Catedral de Oviedo

Catedral de Oviedo
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Obra Arquitectónica  |  (Catedral)
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También es conocida como “Sancta Ovetensis”. Se encuentra en la ciudad de Oviedo, en el Principado de Asturias, España.
Descripción
Tipo:Catedral
Localización:Oviedo, Asturias, España
Datos de su construcción
Inicio:siglo XIV
Otros datos
Arquitecto(s):Iniciada por Juan de Badajoz, Bartolomé Solórzano, Juan de Candamo de las Tablas, Pedro Bunyeres


Catedral de Oviedo. Se encuentra en la ciudad de Oviedo, en el Principado de Asturias, España. También es conocida como “Sancta Ovetensis”, por la calidad y cantidad de las reliquias que en ella se veneran. Está consagrada a San Salvador.

Historia

Los orígenes de la catedral ovetense están ligados a la monarquía asturiana. A comienzos del siglo IX, el rey Alfonso el Casto levanta una basílica prerrománica dedicada a San Salvador, ésta remplaza la primitiva basílica levantada por el rey Fruela I. El templo construido por Alfonso II se mantuvo hasta los años 1382-1388 en que dio comienzo en el mismo solar la construcción del edificio gótico que hoy se conoce. Quedan, como testimonio de la basílica anterior, la torre románica y la Cámara Santa. La construcción del nuevo templo se prolongó hasta finales del siglo XVI, completándose con importantes edificaciones en los siglos XVII y XVIII. Todo este proceso de construcciones y amueblamiento la convierte en una verdadera joya. Es testigo fidedigno de una gran parte de los períodos y estilos artísticos desde la Alta Edad Media hasta nuestros días.

Características

Se trata de un edificio de estilo gótico, con elementos clásicos del siglo XIII, hispano flamencos del siglo XVI, manierista siglo XIV y gótico flamigero siglo XV. Iniciada la obra en el año 1382 (siglo XIV), no será hasta mediados del siglo XV cuando se edifican la mayoría de los elementos arquitectónicos, como son el crucero, las naves y las capillas laterales. El pórtico y la torre corresponden al siglo XVI en un gótico-hispano flamenco.

Construcción

La Catedral se comenzó a construir por la Capilla Mayor. Se trata de un edificio de tres naves y capillas laterales entre los contrafuertes, un transepto que no sobresale en exceso del cuerpo de edificio. La capilla mayor tiene un muro pentagonal que la cierra y dos tramos rectos que queda envuelto por una amplia girola que completa la cabecera. Girola realizada en el siglo XVII. La catedral fué iniciada por Juan de Badajoz y entre los arquitectos de los que se tiene noticia destacan Bartolomé Solórzano (finales siglo XV) nacido en Trasmiera (Cantabria), el asturiano Juan de Candamo de las Tablas a partir de 1459 (siglo XV) y Pedro Bunyeres.

Fachada

Al despuntar el siglo XVI se planteó el problema de la fachada, aún por definir, y los cabildos catedralicio y municipal aceptarón la propuesta de Juan de Badajoz sobre la idea de un pórtico bajo, de tres arcos y dos torres de flanqueo, de las que sólo se levantó una. A pesar de tratarse de una obra ejecutada en el siglo XVI, la fachada de la Catedral de Oviedo hay que ponerla en relación con las espectaculares arquitecturas góticas que conviven con el Renacimiento, tales como las catedrales nuevas de Salamanca y Segovia. En ambas intervino Rodrigo Gil de Hontañón, a quien se debe el remate y flecha de la Catedral de Oviedo.

Se trata de una fachada con tres arcos, mas grande el central, y en su interior tres portadas de acceso. El pórtico se cubre con bóveda de cascarón nervado y casi plano. Obra de Juan de Badajoz, surtidas de repisas y doseles para imágenes que nunca llegarón a colocarse, y en todo caso, buenos ejemplos del gótico flamígero. La portada central, coronada por el gran relieve de la Transfiguración, tiene dos puertas gemelas con hojas de madera de nogal, ricamente decoradas con el Salvador (patrono de la Catedral), Santa Eulalia de Mérida (patrona de la diocesis), o con motivos geométricos y florales.

