Carlo Tresca

Carlo Tresca
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NombreCarlo Tresca Fasciani
Nacimiento9 de marzo de 1879
Sulmona, Bandera de Italia Italia
Fallecimiento11 de enero de 1943
Nueva York, Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Causa de la muerteDisparo en la nuca
ResidenciaNueva York
NacionalidadItaliana
Otros nombresRenato Morgante
Ciudadaníanorteamericana
OcupaciónFilósofo
HijosPeter D. Martin
PadresFilippo Tresca
Filomena Fasciani

Carlo Tresca. Fue un líder anarquista italiano combativo y radical, militó en numerosas organizaciones obreras tanto en su país natal como en los Estados Unidos.

Fue secretario de la Federación Italiana de Trabajadores Ferroviarios hasta 1902 y líder de la organización obrera internacional Trabajadores Industriales del Mundo, durante la década de 1910. Murió asesinado en Nueva York.

Síntesis Biográfica

Nació en Sulmona, Italia, en 1879 y murió asesinado en New York, en 1943. Fue uno de los militantes anarquistas más combativos y abiertos del movimiento obrero norteamericano, un personaje a la altura de Emma Goldman y John Reed, que nunca cedió en su compromiso ni en su integridad militante.

Era hijo de un terrateniente de la región de Los Abruzos que se había empobrecido durante la crisis económica de la década de 1880 por lo que Tresca asistió a la escuela primaria y a la secundaria y luego matriculó en un seminario, pero lo abandonó poco después, convertido en un ateo anticlerical.

Desde 1898 hasta 1902, Tresca fue secretario de la Federación Italiana de Trabajadores Ferroviarios. También fue el editor de Il Germe, un semanario socialista con sede en Abruzzo. Tratando de evitar un período de cárcel por sus actividades políticas radicales, Tresca emigró a Estados Unidos en 1904, estableciéndose en Filadelfia primero y en Nueva York finalmente. Antes de emigrar a los Estados Unidos en 1904 fungió por un período de tres años como secretario de la Federación Socialista Italiana del Norte.

En Estados Unidos fue líder de los Trabajadores Industriales del Mundo durante la década de 1910. Se le recuerda como el principal opositor público del fascismo, el estalinismo y la infiltración de la mafia en el movimiento sindical. Durante este período participó en huelgas en todo Estados Unidos.

En la década de 1930, fue un crítico acérrimo tanto del gobierno fascista de Benito Mussolini en Italia como del estalinismo en la Unión Soviética. En 1937, fue miembro de la Comisión Dewey, que liberó a Leon Trotsky de todos los cargos formulados durante los Juicios de Moscú. Tresca también usó sus periódicos para montar una campaña pública criticando a la mafia. En enero de 1943, en Nueva York, fue asesinado, probablemente por un pistolero de la mafia a las ordenes de Frank Garofalo que le asesinó por motivos personales y no políticos.

Labor Política

En los Estados Unidos Carlo Tresca fue elegido Secretario de la Federación Socialista Italiana de América del Norte en 1904. Permaneció en esa posición durante los próximos tres años. Durante este mismo intervalo, Tresca fue también el editor de El Proletario, el periódico oficial de la Federación Socialista Italiana.

Las opiniones políticas de Tresca se volvieron cada vez más radicales y pronto llegó a identificarse como un anarquista. En 1907 Tresca renunció como editor de El Proletario y comenzó a publicar su propio periódico, La Plebe. Más tarde, trasladaría La Plebe a Pittsburgh y con ello, ideas revolucionarias a los mineros y trabajadores de las fábricas italianas en el oeste de Pennsylvania. En 1909, Tresca se convirtió en editor de L'Avvenire, (El futuro) y permaneció en esa función hasta la llegada de la Primera Guerra Mundial, cuando la publicación fue suprimida bajo la Ley de Espionaje.

En 1912, Tresca juega un importante papel en la famosa huelga de Paterson -historiada en un libro de reportaje por su amigo John Reed-, allí conoció a Elizabeth Gurley Flynn, militante muy notable que sería durante mucho tiempo su compañera y después una de las fundadores del Partido Comunista de los USA con John Reed, y su líder femenino más legendario. Elizabeth Gurley y Emma Goldman trabajaron denodadamente en favor de la huelga en Greenwich Village.

En 1912 es invitado por la Industrial Worker of the World (IWW) a Lawrence, Massachusetts para involucrar trabajadores italianos en la campaña dpor la libertad de los líderes huelguistas Joseph Ettor y Arturo Giovannitti, acusados falsamente de asesinato y por su desempeño allí se le conocería luego con el sobrenombre de "Toro de Lawrence". Luego actuaría en las huelgas de los trabajadores textiles en Little Falls en Nueva York (1912), de los trabajadores de los hoteles de Nueva York (1913), y la marcha de los parados de Nueva York en 1915. En 1916 es inculpado por «conspiración con vista de cometer un asesinato» durante la huelga de Mesaba Ron Range, pero será liberado por falta de pruebas.

