Leyes de Manu

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Las leyes de Manu
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Texto importante de la ley hindú y de la sociedad antigua de la India.
Nombre original:Mānavá śāstra dharma y Manu Samhitā
Nombre nativo:Manu-saṃhitā,
Manu-smṛiti,
Mānava-dharma-śāstra
Autor(es):Manu
Categoría:Texto antiguo de las leyes religiosas y sociales de los hinduistas de la India.
Idioma:sánscrito
Origen:entre el 400 y el 200
Lugar:India Bandera de la India

Leyes de Manu. Conocido además como Código de Manu, es un métrico compendio Sánscrito de las antiguas leyes y costumbres sagradas mantenidas en la más alta reverencia por los adherentes ortodoxos del Brahmanismo, al cual se le dio a estos textos un origen divino y una remota antigüedad. Se compuso alrededor del año 300 a. n. e.[1]

Orígenes

El origen del código se entrelaza con la leyenda del diluvio universal, ya que el rey Manu es, en cierto modo, un paralelo del Noé bíblico. La primera leyenda concerniente a Manu y el diluvio, aparece en el Shatapatha-bráhmana (del 700 a. n. e.); se encuentran variantes de esta misma leyenda en el Majabhárata (contemporáneo o posterior al Código de Manu) y en varios Puranas (escritos desde el 100 a. n. e.).[1]

Se cuentan diferentes versiones, que Manu Swayambhú o Vaivasvata Manu ―el séptimo de una serie de catorce Manus―, lleno de compasión, crio un pececillo, el cual, al volverse gigantesco (pues era una encarnación divina), le advirtió la aproximación del Diluvio y le dio instrucciones. Manu construyó un barco que el enorme pez hizo llegar hasta la montaña, símbolo arquetípico del centro primigenio del mundo en casi todas las mitologías, allí se colocaron a salvo Manu y sus hijos, los tradicionales rishis, o antepasados mitológicos de los brahmanes.[1]

El dios Brahma, de cuatro cabezas

Los descendientes de Manu originaron todas las dinastías puránicas, del mayor de sus hijos llamado Ila, que era bisexual, surgieron dos linajes reales: la dinastía solar (Surya vamsa) y la dinastía lunar (Chandra vamsa), según los Puranas y Bráhmanas.[1] Se cuenta que Manu, ayudado por siete sabios o richis, estableció las leyes teocráticas que aseguró haber recibido de labios del mismo Brahma. Pero además de las leyes, el Darma Shastra contiene varias ideas respecto a la génesis del mundo y de cómo el Ser Supremo depositó en las aguas primordiales, llamadas Nara, un huevo de oro en el cual se manifestó Brahma, el creador, quien concedió todas las cosas.[1]

Nombre sánscrito

  • Manu-samjitaa (‘recopilación de Manu’).[2]
    • manusaṃhitā, en AITS (alfabeto internacional de transliteración sánscrita).
    • मनुसंहिता, en alfabeto devanagari.
  • Maanava-dharma-shaastra (‘escritura sagrada sobre religión [proveniente] de Manu’).
    • mānavadharmaśāstra, en alfabeto AITS
    • मानवधर्मशास्त्र, en alfabeto devanagari.
  • Manu-smriti (‘texto de tradición de Manu).
    • manusmṛiti, en alfabeto AITS
    • मनुस्मृति en alfabeto devanagari.

Datación

Según el texto, esas doctrinas fueron dictadas por el sabio Manu (quien en la religión hinduista es el antepasado común de toda la humanidad) a los rishis (antiguos sabios hinduistas) que le habían pedido que los iluminara. Como todos los textos hinduistas, carece de datación. Por el tipo de idioma sánscrito clásico que utiliza, se desprende que es posterior en varios siglos al sánscrito védico (que se utilizó en el norte de la India hasta el siglo VII a. n. e. aproximadamente).