En este pórtico central encontramos en el centro, el relieve en piedra de la Transfiguración del Señor, a su lado unos bajorrelieves que representan a Fruela I y a Alfonso II el Casto. Un poco más abajo unos medallones que representan al niño Jesús y a San Juan niño. Situada la fachada a los pies de la Catedral, abundan los elementos decorativos de molduras verticales propias del estilo flamígero. Consta de tres portadas asimétricas que cerradas por rejas, crean tres pequeños atrios.

Torre

"Poema romantico en piedra" (Clarin). De caracteristicas góticas y renacentistas, obra de Rodrigo Gil de Hontañon sobre planos de Juan de Badajoz. Iniciada en el 1508 y terminada en el año 1587 (siglo XVI). Se trata de una torre de cinco cuerpos, falta su gemela que no llegó nunca a construirse por falta de presupuesto. Tiene una altura de 80 metros (desde el suelo al pararrayos) y su construcción duró cerca de cincuenta años. Se trata de una construcción que sube con un seguido retranqueo (que consiste en remeter el muro de fachada en la planta o plantas superiores de un edificio) de los cinco cuerpos que la integran.

La torre descansa sobre cuatro pilares de la arcada del pórtico y está aislada del resto de la edificación. Desde la segunda planta asciende entre contrafuertes que se van adelgazando, hasta alcanzar la alta terraza con antepecho calado, sobre la que se levanta un templete entre torres cilindricas que remata, a través de una última y más diminuta plataforma abalconada, en la rasgada flecha del pináculo. En los cuerpos de la torre se abren ventanas con parteluz que sostienen trenzados ojivales de piedra. Entre los arquitectos aparte del citado Gil de Hontañon, participarón Juan de Badajoz, Pedro de Buyeres, Pedro de la Tijera y Juan de Cerecedo. La torre se terminó bajo el obispado de Cristóbal Rojas y Sandoval, personaje que tiene su escudo de armas en el último piso. En el segundo piso de la torre encontramos un reloj.

La campana de la torre de Oviedo recibe el nombre de Wamba y fué fundida en el año 1219. Tiene 1,22 metros en la base, forma cónica y es la única campana que se conserva de la antigua basilica. LLeva una inscripción que dice:

Mente spontanea, in honorem Dei et Patriae liberationem, Christus sonat, Christus vincit, Christus imperat, Christus regnat, in Nomine Domini, Amén. Ego Petrus Pelagii, canonicus, hoc opus fieri iussitin honorem Sancti Salvatoris. Era MCCLVII.

Cuya traducción sería:

Con el anacronismo propio de toda inscripción, y creyendo cristianamente que la voz de la campana es la voz de Cristo, el humilde canónigo Pedro Peláez Cabeza, dice: Para dar honra a Dios y libertad a la Patria; Cristo nos llama, Cristo vence, Cristo Impera, Cristo reina, en nombre del Señor. Amén. Yo, Pedro Peláez, canónigo mandé fabricar esta campana, en honor a San Salvador. Era MCCLVII.

Como vestigio de la anterior iglesia románica de Alfonso II, nos queda la llamada Torre románica o Torre vieja (siglo XII). Se trata de una torre de dos pisos situada en el lado sur de la Catedral. El primer piso tiene un vano de medio punto rodeado por otro gran arco ciego, además de una imposta decorátiva que anilla horizontalmente la torre. El piso superior, cubierto con bóveda esquifada, es de gran hermosura. Cada cara dispone de dos vanos rodeados por aruivoltas de medio punto sobre parejas de columnas. Los motivos de los capiteles son aves apicadas, entrelazos sogueados, todo ello o de mucha antiguedad (por su relación con el prerrománico) o por contra, de un románico final muy popularizado.

Interior

Se trata de un edificio de planta de cruz latina, cabecera única, tres naves, capillas laterales y girola. El segundo cuerpo tiene una galeria gótica de dobles ventanas (triforio). El tercer cuerpo esta ocupado por las vidrieras. El templo resulta imponente por la proporción de su nave mayor (20 metros de altura por 67 metros de largo y 10 metros de ancho). Cerrada con bóvedas cuatripartitas excepto el tramo del crucero, donde hay una sencilla de terceletes en lugar del posible cimborrio que se proyectara a juzgar por el grueso de los machones en que apean los arcos torales. Las naves del transepto y la nave central se cubren con bovedas estrelladas; el tramo central del crucero con bóvedas de terceletes y los brazos del crucero y las naves laterales con bóvedas clásicas de cruceria simple.

