Batalla de Balaclava

Batalla de Balaclava
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Parte de Guerra de Crimea (1853-1856)
Batalla de Balaclava.jpg
Batalla de Balaclava
Fecha 25 de octubre de 1854
Lugar Balaclava, Ucrania
Beligerantes
Bandera de Rusia Imperio ruso Coalición:
Comandantes
Bandera de Rusia General Pavel Liprandi Bandera del Reino Unido Lord Raglan

Bandera de Francia General Canrobert

Fuerzas en combate
25 000 20 000
Bajas
627 615

Batalla de Balaclava. Tuvo lugar el 25 de octubre de 1854 en la localidad del mismo nombre, en la actual Ucrania, y enfrentó al Imperio Ruso contra una coalición formada por Gran Bretaña, Francia y el Imperio Otomano, como parte de la Guerra de Crimea (1853-1856). En este combate no hubo un claro vencedor, y sólo pasó a la posteridad gracias a la famosa carga de la brigada ligera británica. En la historia rusa es más conocida por la batalla de Kadikoi, localidad más cercana al escenario de la batalla.


Antecedentes

En el transcurso de las operaciones de guerra, los aliados habían puesto sitio a la ciudad de Sebastopol, puerto ruso ubicado en la península de Crimea. El ejército francés, bajo el mando del general Canrobert, ocupó la costa oeste, mientras que el británico, bajo el mando de Lord Raglan, se trasladó al puerto sureño de Balaclava, con la misión de apoyar el flanco derecho durante las operaciones de asedio aliadas, para lo cual no tenía tropas suficientes. Para proteger esta ruta y el puerto cercano a Balaclava, se habían mandado a construir en las colinas 6 fortines artillados, pero el día de la batalla sólo estaban acabados los cuatro más orientales, guarnecidos con tropas turcas provistas de artillería. En el fortín más occidental los artilleros eran británicos.

Aprovechando esta situación, los rusos decidieron atacar las defensas aliadas en los alrededores de Balaclava, con la esperanza de interrumpir la cadena de suministro entre la base británica y sus líneas de asedio, lo que comprometería el asedio de Sebastopol y supondría un duro golpe a los aliados.

El plan ruso era atacar en tres ejes diferentes; en el sur, el general Gribbe, con tres batallones de infantería, caballería y artillería, intentaría tomar el pueblo de Kamara y las alturas aledañas. Hacia el centro, dos columnas, bajo el mando del general Semiakin atacarían los fortines 1 y 2, tras cruzar el río Tchernaya. El tercer eje, en el norte, cruzando el puente Tractir, con dos regimientos bajo el mando del coronel Skiuderi, avanzar ía hacia el fortín nº 3. Una vez eliminada la línea defensiva, la caballería (14 escuadrones de húsares y un regimiento de cosacos, dirigidos por el teniente coronel Ryzhov) atacaría la localidad de Kadikoi. Otros 5.000 hombres protegerían su flanco.

Para este ataque, los rusos contaban con unos 25.000 hombres dirigidos por el general Liprandi, llegado al mando de la 12ª división de infantería, para reforzar a las tropas ya presentes en la zona bajo el mando del príncipe Menshikov; disponiendo para la batalla de 78 cañones en total.

Desarrollo de la batalla

Comienza el ataque

La batalla comenzó a las 6:00 am, momento en el que los cañones del fortín nº 1 abrieron fuego contra las tropas rusas que se aproximaban. Tras un intenso cañoneo y una abrumadora superioridad numérica, los rusos tomaron los primeros 3 fortines. Los soldados turcos huyeron hacia el puerto, abandonando los cañones sin haberlos inutilizado previamente. En el fortín nº 4, los artilleros británicos, antes de retirarse, clavaron los cañones dejándolos inservibles.

A continuación, los rusos se concentraron en torno a los fortines ya capturados para lanzar su caballería hacia Kadikoi. Raglan puso en alerta a varias divisiones en los valles norte y sur, que no lograron alcanzar sus posiciones hasta las 10:30 am, mientras Canrobert, dándose cuenta del riesgo que corrían las líneas de comunicación británicas, envió dos brigadas de infantería y 8 escuadrones de caballería al oeste del valle sur. Lord Lucan, comandante de la caballería británica, advirtió el movimiento alertando a su superior Raglan, y este último dio órdenes de desplegar la caballería pesada del general de brigada James Scarlett en su flanco derecho, y la caballería ligera de Lord Cardigan cerca de la desembocadura del valle norte.

La delgada línea roja

La delgada línea roja

Una vez ocupados los fortines, la caballería rusa, con alrededor 2900 jinetes, siguió avanzando hacia el puerto. Les salió al encuentro el 93° regimiento de highlanders (montañeses), al mando de Colin Campbell y formado por 500 hombres. Campbell ordenó a su regimiento formar en dos líneas para detener a los rusos. Lo usual para hacer frente a la carga de la caballería rusa habría sido disponer los hombres formando cuatro filas de fondo, una detrás de otra disparando alternativamente, o bien en forma de cuadrado como en Waterloo en 1815, pero Campbell no disponía de hombres suficientes para eso, así que decidió distribuirlos en sólo dos filas, lo que en teoría hacía imposible que pudieran detener el avance ruso, pero no había otro remedio. Campbell arengó a sus hombres, anunciándoles que: [1]

"No hay retirada desde aquí, soldados. Deben morir donde se encuentran."

