Campaña de Filipinas (1941-1942)

Campaña de Filipinas
Información sobre la plantilla
Batalla de filipinas.jpg
Fecha:13 de febrero de 1941
Lugar:Filipinas
País(es) involucrado(s)
Bandera de Filipinas Filipinas, Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos, Bandera de Japón Japón


Campaña de Filipinas se desarrolló entre el 8 de diciembre de 1941 y el 9 de junio de 1942, y culminó con la ocupación japonesa de Filipinas, estado libre asociado de los Estados Unidos. Aunque superadas numéricamente, las mejor entrenadas fuerzas japonesas lograron acorralar a las unidades filipino-estadounidenses de Luzón en la península de Batán y la isla de Corregidor. Estas fuerzas resistieron hasta abril y mayo de 1942 respectivamente, y las guarniciones aliadas en Bisayas y Mindanao se rindieron al caer Corregidor.

Antecedentes

En 1941, Filipinas servían de base para la recién organizada Fuerza Aérea estadounidense del Lejano Oriente, la cual debía ser neutralizada para poder garantizar la superioridad aérea nipona mientras que el Ejército Expedicionario del Sur avanzaba contra Malasia y las Indias Orientales Holandesas, colonias europeas. Adicionalmente, la ocupación de Filipinas era considerada necesaria para evitar que las mismas fueran usadas como plataforma de contraataques aliados y para asegurar las rutas de comunicación entre Japón y los recién ocupados territorios al sur.

Inicio de la Batalla

El 7 de diciembre de 1941, la noche anterior al ataque a Pearl Harbor en Filipinas, fue avistado un convoy japonés frente a Indochina navegando en dirección al golfo de Siam. Además, las tres noches anteriores se habían reportado sobrevuelos de aviones no identificados sobre Clark Field, la principal base aérea estadounidense en Filipinas. El almirante Hart estaba seguro que la guerra iba a empezar en cualquier momento y le sugirió al vicealmirante Sir Thomas Phillips, comandante de la Flota británica del Lejano Oriente, que acortara su visita a Filipinas y regresara a Singapur de inmediato.

Ataques aéreos a Clark Field

Cazas del portaaviones Ryūjō frente al Monte Mayón, en dirección a Legazpi, el 12 de diciembre de 1941.

El 8 de diciembre, MacArthur fue notificado del inicio de las hostilidades a las 6:50 de la mañana, hora local, cuatro horas y media después de haberse iniciado el ataque a Pearl Harbor. Media hora después, el general Brereton solicitó a MacArthur permiso para bombardear Formosa, pero este se negó, alegando que no disponían de suficiente información sobre las bases enemigas en la isla. Durante el resto de la mañana, los japoneses realizaron pequeños ataques aéreos. Brereton solicitó de nuevo permiso para bombardear Formosa, pero MacArthur se negó por segunda vez. Poco después de las diez, MacArthur finalmente autorizó el bombardeo, y Brereton procedió a reunir a sus bombaderos en Clark Field, los cuales estaban sobrevolando el Monte Arayat, para evitar ser sorprendidos en el suelo. En ese momento, 196 aviones japoneses habían abandonado Formosa y se encontraban en dirección al aeródromo. Aunque Clark Field fue alertado del inminente ataque, el mensaje no subió en la cadena de mando, y cuando la primera oleada japonesa, 27 bombaderos Mitsubishi G3M2, llegó finalmente a las 12.35 pm, encontró a todos los bombarderos de Clark Field en la pista preparándose junto con sus cazas para un ataque contra Formosa programado para la tarde.

A la primera ola de bombarderos siguió una similar, la cual atacó desde gran altura, casi sin ser molestada por la artillería anti-aérea. Después vinieron 34 Zeros, que realizaron ataques rasantes, los más efectivos de todo el ataque. Solamente tres cazas P-40 lograron despegar para hacerles frente, y otros cinco fueron destruidos mientras avanzaban por la pista. Un escuadrón de cazas de una base aérea cercana llegó poco después, y aunque compuesta por inferiores cazas P-35, lograron derribar a tres Zeros.