Varios historiadores creen que el texto fue escrito durante o después del reinado del rey hinduista Pusiamitra Shunga (alrededor del siglo III a. n. e.), quien persiguió a los budistas y los echó de la India. Después de la ruptura de los imperios Mauria y Shunga, hubo un periodo de incertidumbre que llevó a un aumento del interés en normas sociales ultraconservadoras.[3]

Según Romila Thapar, «La severidad de los dharma shastras (escrituras sobre religión) fue sin duda un comentario que surgió de la inseguridad de los ortodoxos ante una era de fluctuaciones».[4]

  • Según el sanscritólogo británico William Jones (1746-1794), las Leyes de Manu fueron escritas entre el 1250 y el 500 a. n. e.[5]
  • Según el sanscritólogo alemán Friedrich Schlegel (1772-1829) fueron escritas en el antes del 1000 a. n. e.[5]
  • Según el sanscritólogo británico Monier Monier-Williams (1819-1899) fueron escritas hacia el 500 a. n. e.[5]
  • Según el sanscritólogo alemán Franz Johaentgen (en 1863) fueron escritas en el 350 a. n. e.[5]
  • Según Burnell fueron escritas en el 100 a 500 n. e.[5][6][7]
  • Según Thomas J. Hopkins (1971), fue escrito entre el 200 a. n. e. y el 100 n. e.[8]
  • Hermann Kulke y Dietmar Rothermund (1986) fue escrito entre los siglos II y III n. e.[9]
  • Según Gavin Flood (1996) fue escrito «entre el siglo II a. n. e. y el III n. e.».[10]
  • Según John Keay (2000), su forma final fue puesta por escrito en el siglo II n. e.[11]
  • Según Patrick Olivelle (2005) fueron escritas en el siglo II o III n. e., según evidencias numismáticas, y la mención de monedas de oro como pago de multas.[12]
  • Según la Encyclopedia Britannica Concise (2007), el texto se ha preservado desde el siglo I a. n. e.[13]
  • Según Burjor Avari (2007) fue escrito entre el siglo II a. n. e. y el II n. e.[14]

Estos tipos de textos dhármicos son notables también porque no dependieron de la autoridad de ninguna escuela védica en particular, por lo que fueron el punto de partida de una tradición independiente que enfatizaba el dharma (deber religioso) por sí mismo y no por sus orígenes refrendados por los textos Vedas.[15]

Contenido

El Código de Manu se divide en cinco textos:[1]

  • El Veda (‘el conocimiento ritual’).
  • El Vedanta (‘el objetivo del conocimiento’), que expone la doctrina en que se basa la ley.
  • El Achara (‘comportamiento’), que trata de la vida doméstica.
  • El Viavahara (‘código de conducta’), el código de leyes civiles.
  • El Praiaschita (‘expiación de los pecados’), que expone las diferentes formas de expiación de los delitos y crímenes.
  • El Karma-phala (‘los frutos de las acciones’), que explica la ley de la reencarnación.

Las leyes de Manu son uno de los 18 smritis [‘recordado’, texto tradicional] del Dharmashastra. No es parte de la literatura shruti [‘escuchado’, texto revelado por los dioses]. Contiene 2031 (o 2648) versos, repartidos en 18 capítulos, que presentan reglas y códigos de conducta que debían ser aplicados por los individuos y la sociedad. Algunas de esas leyes codifican el sistema de cuatro castas y las etapas de la vida de los «nacidos dos veces» (los dwiyas, miembros de las tres castas superiores).

  • El primer capítulo relata la creación del mundo (mediante una serie de emanaciones de la Deidad autoexistente, Swaiambhu), el mítico origen del propio texto, y las grandes ventajas espirituales que se pueden obtener si se estudia su contenido.
  • Los capítulos dos a seis relatan el modo de vida y la regulación de la conducta apropiada de los «nacidos dos veces» (los miembros de las tres castas superiores, que han sido iniciados en la religión mediante la investidura con el cordón sagrado).
    • Primero se describe el periodo de estudiante brahmachari (un tiempo de disciplina ascética dedicada al estudio de los Vedas bajo un maestro brahmán.
    • Luego se explican las principales obligaciones del grijasta (que vive en el hogar), cómo elegir una esposa, el matrimonio, el mantenimiento del fuego sagrado, los sacrificios a los dioses, las fiestas para los familiares fallecidos, el ejercicio de la hospitalidad. También las numerosas restricciones, regulando su conducta diaria, son discutidas en detalle especialmente en lo relativo a su ropa, comida, relaciones sexuales, y limpieza ceremonial.
    • Después de esto viene la descripción del tipo de vida exigida a aquellos que eligen pasar sus años de declinación como ermitaños y ascetas.
  • El séptimo capítulo da cuenta de la dignidad divina y de las diversas obligaciones y responsabilidades de los reyes, ofreciendo en conjunto un alto ideal del oficio real.
  • El capítulo octavo trata del procedimiento en los pleitos civiles y criminales y del castigo apropiado que deberán enfrentar las diferentes clases de criminales.
  • Los siguientes dos capítulos hacen conocer las costumbres y leyes que gobiernan a la mujer, el divorcio, los derechos de propiedad, la herencia, y las ocupaciones legales de cada casta.
  • El undécimo capítulo se ocupa principalmente de los varios tipos de penitencia a que deben someterse aquellos que quieren liberarse de las malignas consecuencias de sus malas acciones.
  • El duodécimo capítulo expone la doctrina del karma, involucrando la reencarnación en la escala ascendente y descendente, de acuerdo a los méritos o deméritos de la vida presente. Los versos de cierre están dedicados al esquema panteísta de salvación que conduce a la absorción en la Deidad impersonal Brahman.