Los alzados de esta nave mayor muestran el bello triforio sobre las naves laterales. La nave mayor es mas alta que las laterales y se comunican entre si mediante cinco arcos a cada lado. Encima de cada arco, encontramos dos ventanas ojivales con pequeñas columnas y antepechos y tracerías propios del gótico florido, formando una galería que recorre toda la longitud de la nave. Sobre el triforio aparece el claristorio que guarnece bellas vidrieras de las que las mas antiguas se contratarón en 1508 con el maestro burgalés Santillana, si bien consta la presencia en 1526 de un maestro flamenco llamado Alberto. El resto de las vidrieras son modernas.

La nave del crucero o transepto es un poderoso segmento transversal, tendido entre la Capilla del Rey Casto y la Cámara Santa, en que trabajó Juan de Cándamo el primer arquitecto asturiano conocido, cuya sepultura contiene además los restos de su mujer Catalina González de Nava. Se halla en el brazo sur, con sus armas: la regla, tablas y el compás. Ya en el interior de la Catedral y comenzando nuestra visita por la nave de la derecha (Nave de la Epistola) encontramos los siguientes elementos:

Capilla de Santa Barbara

En la nave de la epistola. También ha recibido el nombre de San Miguel, fundada por el obispo Bernardo Caballero de Paredes (1661) para alojar sus restos. De estilo barroco, destaca el retablo obra de Luis Fernández de la Vega. La imagen de Santa Bárbara es de comienzos del siglo XVII y su autor fué Antonio Borja.

Capilla de San Martín de Tours

En la nave de la epistola. Del siglo XVII, el retablo es obra de Luis Fernández de la Vega, con una imagen del santo en el centro. Arriba la Inmaculada y en el zócalo los Padres de la Iglesia.

Capilla de San Roque o de la Natividad

En la nave de la epistola. Fundada a comienzos del siglo XVI por el abad don Fernando de Llanes. Retablo presidido por la figura de San Roque realizada en el 1658 por José Bernardo de la Meana. En esta capilla está además el sepulcro de Fernando de Llanes, abad de Teverga y patrocinador de la capilla.

Capilla de San Antonio

En la nave de la epistola. Obra gótica, alberga tres enterramientos y un retablo de José Bernardo de la Meana, fechado a mediados del siglo XVIII, en estilo barroco con aires rococó.

Capilla del Santo Cristo de Los Velarde

En la nave de la epistola. Capilla gótica. Destaca una bella imagen de Cristo Crucificado en el retablo obra de Alonso de Berruguete (siglo XVI) y que es una de las mejores y más valiosas tallas de la catedral.

La Camara Santa

Está formada por dos naves superpuestas abovedadas: el piso inferior recibe el nombre de cripta de Santa Leocadia y el piso superior el de capilla de San Miguel, de reducido volumen en relación a su altura. Es aquí donde se guardan las reliquias del Principado de Asturias. Este recinto de la Camara Santa está declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. La Camara Santa es uno de los restos que quedan de la antigua capilla del Palacio de Alfonso II. Fué remodelada en el siglo XII y enriquecida con excepcionales esculturas románicas, que están consideradas como una obra maestra de la escultura de la época.

La cripta de Santa Leocadia. Fué una santa de culto en la España visigoda y cuyos restos reposan en este lugar. Se trata de una nave estrecha, rectangular, cubierta con bóveda de cañón de arranque muy bajo a nivel de un basamento o podio corrido. Es una estructura maciza con fuertes efectos de clarooscuro y luces rasantes que penetran por las escasas y angostas aberturas; una de ellas con la cruz patada en la pared frontera, sobre el presbiterio, realzado y separado en otro tiempo del resto de la nave por una cancela ya desaparecida.