La caballería enemiga se fue aproximando y el 93° regimiento hizo una primera descarga, luego una segunda y una tercera, pero la potencia de fuego no era lo bastante intensa para detener el avance ruso. Viendo lo delgada que era la línea de infantería que se les enfrentaba (considerada generalmente incapaz de frenar una carga de caballería), el general ruso dedujo que era sólo una trampa y que tras esa fila de soldados les aguardaba una fuerza mucho mayor, por lo cual ordenó la retirada. El corresponsal de guerra del periódico inglés The Times, William H. Russell, escribió que no vio nada entre la carga de caballería rusa y la base de operaciones británica en Balaclava salvo la "delgada raya roja culminada con una línea de acero"[2] del 93º. Este hecho se conoce popularmente como «la delgada línea roja», una frase que pasó a simbolizar la sangre fría británica en la batalla.

La carga de la brigada pesada

De momento, el campamento británico había sido salvado gracias a la acción de los highlanders, pero el peligro continuaba, ya que una nueva carga de la caballería rusa se aproximaba. Esta vez le tocó a Scarlett hacerle frente con quinientos hombres de la brigada de caballería pesada. La caballería británica entabló combate contra los jinetes rusos, atacando por el flanco izquierdo. A pesar de la inferioridad, Scarlett cargó con sus hombres contra la detenida caballería rusa que, según su comandante, se estaba reorganizando para poder encarar a la caballería británica.

Tras 10 minutos de combate Ryzhov retornó a las colinas de Woronzow con los supervivientes, dejando atrás alrededor de 40 muertos, a los que habría que sumar 200 heridos. Scarlett sólo perdió 10 hombres, con 98 heridos. Fue una victoria que desgraciadamente no pudo ser rematada, debido a la desastrosa carga de la caballería ligera que aconteció esa misma mañana.

La carga de la brigada ligera

La carga de la Brigada ligera

Sobre las 10 de la mañana la primera fase de la batalla había concluido sin un claro vencedor: los rusos habían tomado los 4 fortines de los aliados, sin embargo la brigada pesada de la caballería británica había hecho retroceder a los jinetes rusos hacia las colinas que se encontraban a la derecha de la entrada de un valle al que llamaban valle del norte, con una longitud de un kilómetro y medio y una anchura de casi un kilómetro. Al fondo del mismo los rusos habían situado la artillería pesada y las tropas de infantería, mientras que a ambos lados estaban las restantes piezas de artillería. La prudencia aconsejaba acabar el combate ahora que los rusos se retiraban y así reorganizar las fuerzas, pero Raglan no pensaba lo mismo y envió al capitán Louis Edward Nolan con un mensaje para Lucan, ordenándole que enviara a la brigada ligera de caballería de Cardigan a las colinas, donde la caballería rusa se estaba retirando para recuperar la artillería.

Parece que la orden de Raglan se refería a un reducto que habían tomado los rusos a los turcos en las colinas de Woronzow, en el lado derecho del valle, mientras que Lucan entendió que la orden hacía referencia a la batería de cañones rusos existentes al fondo del valle, aproximadamente 1,5 km más lejos, que aunque no eran visibles desde las posiciones ocupadas por la división de caballería desplegada en el comienzo del valle, sí podían verse desde el puesto de mando de Raglan en las colinas Sapoune.

Justo después de las 11:00 am la brigada ligera comenzó su ataque. Los hombres de Cardigan comenzaron a cabalgar a lo largo del valle, recibiendo el fuego de los cañones enemigos situados a ambos lados de las colinas. Al ver esto, Nolan probablemente tomó conciencia del desastre al que se dirigían e inició una veloz cabalgada para detener a Cardigan. Sin embargo, un certero disparo ruso lo derribó y lo convirtió en la primera baja de la carga. La brigada siguió cabalgando y tras 7 minutos de casi ininterrumpido cañoneo y fuego de los fusiles de la infantería enemiga, logró llegar frente a los cañones rusos situados al final del valle. Allí, los supervivientes de la caballería entablaron combate con los artilleros antes de ser atacados por la caballería cosaca que permanecía en la reserva, mientras que un regimiento ruso de lanceros fue movilizado para situarse detrás de la caballería y cortar su retirada; sin embargo, los británicos consiguieron romper el cerco. En su retirada fueron nuevamente atacados por los cañones rusos, permaneciendo la caballería pesada de Scarlett al pie del valle norte, sin arriesgarse a entrar, al contrario de la caballería francesa, la cual rompió la línea rusa de la colina de Fedyukin y cubrió a los supervivientes de la brigada ligera durante su retirada.