Estructura y contenido

El código elabora la supuesta cronología de la creación, que se concibe de la manera siguiente manera: la parte diurna de un día del dios Brahma se divide en catorce partes o manwantara (manu-antara: ‘Manu dentro’), presidida cada una por un Manu. A la noche, Brahma duerme, y el universo entra en una destrucción total y retorna al caos. Un día y una noche de Brahma forman un kalpa, mientras que 360 kalpas hacen un año de Brahmá. Brahma vive 100  años, al cabo de los cuales el dios muere y el universo entero se disuelve y se convierte en un germen latente, situación a la cual se llama «el sueño del Ser Supremo».

El código de Manu ejerció una enorme influencia en todos los aspectos de la vida hinduista. Reconoció cuatro fuentes de la Ley: los vedas, los libros propiamente legales o smriti, las costumbres de los hombres santos, y los sentimientos internos respecto a lo que es verdaderamente justo. Nos obstante ello, como los autores del código pensaron que el poder del rey era supremo y funcionaba como garantía de ley, con frecuencia se citan edictos reales y se les acata como fuente suprema de la ley.

En cuanto a Derecho Penal, los delitos se gradúan según la ofensa, por una parte, y la casta del ofensor, por la otra, y los castigos son enérgicos.

por crímenes cometidos en esta vida o por faltas de una existencia precedentes, algunos hombres de corazón perverso padecen ciertas enfermedades o deformidades: el que ha robado oro a un Brahmán, padece una enfermedad de la uñas; el bebedor de licores prohibidos, tiene los dientes negros; asesino de un Brahman, sufre una consunción pulmonar; el hombre que ha mancillado el lecho de padre espiritual, es mutilado. (Libro XI)

Según algunas fuentes, se citan casos de muertes, o por lo menos, de grave mutilación. El testigo jugaba un papel primordial, pero solamente podía fungir como tal si era de la casta. El Rey presidía los tribunales o designaba a un brahmán para tal función y a otros tres más que conocieran bien a los Vedas, puesto que describe el código de Manu, los Brahmanes desempeñan los cargos de maestros, jueces y sacerdotes.

Se trata de una manera muy rigurosa a los sudras, pero el sistema no se osifica todavía hasta el grado en que acontecería posteriormente, ya que entonces aún existía la posibilidad de que algunos varones de casta alta se casaran con ciertas mujeres de casta inferior

la mujer virtuosa que después de la muerte de su marido se conserva perfectamente casta, va derecha al cielo, aunque no haya tenido hijos. Pero la viuda que por el deseo de tener hijos es infiel a su marido, después de la muerte de éste, incurre en el desprecio de las gentes y será excluida de la mansión celestial donde habrá sido admitido su esposo. [16]

Ya para esa época existían muchas subcastas, mediante las cuales se incorporaban al sistema ciertas tribus primitivas los extranjeros y los nuevos gremios artesanales. Los nobles Chatrias presiden esta sociedad y, ya que los esclavos, aunque se les menciona, no son especialmente importante en este régimen, que es fundamentalmente agrícola. Muchos de los esclavos que se mencionan son domésticos y muchos no nacían en la esclavitud, sino que caían en ella porque los capturaban como guerreros enemigos o que debían purgar una condena por cierto tiempo definido.

