Batalla de Pavía (Italia, 1525)

Batalla de Pavía
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Recreación de la batalla
Fecha:24 de febrero de 1525
Lugar:Pavía, Bandera de Italia Italia
Descripción:
Carlos V, heredero de la corona del Sacro Imperio Romano Germánico había heredado por parte de su abuelo Maximiliano la potestad del cetro más los Países Bajos y los territorios austriacos. Por parte de sus abuelos paternos heredó, asimismo, Reino de Castilla, Nápoles, Sicilia, las Indias, Aragón y Canarias.
Resultado:
La cuestión por el Ducado de Milán comenzó antes de la presencia del emperador Carlos V, en épocas de Luis XII, rey de Francia quien, en función de derechos sucesorios, destronó a uno de los Sforza para retomar el poder francés sobre el Milanesado, poder que mantuvieron hasta 1513 en que fueron nuevamente destituidos. Por otra parte, las posesiones de Carlos V rodeaban a las francesas y, en tal sentido, la restitución del Milanesado era de vital importancia para Francia como zona de litigio.
Consecuencias:
Entre 1521 y 1524 las luchas se suceden entre ambas coronas hasta enfrentarse definitivamente en la batalla de marras, en las cercanías de Pavía, ciudad italiana. Hacia fines de 1524 Francisco I había sitiado Milán, dejando como gobernador de Luis de la Trémoille. Es allí cuando los españoles evacuan la zona, se atrincheran en Pavía y son sitiados por Francia. En medio del combate Francisco I fue herido y atrapado en el campo de batalla por un soldado español que, desconociendo que era el mismo rey de Francia, lo apresó. Finalizada la lucha con la victoria española, el rey galo fue llevado a Madrid y liberado por Carlos V. Posteriormente, en 1526 y tras el Tratado de Madrid Francisco renunció al Milanesado y otros territorios.
País(es) involucrado(s)
Beligerantes
  • Imperio de Carlos de Habsburgo
Líderes:
Comandantes

Batalla de Pavía: Realizada el 24 de febrero de 1525. En la cual se enfrentaron Francisco I de Francia y las fuerzas de Carlos V o Carlos I de España por la tenencia del Milanesado.

Resumen de los hechos

La consecución en 1519 , por parte de Carlos I de España, del título de Emperador del Sacro Imperio Románico Germánico, puso a Francisco I de Francia, que también había optado al título de Emperador, en una preocupante posición geopolítica. La enorme concentración de títulos en manos de Carlos I preocupa al rey de francés.

Francia había quedado rodeada por los territorios del supuesto enemigo, prácticamente todas sus fronteras estaban amenazadas por los intereses españoles y alemanes. Con el otorgamiento del título imperial por los príncipes electores, Carlos I de España y V de Alemania se había convertido en el personaje más poderoso del mundo conocido.

Guerra entre Francia y el Sacro Imperio Romano Germánico

Esta situación dio lugar a una guerra entre El Imperio y Francia. Francisco I tomó la iniciativa contra el Imperio y decidió anexionarse el ducado de Milán o Milanesado, el norte de la península italiana. Es el comienzo de la guerra de los cuatro años, desde 1521 al 1524, entre la corona Habsburgo de Carlos I de España y la corona francesa de la Casa de Valois. Alrededor de 40.000 franceses capitaneados por su propio rey entraron a sangre y fuego en la península italiana.

Esta tremenda guerra se tradujo en numerosas batallas entre ambas dinastías. La potente artillería francesa sometió a asedio a numerosas plazas del Milanesado. Los soldados alemanes y españoles tuvieron que aguantar mucho para soportar el ímpetu de los soldados franceses. La mayoría de las plazas españolas pudieron mantener la posición imperial, gracias a una resistencia tenaz.

El 27 de abril de 1522, ocurre la Batalla de Bicoca, esta fue la primera batalla perdida por los franceses. Terminó con victoria aplastante de los tercios españoles . Fue tan fácil la victoria hizo que en castellano la palabra «bicoca» pasara a ser sinónimo de “cosa fácil o chollo”.

El ejército francés , al mando del general Lautrec, estaba compuesto por piqueteros suizos y tenían superioridad numérica. Se inició la batalla, cuando 15.000 temidos piqueteros suizos . Por su parte, el jefe de las tropas imperiales era el anciano general Próspero Colonna, de 69 años, que contaba con unos 4.000 arcabuceros españoles como fuerza principal de su ejército.

Los suizos perdieron la batalla por culpa de un exceso de moral y de una pésima disposición de su cuerpo de. Los suizos debían superar una larga cuesta , lo que impidió materialmente cargar contra los españoles y les convirtió en un blanco perfecto para los arcabuceros españoles, quienes masacraron a los suizos. Después de perder 22 capitanes y unos 3.000 hombres, los suizos se vieron obligados a retirarse sin llegar a entablar batalla real. Los españoles no perdieron ninguno de sus efectivos y los suizos con la moral por los se retiraron a sus cantones.

