Catedral de Santiago de Cuba

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Catedral de Santiago de Cuba
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Obra Arquitectónica  |  (Catedral)
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Descripción
Tipo:Catedral
Localización:Santiago de Cuba, Bandera de Cuba Cuba

Catedral de Santiago de Cuba. En Santiago de Cuba]se levanta la primera catedral que, durante casi tres siglos, será el único centro de gobierno eclesiástico en la mayor de las Antillas. Fue declarada Monumento Nacional el 16 de enero de 1958.

Considerada una joya de la arquitectura de Santiago de Cuba, no siempre mostró la fachada con la que hoy cuenta. Y ello se debe a que a lo largo de su existencia, ha sido reconstruida en cuatro ocasiones distintas. La ambición de corsarios y piratas que rondaban por el Caribe hizo que fuese rehecha durante los años 1666 y 1670. Posteriormente, los terremotos de 1678, 1766, 1852 y 1932 trajeron como consecuencia que quedase parcial o totalmente destruida. Y es que la Catedral de Santiago de Cuba ostenta el no deseado record de ser la edificacion de su tipo que más veces ha sido reconstruida y remodelada en la ciudad.

Alberga el Museo Arquidiocesano Monseñor Enrique Pérez Serantes, único museo de arte religioso en Cuba.

Ubicación

Se encuentra ubicada en el Parque Céspedes de Santiago de Cuba, en las calles Santo Tomás entre San Basilio y Heredia. Sobre su posición escribió el viajero y aventurero Julián Mellet en el siglo XIX: Su conjunto ofrece un golpe de vista verdaderamente curioso, como la gran puerta de entrada está a cierta altura, es preciso subir muchas gradas para llegar a ella.

Posee un inconfundible estilo que la hace paradigma de la arquitectura ecléctica de Santiago de Cuba. La fachada actual es fruto del talento del arquitecto Carlos Segrera Fernández, quien mantuvo detalles del neoclasicismo y añadió algunos elementos de la arquitectura clásica: columnas de orden corintio, arcos y torres.

Historia

En 1522, a solicitud del emperador Carlos V de España, se llevó a cabo la traslación de la catedral a Santiago de Cuba, según breve pontificio fechado el 28 de abril por el papa Adriano VI. De esta manera, la iglesia parroquial o Ermita de Santa Catalina, construida de guano y madera desde la fundación de la villa Santiago de Cuba en 1515, es constituida en catedral, y su sede en ciudad. Su primer obispo fue el flamenco fray Juan de Witte.

Desde finales de 1528, el burgalés fray Miguel Ramírez de Salamanca se ocupó de construir un templo de cal y canto con techos de madera y tejas para sustituir el anterior, que había sido destruido por un incendio en 1526. Esta construcción se finalizó en 1555, bajo el gobierno del obispo guipuzcoano Fernando de Urango, quien fue sepultado en ella posteriormente. Para su financiamiento se empleó una pequeña parte de la herencia de Diego Velázquez, algunos envíos de la corona y donativos de vecinos. Orientado de este a oeste, no parece haber sido un inmueble notable en sus dimensiones, ni como obra arquitectónica, pues hacia esta época la capital ya se había trasladado de Santiago a La Habana. Es en esta iglesia donde quedarán depositados los restos de Diego Velázquez de Cuéllar, fallecido en 1524. En 1810, durante las labores previas a la construcción de la nueva catedral, se encontró la lápida sepulcral, que hoy guarda el Museo Emilio Bacardí Moreau.

En 1611, Francisco Rodríguez trajo, por encargo que se le hiciera, desde Cartagena de Indias, un cuadro de Cristo atado a la columna, pintado por Francisco Antonio. Se trataba de una tabla de 14 pulgadas de alto, que se colocó por puerta del sagrario en el altar mayor. Este cuadro es conocido como el santo Ecce Homo, de gran devoción entre los antiguos habitantes de la ciudad.