La tierra siempre perteneció al mayor, pero de manera condicionada, ya que la tendencia de la tierra no era individual, sino familiar. Las mujeres carecían de herencia y contaban, en vez de ella, con una dote que después iba a parar a manos de su marido.

Traducciones

  • En 1794, sir William Jones (1746-1794) tradujo las leyes de Manu con el nombre de The institutes of Manu (‘los estatutos de Manu’), siendo la primera obra en sánscrito traducida a un idioma europeo.
  • En 1797, el alemán Huttner lo tradujo al idioma alemán.
  • En 1884 se publicó en Londres otra excelente traducción, comenzada por A. C. Burnell y completada por el profesor estadounidense Eduard Washburn Hopkins (1857-1932), bajo el título The ordinances of Manu (‘las ordenanzas de Manu’).
  • En 1886 apareció la competente versión de Johann Georg Bühler, con una larga introducción (como el volumen 25 de los Libros sagrados de Oriente).[17]
  • En 1893 el profesor Georges Strehly publicó en París una elegante traducción francesa, Les lois de Manou, que integraba uno de los volúmenes de los Annales du Musée Guimet.
  • En 1912 el español José Alemany y Bolufer lo tradujo de la versión en francés (aunque dice «traducido del sánscrito»), con el nombre de Mánava Dharma Zástra, o libro de las leyes de Manu.[18]
  • En 1924 el español V. García Calderón lo tradujo de la versión en francés.[19]

Las castas

El hinduismo es un sistema religioso que se solidificó como régimen de castas (varnas). La palabra varna significó, originalmente, color. Al principio, el color contribuyó para distinguir los estratos sociales, pero quedó sin efecto, ya que se encuentran múltiples brahmanes, miembros de una casta más alta, la típicamente aria, de casi piel negra, así como pueden encontrarse intocables de piel blanca y ojos azules. Las casta probablemente se originaron probablemente hacia el siglo XIII a. de C., cuando su consumó la invasión aria de la India.

Pirámide de las castas indias.

Las cuatro varnas (o castas) son las siguientes por importancia:

  • brahmanes, o sea los sacerdotes;
  • kshatriyas o chatrías, es decir los guerreros y reyezuelos;
  • Los vaisias, los agricultores y cuidadores de vacas, y los comerciantes;
  • Los sudras, que originalmente fueron los esclavos de las otras tres castas, pero que llegaron a ocuparse de profesiones también muy diferentes, aunque se consideran como ocupaciones inferiores.

Existe también otra casta peculiar: los parias, mlecha, dalits o intocables. Eran bárbaros que vivían en lugar poco accesibles a los arios y que, al no resignarse a permanecer en las montañas se les consideró inmundos, es decir intocables.

Algunas leyes de Manu

  • «Piensa bien antes de actuar, habla de acuerdo con la verdad, mira por dónde caminas y filtra el agua que has de beber» (6.46).
  • «Uno debe saber que son puros las moscas, las gotas de agua, las sombras, una vaca, un caballo, los rayos del sol, el polvo, la tierra, el aire y el fuego» (5.133).


Carne
  • «Son asesinos tanto el hombre que permite (la muerte de un animal), el que lo mata, el que lo corta en pedazos, el que lo vende, el que lo compra, el que cocina la carne, el que la sirve y el que la come» (5.51).
  • «El consumo de carne proveniente de un sacrificio ha sido declarado que es una regla de los dioses; pero comer carne en otras ocasiones, se considera una conducta de raksasas (caníbales)» (5.31).
  • «Un duiya [nacido dos veces] que conoce la ley no debe comer carne excepto en conformidad con la ley; si come carne de manera ilícita, después de la muerte será comido por sus víctimas, sin poder defenderse» (5.33).
  • «El que come carne de manera ilícita perecerá de muerte violenta en tantas reencarnaciones como pelos haya tenido el animal matado» (5.38).
  • «Uno puede comer carne cuando ha sido salpicada con agua mientras se recitaban mantras, también cuando un brahmán así lo desea, o cuando uno está ocupado de acuerdo con la ley, o cuando su vida está en peligro» (5.27).
  • «El hombre que durante la ceremonia religiosa rehúsa comer carne de los animales sacrificados, después de su muerte renacerá como animal durante veintiún transmigraciones sucesivas» (5.34).


