Fertilización in vitro

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Fertilización in vitro
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Concepto:Tratamiento de fertilidad de alta tecnología.

Fertilización in vitro (FIV) es un tratamiento de fertilidad de alta tecnología y el más común. Esta técnica fue desarrollada inicialmente para el tratamiento de la infertilidad causada por obstrucción de las trompas. Es la técnica madre de este tipo de tratamientos.

Procedimiento

En esta técnica, la fertilización del óvulo por el espermatozoide se produce en un medio artificial como es el laboratorio, pero el proceso de fertilización es totalmente natural, ya que se colocan un promedio de 200 000 espermatozoides alrededor del óvulo, que es penetrado naturalmente por uno de ellos. Así se forman los embriones que luego son transferidos a la cavidad uterina por medio de diferentes tipos de catéteres, mediante un procedimiento sencillo e incruento.

Así se han tratado factores masculinos, endometriosis, problemas inmunológicos, esterilidad de origen desconocido, etc. y se han incorporado algunos procedimientos como la criopreservación embrionaria, las técnicas de micromanipulación, la recuperación de espermatozoides, el cocultivo, el "assisted hatching" (extrusión asistida), el diagnóstico genético preimplantacional, etc

Pasos de la FIV

Hiperestimulación ovárica controlada y monitorización de la ovulación

Los primeros casos de FIV fueron realizados durante ciclos espontáneos, en la actualidad se sabe que los mejores resultados se logran gracias a la posibilidad de poder recuperar un buen número de óvulos. El médico desea optimizar las oportunidades de embarazo en cada intento de HV, por lo que administra medicación para que se desarrollen varios folículos. Tener varios óvulos y varios embriones, dará mayores expectativas de que al menos uno logre implantarse. Esta administración se denomina hiperestimulación ovárica controlada, pues busca el desarrollo multifolicular con un estricto control de su desarrollo para evitar posibles complicaciones.

Para la hiperestimulación se utilizan diversos fármacos. Es muy común que los médicos utilicen primeramente una medicación denominada análogo de GnRH, que al ser administrado durante un tiempo prolongado disminuye los niveles de las hormonas que produce la propia mujer, permitiendo controlar el ciclo con otra medicación dada a la paciente. El análogo de GnRH en general comienza a administrarse en el ciclo anterior a la fertilización, todos los días hasta el día de la aspiración ovocitaria. En algunos pocos casos, el análogo se comienza a administrar desde la menstruación del ciclo de fertilización. Estos esquemas se denominan, respectivamente, largo y corto.

Una vez que la mujer comienza con la mestruación se administran también diariamente las hormonas que estimulan la ovulación. Para ello existen distintos medicamentos, con múltiples esquemas de administración posibles. Actualmente se sabe que los mejores resultados suelen conseguirse con el uso de esquemas que utilizan solamente FSH recombinante. El médico indica un esquema específico para cada paciente (según edad, niveles hormonales, respuestas previas, etc.), de modo que puede diferir entre las distintas mujeres.

En algún momento del ciclo (generalmente a partir del día 8) el médico indica a la paciente hacerse ecografías transvaginales y quizás análisis hormonales. A través de ellos se conoce cómo están respondiendo los ovarios y por lo tanto, cómo se deben ajustar las dosis de los medicamentos. Cuando los folículos han logrado un crecimiento adecuado, se indica la inyección de otra hormona (hCG), con lo que se termina de madurar al ovocito. De 34 a 38 hs después, se procede a la aspiración folicular.

Si bien en la mayoría de los casos se efectúa hiperestimuiación ovárica, es posible que el médico no utilice ninguno de los fármacos previamente descritos, a fin de obtener la maduración de un solo óvulo y por lo tanto, el desarrollo de un solo embrión. Estos ciclos se denominan "espontáneos o naturales", y pueden utilizarse en casos en que no se desee correr riesgos de embarazo múltiple, o cuando haya antecedentes de malas respuestas a la estimulación.

Recuperación ovocitaria

En un principio los ovocitos se recuperaban por punción de los folículos, por medio de una laparoscopia que requería ingreso hospitalario y anestesia general. Actualmente se efectúa por vía transvaginal y guiada con ecografía, lo que ha permitido efectuar esta técnica en forma totalmente ambulatoria con el uso de anestesia local.

Para realizar esto, el médico primero realiza la anestesia local y luego usa un transductor ecográfico vaginal que tiene una guía de punción por donde se introduce la aguja. Esto le permite ver los folículos, puncionarlos y aspirar el contenido, que luego es enviado al biólogo para que determine si se aspiró el óvulo. Este procedimiento se repite con todos los folículos. El número medio de ovocitos recuperados es de 8-9, y el tiempo de duración de la aspiración de unos 30 minutos.

No necesariamente de todos los folículos se recuperan óvulos. Es posible que algunos folículos no tengan óvulos o que los presenten en un estado madurativo, no apto para ser fertilizado. Por esta razón, el número de folículos que se ve en las ecografías de los días previos no es necesariamente el número de óvulos que se recupera.

Fertilización y cultivo embrionario

Fertilización

Una vez que los ovocitos son recuperados, se examinan en el laboratorio y se clasifican según su madurez. Ese mismo día, el marido o la pareja lleva una muestra de semen que se procesa por una técnica denominada swim up o gradientes de Percoll para separar los espermatozoides móviles. Estos espermatozoides se incuban junto con los óvulos en la estufa, a la misma temperatura que la corporal de la mujer. Después de unas 1 8 horas, los óvulos son examinados para ver si fueron fertilizados. El signo de fertilización es la presencia de dos pronúcleos, el masculino y el femenino.