La catedral fue víctima de sucesivos saqueos. El obispo burgalés Juan del Castillo se refiere en su visita pastoral de 1569-1570 al mal estado de la construcción. En 1586 y en 1603 los corsarios franceses la redujeron a cenizas. En 1662 el asalto del filibustero inglés Christopher Myngs dejó en tal estado el edificio, que apenas si era posible prestar los servicios del culto.

En 1653 se fabricó la primera Capilla del Sagrario.

En 1670, el obispo fray Alonso Bernardo de los Ríos comenzó a reparar la catedral según planos del ingeniero Juan de Ciscara. Los trabajos culminaron en 1675, gracias a las limosnas reunidas y el aporte y dirección de Francisco Ramos, presbítero provisor y vicario general. El inmueble siguió mirando de este a oeste. Tres años después, un fuerte temblor de tierra arruinó totalmente la capilla mayor.

Durante la década del 80 del siglo XVII, se reconstruyó gran parte de la catedral, bajo la dirección del mayordomo de fábrica Francisco Bejarano y según el proyecto del maestro mayor de obras Juan Fernández. La catedral era entonces de madera toscamente labrada, de tres naves. Los altares eran doce, el mayor algo burdo y pequeño de color dorado, el coro de cedro con moldura de talla, a su izquierda el órgano, la reja con aditamentos traídos de Sevilla y el cementerio en torno a la iglesia de cal y ladrillos. En la década siguiente se le agregaron otros cuerpos, pero de nuevo fue afectada por los temblores.

El terremoto ocurrido el 11 de junio de 1766 dejó a la catedral sin su nave central. Las paredes del edificio principal se apuntalaron para no cerrarla. El primer obispo natural de la isla de Cuba que recibía su mitra en esta tierra, el criollo Santiago Joseph Hechavarría y Elguezúa, solicitó la construcción de una nueva catedral, lo cual le fue aprobado. Contaba con el expolio de Morell de Santa Cruz, donativos del clero y del vecindario, además de recursos propios.

En 1779 se envió a la corte el proyecto del ingeniero Ventura Buceta junto con el presupuesto. Ambos se aprobaron por real cédula de abril de 1785. La ejecución, sin embargo, demoraría varias décadas por los reiterados inconvenientes para la obtención de materiales y por las intrigas y discrepancias del gobernador departamental y de la Real Hacienda. Mientras tanto, entre 1800 y 1803 hubo otros temblores que dejaron inutilizado el edificio. Los oficios religiosos tuvieron que ser traslados a otras iglesias, y ante los reclamos, en especial del arzobispo Joaquín de Osés Alzúa, se ordenó su construcción definitiva por real cédula de 1806.

El maestro de carpintería Pedro Fernández elaboró un modelo basado en un plano que trazó el teniente de navío Agustín Zabala sobre la base del primer diseño de obra de Ventura Buceta. En 1810 se colocó la primera piedra y la construcción se terminaría 8 años después.

El diseño era el de una catedral barroca de cinco naves con estructura de haces de horcones, arcos y bóvedas de madera dura para que resistieran los embates telúricos. Se orientó de norte a sur, de manera que quedó de frente a la Plaza Mayor y al ayuntamiento, aunque perdió su atrio meridional. La singularidad de la construcción se debe a la intervención del pardo Pedro Fernández, Perote, maestro artesano de quien se ha dicho que interpretaba con ingenuidad y libertad los modelos historicistas adecuándolos a las necesidades concretas.

En 1804 es declarada la Santa Iglesia Catedral Iglesia Metropolitana y su prelado ascendido a obispo.

El 24 de abril de 1818 la catedral fue bendecida.

El 15 de febrero de 1882 se concedió a la catedral el título de basílica menor, y ese mismo año fue consagrada por el arzobispo Martín de Herrera.

En 1887, temblores de tierra causaron algunos daños, particularmente en los arcos de la nave al lado del evangelio y en el techo, los que fueron reparados de inmediato.

