Cáncer de páncreas

Cáncer del páncrea
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El cáncer de páncreas es difícil de detectar con anticipación. No causa síntomas de inmediato. Cuando los síntomas aparecen, suelen ser vagos o imperceptibles.

Cáncer de páncreas, cáncer pancreático o carcinoma pancreático es un tumor que se origina en el páncreas. Es una afección común pero muy difícil de tratar.[1]

Es una de las neoplasias más agresivas debido a su pronta difusión, su falta de síntomas específicos tempranos y su diagnóstico tardío (en el momento del diagnóstico, los pacientes por lo general tienen la enfermedad localmente avanzada e incluso metastásica, lo que impide la cirugía curativa). En los últimos años, se han estudiado nuevas técnicas para ayudar a la detección precoz del cáncer de páncreas.

El cáncer de páncreas, si bien es el décimo tumor en frecuencia en los países industrializados (solo constituye del 2 al 3 % de todos los tumores sólidos), representa la cuarta causa de muerte por cáncer y se prevé que para 2030 incremente su incidencia en un 50 %, convirtiéndose así en la segunda causa de muerte por cáncer y provocando más muertes que el cáncer de próstata, de colon o de mama.

La única posibilidad de cura que existe es la resección quirúrgica. La radioterapia y la quimioterapia son alternativas para quienes no pueden ser operados, pero no son igualmente efectivas.

Síntomas y signos

Ubicación del páncreas en relación con otros órganos del aparato digestivo.

Los médicos suelen decir que el cáncer de páncreas es una enfermedad silenciosa porque, en sus comienzos, no presenta muchos síntomas perceptibles. Y, en la actualidad, no hay pruebas que puedan detectar confiablemente el cáncer en personas que no tienen síntomas. Cuando sí hay síntomas, estos son similares a los síntomas de otras afecciones médicas, como las úlceras o la pancreatitis.

Como sucede con la mayoría de tumores malignos, los síntomas no aparecen hasta que el tumor crece lo suficiente para alterar las funciones de los órganos cercanos, en este caso el hígado, el estómago, el colédoco, etc. Sin embargo muchas veces se presentan síntomas vagos que son ignorados por no considerarlos importantes.

Infortunadamente la vaguedad de los síntomas del cáncer pancreático hace que el enfermo no consulte oportunamente o que si consulta, sea sometido a incontables exámenes inútiles antes de efectuar un diagnóstico preciso, perdiendo así tiempo valioso.[2]

Los síntomas son:

  • Dolor abdominal.
  • Indigestión progresiva.
  • Pérdida de peso.
  • Piel amarilla.
  • Prurito extenso.
  • Depresión.

A medida que el cáncer crece, los síntomas pueden incluir:

  • Color amarillo en la piel y los ojos, oscurecimiento de la orina, comezón y heces del color de la arcilla, que son signos de ictericia causada por la obstrucción de los conductos biliares
  • Dolor en la parte superior del abdomen o de la espalda
  • Inflamación dolorosa de un brazo o una pierna debido a un coágulo sanguíneo
  • Sensación de ardor en el estómago u otras molestias gastrointestinales
  • Distensión estomacal
  • Heces flotantes con olor particularmente fétido y color inusual, debido a que el cuerpo no digiere bien las grasas
  • Debilidad
  • Pérdida del apetito
  • Náuseas y vómitos
  • Escalofríos
  • Fiebre
  • Pérdida de peso sin razón aparente.

Si se diagnostica cáncer, el alivio de los síntomas sigue siendo un aspecto importante de la atención y del tratamiento del cáncer. Esto también puede denominarse manejo de los síntomas, cuidados paliativos o atención médica de apoyo. Asegúrese de hablar con su equipo de atención médica sobre los síntomas que experimenta, incluidos cualquier síntoma nuevo o un cambio en los síntomas.

