Boecio

Boecio
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Filósofo del último periodo romano, ejecutado por Teodorico
NombreAnicio Manlio Torcuato Severino Boecio
Nacimiento480
Roma, Bandera de Italia Italia
Fallecimiento524
ResidenciaRomano
NacionalidadRomano
CiudadaníaRomano
OcupaciónFilósofo
CónyugeRusticiana
PadresFlavio Manlio Boecio
Obras destacadas«Consolación por la filosofía»

Boecio, o, con más exactitud, Anicio Manlio Severino. Filósofo del último periodo romano, ejecutado por Teodorico. Formalmente, es un representante del neoplatonismo; en realidad, su filosofía se caracteriza por un gran eclecticismo, por una inclinación hacia las ciencias exactas y, en moral, por pertenecer al estoicismo. Boecio tradujo y comentó las obras de Aristóteles sobre lógica, así como la «Introducción a las categorías de Aristóteles», de Porfirio. Tradujo a Euclides y trató de los «Fundamentos de la aritmética» de Nicómaco. También compuso un tratado de música con una teoría detalladamente elaborada de la música griega. Se considera como su principal obra filosófica la «Consolación por la filosofía», matizada de estoicismo. Entre sus traducciones de Aristóteles, algunas son tenidas por apócrifas.[1]

Síntesis biográfica

Nace en Roma. Provenía de una importante y antigua familia romana, la gens Anicia, que dio dos emperadores y un Papa. Fue hijo de Flavio Manlio Boecio.

Estudios

Empezó estudios de retórica y filosofía, conocimientos que amplió en Atenas. Se casó con Rusticiana, hija del senador Símaco (senador y cónsul en el año 485).

Trayectoria laboral

El propio Boecio nos dejó un breve resumen de su vida en el primer libro de su obra más célebre, De la consolación de la filosofía. Boecio pertenecía a la gens Anicia, cristiana desde hacía ya más de un siglo y que había prestado al Imperio importantes servicios. Fallecido muy pronto su padre, que fue cónsul en 487, halló un maestro y un amigo en Quinto Aurelio Símmaco, con cuya hija Rusticiana se casó más tarde y al cual se sintió atraído a lo largo de toda su vida por una profunda veneración.

Poseedor de una amplia cultura, de la que formaba parte el perfecto conocimiento del griego, se entregó en un primer período al estudio y concibió el vasto proyecto (sólo llevado a cabo en una mínima proporción) de traducir al latín todas las obras de Platón y Llegado luego a la vida política, obtuvo en ella un éxito rápido y singular: fue primeramente cuestor y después cónsul a los treinta años (510); y en 522 pudo ver a sus dos jóvenes hijos elevados a este último cargo. Según él mismo confiesa, hasta este momento vivió plenamente feliz: muy bien considerado por Teodorico, apreciado y amado por los hombres más ilustres de la época (entre los cuales figuraban Casiodoro y Ennodio), poseedor del afecto de una familia ideal y envidiado por su cultura y su poder, parecía ver colmados todos sus deseos.

Muerte

No obstante, en breve espacio de tiempo su fortuna cambió por completo y lo llevó a conocer una caída más rápida aún que el ascenso. Tras haber defendido en Verona, y ante el mismo Teodorico, al senador Albino, quien había sido acusado de traición en favor del emperador de Bizancio, Justino I, el propio Boecio se vio envuelto en la acusación, y fue encarcelado en Pavía, condenado a muerte y cruelmente ajusticiado en 524.

Obra

Con el propósito de unificar ambas escuelas filosóficas, se propuso traducir al latín las obras de Aristóteles y de Platón, pero no concluyó su proyecto: sólo se conservan su traducción de las Categorías y del Peri hermeneias de Aristóteles y de la Isagoge de Porfirio. Étienne Gilson afirma que Boecio fue, para la escolástica medieval, por sus traducciones, comentarios y escritos, la principal autoridad en lógica de la Edad Media hasta que en el siglo XIII fue traducido al latín y comentado directamente el Organon completo de Aristóteles. En su obra principal realiza la distinción, que luego sería central para la Escolástica, entre id quod est (todo el ente) y quo est o esse (aquello que hace que el ente sea).

Su obra más famosa es, sin embargo, Consolatio philosophiae, mencionada en la Edad Media como De consolatione philosophiae. Se trata de un diálogo entre el propio Boecio y Filosofía, personaje alegórico femenino que se le aparece a Boecio para aclararle el problema del destino, de por qué los malvados logran recompensa y los justos no. Filosofía intenta suavizar su aflicción demostrándole que la verdadera felicidad consiste en el desprecio de los bienes de este mundo y en la posesión de un bien imperecedero, que coincide con la Providencia universal que gobierna todas las cosas, concepto éste que toma del Estoicismo. El tema se relaciona directamente con la caída en desgracia del propio Boecio, por lo cual se piensa que esta obra fue compuesta en la cárcel durante el largo año que pasó antes de ser ejecutado.

También escribió sobre aritmética (De arithmetica), música (De musica), geometría, astronomía y de teología (Opuscula theologiae, cinco libros). Todo con la intención de transmitir a las nuevas generaciones, a los nuevos tiempos, la gran cultura grecorromana. Precisamente por este motivo, Boecio ha sido calificado como el último representante de la cultura romana antigua y el primero de los intelectuales medievales.

Referencias

  1. Rosental M. y P. Iudin. Diccionario Filosófico. Ediciones Universo, Argentina, 1973, p. 48.

Fuentes