Caja (instrumento musical)

Caja (Instrumento Musical)
Información sobre la plantilla
Caja (Instrumento Musical)

Instrumento musical de percusión
Clasificación

Instrumento de percusión
Membranófono

La caja o Tambor militar. Es un instrumento de percusión, familia de los membranófonos de golpe directo en marcado. Se llama también tambor, huancara (en lengua Aymará) o tinya (en quechua), por ser un instrumento utilizado en carnaval, de allí el nombre de caja chayera, pues chaya quiere decir carnaval. También recibe el nombre de "caja vallistas" cuando es portada por personas que habitan en los valles. La caja esta presente en casi todas las manifestaciones tradicionales del noroeste, ya sean festivas, ceremonias populares o religiosas.

Historia

La historia de la caja, se remite a la más antigua historia de los tambores. La evolución de la caja ha sido muy amplia y variada, dependiendo de los lugares donde se han utilizado. En cualquier parte del mundo se encuentran tambores a los cuales se les puede asignar ser el origen del tambor, pero ninguno de ellos y a la vez todos, son los que han contribuido a hacer a los tambores llegar a ser la caja que hoy se conoce. A los instrumentos de percusión que se le ponen, al ser golpeados, una o dos membranas en vibración, se le aplica la palabra tambor. Aunque esto no es exacto, porque existen nominalmente, algunos otros tambores que reciben ese nombre y tiene apellidos que nada tienen que ver con la vibración de membranas como son el tambor de arena, tambor de agua y el tambor de bronce.

En un principio, la búsqueda de resonadores para golpear, patear, etc. llevó al hombre a tensar la piel de los animales (incluso humana en algunas tradiciones) sobre un agujero y más tarde sobre una caja de resonancia. Estos resonadores (su forma) son a los que le pueden dar el nombre al tambor, las tres formas básicas son tubulares, hemisférica y circular. Estas tres formas son las que ofrecen todos los tipos de tambores étnicos que se desarrollaron en sus lugares de origen (africanos, árabes, asiáticos, japoneses y americanos). Así como la forma de producir el sonido en los tambores es otra de las maneras de identificarlos, ya que existen los tambores de fricción, golpeados, sacudidos, de arrastre, etc.

Antecedentes

Dentro del contexto de las culturas andinas, y en distintas áreas se observan en vasos escultóricos tocadores de cajas (cultura nazca), en las crónicas de Huaman Poma sobre la cultura Inca, cuyo influjo en el noroeste es notable, se habla de "tocadores de cajas", ilustrando escenas de tales músicos.