En el suelo dos laudas visigodas de sarcófago. Una, con decoración de roleos y vegetales, la otra, con el Árbol de la Vida. Contienen los restos de la ya citada Santa Leocadia y los restos de otros mártires entre ellos Eulogiio. A la capilla de San Miguel o de las Reliquias, se accede por el brazo derecho del crucero y a ella se llega por una escalera de tres tramos (doce escalones) en una travesía que permite contemplar el Santo Sudario. Según la tradición el Santo Sudario es el pañuelo que cubría el rostro de Jesús muerto camino del sepulcro. La capilla sigue la misma traza que la inferior ya que presenta arcos fajones que descansan sobre la columnata de los apóstoles. Y es que sobre seis pedestales o columnas, cada una de las cuales sostiene dos estatuas, en total seis columnas y doce apostoles. Los doce apóstoles forman uno de los conjuntos más importantes de la escultura románica española. Fueron donadas por el rey Alfonso VI a la Catedral.

En los capiteles de estos pedestales se narran diversas escenas del Nuevo Testamento y se hacen alusiones a la muerte o la lucha entre el bien y el mal. Las figuras de los apostoles estan finamente trabajados y ocupan todo el largo del fuste. Llaves, libros, o báculos permiten identificar a cada uno de los apóstoles. En el muro de la entrada a la nave, tres cabezas de un Calvario, cuyos cuerpos estarían pintados. Se tratan de las cabezas de Cristo, María y San Juan, los tres protagonistas del Calvario. En su origen esta capilla tenía una cubierta de madera pero la riqueza de estas reliquias hizo que, para dotarlas de un entorno digno de su importancia, la techumbre de madera, demasiado sencilla, fuese sustituida por una bóveda de cañón y por el Apostolado que hoy vemos.

En esta capilla se guardan las reliquias sagradas del Reino astur y yo diría que de España entera:

La Cruz de los Ángeles del año 808, chapada en oro, con cabujones y pedrería en cuyo reverso lleva un camafeo romano. Su interior es de madera de cedro y fué encargada por el propio Alfonso II el Casto. Tiene forma de cruz griega, y está compuesta de piedras preciosas que se incrustan en las láminas de oro que ocultan la madera que le sirve de base. Tiene una inscripción que dice: quienquiera que osase quitármela de donde mi libre voluntad la donare, sea fulminado por el rayo divino. Dice una leyenda que fué construida de forma milagrosa por dos jovenes extranjeros a los que se atribuyó la condición de ángeles enviados por el Señor. A ambos lados de la cruz dos angeles en actitud orante, dan nombre a esta excepcional pieza de orfebreria. Esta cruz se representa en el escudo de la Catedral, la diocesis y la ciudad de Oviedo. La Cruz de la Victoria donde además de oro y pedrería fina hay una serie de esmaltes tabicados. Se trata de una cruz con forma latina, con rica pedrería que se reparte en varias bandas, en la que se entremezclan perlas rodeadas de hojas de almandina. En el centro, gemas e hilos de oro componen un rosetón con águilas, peces y plantas. Su interior es de roble toscamente tallada.

Desde finales del siglo XVIII y a propuesta de Jovellanos se convirtió en el escudo del Principado. Según la tradición es la cruz que enarboló Pelayo en Covadonga y que Alfonso III hizo recubrir de piedras preciosas en el año 908. La Caja de Ágatas del año 910. Se trata de una caja de madera chapada en plata con ónice, esmaltes en azul y rojo, piedras preciosas y esmaltes de metal, representaciones abstractas que evocan un lujo bárbaro que enlaza con la tradición visigoda aún más directamente que la arquitectura. Ahora está vacio pero durante siglos contuvo numerosas religuias. Fué regalo de Fruela II a la Catedral. El Arca Santa o de las Reliquias. Cofre en madera de cedro recubierto con placas de plata primorosamente trabajadas, con inscripciones cúficas y con atauriques de tradición musulmana.