A partir de 1922, la fachada del edificio cambió su aspecto, luego que concluyera la reforma general realizada. Se le agregó un cuerpo más a cada una de las torres, el cual se remató con una cruz arzobispal. Al frente se abrieron dos hornacinas para las estatuas renacentistas de Cristóbal Colón y el padre Bartolomé de las Casas; cuatro columnas neoclásicas escoltan en pareja el acceso principal con fuste circular y estriado. Por encima del frontón neoclásico, una especie de pretil sustenta en su centro la estatua de influencia renacentista de un ángel en mármol. El interior tuvo nuevos decorados y pinturas murales realizados por el artista dominicano Luis Desangle. El amplio atrio y antiguo cementerio fue socavado completamente para crear, a nivel de la calle, espacios para establecimientos comerciales de variados géneros con el fin de recaudar tributos y mejorar las finanzas de la iglesia. El general, el edificio sufrió una gran transformación, según el proyecto de obra del arquitecto Carlos Segrera.

El 3 de febrero de 1932 otro terremoto sacudió la ciudad de Santiago de Cuba, lo que causó que se agrietaran sus torres, particularmente la del reloj.

En 1950 se suprimió la capilla del sagrario y en ese espacio se crearon dos salones: el superior destinado a la Acción Católica y el de abajo como sala parroquial.

Arquitectura

La Catedral vista de noche

Completan la fachada principal dos esculturas de mármol: una del Padre de las Casas y la segunda del primer descubridor de Cuba, Cristóbal Colón. Aunque estas modificaciones se realizaron entre los años 1916 y 1922, existe una curiosidad, y es que Segrera decidio mantener el diseño original de una de las fachadas del inmueble, la que corresponde con la parte del fondo.

La Catedral de la segunda mitad del siglo XIX poseía acentuadas características neoclásicas, así llega hasta el siglo pasado cuando fue transformada. En el año 1922, cubriéndose con un ropaje que respondía a los códigos esteéticos formales del eclecticismo predominante en la época, una ornamentación mas decorada, donde priman los frontales clásicos, capiteles corintios, fustes estriados, pedestales, arcos de medio unto, balaustradas renacentistas y entablamentos decorado con molduras; todo esto le imprime al edificio un sello común característico de las construcciones sociales de la década de los años 20.

Fachadas y torres

En la fachada norte o fachada principal se definen tres cuerpos principales: las dos torres y la portada.

En el centro de la portada se abre el vano que sirve como puerta principal y que culmina con un arco de medio punto tapeado por una celosía. Sostiene dicha celosía, una pequeña viga arquitrabada. Las hojas de las puertas son españolas. Están decoradas con clavos en su doble función de ajuste y decoración; sus cabezas estan decoradas con estrías.

Este acceso esta enmarcado por un par de columnas de estilo corintio a ambos lados, montadas cada una sobre un pedestal; los fustes son estriados y terminan en un capitel formado por volutas estilizadas y hojas de acanto del estilo más decorado de los clásicos. Están rematados por el abaco y sustentan el entablamento formado por un arquitrabe decorado con dentículos y modillones, que corre por toda la fachada en forma de un anillo decorativo al igual que el friso y la cornisa.

Los dos pares de columnas sostienen un frontón adornado con dentículos y modillones y en el centro, un elemento de alto relieve que presenta un ángel sentado sobre una tumba rematado en la parte superior por un pretil escalonado, también decorado, que sostiene en el mismo centro la escultura de un Ángel Guardián.

La Torre Campanario presenta tres cuerpos fundamentales. En el cuerpo adosado a la nave, presenta un pedestal que soporta dos pares de pilastras estriadas adosadas a la pared con capiteles corintios; en el intercolumneo se abre una hornacina abocinada rematada por un arco de medio punto, en su interior, sobre una peana, se encuentra una escultura del Almirante Cristóbal Colón; una similar representa al Padre las Casas. En general la fachada Norte es la más decorativa.