Clasificación

Más del 90 % de los tumores pancreáticos corresponden al adenocarcinoma ductal de páncreas (ADP), que son muy agresivos y tienen muy mal pronóstico. El resto de neoplasias pancreáticas son fundamentalmente adenocarcinoma acinar, tumores neuroendocrinos pancreáticos como el insulinoma, tumores quísticos, carcinoma pseudopapilar y pancreatoblastoma, que tienen un diagnóstico y tratamiento diferentes, con un mejor pronóstico generalmente.

La enfermedad se agrupa, según su desarrollo, en las siguientes etapas o estadios:

  • estadio 1: el tumor está limitado al páncreas con un tamaño igual o inferior a 2 cm.
  • estadio 2: el tumor está limitado al páncreas con un tamaño superior a 2 cm.
  • estadio 3: el tumor se extiende fuera del páncreas, pero sin invadir el tronco celíaco ni los vasos sanguíneos mesentéricos superiores.
  • estadio 4: el tumor es inoperable, pues invade el tronco celíaco o los vasos mesentéricos superiores.

Diagnóstico

Para el diagnóstico debe practicarse cuando menos una buena ecografía abdominal total a la mayor brevedad posible.

Entre las principales pruebas diagnósticas se encuentran:

  • Ecografía o prueba de ultrasonido (se utilizan ondas sonoras para detectar tumores).
  • Tomografía axial computerizada (TAC): un tipo especial de radiografía con la que se obtiene, mediante computadora, una imagen del interior del abdomen.
  • Resonancia magnética (RM), que utiliza ondas magnéticas para crear una imagen del interior del abdomen, y ver si el cáncer está obstruyendo de manera parcial el riego sanguíneo de algún órgano no afectado.
  • Biopsia: introducción de una aguja fina en el páncreas para extraer algunas células. Las células pueden observarse después en el microscopio.
  • Colangiopancreatografía retrógrada endoscópica. Consiste en introducir por la garganta un tubo flexible que pasa a través del estómago y llega al intestino delgado. El médico puede mirar por el tubo e inyectar un colorante para que el área pueda verse con mayor claridad en una radiografía.
  • La colangiografía transhepática percutánea: se introduce una aguja delgada en el hígado por el lado derecho y se inyecta colorante en los conductos biliares del hígado para que se puedan ver los bloqueos en la radiografía.
  • Cirugía. El médico hace un corte en el abdomen y observará el páncreas y los tejidos que lo rodean para detectar la presencia de cáncer. Si existe un cáncer y no parece haberse propagado a otros tejidos, el médico puede extirpar el tumor.

Factores de riesgo

  • Fumar
  • Antecedentes familiares de cáncer pancreático, cáncer de mama o melanoma.
  • Dieta con abundante grasa y carne.
  • Edad entre los 60 y 80 años.
  • Más frecuente en hombres que en mujeres.
  • Más frecuente en afro y asiático-americanos y caucásicos.
  • Diabetes.
  • Exposición a carcinógenos como el asbesto (amianto), los pesticidas, tintes y derivados del petróleo

Prevención

La manera forma de prevenir el cáncer de páncreas es evitar algunos factores de riesgo como fumar, una alimentación rica en carne y grasas y la exposición a ciertos productos químicos (pesticidas, colorantes y derivados del petróleo). Las personas recién diagnosticadas de cáncer de páncreas acostumbran a reaccionar mostrando un estado de shock y estrés. Estas reacciones pueden dificultar la relación entre el médico y el paciente. Por este motivo, es importante que el afectado emplee sistemas (anotaciones escritas o grabadas) para recordar las indicaciones del médico y si lo cree necesario todas las preguntas que quiera efectuar.

Las distintas formas de enfrentarse a la enfermedad pueden consistir en:

  • Contar con el apoyo de grupos de ayuda. También es aconsejable que el paciente se ponga en contacto con alguna de las asociaciones dedicadas a asesorar y ayudar a las personas afectadas por este tipo de enfermedades.
  • Seguir una dieta equilibrada puede ayudar al paciente a sentirse mejor, a tener energías para enfrentarse al tratamiento y a sobrellevar la enfermedad lo mejor posible.
  • Estar inmerso en un entorno social (amigos y familiares) que ofrezca comprensión y soporte moral.