Según narra un monje de Silos anónimo en la Historia Silense, esta enorme caja de madera de cedro ensamblada, procede de Jerusalén, donde se guardaban reliquias de Jesús y la Virgen María. Ante el avance persa del año 612, el arca fué llevada a Alejandría y de aquí pasaría a la peninsula ante el avance musulman por el norte de Africa en los siglos VII y VIII. El arca fué llevada a Toledo, capital goda y nuevamente trasladada a Asturias (hacia el 812 o 842) ante la invación árabe de Hispania y protegerla en un lugar seguro. Quedó depositada en la Camara Santa que Alfonso II mandó construir para albergarla, y que sería la capilla de su palacio. En el año 1075 el rey Alfonso VI hizó un inventario del contenido del arca y ordenó se recubriera de plata ornamentada con relieves e inscripciones (1113).

En su interior, tal y como reza la inscripción, se guardan un fragmento del madero de la Santa Cruz, un trozo del vestido de nuestro Señor, un pedazo de pan de la última cena, una sandalia de San Pedro y el Santo Sudario, sin duda la reliquia principal. Es un lienzo blanco (en origen) de lino, sucio y arrugado, con textura tafetán manchada, con forma casi rectangular, con unas dimensiones de 83 cm. x 53 cm. de altura. Tiene manchas de diversos tonos fundamentalmente de color marrón claro. Protegido por un marco de plata del que salen dos asas, formaba parte de la Sábana Santa que cubrío el rostro de Jesucristo durante el camino al sepulcro.

Y además El Cristo de Nicodemo (siglo XII) obra en marfil; un diptico románico del siglo XII, también marfileños bizantinos, románicos y góticos y el Libro de los Testamentos (hacia 1125), pasa por ser una obra superior de la miniatura europea e inicio de la pintura española. Otras reliquias dignas de resaltar aparte de las citadas son algunas espinas de la corona y un fragmento de la cruz de Cristo. El contenido de esta Camara llamada Santa, hizó que este lugar fuera durante siglos uno de los lugares de paso mas visitados, de todos aquellos que peregrinaban camino de Santiago.

Claustro

Situado en uno de los brazos del crucero. Tiene unas dimensiones de 27 x 32 metros, tiene por tanto forma rectangular, y se distribuye en dos lados de cuatro arcos y en los otros dos restantes tres arcos. Se levanta en parte sobre el antiguo claustro románico, del que las excavaciones han recuperado elementos arquitectónicos y escultóricos del siglo XII. El actual gótico, fué construido entre el año 1300 y el año 1441. A comienzos del siglo XVIII el arquitecto Francisco de la Riva Ladrón de Guevara incorporó al claustro un segundo piso con balcones y molduración propia de la época renacentista. Se distinguen tres etapas constructivas:

  • 1300-1350 Se construye la galeria norte y dos tramos contiguos de la galeria oeste, en un estilo gótico clásico, siendo su promotor el obispo Fernando Álvarez de los Asturias.
  • 1350-1400 Se termina la galeria oeste y se construye la galeria sur, en un estilo gótico manierista siendo sus promotores el rey Alfonso XI, el obispo Sandro y el obispo Alfonso. <br
  • 1412-1441 se construye la galeria este en un estilo gótico flamigero. Su promotor el obispo Diego Ramirez de Guzman.

El claustro actual viene a ser una galería cubierta en torno a un jardín o patio. Realizado a lo largo de diferentes periodos estilisticos del gótico, esta particularidad le convierte en un anaquel del arte, tanto en los capiteles, con temas de los oficios biblicos o fabulosos, así coo el referido a la leyenda de San Jorge..., o en las esculturas, lo mismo románicas, como las de los apóstoles Pedro y Pablo, colocadas sobre la entrada de la sala capitular o góticas: la hecha en madera de Alfonso XI, benefactor de la fabrica, de gran calidad y realizada en el siglo XIV.

El claustro dispone de catorce ventanales con bella tracería en sus timpanos y 167 capiteles ricamente decorados. Una de las escenas mas bellas es la ménsula de la cacería regia, escena en la que el protagonista parece ser Alfonso XI, un entusiasta de la monteria. También merece destacarse el Agnus Dei que procede del desaparecido claustro románico. Hay que destacar que todo el claustro estaba policromado.