La fachada Este conserva de manera más vívida; los elementos neoclásicos de la construcción antigua y la fachada Sur conservan rasgos característicos de la catedral del siglo XIX y presenta incisiones simulando muros de cantería.

El templo posee planta basilical de cinco naves, conformada por una central y dos laterales; claristorio y abside. La presencia del atrio elevado le otorga mayor prestancia a la edificación y acentúa su carácter monumental, además de constituir un magnífico mirador hacia la plaza. Esta edificación constituye un paradigma del eclecticismo santiaguero.

En su interior conserva obras pictóricas del siglo XVII y XVIII: el "Coro de los Canónigos", exquisita obra de ebanistería con su sillería tallada, y la decoración del techo realizada en la remodelación de 1922, por el artista dominicano radicado en Santiago de Cuba, Luis Desangles.

Al fondo de la iglesia se encuentran dos esculturas de leones echados a cada extremo del portón. Atravesando esta entrada se muestra una sala de estar con muebles aún centenarios muy bien conservados; a la izquierda una oficina y seguido, la biblioteca. Al salir de la misma y ubicarse al frente, queda una escalera que da paso a la casa del actual párroco de la Iglesia, el sacerdote Rafael Ángel López Silvero Pérez.

Al volver a la sala de estar y descender por una escalera, se encuentra la sacristía. Ahí se encuentra una reja que da paso a la parte de la iglesia que se comunica con el templo. Al continuar el desceso por los escalones, se observa el piso revestido de ladrillos desnudos que datan de su antigua construcción.

Este pequeño pasillo posee a ambos lados, varias criptas del antiguo cementerio donde se enterraban personalidades de la iglesia como obispos, sacerdotes y otras personalidades eclesiásticas. Se piensa que Diego Velázquez de Cuéllar esté enterrado en esta iglesia, porque al morir dejó un testamento pidiendo que lo enterraran en esta catedral. Cualquier persona, en su diario diambular por esta parte del edificio, puede observar a la derecha, la reja que permite la salida a la calle de San Basilio. Esta estructura aún se conserva intacta a pesar de los terremotos sufridos en la ciudad .

Descripción interna

Entrando por la puerta principal, a la izquierda, se encuentra La nave del Santísimo. De frente, se muestra la capilla de Jesucristo acompañado por dos ángeles a ambos lados. Encima de la capilla, se encuentra el cuadro de "La última cena". Delante de la capilla, en el piso, se hallan los restos de Francisco de Paula Barnada y Aguilar, primer Arzobispo cubano. La cripta se identifica por una lápida.

Al lado izquierdo, se encuentra en la pared la escultura de "San Juan Evangelista" acompañado por dos niños con libros en las manos, en la primera columna se halla un cuadro de Viacruce que está reconocido por números romanos y recorre toda la iglesia hasta llegar a la nave de la Virgen de la Caridad. Completan un total de 15 cuadros de obras pictóricas de la "Crucificción de Cristo".

En la misma pared, le sigue la escultura de "San Pedro Apóstol". Al llegar a la puerta, está un Batisleño de mármol de Carrará, traído en 1852 de Italia. Está ubicado en la entrada de las puertas laterales donde se deposita agua bendita utilizada por los fieles para persignarse y bautizar a los niños. Seguido, se encuentra la capilla con la figura de la "Virgen de los Dolores" y otra de Jesucristo. Al fondo, "San Juan Bautista"; quien le abrió las puertas a Jesús. A continuación se encuentra una obra de "San José".

La nave del Coro, exalta el Órgano de Viento que abarca todo el fondo de la pared. Este instrumento, ya centenario, esta bien conservado a pesar de todas las circunstancia que sufrió la iglesia.

En ambos laterales, dos pinturas, una de la Virgen de la Caridad y la otra de Joaquín de Oáses de Alsúa. Frente a estos, los bancos bien alineados; a un costado cubriendo una columna una estrecha escalera de madera tallada decorada en oro, con imágenes incrustadas, otra con una copa en la mano.