Realiza una ardua campaña contra la intervención norteamericana en la Primera Guerra Mundial y por esta época rompe con el IWW sobre la base de un debate político, lo que llevará a Tresca a ser juzgado en un proceso que se realizará a partir de 1917 y se librará por poco de la deportación.

En 1917 L'Avvenire, periódico que Tresca publicó en Nueva York desde 1913, fue cerrado y su sucesor Il Martello fue repetidamente incautado. Entre 1919 y 1920 el departamento de justicia estuvo buscando evidencias para deportarle. Tresca estuvo envuelto en el caso Sacco y Vanzetti y fue responsable de llevar el controvertido abogado defensor de la IWW, Fred Moore al caso y ayudó en la publicidad y financiación del apoyo a los dos anarquistas.

De esta época data su profunda amistad con John Dos Passos al que advirtió sobre la capacidad de instrumentalización por parte de los “comunistas” desde que Stalin se apoderó de la III Internacional. Considerado como un “enemigo público del Estado” especialmente famoso durante varias décadas, Tresca fue detenido en treinta y seis ocasiones, además sufrió cinco atentados, lo que hircieron de él un personaje singular.

También se convirtió en un opositor al fascismo italiano, que estaba provocando el nacimiento de grupos de inmigrantes italianos que apoyaban a Mussolini. Desde Il Martello acusó a Mussolini de traidor con la clase trabajadora y a la casa de Saboya por su complicidad con este. En 1923 una maquinación de cónsul italiano (en base a un anuncio publicitario en Il Martello de un producto anticonceptivo), le vale para ser condenado por infracción de la ley federal sobre obscenidad y condenado a un año y seis meses de prisión. Sus amigos podrán desvelar el montaje y es conmutada la sentencia por el propio presidente Calvin Coolidge luego de haber pasado tres meses en la prisión de Atlanta.

Dado que no han podido deshacerse de Tresca por métodos legales los fascistas deciden pasarse a la violencia y en un mitin con otros antifascistas en 1926 se produce un atentado con bomba del que sale ileso. Pero él y sus seguidores estuvieron siempre en contra de todo el montaje (desde emisoras de radio a periódicos) que Mussolini realizó para poder atraerse a los italianos inmigrantes en América.

Durante los años veinte su figura es indisociable de todas las grandes campañas en defensa de los perseguidos, de Ettore-Giovanitti, de Tom Mooney y sobre todo de Sacco y Vanzetti, pudiéndose decir que sin él este crimen legal difícilmente hubiera conocido la audiencia internacional que conoció y desde su periódico concentra su fuego contra el régimen fascista de Mussolini.

Tresca se convirtió en una figura importante entre los estadounidenses de origen italiano al tratar de detener los intentos del gobierno italiano de organizar a los inmigrantes en grupos de apoyo fascistas. En ese momento, Tresca estaba editando un periódico antifascista llamado Il Martello, donde criticó a Mussolini como enemigo de clase y traidor (esta última acusación se refería al hecho de que Mussolini había sido socialista en el pasado). Las actividades de Tresca estaban siendo monitoreadas en Roma, mientras que, en los Estados Unidos, estaba bajo una fuerte vigilancia del gobierno de los Estados Unidos. En 1926, los fascistas intentaron asesinar a Tresca con una bomba durante un mitin.

Aunque inicialmente había apoyado a la Uión Soviética durante la década de 1930, Tresca se convirtió en un opositor abierto de los comunistas y del estalinismo, particularmente después de que la URSS participara en la destrucción del movimiento anarquista en Cataluña y Aragón durante la Guerra Civil Española.

En 1936, Tresca formó parte del Tribunal de investigación presidido por John Dewey que juzga a Leon Trotsky por los cargos presentados en los «procesos» de Moscú o la Gran Purga como también se le conoce a la campañas de represión y persecución política llevada a cabo en la Unión Soviética al final de la década de 1930 en la que cientos de miles de miembros del Partido Comunista Soviético, socialistas, anarquistas y opositores fueron perseguidos o vigilados por la policía y se llevaron a cabo juicios públicos en los que se envió a cientos de miles a campos de concentración y otros fueron ejecutados para consolidar en el poder a Iósif Stalin.

Tresca denuncia la «gran traición» del estalinismo en estos procesos y en la persecución de poumistas y anarquistas durante la guerra civil española. En 1937 presenta testimonio por la desaparición de su vieja amiga, Juliet Stuart Poyntz, comunista disidente, y denuncia públicamente los métodos de la GPU y Tresca acusa públicamente a los soviéticos de secuestrarla para evitar su deserción del aparato clandestino del Partido Comunista de Estados Unidos. Tresca alegó que antes de desaparecer, Poyntz había hablado con él sobre su disgusto por el Gran Terror de Joseph Stalin.