  • Tradición militar

El antecesor más representativo es el “tabor", utilizado en la Edad Media, con evidencias de su existencia a partir del Siglo XIII con un sistema de tensión de la piel por cuerdas y con uno o más bordones en el parche situado debajo del instrumento. Aunque su forma no estaba totalmente definida, durante mucho tiempo su forma militar (su uso más común) fue cilíndrica y con tensores exteriores sobre una carcasa de madera, que tensaban una piel (la que se pudiera encontrar) que era golpeada con unos palos sobre el parche superior. Se introdujo en Europa por dos vías aunque con diferentes aspectos, Por España con la forma habitual de los tambores árabes y por el norte de Europa a través de los turcos con otra forma diferente, aunque básicamente eran el mismo proceso de producir sonido. Aunque su uso fue militar en la mayoría de las ocasiones, existían otro tipo de “tabor” más pequeño que haría la función de instrumento folklórico para acompañar la danza, estos tambores pequeños se usaban golpeados tanto con palos como con la mano (panderos), solos o con sonajas, redondos y cuadrados, etc. En lo que respecta a la caja, la palabra "Sidedrum", aparece por primera vez en el Siglo XVI cuando su prestigioso uso militar fortalecido por los privilegios y honores que las realezas le daban a los tamboristas de corte. Este fue el verdadero desarrollo tanto de la técnica interpretativa, como de la escritura de sus toques, donde el virtuosismo llego a cotas muy altas sobre todo en Francia y Alemania. Estos tambores (Sidedrum) responden a la manera en que el instrumento era tocado, colgado con una correa y al lado, para poder marchar a la vez que se tocaba. Esta forma de tocar (marchando) dio lugar a la tradición de que la caja es el instrumento más rítmico de todos. La caja ocupó, durante el siglo XVI y el siglo XVII el más alto lugar de honor en los regimientos europeos, tanto de manera solista, para marchar sobre los toques, como acompañando, al pífano en primer lugar y más tarde a la corneta, y la trompeta etc. Aunque ciertos o no, existen documentaciones de que algunos toques de tambor y trompeta (pícolo y grande) se utilizaban para, no solo, acompañar paradas militares o marchas, si no que también, el virtuosismo que se alcanzó, dotó a estos instrumentistas del privilegio de interpretar obras específicas para reyes y en general la corte en fiestas privadas, como audición especial. Para estos se utilizaban las cajas que podemos ver en las fotos de arriba, extremadamente adornadas para ser lucidas en actos importantes. Su uso militar, sigue siendo, hoy en día, importantísimo, aunque no con tanto relieve como antiguamente, ya que se ha dotado a los ejércitos de bandas completas, y su uso se ha limitado al acompañamiento estas músicas. Su uso para la marcha sigue siendo importante, pero con grupos muy amplios, con bombos platos, etc. cosa que no existía anteriormente, aunque cuando aparecieron se introdujeron muy rápidamente.

  • Tradición popular

La tradición popular de los tambores, es totalmente diferente de la tradición militar, ya que su evolución ha ido paralela a las necesidades de la población, sin intereses estéticos, sonoros o de algún otro tipo que encorsetara la evolución propia del instrumento. La evolución de este instrumento proviene de "Tabores" pequeños que evolucionaron de una manera particular y dependiendo de la zona donde se utilizaba, pero en general evolucionaron hacia dos formas distintas:

    • Golpeados con palillos.
    • Golpeados con las manos.

En los golpeados con palillos suele ser habitual el tambor acompañado de un instrumento de viento, tocado con una sola mano y utilizado básicamente como ritmo que acompaña distintos toques que identifican una actividad popular, como una danza, un ritual, una reunión etc. Estas actividades son de muchísimos tipos, destacando las tradiciones religiosas y las festivas. En las primeras, la más importante se desarrolla en España, donde el uso del tambor para el acompañamiento de las fiestas de Semana Santa. Repartidas por España están multitud de formaciones que usan los tambores (grandes, pequeños, enormes tambores como el bombo) para llamar la atención sobre la actividad religiosa del momento. Los ejemplos más importantes están en Teruel, Baena, etc. donde enormes formaciones de tambores llenan en ambiente de diferentes toques y ritmos, que han transcendido su razón religiosa para ser verdaderas formaciones instrumentales con una intención lúdica y social, habiendo llegado a una dificultad extrema (algo incompatible con la popularidad). Algo menos virtuoso resultan los instrumentos que acompañan a canciones o danzas tocadas por un instrumento de viento, donde la dificultad de soplar al unísono del ritmo le limita la sensación a unos golpes acompasados y siempre iguales con la función de delimitar los paso del danzante, como es el caso de los tambores Salmantinos, Aragoneses o Andaluces (donde destaca el Tambor Rociero), muy extendido para acompañar el canto en la peregrinación a la aldea del Rocío, mientras se cantan las típicas sevillanas. Tenemos la suerte de que esta tradición no se ha perdido y lo que es más sigue evolucionando. Las actividades festivas relacionadas con los tambores y que han contribuido a su popularidad, son de muchos tipos, aunque en la mayoría de los casos son tambores que se golpean con la mano (tradición popular), y destacan las festividades sociales relacionadas con actividades muy locales, como la recogida de la cosecha, la ronda de muchachas, las fiestas por algún Santo, etc. Estos instrumentos son conocidísimos, y destacan el pandero y la pandereta, que técnicamente son muy fáciles y daban posibilidad de ser tocados a cualquier persona sin conocimientos de ningún tipo, y al ser pequeños y poco pesados daban la posibilidad de moverse con ellos, tanto para bailar como para andar detrás de cualquier movimiento que se realizara. Suelen acompañar la danza y el canto, aunque en algunas regiones (como en Galicia) son verdaderos virtuosos que interpretan toques "solistas" de gran mérito por parte del instrumentista. La evolución de estos instrumentos es impredecible porque está en constante evolución. Cambian las formas, los toques, las utilidades etc.