Machismo[20]
  • «Los días impares (siendo el día siguiente a la noche de luna nueva el primer día impar) se conciben hembras, y los días pares se conciben varones. Por eso un hombre que quiera tener hijos varones debe copular a su esposa los días pares» (3.48).
  • «Un hijo varón se produce debido a que hay mayor cantidad de secreción masculina. Una hija mujer se produce debido a una mayor cantidad de secreción femenina. Si ambas secreciones fueran iguales, se producirá mellizos varón y hembra, o un hermafrodita. La concepción fallará si ambos cónyuges son débiles o si generan poca cantidad de secreción» (3.49).
  • «La mujer debe ser cuidada por su padre, por su hermano, por su esposo y por los hermanos de su esposo. En otras palabras, deben hablarle dulcemente y proveerle comida, buena ropa y adornos, y así mantenerla contenta. Los hombres que quieran conseguir una gran prosperidad y felicidad nunca deben ponerse a una mujer en contra» (3.55).
  • «Manu le asignó a la mujer cama, asiento, adornos, deseos impuros, rabia, deshonestidad, malicia y mala conducta» (9.17).
  • «La mujer no puede realizar rituales con las Escrituras, así lo dice la ley. La mujer no tiene fuerza ni Escrituras, y es falsa: esa es una regla fija» (9.18).
  • «Un hombre de 30 años debe casarse con una niña de 12 años que le guste. Un hombre de 24 con una niña de 8 años de edad» (9.94).
  • «Aunque el esposo carezca de virtudes, o busque sexo [en otras personas] o esté desprovisto de buenas cualidades, la esposa fiel debe adorarlo constantemente como a un dios» (5.154).


Castigos
  • «La primera vez que se descubre a un ladrón se le deben amputar dos dedos. La segunda vez, una mano y un pie. Al tercer robo, el ladrón debe sufrir la muerte» (9.277).
  • «Si el ladrón hurta de noche, el rey debe cortarle ambas manos, y empalarlo por el ano con una estaca puntiaguda» (9.276).
  • «El que rompe un tanque de agua debe ser ahogado hasta morir, o matado con algún otro castigo mortal. Pero si puede pagar por el daño, debe pagar también una multa extra» (9.279).
  • «El orfebre que actúa deshonestamente es la más nociva de las espinas: el rey debe hacerlo cortar en pedazos a cuchillo» (9.292).

Críticas y controversia

Las leyes de Manu es la escritura del hinduismo que más ha sido criticada por los eruditos coloniales británicos, los defensores de los dalit (intocables) y por los historiadores marxistas. Ha sido quemado en público por varios de estos grupos. El único verso del Manusmriti que apoya un sistema de castas no hereditario sino «vocacional», es el 10.65:

Así como el hijo de un shudrá (esclavo) puede alcanzar el rango de brahmán (sacerdote), igualmente el hijo de un brahmán puede alcanzar el rango de shudrá. Lo mismo pasa para el que nace como vaishia (terrateniente o comerciante) o como kshatría (militar político).

En el año 2000, el escritor indio Madhu Kishwar, posiblemente avergonzado por el contenido de las Leyes de Manu, afirmó ―sin aportar pruebas― que antes de la invasión británica, las Leyes de Manu habrían sido uno más de los numerosos oscuros textos del hinduismo. Entonces los británicos seguramente lo habrían «resucitado» porque necesitaban crear un código civil que los hinduistas pudieran aceptar.[21] En 2008, el escritor Subhash C. Sharma[22][23] escribió que ―como el hinduismo es una religión personal sin un concepto de canon rígido―, las Leyes de Manu tienen que haber sido seguramente un texto sin importancia, que no refleja la doctrina fundamental de la religión:

Los smritis ―en particular el Manusmriti (las Leyes de Manu)― generalmente presentan una visión sociorreligiosa exagerada, tendenciosa y engañosa, expuesta por un cierto número de antiguos sabios. Los extranjeros tienden a suponer que esos libros son una parte importante del hinduismo.