En la crujia o lado oeste destacamos el sepulcro de Frigión de Cifuentes. Sobre la tapa, epitafio en castellano que dice lo siguiente: "Aqui yace Frigión de Cifuentes, cuya anima el señor Dios coja. Fijo del bachiller Juan de Gijón, fallescio de la edat de diez y sus annos, último dia del mes de septiembre, anno del sennor de M et CCCC et LXXX et V annos. (1485). En la crujía norte destacamos una lápida del obispo don Pelayo, fallecido en 1153. Muestra una notable inscripción en letra gótica, traducida por Diego Santos en un cartel cercano. En la crujía este destacamos la Puerta barroca del archivo obra de José Bernardo de la Meana, maestro mayor de la catedral de Oviedo durante la segunda mitad del siglo XVII, y un mingitorio, usado por los clérigos durante sus paseos para verter al jardin las aguas menores.

En la crujía sur destacamos el sepulcro del dean Pedro Gay (1348-1369) del siglo XIV, es el más sobresaliente de los monumentos fúnebres conservados en el claustro. El dean figura en posición yacente. La tapa actual que lo cubre es de fecha posterior y fué esculpida por el cantero Pedro de León con las armas de la casa de Valdés. En la frente del sepulcro se llena con sus armas y las del obispo que en aquel momento regía la diocesis. En el claustro se ha instalado el Museo Diocesano. Una curiosa lápida, que sólo se puede visitar desde el claustro, felicita al principe Wimarano, hermano del padre de Alfonso II, por construir un edificio para los marineros.

Cementerio de peregrinos

Situado entre la Camara santa y la Capilla de los romeros, hoy ha desaparecido, excepto los restos de los peregrinos que descansan en un osario. Según la tradición, el olivo que aquí existe, es un retoño del Huerto de los Olivos de Jerusalén, traido aquí por un devoto peregrino.

Sala capitular

Al claustro se abre la sala capitular, que es la parte más antigua de la Catedral gótica, ya que iniciada en 1293, se terminó en 1314, y es problablemente una de las más tempranas estructuras góticas de Asturias. Situada junto a la galería oeste del claustro, es de planta cuadrada, cubierta con una bóveda sobre trompas, cuyos nervios confluyen en una clave central. Es como ya hemos dicho la primera construcción de estilo gótico que se lleva a cabo en la antigua basilica del rey Casto. Ha sido siempre lugar de reunión del Cabildo y de las Juntas del Principado. En esta sala se declararón en 1808 la guerra a Napoleón Bonaparte.

En esta sala se puede contemplar aunque no le pertenecen, el célebre retablo de las Lamentaciones o del Llanto sobre el Cristo muerto, en el que junto con los donantes (Juan de Candamo y su esposa Catalina) aparece un amplio cortejo de personas y santos. También puede verse lo que resta de la sillería del coro realizada en madera de nogal de buena talla, con el asturiano tema de la Cruz de los Angeles en el centro del respaldo.

Retablo de la Inmaculada

En el crucero, en el lado norte, del siglo XVIII.

Hornacina de la Hidria

Situada en la cara interna del muro norte del crucero. Es del siglo XV. Según la tradición la hornacina contiene una de las seis tinajas de la Bodas de Caná. Admite 100 litros. Se expone al público cada 21 de septiembre, festividad de San Mateo y se puede beber del agua previamente bendecida. Se encuentra guardada detras de una puerta que pasa bastante desapercibida.

Imagen del Salvador

Es una escultura del siglo XIII que está adosada al pilar del arco sur del crucero (en la girola). Era la meta principal para los peregrinos. A sus pies rezó el papa Juan Pablo II en 1989. Se cree que esta imagen estaría en el ábside de la antigua basilica románica de Alfonso II como titular de la misma. En esta imagen se ve la leyenda que dice: "Quien va a Santiago y no a San Salvador, visita al criado y deja al Señor".