En Nueva York, Tresca también comenzó una campaña pública de crítica de la mafia en su periódico semanal, Il Martello y parecía estar muy consciente del riesgo que corría su vida porque al final de un artículo publicado poco antes de su muerte, declaró: "Morris Ernst, mi abogado, conoce todos los hechos. Sabe que si un antifascista es agredido o asesinado, el instigador es Generose Pope" (un corredor de poder político de Nueva York con vínculos con el mafioso Frank Costello, cuyos intereses en periódicos italiano-estadounidenses incluyen el Corriere d'America (American Courrier) y el diario Il Progresso Italo-Americano).

Durante la II Guerra Mundial, Tresca se alinea con los que consideran la derrota del fascismo como la tarea central del momento y funda la «Sociedad Mazzini» que trata de agrupar a militantes obreros y demócratas, tratando de que sean excluidos tanto los comunistas como los fascistas ganados a un pacto con los Aliados a continuación del gobierno de Badoglio, que había sido apoyado por Togliatti como una «alternativa» a Mussolini.

Tras el ataque de Pearl Harbor, Tresca obstruyó la participación de comunistas y antiguos fascistas en la Sociedad Mazzini, la organización líder del antifascismo italiano en Estados Unidos.

Asesinato

Para 1943, Tresca, en libertad condicional en ese momento, estaba bajo vigilancia policial. El 9 de enero de 1943, su equipo de vigilancia fue testigo de un incidente en el que un auto en marcha intentó atropellar a Tresca.

Las amenazas provenientes del estalinismo se confunden con las que recibía por parte de fascistas y mafiosos.

Dos días después, el 11 de enero de 1943, en la ciudad de Nueva York , Tresca abandonaba las oficinas de su oficial de libertad condicional cuando esquivó a los oficiales de vigilancia saltando a un automóvil que lo estaba esperando. Dos horas más tarde, Tresca cruzaba la Quinta Avenida a pie en la calle 15 cuando un Ford negro se detuvo a su lado y Tresca recibió un disparo en la parte posterior de la cabeza, matándolo instantáneamente. El Ford negro más tarde fue encontrado abandonado cerca con las cuatro puertas abiertas. Una teoría en ese momento era que el presunto asesino era miembro de la Mafia y actuaba por orden de Sicilia.

Otros han teorizado que Tresca fue eliminado por el NKVD como retribución por las críticas al régimen de Stalin de la Unión Soviética .

Una investigación más reciente de Alan A. Block en Space, Time and Organized Crime, Dorothy Gallagher en All the Right Enemies, y Nunzio Pernicone en Carlo Tresca: Retrato de un Rebelde confirman que el escenario más probable es que Tresca fue asesinado por Carmine Galante por orden de Frank Garofalo, subjefe de Joseph Bonanno, simpatizante fascista y amigo cercano de Generoso Pope.

Tresca no solo había criticado a Pope, sino que recientemente reprendió a Garofalo y amenazó con exponerlo en Il Martello. Galante, recién liberado de prisión, fue visto por su oficial de libertad condicional cuando huía de la escena del crimen pero debido al racionamiento de gasolina durante la guerra, el oficial de libertad condicional no pudo perseguirlo.

La investigación no arrojó ningún resultado, aunque algunas fuentes indican que el agente estalinista Vittorio Vidali; (que había estado detrás de algunos de los asesinatos más célebres del estalinismo como el de Nin y el de Trotsky) y al que algunas fuentes relacionan con el asesinato de Mella ya que este había tenido relaciones intimas con Tina Modotti antes de que ella se relacionara con el lider cubano y las volvió a tener después de su muerte); tenía cuentas pendientes con Tresca que no dudó en acusarlo públicamente en una ocasión en que se encontraron y Tresca le señaló: “Por donde quiera que pasas hay un asesinato”.

Dorothy Gallagher escribió sobre él: "Para los millares de inmigrantes italianos, Carlo Tresca era un héroe, para el FBI él era notorio, para un número de intelectuales estadounidenses y de líderes de las organizaciones obreras él era un consejo, para los fascistas estadounidenses e italianos un adversario serio, para el partido comunista de los años 30 un renegado, para los rivales del anarquismo un espía y un traidor, para sus amigos una alegría, para las mujeres un hombre educado y atractivo, para el hombre que lo mató poco más que un contrato".

Antes de ser asesinado había escrito sus memorias. El panegírico de su funeral corrió a cargo de Angélica Balabanova, militante socialista ruso-italiana que jugó un papel muy importante en la corriente internacionalista durante la Gran Guerra y que colaboró con la revolución rusa y la III Internacional hasta que se apartó por desavenencias. Diversos testigos evocan la enorme emotividad de un acto del que se podía decir que ponía final a una época de la izquierda revolucionaria norteamericana.

Después de su muerte la plaza Vittorio Emanuele II de Sulmona fue rebautizada con su nombre, por disposición municipal. En 2003, Nunzio Pernicone retoca y publica la autobiografía de Carlo Tresca, con el título “Carlo Tresca. Retrato de un rebelde”.

Fuentes