El hinduismo no tiene una jerarquía organizada de sacerdotes. No hay una figura religiosa centralizada, a pesar de haber tantos acharias y gurúes, cada uno tiene una cantidad limitada de seguidores. Este autor condena a los invasores británicos por haber propagado la idea de que las Leyes de Manu era el libro supremo de leyes de la India, ya que de esa manera podían ridiculizar fácilmente el hindu dharma (‘la religión de los hinduistas’) y denigrar a las personas de origen indio.[21] Sin embargo, figuras hinduistas prominentes, como Dayananda Sarasvati (1824-1883), Rabindranath Tagore (1861-1941), Swami Vivekananda (1863-1902), Sarvepalli Radhakrishnan (1888-1975, presidente de la India) y Swami Prabhupada (1896-1977, fundador de la secta Hare Krisna) sostuvieron que este texto es auténtico y una fuente de información válida acerca del dharma.

También fue apreciado por figuras occidentales como Annie Besant (1847-1933) y Piotr Uspenski (1878-1947).

En el primer volumen de La voluntad de poder, Nietzsche escribió:

Para conocer la realidad, cierren la Biblia y abran las Leyes de Manu.

También lo menciona brevemente en El Anticristo:

Yo leo con sentimiento opuesto el Código de Manu, obra incomparablemente más intelectual y superior: sería un pecado contra el Espíritu el nombrarle juntamente con la Biblia. Pronto se comprende por qué: porque tiene detrás de sí una verdadera filosofía; la tiene en sí, y no solamente un judaísmo maloliente, mezcla de rabinismo y de superstición: da a morder algo hasta al psicólogo más estragado. No olvidemos lo principal, la diferencia fundamental de toda especie de Biblia; con el Código de Manu, las clases nobles, los filósofos y los guerreros conservan su poder sobre las masas: por todas partes valores nobles, un sentido de perfección, una afirmación de la vida, un sentimiento triunfal de satisfacción de sí mismo y de la vida; el sol luce en ese libro iluminándole. [...] Yo no conozco libro alguno en que se diga a la mujer tantas cosas buenas y tiernas como en el Código de Manu; aquellos viejos santones tratan a la mujer con una gracia y delicadeza que acaso no ha sido superada nunca. «La boca de una joven virgen ―se lee allí―, el seno de una joven virgen, la oración de un niño, y el humo del sacrificio, son siempre puros». Y en otro lugar: «No hay nada más puro que la luz del sol, la sombra de una vaca, el aire, el agua, el fuego y la respiración de una joven virgen». Un último pasaje, que es quizá también una santa mentira: «Todas las aberturas del cuerpo por encima del ombligo son puras, las de debajo son impuras. Solo en la joven virgen es puro todo el cuerpo».
Friedrich Nietzsche, El anticristo[24]

Y en El crepúsculo de los ídolos, escribió:

Examinemos ahora el otro caso de lo que llaman moral: el de la cría de una raza y una especie determinada. El ejemplo más grandioso nos lo ofrece la moral hinduista, sancionada como religión en la Ley de Manu. Aquí se plantea la tarea de criar a un mismo tiempo nada menos que cuatro razas: una sacerdotal, otra guerrera, otra de comerciantes y labradores, y otra de esclavos (los sudras). Está claro que aquí no estamos ya entre domadores de animales: solo para planificar una cría semejante se requiere un tipo de hombres cien veces más apacibles y racionales. Si venimos de respirar ese aire de hospital y de cárcel que es el aire cristiano, respiraremos aliviados al entrar en este mundo más sano, más elevado y más amplio. ¡Qué miserable resulta el Nuevo testamento en comparación con Manu!
Friedrich Nietzsche, en El crepúsculo de los ídolos

Referencias

Fuentes

  • Artículo: Documentos. Libro I. Disponible en: "www.elabedul.net". Consultado: 3 de noviembre de 2011.
  • Artículo: Documentos. Libro III. Disponible en: "www.elabedul.net". Consultado: 3 de noviembre de 2011.
  • Artículo: Documentos. Libro V. Disponible en: "www.elabedul.net". Consultado: 3 de noviembre de 2011.
  • Artículo: Documentos. Libro X. Disponible en: "www.elabedul.net". Consultado: 3 de noviembre de 2011.
  • Artículo: Documentos. Libro XII. Disponible en: "www.elabedul.net". Consultado: 3 de noviembre de 2011.