Calaceite

Calaceite
Información sobre la plantilla
Villa de España
EntidadVilla
 • PaísBandera de España España
 • ProvinciaBandera de la Provincia de Zaragoza.png Zaragoza
Población (2011) 
 • Total1,131 hab.

Monreal de Ariza. Es una villa y municipio español, en la provincia de Teruel (a 196,7 km de la capital). Situada en el interfluvio Algás Matarraña en el ángulo noreste de la provincia a 511 metros de altura, con una temperatura media anual, 15,6°c.

Población (habitantes)

Enciclopédico

Su origen es árabe, ya que se llamó Qalat-Zeit, que significa Castillo del Olivo. Nace al pie mismo de la carretera para elevarse por calles empinadas. El casco urbano fue declarado conjunto histórico-artístico con fecha 12-IV-1974. A la cultura árabe aunque presente, hay que anteponer la romana. El arco sobre el que se asienta la capilla de la Virgen del Pilar, es de origen románico, existe otro, el de San Antonio, bastante posterior. La Casa Consistorial pertenece al siglo XVII y los arcos de la plaza siguen cumpliendo como lonja en los días feriados. A sólo un kilómetro del casco urbano, a la derecha de la carretera de Valderrobres, se encuentra el monte de San Antonio, con la ermita construida en 1798. Allí mismo cabe admirar, una vez vencido el primer cerro llamado de San Cristóbal, el excepcional poblado ibérico descubierto en 1902, cuyas obras de excavación se prolongaron hasta 1915. Este poblado fue declarado monumento nacional, y data cronológicamente de los siglos III y II a.C. El que fue rector de la Universidad de Barcelona, Pedro Bosch Gimpera, se ocupó personalmente de dirigir las obras de excavación. La artesanía de la cerámica tiene asegurada la tradición en Calaceite, con el buen hacer del trabajo desarrollado por la recién desaparecida Teresa Jassà, cuya fama ha traspasado todas las fronteras. Otros muchos artistas acuden atraídos por este conjunto histórico-artístico y fijan en él su residencia. Tal es el caso del escritor chileno José Donoso. Las fiestas mayores tienen su desarrollo en el mes de agosto, del 14 al 17, en honor de la Asunción de la Virgen, San Roque y Santos Plácido y Reparato. También se celebra la fiesta de San Cristóbal, el 10 de julio, y romería a Santa Ana. Calaceite pertenece a la comarca del Matarraña y sus gentes se expresan en la lengua vernácula, un dialecto peculiar derivado del catalán y chapurriao, que ellos denominan calaseitán.

Arqueológico

Entre otros restos con entidad propia, en un túmulo de Les Humbries apareció un thymiatérion céltico formado por dos soportes circulares unidos por una columna, y un caballito en bronce macizo, además de una coraza de bronce decorada con círculos, y dos espadas, todo ello ajuar funerario de guerrero fechado hacia el siglo V a.C. Se encontró en 1903 y tras diversas vicisitudes el thymiatérion pasó por el Museo del Louvre parisino y fue recuperado en los años cuarenta para el Museo Arqueológico Nacional. La coraza se llevó de la colección Vives al Museo de Mahón (Menorca). Además, otros yacimientos en La Valleta, Val de la Cabeza y Camino de Santa Ana, éstos con restos romanos. (San Antonio de Calaceite).

Bibliografico

Martín-Bueno, Manuel: Aragón Arqueológico: sus rutas; Zaragoza, 1977.

Arte

Además del yacimiento arqueológico del poblado ibérico del cabezo de San Antonio, declarado monumento nacional por decreto de 3-VI-1931, la villa de Calaceite constituye un conjunto urbano de singular interés artístico por su arquitectura civil. Son notables algunos elementos aislados de época gótica, datables en el siglo XIV, y especialmente algunos arcos apuntados de la plaza, de los que arranca la calle de la Iglesia (antes dels Hostals) y dos casas en esta misma calle (la número 5, con dos ventanales góticos característicos de la arquitectura civil levantina en la planta noble). Pero la mayoría de los edificios conservados corresponden a la Edad Moderna, agrupándose en torno a dos hitos constructivos: un primer momento, hacia finales del siglo XVI, con su más espléndido ejemplo en la propia casa consistorial (1610), un segundo momento de esplendor edilicio a lo largo del siglo XVIII, con densidad constructiva en la década de 1760. El conjunto resulta muy homogéneo, con fachadas a la calle muy nobles, de piedra de buena cantería, de tres plantas, destacando los balcones sobre grandes ménsulas de piedra labrada y barandillas de hierro forjado en la planta principal.