Lo habitual es continuar el cultivo en el laboratorio durante 48 a 72 horas. Durante ese período, el óvulo fecundado se divide varias veces, por lo que se transforma en un embrión multicelular

Transferencia embrionaria

La transferencia embrionaria es un procedimiento sencillo pero sumamente importante. Se efectúa de forma ambulatoria sin necesidad de anestesia, portando los embriones en un catéter blando que se introduce por el cuello del útero con el fin de depositar los embriones en la cavidad uterina. Generalmente la transferencia suele efectuarse unos 3 días después de la recuperación de los óvulos.

El número de embriones a transferir es un tema muy debatido. En algunos países se limita a un número máximo. Generalmente depende de las características de los embriones y de la edad de la mujer. Habitualmente, el número es entre 2 y 4.

Mantenimiento de la fase lútea

Se denomina fase lútea a la etapa del ciclo menstrual posterior a la ovulación. En esta etapa normalmente el endometrio (capa interna del útero) se prepara para recibir al embrión por medio de una hormona denominada progesterona. En las pacientes que recibieron durante la fase folicular el análogo de GnRH los niveles de progesterona suelen ser bajos, por lo que es necesario suplementarlos. Para ello se utilizan geles de aplicación vaginal o inyecciones intramusculares de la hormona.

Unos 14 días después de la transferencia y si no hubo menstruación, se efectúa el análisis de embarazo. Esta es una etapa de espera que genera mucha ansiedad, por lo que es conveniente efectuar una vida tranquila y realizar actividades que ayuden a la distracción.

Duración del tratamiento

Completar un ciclo de FIV lleva aproximadamente entre cuatro y seis semanas. Tendrás que dejar que transcurran algunas semanas para que tus óvulos maduren. Luego permanecerás junto con tu pareja aproximadamente medio día en el consultorio o la clínica donde te extraerán los óvulos y harán que se produzca la fecundación. Será necesario que regreses entre dos y cinco días después para que los introduzcan en tu útero aunque podrás volver a tu casa ese mismo día.

Resultados de la FIV

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Las tasas de embarazo de esta técnica varían principalniente según la edad de la mujer, la causa de la infertilidad, la calidad de los óvulos, el número de embriones transferidos, la calidad espermática, etc. Globalmente, las tasas de embarazo son aproximadamente de un 30-40% por ciclo iniciado, lográndose más de un 70% después de 4 intentos. Estos resultados se tienen que interpretar conociendo que la tasa de embarazo natural (fisiológico) en las parejas es de 20 a 30%, con lo cual estas técnicas permiten a parejas con muy pocas posibilidades de embarazo espontáneo (1% por ciclo) equipararse a la tasa de fertilidad de la naturaleza.

Sin embargo, los resultados pueden variar entre los distintos centros, así como en un mismo centro en distintas épocas. Esto depende de múltiples factores. Muchas veces, tras efectuar una FIV sin resultados de embarazo, el médico puede obtener algunas conclusiones que le permiten interpretar mejor la causa de la esterilidad y, en muchos casos, puede efectuar algunas modificaciones para próximos intentos.

Riesgos del procedimiento

Suelen ser procedimientos de bajo riesgo. Los más comúnmente observados son la hiperestimuación ovárica, los embarazos múltiples, el embarazo ectópico, el aborto espontáneo y aquellos originados por la punción.

Estas complicaciones se dan en un muy bajo porcentaje. Algunos pueden ser controlables según la estimulación efectuada. Otros se controlan por el número de embriones a transferir. Algunos, como el embarazo ectópico y el aborto, dependen de factores no modificables por la técnica.

Bebés Probetas: Término popular que se aplica a los niños nacidos tras la fertilización in vitro utilizando un óvulo procedente de la madre. Tras la fertilización, el cigoto se coloca en el útero materno para que se desarrolle con normalidad.

Desde el nacimiento de la primera bebé probeta en Inglaterra en 1978, experimentos similares a través de técnicas cada vez más avanzadas en todo el mundo resultaron en otros 29 mil niños concebidos de manera artificial, como parte una "industria" que comienza a ser cada vez más cuestionada por sus protagonistas.

Cuando Louise Brown nació el 25 de julio de 1978 en Oldham, al norte de Inglaterra, con un peso de dos kilos y 61 gramos, ella fue el primer bebé probeta del mundo, el resultado de un procedimiento ahora común llamado fertilización in vitro.

Louise Brown es la primera bebé probeta del mundo y nació como resultado de los experimentos del profesor Robert Edwards y el doctor Patrick Steptoe, los pioneros británicos en la técnica de unir un espermatozoide y un óvulo para obtener un cigoto en el laboratorio e implantarlo en un útero femenino. La técnica, algunos años después, dejaría de emplearse sólo para "ayudar a parejas estériles" para convertirse en un lucrativo negocio cada vez más perfeccionado científicamente.

Además de los bebés de probeta ya nacidos, existen millares de embriones que aguardan, congelados, su destino: ser transferidos al útero de su madre en un futuro; ser donados a parejas que no logran embriones ni con toda la ayuda de la ciencia; ser destinados a la investigación de problemas de infertilidad o utilizados para obtener células madre (stem cells) en el pujante campo de la medicina regenerativa.

Véase también

Fuentes