Capilla Mayor

El ábside de forma poligonal y en estilo gótico tiene dos lineas de vidrieras. Actualmente sólo podemos ver la linea superior de vidrieras, ya que la inferior fué tapada al colocarse el retablo mayor en el siglo XVI. La girola es una ampliación del siglo XVII y se compone de cinco capillas radiales. Fué por esta cápilla mayor o ábside por donde se comenzó en 1388 la construcción de la nueva Catedral. A la izquierda, encontramos el sepuldro de Juan Arias del Villar, obispo de la diocesis de Oviedo entre 1487 y 1498, con una escultura orante; actualmente se encuentra vacio ya que sus restos fuerón trasladados a la Catedral de Segovia. Se trata de un nicho abierto entre dos pilares del muro, bajo un arco decorado, cuyo trasdós clausura la flor de lis, que también campea en los blasones, junto con conchas jacobeas y bordura de estrellas, mientras el hueco lo llena la escultura exenta del prelado, revestido y de rodillas, a la moda isabelina del siglo XV.

El gran Retablo Mayor dedicado al Salvador, se hizo en los mismos años en que se ejectuaba la fachada, y también como ésta siguiendo una pauta gótica tardía. Fue encargado por el obispo don Valeriano de Villaquirán. La composición del retablo se compone de cinco calles verticales y se contrató en 1511 con Giralte de Bruselas, siendo terminado en 1531. Es de madera dorada con altorrrelieves policromados, en cuya pintura debió de intervenir León Picardo, sin olvidar el nombre de Alonso Berruguete, que también aparece en la documentación referente al retablo, el cual fué finalmente terminado por Juan de Balmaseda y Miguel Bingeles.

El repertorio iconografico es amplisimo, va de El Salvador -el Cristo glorificado, rodeado de los signos de los evangelistas- a la Anunciación y la Crucifixión que ocupan la parte central, mientras en las otras se representan escenas de la vida de Jesus, el Bautismo de Cristo, la Huida a Egipto, la Oración en el huerto etc. sin que pueda precisarse la mano que les dió vida, lo que por otro lado no hace al caso, pues lo que importa es el retablo como un todo, esplendidamente luminoso. Se tratan de tallas de relieve entero. Tiene unas medidas de 12 metros de altura por otros tantos de ancho, y en total encontramos 24 escenas de la vida de Jesús. En las esquinas, apareceden cuatro escudos pertenecientes a los prelados que mandarón realizar la obra.

Capilla de Covagonga

Situada en la girola. Presenta el sepulcro del obispo Gutierre de Toledo en una de las tribunas laterales, y bajo el altar, los restos de San Melchor de Quirós. Sufrió graves daños en la revolución de Octubre de 1934 entre ellas la perdida de un retablo del año 1673 obra de Luis Fernández de la Vega.

Sacristía

Situada donde se inicia la girola abierta por detrás de la capilla mayor, en el siglo XVII (1626), en la que a su vez se proyectarían unas capillas de muy poca profundidad. Tiene planta de cruz latina con un bonito cimborrio en cuya bóveda hay un fresco de la Asunción, del pintor Francisco Bustamante. La fabrica fué realizada según parece, bajo la dirección del asturiano maestro Meana.

Retablo de Santa Teresa

De paso hacia el crucero sur se encuentra el retablo de Santa Teresa, debido al asturiano Toribio de Nava (siglo XVII). Se trata de un retablo de estilo barroco.

Capilla del rey Casto

Situada en el crucero donde comienza la nave de la epistola. Reedificada en el año 1705 por el obispo Tomás Reluz, sobre una anterior mandada construir por Alfonso II el Casto (siglo IX) y que estuvo dedicada a la advocación de la Santisima Virgen. Su planta obedece a la de un templo independiente cuyo eje mayor y cabecera son paralelos a los de la propia catedral, con crucero y cimborrio rematado por una linterna ochavada. Las obras fuerón realizadas por el arquitecto Bernardo de Haces y por Luis de Arce.

Se une al templo catedralicio a traves de una portada que Juan de Malinas labró entre 1470 y 1485. Decoración gótica tardia de inspiración flamenca. En el parteluz una talla de La Virgen con el Niño; a su izquierda las figuras de Santiago y San Pedro y a la derecha San Pablo y San Andrés. En el timpano calado, Cristo resucitado bajo un dosel y a su lado dos angeles. Junto con las arquivoltas, componen una serie escultórica de primer orden en la que su autor hace gala del realismo flamenco. En la capilla mayor protegida por una reja de hierro forjado, construida en el año 1714, puede verse, en el centro del retablo una imagen de la Santisima Virgen que el Rey Casto llamó Santa María, pero que también se conoció como la Virgen de las Batallas.