30 de abril de 1524. Batalla del Sesia, cerca del rio Sesia . El ejército español, mandado por Carlos de Lannoy venció a 40.000 franceses mandados por el Almirante Bonnivet y el conde de Santa Pola, El 25 de octubre de 1524, el rey Francisco I de Francia cruzó los Alpes y a comienzos de noviembre conquista la ciudad de Milán , nombrando gobernador a Luis II de la Trémoille. Tras su derrota, los españoles abandona Milán y se dirigieron al bastión de Pavía. 2.000 arcabuceros españoles, 4.500 lansquenetes alemanes y 30 jinetes pesados, mandados todos ellos por Antonio de Leyva, se atrincheraron en la cercana Pavía . A continuación los franceses inician el asedo a la ciudad con un ejército de unos 30.600 hombres y 53 piezas de artillería.

Antonio de Leiva, veterano de la Guerra de Granada, aguantó sorprendentemente en Pavía el asedio de las tropas francesas con 6.530 hombres , los cañonazos de la potente artillería francesa eran incesantes; pero lo peor fue el hambre y la enfermedad que se habían adueñado de las tropas imperiales. Escaseaba el pan y faltaba el agua pero los imperiales continuaban en su obstinada resistencia.

Habían transcurrido ya tres meses y Pavía continuaba defendiéndose. Francisco I había decidió agotar por hambre y sed a los asediados. Pero esta estrategia no le salió bien, finalmente las tropas de Leyva iban a recibir refuerzos desde Alemania.

Mientras los franceses esperaban la rendición de Antonio Leyva, Carlos I mandó un ejército de auxilio desde Alemania a Pavía al frente estaba el marqués de Pescara. El objetivo era apoyar a las tropas de Leyva y romper el cerco.

En Pavía, los soldados imperiales alemanes y suizos no recibían sus “soldadas” y amenazaron con rendirse al enemigo. Los capitanes y generales españoles desembolsaron de su propio bolsillo el dinero para que las tropas alemanas y suizas aguantaran. Ante la difícil situación de sus oficiales, los 2.000 arcabuceros españoles decidieron que seguirían defendiendo Pavía aún sin cobrar. Un ejemplo para alemanes y suizos que decidieron sumarse también al empeño de resistencia numantina en Pavía.

24 de febrero de 1525. El ejército imperial de refuerzo llegó a Pavía y abre fuego contra los franceses. Constituido por 13.000 lansquenetes alemanes, 6.000 infantes de los tercios españoles y 3.000 italianos con 2.300 jinetes y 17 cañones.

Desarrollo de la batalla

Las tropas francesa que sitiaban a las tropas españolas, ahora eran sitiadas por las tropas de refuerzo. Desde que acampó ante Pavía no pasó día en que Pescara no fingiera un ataque nocturno contra los franceses. Los franceses se acostumbraron a las falsas alarmas y de esta forma aprovecharía cogerles desprevenidos. El grueso del ejército francés está acampado en el parque del castillo del Mirabello, a las afueras de Pavía, parque rodeado por una muralla de más de 10 kilómetros de longitud y de 2,5 m de alto .

Ataque Imperial

A las 3 de la mañana del 24 de febrero de 1524 los imperiales se la iban a jugar con todo lo que tenían. Durante la noche la infantería del emperador, se había puesto las camisas blancas sobre las armaduras para reconocerse entre ellos. Los encamisados, así llamados porque llevaban las camisas blancas encima de las armaduras, era su uniforme de guerra nocturna que les permitía reconocerse de noche.

Las órdenes eran avanzar en silencio hasta el cercado del castillo de Mirabello donde estaban atrincheradas las tropas francesas y abrir brechas en sus muros. Pescara envió dos compañías de encamisados a abrir una brecha en el muro del parque que protegía a los franceses.

A las 5 de la mañana, los encamisados habían abierto tres brechas por las que al amanecer pasaría Pescara al frente de los imperiales con sus escuadrones de piqueros flanqueados por la caballería. Los tercios y lansquenetes pasaron en formación compacta, con largas picas protegiendo a los arcabuceros.

Francisco I ordenó entonces cargar a la caballería francesa. La flor y nata de la aristocracia francesa se iba a topar con la mejor arma de la época, los tercios españoles. Los tercios invictos desde las primeras batallas de Italia y que ahora, en Pavía, iban a demostrar su auténtica capacidad para el combate. Los encamisados fueron lanzados en primer lugar, era el cuerpo ligero de la tropa de infantería.

Los 3.000 arcabuceros de Fernando de Ávalos clavaron su picas, apuntaron bien, dispararon y rápidamente terminaron con la primera línea de la caballería pesada francesa. Más tarde los alabarderos y piqueros entraron en combate cuerpo a cuerpo.