Las pérdidas en el valle del norte desaconsejaron cualquier ataque a gran escala por parte de los aliados. La batalla había costado a los rusos 627 bajas, a los aliados, 615.

Consecuencias

Después de la acción descrita, la batalla acabó con un duelo de cañones sin resultado alguno, quedando los rusos dueños de los baluartes exteriores del campamento de Balaclava, y por consiguiente de la carretera de Woronzow, que los británicos necesitaban para la comunicación entre el campamento y el ejército sitiador de Sebastopol, contabilizándose la batalla como una victoria en los anales militares rusos. Sin embargo, desde el punto de vista estratégico, los aliados mantuvieron las posiciones de asedio alrededor de Sebastopol, que terminó cayendo casi un año después (septiembre de 1855) por lo que a largo plazo fue favorable para estos últimos.

Repercusiones en Gran Bretaña

La lentitud de las comunicaciones marítimas hizo que las nuevas del desastre de la brigada ligera no llegaran a conocimiento del público británico sino tres semanas más tarde, pero desde el primer momento la prensa se hizo eco de la valentía que supuso la carga, al tiempo que se discutía acerca de quién debería asumir la responsabilidad de haber causado tantas bajas sin resultados aparentes.

Las responsabilidades por la suicida carga se repartieron como sigue: por un lado Raglan por no emitir las órdenes con claridad; Lucan por no exigir que sus dudas fueran aclaradas antes de lanzar el ataque y Cardigan por no ponerse en contacto con el resto de los oficiales al mando. Tiempo después Raglan pronunciaría un discurso en el que trató de justificar los hechos. Finalmente, Lucan logró escapar a la reprobación por la carga, pues aunque ya no volvió jamás al servicio activo en el ejército, ascendió a general en 1865 y fue nombrado mariscal el año inmediatamente anterior a su fallecimiento.

La carga continúa siendo objeto de estudio por parte de los historiadores militares y de los estudiantes, como un ejemplo de lo que puede salir mal cuando se carece de informaciones militares precisas y las órdenes no son claras. Se ha discutido desde el punto de vista de la historia militar si el error fue de quien dio la orden o si estuvo en la manera en que se ejecutó, pero casi todos los registros históricos indican que la decisión de realizar esta acción militar se tomó de manera apresurada y sin el debido análisis de la situación. Se ordenó cargar sin apoyo de infantería desde una zona poco apropiada, y al parecer el momento y la forma estuvieron mal elegidos, con lo que la culpa sería de los oficiales que dieron la orden, siendo Raglan el principal responsable.

Influencias

En el periodismo

La frase «la delgada línea roja» quedaría en el lenguaje militar y periodístico para describir unas defensas valerosas y en inferioridad numérica ante el enemigo, y también para referirse al propio ejército británico (por ser el rojo el color de su uniforme), significando la delgada línea roja la defensa de los territorios del extenso Imperio británico con un número muy reducido de hombres.

En la literatura

El 9 de diciembre de 1854, Lord Alfred Tennyson, uno de los poetas más importantes de la literatura británica, publicó el poema "La carga de la Brigada Ligera", donde inmortalizaría para siempre aquel hecho militar convertido en hazaña. Dicho poema causó un gran impacto en la sociedad victoriana de la época, componiéndose música para su recitado. En los colegios británicos se hizo obligatoria su memorización por los escolares y hasta épocas bien recientes todo ciudadano británico conocía desde pequeño la famosa acción de la carga de la brigada ligera.

También Tennyson dedicaría un poema a la carga de la brigada de caballería pesada titulado: "La Carga de la Brigada Pesada", aunque no en aquel momento sino años después, en 1882, y sin la misma repercusión que su célebre poema dedicado a la brigada ligera.

En el cine

De la batalla de Balaclava, el suceso más memorable fue sin duda alguna la carga de la brigada ligera, la cual ha sido llevada a la pantalla en tres ocasiones:

  • La carga de la brigada ligera (The Charge of the Light Brigade), de 1936, dirigida por Michael Curtiz y con Errol Flynn, Olivia de Havilland y David Niven en los papeles principales. Visión hollywoodense inspirada en Rudyard Kipling, donde se ofrece una imagen mítica del imperialismo británico. Aunque no es muy fiel en cuanto al tratamiento histórico sí transmite el heroísmo de lo que allí sucedió.

En la pintura

La acción de la delgada línea roja fue inmortalizada en un cuadro del mismo nombre, por el pintor escocés Robert Gibb en 1881, el cual está expuesto en Museo Nacional de la Guerra en el castillo de Edimburgo.

Los protagonistas

Referencias

  1. La Guerra de Crimea, 1ª parte
  2. William H. Russell. The war in the Crimea- from our special correspondent- Heights Before Sebastopol, The Times 14 November 1854, p7.

Fuentes

  • Batalla de Balaclava.Consultado el 16 de diciembre de 2013.
  • La Guerra de Crimea, 1ª parte.Consultado el 16 de diciembre de 2013.
  • William H. Russell. The war in the Crimea- from our special correspondent- Heights Before Sebastopol, The Times 14 November 1854.