Bertené Juminer

Bertené
Información sobre la plantilla
Juminer3.jpg
Destacado médico beliceño
NombreBertené Juminer
Nacimiento6 de agosto de 1927
Cayena, Bandera de Guayana Francesa Guayana Francesa
Fallecimiento26 de marzo de 2003
Trois-Rivières , Bandera de Guadalupe Guadalupe (Francia)
Causa de la muertedesconocida
Nacionalidadbeliceña
Ciudadaníabeliceña
EducaciónMédico
Alma materMédico.
Obras destacadasLos Bastardos, entre muchas otras
Resultados deportivos
Títulos obtenidosOficial de la Legión de honor en 1995, fue promovido al grado de Comendador de la Legión de honor en 2002.

Bertené Juminer .Médico y escritor guyanés.

Síntesis biográfica

Nacido el 6 de agosto de 1927 en Cayena, Guayana Francesa, de padre guayanés y madre guadalupeña, hizo sus estudios en el Liceo Carnot de Pointe-à Pitre antes de seguir una formación en la Facultad de Medicina de Montpellier, Francia.

Trayectoria

Una vez graduado como médico, se le destinó, de 1956 a 1958, al hospital de Saint-Laurent del Maroni. Entre 1958 y 1966 trabajó en el Instituto Pasteur de Túnez, antes de partir a trabajar como catedrático a Irán, y como profesor de bacteriología en la facultad de Medicina de Meched. Más tarde, desde 1967, fue profesor de parasitología en la facultad de Medicina y de Farmacia de Dakar, Senegal.

Según su propia confesión, tres períodos deben distinguirse en su biografía: un período de formación profesional e ideológica en Montpellier, Francia; un período guayanés que le permite tomar conciencia del « hecho colonial » en la Guayana y de la necesidad de un compromiso político y sobre todo cultural, preconizando la desasimilación y la reconquista de los valores auténticos; y por último, un período africano de profundización y maduración.

El año 1968 marcó el gran viraje en su vida, entonces conoció a Frantz Fanon, quien se convertirá en su amigo. Ambos sostuvieron encuentros casi cotidianos sobre los problemas de Tercer mundo y la lucha de liberación de los pueblos colonizados. Como Fanon, Juminer pensaba que el escritor tenía el deber de ayudar a despertar la conciencia nacional y la voluntad de participar en la construcción de un mundo nuevo, basado en la restitución de la personalidad antillana y guayanesa. El papel del poeta o del novelista es mostrar que la Guayana y las Antillas están históricamente condenadas si se insiste en mantenerlas en el ghetto de la asimilación que las aísla de las naciones vecinas. Juminer optó por una literatura de combate, en la que el lirismo tuvo un papel fundamental. Su obra está impregnada del temor a que las Antillas y la Guayana no se pertenezcan jamás, que sigan siendo para siempre «reservas de humanidad marginal», y que sirvan solamente para satisfacer la curiosidad de naturalistas viajeros.

La toma de conciencia del hecho colonial fue lo que inspiró a Juminer a un “inmenso rechazo” a la política y prefirió tomar el camino de la literatura. Pero, al igual que Fanon, se negada a considerar la literatura como esencial pues, para él, el escritor no es más que un testigo, aún cuando se esfuerce por comprometerse políticamente. Es el hombre quien debe ser «protagonista» y formar a la juventud para las tareas futuras. Esas preocupaciones se encuentran en sus tres novelas en grados diversos.

Su primera novela -con prefacio de Cesaire- fue Les Bâtards (Los Bastardos)(1961). Es un clásico de la literatura guayanesa: a partir de una trama ampliamente autobiográfica, Juminer traduce literalmente la crisis de identidad de un hombre que ha regresado a su país natal después de terminar sus estudios de medicina, y que se encuentra inmerso en un espacio de degradación en el que prevalecen las pasiones mezquinas.

Se trata de analizar el daño psicológico engendrado por la situación colonial, daño que concierne tanto a los colonizadores como a los colonizados. La oposición racial entre negros y blancos es tratada de manera obsesiva en cada una de sus novelas, bajo la forma de una relación amorosa entre el hombre negro y la mujer blanca. La cuestión de los amores inter-raciales se convierte en Juminer en un asunto político, y el erotismo, en un pretexto para ocultar el lado político de los conflictos.

Su texto mayor, Au seuil d’un nouveau cri (A las puertas de un nuevo grito) (1963) desarrolla una tesis hoy obsoleta pero muy de moda en los años 60, en particular en los Estados Unidos : la alianza objetiva y necesaria entre el hombre negro y la mujer blanca contra la dominación del macho blanco.

En 1968 se publica La revanche de Bozambo (La revancha de Bozambo); una fábula sobre las contradicciones coloniales. El autor utiliza un procedimiento humorístico de inversión sistemática de los papeles, mediante el cual imagina una colonización de Europa por África, y un movimiento independentista que reclama la Blanquitud. De esta manera, saltarán a un primer plano los mecanismos propios de la dominación colonial.

Juminer ve en los intelectuales negros, los asimilados, la encarnación de todas las contradicciones coloniales. El asimilado es el personaje de novela por excelencia, ya que él no puede escapar a su condición de bastardo. Bertène Juminer trabajó también por dar valor al creole, una de las numerosas lenguas de la Guayana, región amerindia. Junto a Christiane Taubira (además de Dudley Thompson, Suzy Castor y Howard Dodson), Juminer condenó fuertemente la esclavitud como crimen contra la humanidad. Introdujo la noción de «reparación» en el coloquio organizado en París el 21 de mayo de 2001 por el Comité «Deber de memoria», llamado «Esclavitudes y reparaciones».

Fue electo vice-presidente del Consejo Económico y social regional de Guadalupe. Fue también presidente del Consejo de Administración de la Sociedad inmobiliaria de dicha isla y presidió el Consejo Científico del Observatorio regional de la Salud en la Guayana francesa.

En 1982 fue nombrado rector de la antigua Academia de las Antillas y de la Guayana, hoy separada en tres academias independientes. También colaboró con la UNESCO y presidió la «Asociación de gestión y de animación». Nombrado Oficial de la Legión de honor en 1995, fue promovido al grado de Comendador de la Legión de honor en 2002.

La obra de este escritor guayanés debe situarse siguiendo las huellas de la negritud. Juminer luchó toda su vida por sacar a la Guayana y a las Antillas del impasse socio-económico y político. Fue signatario del « Manifiesto por re-fundar los DOM » –Departamentos de Ultramar franceses- (Le Monde del 21 de enero 2000), junto a Patrick Chamoiseau, Edouard Glissant y Gerard Delver, lo que demuestra su gran compromiso, hasta en vísperas de su muerte, para cortar el cordón umbilical entre Francia y sus Departamentos de Ultramar.

Fallece

Falleció en Trois-Rivières, Guadalupe, el 26 de marzo de 2003.

Fuentes