Mientras tanto Carlos de Lannoy al mando de la caballería española y el marqués de Pescara, en la infantería, luchaban ya contra la infantería francesa comandada por el comandante Ricardo de la Pole y Francisco de Lorena. Los franceses caían a cientos, siendo una batalla auténticamente sangrienta.

Retirada de las tropas de Leyva

Antonio de Leyva reacciona ante la situación favorable de los imperiales españoles y ordenó la salida de sus fuerza de la ciudad para apoyar a las tropas que habían venido en su ayuda. Esta valiente acción de Leyva sobre el ala derecha de los franceses, atrapó al enemigo entre dos fuegos que no pudieron superar.

Las tropas de Leyva cercaron a la retaguarda francesa y les cortaron la retirada. Bonnivet, principal consejero militar de Francisco, se suicidó. Los cadáveres franceses comenzaban a amontonarse unos encima de otros. Muchos franceses, viendo la derrota, intentaban escapar. Al final las bajas francesas ascendieron a unos 8.000 muertos y 2.000 heridos.

Captura de Francisco I de Francia

La situación era dramática para las tropas francesas; se luchaba cuerpo a cuerpo y los tercios no perdonaban la vida de los franceses. El rey de Francia y su escolta también combatía a pie; en el fragor de la batalla , Francisco I con un grupo de leales , quedó copado por las tropas. Francisco I cayó del caballo y al intentarse levantar se encontró con el estoque de un soldado de la infantería española, era el vasco Juan de Urbieta. Juan no sabía que había apresado al mismísimo rey de Francia.

Juan de Orbieta, junto al granadino Diego Dávila y el gallego Alonso Pita da Veiga, no eran conscientes de a quien acababan de apresar, pero por las vestimentas supusieron que se trataría de un noble francés. Aquel preso resultó ser el mismísimo rey de Francia. El rey de Francia Francisco I había caído prisionero de Carlos I. La noticia corrió como la espuma por todos los territorios europeos. Francia había sido humillada por la captura de su monarca a manos de los tercios españoles.

Concecuencia de la batalla

En la batalla murieron los más granado de los nobles franceses, como Bonnivet, Luis II La Tremoille, La Palice, Suffolk, y Francisco de Lorraine.

El 12 de agosto de 1525. Prisionero de los españoles, Francisco I fue llevado a Madrid, quedando prisionero inicialmente en la Torre de los Lujanes, situada en la actual Plaza de la Villa de Madrid. Días más tarde, el rey francés, escribió una carta a su madre expresándole su desgracia: "De todo, no me ha quedado más que el honor y la vida, que está salva".

El 14 de enero de 1526. Por imposición de Carlos I, Francisco I firma en 1526 el Tratado de Madrid. Por el tratado, Francisco I renunciaba a sus derechos sobre Milanesado, Génova, Nápoles, Flandes, Artois y Borgoña en favor del emperador Carlos I. Además, Francisco I se comprometía a casarse con la hermana de Carlos I, Leonor, y a enviar a dos de sus hijos a España como garantía del cumplimiento del tratado.

Firmado el tratado, Francisco I quedó en libertad, aunque el tratado no fue respetado e inmediatamente los franceses volvieron a atacar las posesiones españolas en Italia. Carlos V confió en el honor del francés y la verdad pecó de inocente.

El 6 de mayo de 1527 ocurre el Saqueo o Saco de Roma “Sacco di Roma”. Después de su liberación, como era de esperar, Francisco I se alió con el Papa Clemente VII para luchar contra el Imperio español, lo que produjo que Carlos I atacara y saqueara Roma. Las tropas Imperiales entran en Roma sometiendo a la ciudad a un saqueo.

Casi toda la Guardia del vaticano fue destruida por las tropas imperiales en las misma escalinatas de la Basílica de San Pedro. De los 189 guardias sobrevivieron 42. La acción heroica de la guardia vaticana, permitió a Clemente VII escapar a través un corredor secreto que todavía une la ciudad del Vaticano y el castillo de San Ángelo.

Posteriormente comenzó el saqueo de las iglesias y monasterios no españolas y los palacios de los cardenales fueron destruidos y despojados de todo objeto precioso. Los imperiales trazaron graffitis con vivas a Lutero a punta de alabarda sobre los frescos de la Capilla Sixtina.

El 6 de junio de 1527, Clemente estando prisionero en el castillo de San Ángelo, se rindió y acordó pagar un rescate de 400.000 ducados a cambio de su vida; las condiciones incluían la cesión de Parma, Piacenza, Civitavecchia y Módena al Sacro Imperio Romano Germánico.

Véase también

Bibliografía

  • Manuel Pedregal y Cañedo, "Estudios sobre el engradecimiento y la decadencia de España"
  • Juan Carlos Losada Malvárez, "Batallas decisivas de la historia de España"
  • James D. Tracy, "Emperor Charles V, impresario of war: campaign strategy, international finance, and domestic politics"
  • Jean Giono, "La batalla de Pavia, 24 de febrero, 1525"