Estos ataques fueron muy efectivos, los japoneses lograron reducir a la mitad la fuerza combativa de la FEAF en el primer día de la campaña. Los estadounidenses perdieron 17 de 35 bombarderos B-17, 53 cazas P-40 y 3 cazas P-35, así como otros 30 aviones de menor importancia.8 Las instalaciones de Clark Field y la cercana Iba quedaron seriamente dañadas, y se reportaron 80 muertos y 150 heridos. En estos ataques, los japoneses perdieron solamente siete cazas. Los japoneses consolidaron su superioridad aérea los siguiente días, y al finalizar el 15 de diciembre la fuerza aérea estadounidense en Filipinas había sido reducida a un puñado de cazas.

Escape de la Flota Asiática

Con la Flota del Pacífico temporalmente neutralizada en Pearl Harbor, y con la FEAF diezmada, la defensa de Filipinas recaía completamente en la Flota Asiática del Almirante Hart y en el plan defensivo de MacArthur, que definía a las playas como la principal línea de defensa. El 8 de diciembre, el almirante Hart había enviado a su principal fuerza operativa, liderada por el crucero pesado USS Houston, hacia Borneo, colonia holandesa. La marina mercante también escapó rápidamente de la bahía de Manila, la cual fue atacada desde el aire en los días siguientes. El 10 de diciembre, Hart reportó que Manila ya no podía ser mantenida como una base naval debido a la supremacía japonesa en el aire y continuó enviando más barcos al sur, donde creía que contribuirían mejor en la defensa de Malasia y las Indias Orientales Holandesas. El 14 de diciembre, Hart decidió enviar al resto de su flota al sur, y en Filipinas permanecieron únicamente dos destructores, 27 submarinos y otros navíos menores. Hart abandonó Manila el 26 de diciembre, en un submarino, con rumbo al sur. El contraalmirante Francis Rockwell permaneció en Filipinas como sucesor de Hart.

Defensa de Bataán y Corregidor

En la Conferencia Arcadia, inaugurada el 24 de diciembre en Washington D. C., el gobierno estadounidense decidió dar prioridad a la guerra en Europa. Sin embargo, se procedió a preparar un convoy en Australia para llevar suministros y refuerzos a MacArthur. No obstante, cuando el convoy estuvo listo para zarpar, el 28 de diciembre, se determinó que el control japonés sobre Borneo era tan fuerte, que el convoy jamás llegaría a su destino. Finalmente, en la primera semana de enero de 1942, la División de Planes de Guerra del Estado Mayor concluyó que era imposible enviar una expedición a tiempo a Filipinas sin desviar recursos del teatro europeo. Esta decisión efectivamente condenó a las tropas aliadas en Filipinas.

Batalla de Bataán

El 7 de enero, la retirada aliada a Bataán fue completada. Los estadounidenses sufrieron unas 13 000 bajas, pero la mayoría fueron filipinos que desertaban. Los japoneses reportaron 627 muertos, 1282 heridos y 7 desaparecidos. Muchas tropas defensoras habían logrado escapar a la pequeña península, los japoneses habían estado tan concentrados en capturar Manila, que descuidaron su flanco derecho, por el que las tropas de MacArthur se escabulleron. En Bataán se encontraban apiñados 15 000 soldados estadounidenses y 65 000 filipinos, de estos últimos solamente 10 000 habían recibido un entrenamiento adecuado. Junto con las tropas, miles de civiles entraron a Batán, y se unieron a los lugareños, que no fueron evacuados. En teoría, las fuerzas defensoras debían resistir seis meses en Batán, pero solamente contaban con comida para un mes.

La península de Bataán tiene 32 km de ancho en su base y 40 km de largo. Su superficie está dominada por dos volcanes extintos: el monte Natib al norte y el monte Samat al sur. La defensa de la parte occidental fue asignada a Wainwright, cuyos hombres habían retrasado el avance de Homma por el norte para que las fuerzas al sur de Manila escapasen a Batán, y por lo tanto necesitaban descanso. La sección oriental, la más probable en ser atacada, fue asignada al General Parker, que había comandado a las fuerzas al sur de Luzón.

Primeros ataques

Al igual que Tokio, Homma también creía que la batalla en Filipinas había terminado, por esta razón, envió a la 65.ª Brigada a realizar el asalto principal contra las 25 000 tropas defensoras en Bataán, un estimado muy por debajo del valor real. El comandante de esta unidad, el general Nara, recibió la orden de "perseguir" a los defensores en columna hasta Mariveles. El reconocimiento aéreo no encontró señales de que los estadounidenses se habían fortalecido en la península y Homma concluyó que con el primer ataque los defensores intentarían escapar a Corregidor.

