos y rutenos y trató, en cierto momento, de ampliar su influencia sobre los Balcanes mediante la conversión de Serbia y Bulgaria en provincias vasallas.

Sucesión

Al final de la vida de Bela IV, su hijo Esteban se levantó contra él y consiguió que la mitad de los nobles del reino se pusiesen de su parte. Esteban atacó a su padre y le venció, obligándole a dividir el país y otorgarle la soberanía sobre Transilvania (hoy Rumanía) y Valaquia. Bela fracasó al intentar imponer a su segundo hijo, Bela, sobre su primogénito, y trató de establecer relaciones dinásticas con la casa Anjou de Nápoles, al casar a su nieta María con el príncipe Carlos el Cojo. Estas relaciones constituyeron más tarde el fundamento para el derecho de sucesión de la casa Anjou de Nápoles al trono de Hungría. A su muerte, Bela IV fue sucedido por su hijo Esteban V de Hungría.

Fuente