Caballería

Caballería
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Institución
Caballería pesada coracero.JPG
Una de las armas de los ejércitos desde la Antigüedad
Fundación:Época Antigua
Tipo de unidad:Militar

Caballería. Arma utilizada por los ejércitos desde la antigüedad. Consiste en la unión del hombre y el caballo, y en ocasiones también el carro de guerra. El éxito de su empleo dependió siempre no sólo de la habilidad del jinete, sino también de la velocidad del caballo. La aparición de las armas de fuego y su constante evolución, junto al surgimiento de otras armas como la aviación, los tanques y las ametralladoras decretaron el fin de la caballería como arma de combate efectiva en los ejércitos modernos.

Historia

Orígenes de la Caballería

Los orígenes registrados de la caballería como arma se remontan a los carros tirados por caballos que emplearon los sumerios, unos 2 500 años ane. Los hititas también utilizaron carros de combate como plataformas móviles para sus lanceros y poco después lo hicieron los arqueros egipcios. El apogeo de los carros de caballería fue alcanzado por los asirios, quienes disponían de carros ligeros para los arqueros, así como caballos y carros blindados para los lanceros.

La caballería, como tal, apareció poco después del 1 000 ane, cuando la nobleza menor acudía al combate como jinetes de sus propias cabalgaduras, empleando arco, jabalina o lanza y escudo. Los asirios fueron los primeros en utilizar masivamente la caballería como arma. De este modo y por mucho tiempo, la caballería se convirtió en la principal fuerza de golpe de los ejércitos, y la carga de caballería, el procedimiento táctico que podía decidir las batallas en breve plazo y llevar a cabo la persecución más encarnizada, hasta que la falange macedónica y la legión romana devolvieron ese papel a la infantería pesada. A lo largo de la Edad Media, la caballería pesada, representada por el caballero y el caballo forrados de metal y armado de escudo, lanza, espada y maza, volvieron a alcanzar preponderancia sobre la infantería, hasta que la aparición del cuadro contra caballería de los suizos, dotados de largas picas, y la introducción de armas de fuego cada vez más letales fue reduciendo su protagonismo.

La Caballería en el siglo XIX

Durante las Guerras Napoleónicas se emplearon tres tipos de caballería: pesada (coraceros y carabineros) para el golpe; mediana (dragones), que marchaban a caballo y combatían a pie, y ligera (cazadores, húsares y lanceros) para patrullaje, exploración y enlace. Considerando que un caballo al galope puede recorrer 200 m en 30 segundos, que los mosquetes de la era napoleónica tenían un alcance máximo de unos 200 m y una cadencia de dos o tres disparos por minuto, el mosquetero podía hacer sólo uno o dos disparos antes de que el sable del jinete cayera sobre su cabeza o se viera obligado a tratar de detenerlo con la bayoneta.

En las guerras por la independencia de América, los mexicanos, los gauchos y los llaneros venezolanos, fabulosos jinetes dotados de simples lanzas, sables o carabinas, desempeñaron un papel descollante entre los patriotas. En la batalla de Junín, librada el 6 de agosto de 1824, las vanguardias de los ejércitos realista e independentistas se encontraron en la llanura de Junín. Allí, los 1 200 jinetes de Canterac fueron completamente derrotados por los 900 de Sucre.

Una de las más grandes batallas de caballería que se conoce, se produjo durante la Guerra de Secesión de Estados Unidos, cuando el 9 de junio de 1863, en Brandy Station, Virginia, 12 000 jinetes de la Unión atacaron a 10 000 Confederados. Los primeros sufrieron 900 bajas y los segundos 500.

En las guerras de independencia de Cuba fue famosa la caballería ligera de Camagüey, cuyos jinetes eran tan diestros que podían hacer fuego certero desde sus monturas o cargar al machete con desastrosas consecuencias, incluso para los cuadros contra caballería dotados de fusiles de repetición, como sucedió en la batalla de Mal Tiempo el 15 de diciembre de 1895.

La Caballería en el siglo XX

Con el tiempo, aumentó del alcance y la cadencia de tiro de los fusiles pero la velocidad de los caballos permanecía igual, con todas las desventajas para el jinete.

Ya avanzado el siglo XIX, y más aún durante la Primera Guerra Mundial, el empleo masivo de los fusiles de repetición con cartuchos de pólvora sin humo, de la ametralladora y de artillería de campaña más precisa y de superior cadencia de tiro, pusieron fin al arma de caballería. En la Batalla de Somme, por ejemplo, la caballería inglesa fue masacrada por el ejército alemán.

Todavía durante la Segunda Guerra Mundial los polacos utilizaron la caballería sin fortuna y los soviéticos emplearon Cuerpos de Caballería —mayormente compuestos por cosacos del Don y el Volga — aunque sin gran éxito.

Fuente

  • Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba. Primera parte (1510 - 1898) Tomo I Biografí¬as. Ediciones Verde Olivo. Ciudad de La Habana, 2004.