Tratamientos

Los tratamientos más frecuentemente empleados en el cáncer pancreático son la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia.

La elección del tratamiento depende de las posibilidades de extracción quirúrgica del tumor:

  • Estadio local: el tumor es candidato a cirugía curativa.
  • Estadio locorregional: la invasión de grandes vasos o la afectación de los ganglios impiden inicialmente la cirugía, por lo que la administración previa de quimioterapia y/o radioterapia podría hacer que el tumor sea extirpable posteriormente.
  • Estadio diseminado o metastásico: no está indicada la cirugía y se debe plantear otro tipo de tratamiento, generalmente quimioterapia.

Se emplean cuatro clases de tratamiento:

  • Cirugía. Puede emplearse cirugía para extraer el tumor. El médico puede extraer el cáncer por medio de alguna de las siguientes operaciones:
    • Operación de Whipple, durante la cual se extrae la cabeza del páncreas, parte del intestino delgado y algunos de los tejidos que lo rodean. Se deja una porción suficiente del páncreas para que el órgano continúe produciendo jugos digestivos e insulina.
    • Pancreatectomía total, mediante la que se extrae todo el páncreas, parte del intestino delgado, parte del estómago, el conducto biliar, la vesícula biliar, el bazo y la mayoría de los ganglios linfáticos de la región.
    • Pancreatectomía distal, en la cual se extrae el cuerpo y la cola del páncreas. Si el cáncer se ha diseminado y no puede ser extraído, el médico puede operar con el fin de aliviar síntomas.
    • Desvío biliar: Si el cáncer está bloqueando el intestino delgado y se acumula bilis en la vesícula biliar, el médico puede desviar todo el intestino delgado o parte de él. Durante esta operación, se corta la vesícula biliar o el conducto biliar y se une al intestino delgado.

También pueden realizarse procedimientos de radiografía para instalar un catéter con el fin de drenar la bilis que se ha acumulado en el área. Mediante este procedimiento, el médico puede drenar el catéter por medio de un tubo externo o el catéter puede pasar alrededor del área bloqueada y drenar la bilis en el intestino delgado. Además, si el cáncer está bloqueando el flujo de alimentos del estómago, el estómago puede unirse directamente al intestino delgado para que el paciente pueda continuar comiendo normalmente.

  • Radioterapia. Consiste en utilizar radiaciones de alta energía para eliminar células cancerosas y reducir tumores. La radiación puede proceder de una máquina (radioterapia externa), o de materiales que producen radiación (radioisótopos) introducidos a través de tubos plásticos delgados en el área donde se encuentran las células cancerosas (radioterapia interna).
  • Quimioterapia. La quimioterapia consiste en el uso de medicamentos para eliminar células cancerosas. Puede tomarse por vía oral o administrarse por medio de una aguja en una vena o músculo. La quimioterapia se considera un tratamiento sistémico, ya que el medicamento se introduce en el flujo sanguíneo, viaja a través del cuerpo y puede eliminar también células cancerosas que se hallen fuera del páncreas.
  • Terapia biológica. Este tipo de terapia trata de establecer las diferencias entre las células de tejido pancreático canceroso y normal, y luego tratar de que el cuerpo combata el cáncer. En ella se emplean materiales fabricados por el propio organismo o elaborados en un laboratorio para estimular, dirigir o restaurar las defensas naturales del cuerpo contra la enfermedad. Algunas terapias biológicas también se conocen como terapias modificadoras de la respuesta biológica o inmunoterapia.

El tratamiento para el cáncer de páncreas depende tanto de la etapa en que se encuentre la enfermedad como de la edad y estado de salud general del paciente. El paciente puede seguir el tratamiento estándar, que en pacientes que participaron en estudios anteriores se mostró eficaz, u optar por participar en un ensayo clínico de los que están en curso, que están diseñados para encontrar mejores maneras de tratar a los pacientes con cáncer y se basan en la información más actualizada.

Fuentes