  • Tradición orquestal

La introducción de los tambores en la orquesta fue algo ineludible desde su utilización militar, que pasó a su utilización solemne en actividades cortesanas y sociales, acompañando a las formaciones de trompetería que recorrían las calles. La ampliación de estas formaciones y la popularidad de estas músicas, llevaron su interpretación a las orquestas y con ellas la caja, como elemento rítmico indispensable pasó (por necesidad) a acompañar al Timbal en las formaciones orquestales. Los tambores de todo tipo fueron introducidos en la orquesta con la intención de dar sonoridad y ritmo a las músicas, aunque en la orquesta fue la caja (y mas tarde la pandereta) la única que se acepto de una manera clara y con personalidad propia. Aunque se supone que fue mucho antes el primer testimonio escrito lo encontramos en la opera "Alcione" de Marín Marais en el año 1700 con la intención de imitar el sonido de una tormenta. En el oratorio de Haendel "Judas Macabeo" también se encuentran partes interesantes y escritas, cuando en esa época se usaba el tambor como instrumento improvisador, así lo encontramos en "Música para fuegos artificiales" 1749. Otras aportaciones a la evolución del tambor en la orquesta las hicieron Gluck en "Ifigenia en Táuride" 1779 y Beethoven en Battle Simphony 1813. Ya bien entrado el Siglo XIX Rossini sería el auténtico introductor del tambor en la orquesta quitándole de una vez su intención militar y dándole personalidad propia, con la escritura del redoble (hasta entonces no se escribía), en la obra "La Gazza ladra". Esto no sólo contribuyo a su uso orquestal definitivo, sino que, debido a su utilidad y la necesidad de mejoras físicas, a partir de aquí cambió por completo la fisonomía del instrumento, incluso constructores como Cornelius Word aplicaría un método de tensión que eliminaba las cuerdas 1837 y utilizaba un método de tensión usando tuercas aunque las fotografías anteriores nos indican que posiblemente este sistema se utilizaba anteriormente. Este invento hizo evolucionar la caja, hasta los modelos que conocemos hoy en día, y esta facilidad de construcción llevo a llenar de tambores y se popularizó de tal manera que compositores como Berlioz (megalómano orquestal) llegó a solicitar en su "Marcha Fúnebre de Hamlet" hasta 6 cajas, con una característica que a partir de ahí sería utilizada de una manera más normal, como eran las cajas sin bordón. Tras estas aportaciones, a principios del Siglo XX los nacionalismos aportaron la definitiva sonoridad del instrumento en las tradiciones musicales Europeas.

    • En Rusia, tanto Rimsky Korsakov (Capricho Español) como Shostakovich en sus sinfonías.
    • En Francia Ravel (bolero).
    • En Inglaterra Britten.