La cara del cristo tiene un sobre hecho de madera en forma de corona, muy antiguo, llamado el púlpito; donde los sacerdotes daban la misa de espalda a los fieles. En la parte superior del techo se encuentran los cuadros de lienzo martillado por el pintor dominicano Luis Desangles Lubiles. El primer cuadro muestra La coronación; el segundo, en el Cenáculo; el tercero, La Anunciación; el cuarto, Los desposorios y el quinto, La presentación. Debajo de esto, aparecen símbolos bíblicos; entre arcos y columnas imágenes de yeso de los primeros doctores, tanto de oriente, como de occidente: San Gregorio Magno, San Agustín, San Ambrosio y San Jerónimo. En la nave hay una escultura de Jesucristo hecha de mármol y seguido, un confesionario .

La nave central, al frente, contiene el antiguo polo de los canónigos. Es la escultura más vieja dentro de la iglesia; data de 1810 y fue mandada a construir por Joaquín Oses. Esta escultura tiene una mezcla de estilo ecléctico, y un barroco muy cargado. En 1852, pasó a ser sede del Arzobispado. Está confeccionado en tres pisos de balcones de madera tallada, enchapada en oro. Posee un Jesucristo de madera colgando del balcón del centro. Debajo de los balcones, se aprecia una exquisita obra de ebanistería con sus sillas talladas. La decoración del techo, realizada en la remodelación de 1922 por el artista Dominicano Luís Desangles. La mesa de mármol blanca fue traída de Italia y representa el altar mayor. En la parte delantera de la mesa está representada "La última cena". En los techos se encuentran dos lámparas colgantes. En el piso, tres lápidas: la del excelentísimo reverendo Monseñor Fray Valentín Zubisarreta, el arzobispo Enrique Perez Serantes y Francisco Alsúa de Prada. En la parte superior del centro, se encuentra la cúpula con ventanas de cristales bordeándolas con imágenes de angelitos, rosetas e imágenes de cuatro apóstoles. Están creadas en yeso, más adelante, dos hileras de bancos bien alineados. En el techo, la imagen de la inmaculada, a la derecha de la parte superior, los siguientes cuadros muestran la llegada de Santiago Apóstol; el segundo, el Martirio de Santiago; el tercero, la aparición de Santiago en Zaragoza; el cuarto, la despedida a los Apóstoles; el quinto, la Vocación de Santiago.

La nave de Sacristía se llama así porque está al frente de la propia sacristía. Al fondo, dos cuadros, uno de la santísima Trinidad; el otro refleja en persona al Padre,El Hijo y El Espíritu Santos. Debajo, algunos cuadros pequeños del pintor Nicolás de Escalera; y en la esquina un piano.

La nave de "La Santísima Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba" tiene a la hermosa virgen, vestida de oro y con velas enormes a ambos lados. La imagen está acompañada de las banderas cubana y la del Vaticano, respectivamente. En la parte inferior de la capilla, se encuentra el escudo nacional; frente a ella, en el piso, una lápida del Monseñor Mariano Rodríguez de Olmedo y Valle, quien fuera Arzobispo de Santiago de Cuba en 1824. Fuera de la capilla se encuentra incrustado la escultura de "San Judas Tadeo". Al frente, una mesa que recoge limosnas y donde se prenden velas. A unos pasos, se encuentra la capilla de San Antonio y María Claret ,en la parte superior, una imagen acostada de "San Tarsicio Acolito y Mártir". Al fondo de la nave está el Sagrado Corazón. Estas naves están echas en forma de cruz.

Fuentes

  • Lic. Aldrin N. Olivares Martínez. "Oriente de Cuba". Guía de Arquitectura. Andalucía, 2002.
  • Portuondo Zúñiga, Olga. La catedral primada de Cuba. Ed. Pablo de la Torriente Brau, 1997.