En el centro de la capilla hay un sárcofago paleocristiano, con una lauda del siglo VI. Contuvo el cuerpo de un tal Ithacio que se cree fué un niño. Junto al altar del Santo Cristo de Muñoz, situado a la izquierda de la capilla mayor, estuvierón después de su traslado desde Tonkin en el año 1889, los restos del mártir asturiano Melchor García Sampedro, canonizado con el nombre de San Melchor de Quirós el 19 de junio de 1988. Hoy se encuentran en la girola de la capilla de Nuestra Señora de Covadonga. También encontramos un retablo de la Virgen de la Luz del siglo XVI, de la escuela de Juan de Juni. A su lado, cuatro pequeños apóstoles; en el ático está la figura de Dios Padre. Tiene también dos imagenes en mármol de San Pedro y San Pablo del siglo XVIII. Había la costumbre de girar la llave de San Pedro para abrir al alma las puertas del cielo.

El Panteón de los reyes asturianos o Panteón Real, junto a la puerta de ingreso y aislado del resto de la capilla por una reja de 1713, donde hay una lápida que recuerda los nombres de los reyes aquí enterrados y algunas reinas como Urraca y Geloria. En esta capilla estuvierón sepultados algunos reyes asturianos y fué el primer panteón de la monarquia española. Sobre las pechinas de los arcos torales hay bustos de varios reyes asturianos (Alfonso II, Ramiro I, Ordoño I y Alfonso III).

El actual panteón fué levantado sobre otro que Alfonso II habia mandado construir. Este primitivo panteón estaba enfrente, poco más o menos del actual, en el centro de la nave. Según lo describe el crónista Morales era un pequeño recinto de doce pies de largo. Estaba techado de madera. Las sepulturas de los Reyes estaban en el suelo, como de dos pies de alto, tan juntas unas de otras "que no se puede andar sin pisarlas". Sólo se conserva de él, un sarcófago de alabastro de época romano-cristiana en el que se cree que fuerón trasladados desde Zamora a Oviedo los restos de Alfonso III y de su esposa doña Ximena. En una inscripción puede leerse la relación de los reyes y reinas que en ellos descansan, así como las distintas efemerides y visitas reales. El actual panteón está situado adosado al muro norte de la capilla y separado como hemos dicho por una verja. Tiene seis nichos que cubren otras tantas urnas funerarias.

Capilla de Nuestra Señora de Belen

O de Santa Catalina. Situada en el lado del evangelio. De traza gótica, tuvo un primitivo retablo referido al nacimiento del Salvador que dió paso a otro del asturiano contemporaneo Joaquin Rubio Camín.

Capilla de los Vigiles

O de la Anunciación. Situada en el lado del evangelio. Se trata de una capilla del siglo XVII. Corresponde a su etapa inicial en la que todavía gravita visiblemente la impronta sobria del arte escurialense. Tiene una hermosa reja del siglo XVII. De esta capilla sobresalen el retablo y la escultura orante del obispo fundador Juan Vigil de Quiñones obispo de Segovia, realizados ambos por el escultor Luis Fernández de la Vega.

Capilla de la Asunción

En el lado del evangelio. Destaca el retablo de mediados del siglo XVII.

Capilla de Santa Eulalia de Mérida

Situada en el lado del evangelio, es patrona de la diocesis. Se trata de una capilla barroca, construida sobre planta de cruz griega con una gran cúpula plagada de elementos decorativos barrocos. Del siglo XVII, con ornamentación escultórica que cubre practicamente toda su arquitectura, dejando en el centro aislado un baldaquino o templete, igualmente barroco (siglo XVIII), obra de Domingo Suarez de la Puente, con las reliquias (huesos) de Santa Eulalia de Mérida, en una urna de plata de estilo morisco del siglo XI, regalo del rey Alfonso VI. La capilla es obra de los avilesinos Menéndez Camino (padre e hijo). En las pechinas distintas escenas del martirio de la santa. Además en esta capilla hay enterrados varios obispos entre ellos el de su fundador, García Pedrejón.

Fuentes