Otros compositores como Nielsen en su "Concierto para clarinete", aportaron en los principios del Siglo XX todas las posibilidades sonoras y técnicas del instrumento, exigiendo a los intérpretes diferentes maneras de interpretación y sonoridad, más allá del quehacer rítmico tradicional. Para esto, las orquestas se han hecho con tambores de distinto tamaño y sonoridad (en realidad cualquier tambor requerido por el compositor), para conseguir los efectos deseados de la música, aunque se está imponiendo un cuarteto completo mas caja pícolo (tamaño y sonido) para imitar los sonidos de cualquier tambor, tanto tradicional como sinfónico. La caja sinfónica es un instrumento extremadamente complicado, con un nivel técnico y sonoro increíblemente amplio y las muestras de esto son muy extensas, llegando a un nivel de virtuosismo que los cajas de las orquestas son, en muchos casos, verdaderos especialistas en toques delicados y de precisión absoluta, así como de un nivel rítmico y musical que requiere del instrumentista una formación completa para poder llegar a interpretar los episodios que los compositores han escrito para este instrumento, donde destaca la música de cine, con un nivel sonoro muy fuerte y un nivel rítmico de absoluta precisión. El futuro del tambor de orquesta pasa por dos caminos distintos, evolucionar hacia un sonido más moderno, dentro de las composiciones contemporáneas, así como el respeto a la tradición sonora en las composiciones antiguas. Tanto una como la otra convivirán siempre para deleitarnos con su sonido rasgado y potente.

  • La caja en la Batería

Cuando a principios de siglo la batería empezó a ser el instrumento rítmico por excelencia y comenzó a ser tocado por un sólo instrumentista, apoyado en las nuevas construcciones, el tambor llegó a ser el instrumento más importante de este conjunto. Tocado con cualquier tipo de artilugio, baquetas, escobillas, con la mano, y utilizado como instrumento de base rítmica para los tiempos y contratiempos, fue, poco a poco convirtiéndose en el instrumento principal, usado en la mayoría de las ocasiones con bordones. En un principio la sonoridad de este instrumento era pequeña, limitada por su construcción aunque en muy poco tiempo y en paralelo a la evolución de la técnica de ejecución su sonoridad es, hoy en día, sencillamente impresionante. Los baterías las usan de todo tipo, pequeñas, grandes, anchas, estrechas, buscando de este modo la sonoridad propia del estilo de música que se desea interpretar (Jazz, Pop, Rock, Latino. etc.), todo tipo de parches (rugosos, de aceite, de piel, sintéticos, etc.) y todo tipo de baquetas, hasta el punto de que cada interprete tiene sus propios palillos, adaptados a él en peso y longitud. La batería ha hecho del tambor un instrumento muy extenso debido a las necesidades de sus interpretes y sobre todo del mercado, de esta manera nos encontramos infinidad de marcas e infinidad de modelos por marca.

Características

Su cuerpo está formado por un arco de madera delgada (generalmente de sauce) de aproximadamente 10 cm. de altura. Tiene dos parches en cuya periferia llevan cosido un anillo fino de madera (arquito), que el mismo cuero envuelve. Los parches, de cuero, a ambos lados, y atados entre si por medio de un tiento en forma de zigzag. El diámetro de la membrana es de aproximadamente 33 cm. Posee, sobre el parche superior, un hilo llamado "chirlera" y una manija que sale de los tientos. Uno o dos palillos completan el instrumento.

Materiales

El arco de madera es generalmente un tronco ahuecado (sauce o cordón), el marco se elabora con ramas de poleo. Los extremos retobados (cubiertos) de cuero curtido de cabra, oveja u otro animal. La "chirlera" generalmente se hace de crin de caballo, de hilo o cuerda.

Detalles técnicos

El templado de la caja se realiza para "ponerla a tono", para esto le aflojan los parches, los remojan y los vuelven a extender; el tiento que los une es ajustado, hasta dejar el cuero tenso.

Modo de ejecución

El palillo con que se golpea el parche, se utiliza en la mano derecha, quedando la izquierda libre para ejecutar otro instrumento. Como en la forma anterior pero en la mano izquierda se sostiene otro palillo. La función principal es el acompañamiento rítmico, ya sea por canto o por instrumentos: flautilla, inkullo, erkencho, acordeón, etc.

Fuentes