Carlos Alberto Arroyo del Río

Carlos Arroyo del Río
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Presidente de la República de Ecuador

Presidente Constitucional de la República del Ecuador
1 de septiembre de 1940 - 28 de agosto de 1944
PredecesorJulio Enrique Moreno
SucesorJosé María Velasco Ibarra

Presidente de la República de Ecuador

Presidente Encargado del Poder de la República del Ecuador
17 de noviembre de 1939 - 11 de diciembre de 1939
PredecesorAurelio Mosquera Narváez
SucesorAndrés Córdova
Datos Personales
NombreCarlos Alberto Arroyo del Río
Nacimiento27 de noviembre de 1893
Guayaquil, Bandera de Ecuador Ecuador
Fallecimiento31 de octubre de 1951
Guayaquil, Bandera de Ecuador Ecuador
Partido políticoPartido Liberal Radical Ecuatoriano
Creencias religiosasCatólico
CónyugeElena Yerovi Mateus

Carlos Alberto Arroyo del Río. Graduado de abogacía y profesor, en el año 1940 llega a ocupar el cargo de Presidente Constitucional de la República del Ecuador.

Síntesis biográfica

Hijo de Manuel María Arroyo y de la guayaquileña Aurora del Río, nació en Guayaquil el 27 de noviembre de 1893, vivió la niñez y adolescencia en la pobreza. Se graduó de abogado antes de cumplir los 21 años de edad; a los 22 era diputado suplente por el Guayas, a los 25 empezó a regentar las cátedras de Derecho Civil y Sociología en la Universidad de Guayaquil, tarea en la que perseveró durante 22 años. Pero regentó el gabinete jurídico privado de José Luis Tamayo mientras éste ejercía la presidencia de la República; despues presidió el Concejo Cantonal de Guayaquil y representó a Guayas como diputado; a los 31 estuvo en el Senado; siguió en el decanato de la Facultad de Jurisprudencia y en la Junta Suprema del Partido Liberal; a los 39 rigió la universidad y terció brevemente como candidato a la presidencia.

LLegó hacer líder indiscutido del liberalismo. Ocupó dos veces la presidencia del Congreso y desde ella capitaneó la oposición a Velasco Ibarra, reunificó el partido e inició el retorno al Poder. Vivía de su trabajo jurídico muy cotizado ya por las empresas extranjeras que invertían y producían en el Ecuador. En 1939 ejerció la presidencia de forma interina por menos de un mes. Arroyo gobernó durante 23 días en los cuales reorganizó los padrones para la elección de presidente de la República y aceptó la candidatura única que le ofrecía el Partido Liberal por lo que renunció al Mando el 10 de diciembre de 1939. "Se había negado cuantas veces recibió el ofrecimiento. Le aterraba la posibilidad de ser derrotado. Era un hombre orgulloso y la derrota le habría causado mucho daño", dice su amigo Andrés F. Córdova. Sin embargo, continúa, la situación política se tornó favorable. Arroyo modificó su criterio, aceptó la postulación y se empeñó en el triunfo como era natural. Presentó su candidatura oficial para las elecciones presidenciales de 1940, las cuales ganó y se posesionó el 1 de septiembre de 1940. Se asiló en Bogotá, Colombia. En su asilo colombiano (1944- 1946) escribió los dos volúmenes de "Bajo el imperio del odio" en defensa de su gestión presidencial, y algunas entregas de "En plena vorágine" contra Velasco Ibarra. En 1947 vivió de su trabajo de ahogado en Nueva York. Regresó a Guayaquil en 1948, donde, especialmente a partir de 1959 en que dio forma a la Autoridad Portuaria de Guayaquil.

Presidencia

Conocido como representante político del liberalismo plutocrático de la costa del Ecuador, en decadencia de su influencia político-económica en el Estado. Fue el último representante de los intereses del liberalismo de tipo agroindustrial y bancario. El Gobierno nació impopular pese a que intentó consolidarse buscando un entendimiento con la derecha: el propio nuncio apostólico presionó para que los conservadores se sacrificaran colaborando en los ministerios. Julio Tobar Donoso, ideólogo de prestigio y católico leal, aceptó la Cancillería. Orador muy conocido, Arroyo no lograba conectarse con el pueblo.

Durante los primeros días de su gobierno los primeros meses se vivió en relativa calma; pero ya el 12 de enero de 1941 sufrió el repudio popular en el Estadio de "El Arbolito", en la capital. El pueblo pidió a Arroyo la libertad de los aviadores velasquistas presos en el Panóptico por la sublevación del 11 de enero de 1940 en la Base Simón Bolívar. Arroyo había gobernado apenas 11 meses cuando el cinco de julio de 1941 las tropas peruanas invadieron el territorio ecuatoriano. Perú ni siquiera había declarado la guerra. El Congreso ecuatoriano concedió al presidente 'facultades omnímodas'. Arroyo las ejerció a cabalidad para mantener el orden interno hasta que fue derrocado por la cólera del pueblo el 28 de mayo de 1944.

En Brasil, Río de Janeiro los países mediadores presionaron por un arreglo definitivo. Quienes más insistieron, incluso con rudeza, fueron los representantes de Brasil y Estados Unidos. El canciller ecuatoriano Julio Tobar Donoso obtuvo varias modificaciones en el sector occidental de la frontera para ajustarla a la línea del "statu quo" de 1936. Logró que el Perú le dejase 2.481 kilómetros cuadrados entre la boca del Aguarico y el trapecio de Sucumbíos. El 29 de enero de 1942 Tobar Donoso firmó el Protocolo, suscrito por los cancilleres de Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos, en calidad de garantes de ese instrumento. Ecuador perdió 278.000 kilómetros cuadrados de un territorio que había reclamado a lo largo de su historia. El canciller ecuatoriano no pronunció siquiera un discurso de protesta. Según el propio Tobar Donoso, él firmó el Protocolo porque había peligro de que desapareciera la mediación, único modo de compensar la invalidez militar del Ecuador.

Al no poder entrar al Ecuador por Arroyo del Río, Velasco Ibarra se trasladó de Chile a Pasto, Colombia, donde lo visitaban delegaciones de todo el Ecuador. La movilización era general. Había entusiasmo entre los estudiantes y los obreros. Faltaban pocos días para las elecciones, que se temían fraudulentas, cuando estalló la sublevación del pueblo en Guayaquil el 28 de mayo de 1944. Durante su Gobierno, se produjo la guerra con el Perú de 1941 y la firma del Protocolo de Río de Janeiro. Luego de esta pérdida militar y diplomática y, en el intento de salvar tanto los interés de la burguesía agroindustrial de la costa como su propio mandato, reforzó sus poderes sobre la Constitución y fortaleció el poder armamentístico de la Policía Nacional, conocida entonces como Los Carabineros, llegando a establecer un Estado policial para enfrentar el descontento de gran parte de la población. Dicho descontento luego fue rechazado en una gran rebelión popular que incluyó a varios sectores, incluso enfrentados entre sí en la que se conoce como la Revolución del 28 de mayo de 1944 o La Gloriosa que terminó acabando con su mandato.

Muerte

Murió de un paro cardiaco a los 75 años de edad en su ciudad natal el 31 de octubre de 1969.

Fuentes