Iglesia de la Asunción

Antes con la advocación de Santa María del Pla. Perteneció como la villa, a la encomienda de la Orden de Calatrava en Alcañiz hasta 1452, y desde esta fecha al cabildo de la catedral de Tortosa hasta 1956, en que se adscribe a la archidiócesis de Zaragoza. De su anterior fábrica gótica se conserva en la casa consistorial una clave, con el relieve pétreo de la Virgen del Pla, del siglo XV. La fábrica actual es barroca, realizándose lo fundamental entre 1695 y 1710, en el basamento de la portada aparece la inscripción de 1701, y dirigía las obras el cantero vizcaíno Francisco Ibargüens. La iglesia es de tres naves de la misma altura y capillas laterales, con cabecera poligonal para la nave central y recta para las laterales; el tramo del crucero, que no sobresale, es de doble profundidad que los otros tres restantes de las naves, por lo que a los brazos del crucero abren dos capillas laterales por cada lado. A los pies hay un coro en alto, sobre las tres naves. Destacan los soportes que separan las naves, formados por un pilar cuadrado con medias columnas adosadas en sus cuatro frentes. Es un modelo arcaizante, que repite fórmulas renacentistas, fenómeno similar al de la iglesia del Salvador de Sevilla. Se cubre con cúpula el crucero, con lunetos la nave central y aristas las laterales y capillas, salvando alguna cúpula ciega y bóvedas vaídas; en parte los abovedamientos han sido reconstruidos tras la guerra civil. Contrasta con el arcaísmo descrito la concepción de la fachada de los pies, con tres puertas, adinteladas las laterales y a modo de retablo la central, con arco de medio punto, y dos cuerpos con columnas salomónicas y estípites; Kubler ya la relacionó con la portada de la iglesia de Vinaroz, aunque más progresivamente barroca y dinamizada ésta de Calaceite. Sobresale la puerta, decorada con clavos de forja únicos. A la izquierda de la fachada se eleva la monumental torre, de planta cuadrada, de la que sólo se construyeron dos cuerpos, ya que el tercero (y actual de campanas) es añadido posterior y disonante; en el segundo cuerpo sendas esculturas tenentes por cada lado soportan la cornisa. El tesoro artístico es posterior a la guerra civil y carece de interés; el relicario de la Santa Espina es una obra de platería neogótica, fechado en 1894, con punzón orrico, y regalo de la familia Roig; el anterior relicario desapareció en la invasión catalana de 1643.

Portales – capilla

Una espléndida creación barroca, que integra la arquitectura religiosa en el marco urbanístico de la villa, es el portal-capilla, de los que se han conservado los de San Antonio y de la Virgen del Pilar (fechado en 1767), coetáneos y que responden a idéntico prototipo arquitectónico. Son edificios de planta cuadrada, cuya parte inferior queda completamente abierta en sus cuatro lados por medio de cuatro arcos de medio punto, y que se aboveda con arcaizante sistema de crucería (sencilla en el Pilar y estrellada en San Antonio); este sistema permite dar paso al trazado viario. Sobre esta especie de templete se eleva la capilla propiamente dicha, a la que se accede por escalera adosada, y que se cubre con cúpula sobre pechinas y linterna, y que curiosamente también es abierta en su frente principal con un gran arco de medio punto, cerrado con puertas de madera, y que permite la visibilidad de la capilla desde la calle, donde se puede aglomerar la asamblea de los fieles. En el caso de la capilla del Pilar, ante este frente principal confluyen las calles de Maella y den Rufa; de la parte posterior de San Antonio divergen las calles de Horta y de Santa Bárbara.

Ermitas

Merecen destacarse la de Santa Ana, junto a una fuente adonde se acude en romería. Obra realizada en 1621 por el cantero Francisco Bunos; constituye una versión arcaizante del prototipo gótico/catalán rural. Se trata de una iglesia de nave única y muy profunda, con testero recto, y cubierta con madera a doble vertiente sobre tres arcos-diafragma, en este caso de medio punto, como la puerta de los pies y los dos vanos de la espadaña, todo ello en buena piedra sillar, como la casa de romería. La ermita de San Cristóbal se eleva sobre el cerro que escalonan las capillas del Calvario (pequeñas capillas de planta rectangular y abovedadas con cañón, de diversas épocas, una de 1768, a devoción de Francisco y Josep Fontanas y Susana Camarasa; otra de 1799, en la cumbre la ermita de San Cristóbal se edificó en 1740, fecha de la portada pétrea, versión menor de la parroquial, pero muy primorosa, con hornacina flanqueada por estípites e imagen del Santo; la nave es única, con arcos poco profundos a modo de capillas laterales, y se aboveda con cúpula en el presbiterio y tres tramos más con arista. La casa adosada es de 1747. La pequeña ermita de San Antonio se eleva sobre el cerro de su nombre, próximo al de San Cristóbal, dominando el poblado ibérico ya mencionado. Obra del cantero Francisco Nerija, realizada en 1626, lleva las fechas de 1700 y 1798, en la fachada, es de pequeña planta rectangular, abovedada con cañón.

Casa consistorial

Obra del cantero alcañizano Francisco Pizarro, contratada en 1609 por 1.400 libras. Labrada la fecha de 1610. Es un magnífico edificio manierista con lonja en la planta inferior, con dos amplísimos arcos de medio punto sobre pilar cilíndrico (que recuerda el lateral de la lonja de Alcañiz). La planta noble presenta tres amplias ventanas adinteladas, con protección de balaustrada y magníficos ventanos, obra de carpintería con motivos de lazo de cuatro octogonal mudéjares en el central, en el salón de esta planta noble se halla embutida en el frontis la hornacina que cobija la talla del Crucificado (al que le faltan los brazos) en madera policromada, obra finísima del siglo XVI, va enmarcado por un retablo manierista, labrado en yeso, con policromía reciente, y que es coetáneo de la fábrica. La tercera planta se resuelve con la característica galería aragonesa, a base de nueve arcos de medio punto doblados. La fachada de la casa consistorial domina la Plaza Mayor (antes de Sitjá). Se guarda en el Ayuntamiento, además de la clave gótica ya mencionada, un relieve hispanoflamenco, de la segunda mitad del siglo XV, también representando a la Virgen del Pla, y que procede del desaparecido portal de la Font, en la salida a la actual Plaza Nueva, están mutiladas las cabezas. La cruz de término, en piedra labrada, tardogótica, que presidía la Plaza Mayor fue trasladada a la Plaza Nueva.

Arquitectura civil

Resulta imposible enumerar, por lo ya dicho, todas las casas de interés arquitectónico, dos de ellas reproducidas en el Pueblo Español de Barcelona, con motivo de la Exposición Universal de 1929. Una de ellas, la casa Moix, en la calle Roquetas, de 1767, presenta un singular balcón corrido y en esquina.

Fuentes