En la tarde de 9 de enero, la batalla de Bataán empezó con un ataque japonés contra el lado oriental de Bataán, la línea Abucay. Un regimiento japonés, al mando del coronel Takeo Imai, avanzó contra las líneas defensivas y rápidamente fue reducido a un tercio por la artillería. Otro regimiento, comandado por el coronel Susumu Takechi, fue enviado a la falda oriental del monte Natib, para intentar sobrepasar el flanco izquierdo de las tropas de Parker, pero desapareció en la densa jungla. Este primer ataque fracasó miserablemente, y el 16 de enero, la 51.ª División filipina contraatacó. El ataque fue demasiado efectivo, un regimiento avanzó demasiado en el frente, formando un saliente, y las tropas de Imai las atacaron desde el este. En ese momento, Takechi y su regimiento salieron inesperadamente de la jungla y atacaron desde el oeste. El regimiento filipino fue aniquilado y la línea defensiva Abucay empezó a colapsar.

El 17 de enero, el mayor general Naoki Kimura lideró a 5 mil hombres contra el lado occidental de Batán. Unos 700 soldados flanquearon la línea defensiva de Wainwright por la derecha y el 21 de enero llegaron al mar, atrapando a las tropas más cercanas al frente.

El 24 de enero MacArthur ordenó la retirada de la línea Abucay, y una nueva línea defensiva fue establecida entre los dos volcanes de Batáan. Sin embargo, para lograr esta victoria, los japoneses sufrieron muchas bajas. En esta etapa, la 65.ª Brigada, de 6651 hombres al inicio, había sufrido 1472 bajas en el combate. Al enterarse del desastre, MacArthur ordenó un contraataque desde Australia, Wainwright pasó esta orden a sus subordinados en Batán, pero el general King ordenó la retirada. Además, King envió un oficial a Corregidor para que informase a Wainwright de que la capitulación de Batán era inminente. Wainwright, presionado por MacArthur, no se dejó convencer y siguió ordenado la contraofensiva, aunque reconoció que la misma no tenía posibilidades de éxito.29

Marcha de la muerte de Batáan

Los prisioneros de guerra descansan durante la marcha de la muerte de Batán. Los japoneses serían incapaces de cumplir la promesa de Nakayama. El oficial que planificó el transporte a los campos de prisioneros de guerra, mayor general Yoshikata Kawane, realizó planes de transporte para 25 000 personas, un estimado muy por debajo de los 76 000 prisioneros capturados. Para el primer día de viaje, Kawane no reservó transportes y raciones de comida, ya que consideró que los prisioneros podrían caminar y utilizar sus raciones. No consideró que la mayoría de los soldados enemigos estaban enfermos de malaria y estaban muy debilitados por el hambre, y por lo tanto, en algunos casos el trayecto duraría el triple. Durante la marcha, miles de prisioneros murieron de hambre, enfermedades, insolación y por el maltrato de los guardias, que ejecutaban a aquellos que colapsaban en el camino. Todo empeoró con la llegada a Filipinas del coronel Masanobu Tsuji, quien acababa de llegar de Singapur, donde 5000 chinos étnicos habían sido asesinados luego de que los acusara de ser colaboradores del colonialismo. Tsuji convenció a varios oficiales del Estado Mayor en Manila de enviar órdenes verbales de ejecutar a todos los prisioneros de guerra, filipinos y estadounidenses por igual, pero muchos oficiales se negaron a cumplirlas. El coronel Imai llegó incluso a liberar a todos los prisioneros bajo su mando, unos mil, principalmente porque dicha orden violaba el código samurái. Sin embargo, otros oficiales obedecieron ya que, paradójicamente, la rendición era considerada una deshonra en Japón.

Fuentes

  • Webbe, Stephen (1974). Historia Mundial del Siglo XX. Editorial Vergara Barcelona. p. 240.
  • Breuer, William B. (1986). Retaking The Philippines: America's Return to Corregidor & Bataan, 1944–1945. St Martin's Press.