Central Ramón Balboa

Central Ramón Balboa
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Obra Arquitectónica  |  (Central)
Central San Agustín 1913 01.jpg
El central San Agustín en 1913
Descripción
Tipo:Central
Localización:Lajas, Cienfuegos, Bandera de Cuba Cuba

Central Ramón Balboa (San Agustín antes de la nacionalización) está ubicado en el municipio de Lajas, provincia de Cienfuegos. Actualmente es una Empresa Agropecuaria dedicada al cultivo de la caña y otros.

Orígenes y evolución

En 1868, por escritura pública, el apoderado del señor Don Nicolás Brunet, conde de casa Brunet, vendió al señor Don Agustín Goytisolo y Lezarzaburu, el potrero conocido por Maguaraya de tierras en el Hato “Las Cruces”, lindante por el norte con el ingenio Santa Lucia y el camino del naranjo a Ciego Montero.

En el año 1859 molía un ingenio en el Partido de santa Isabel de las Lajas con el nombre Maguaraya, cuya fuerza motriz era el vapor, con tren jamaiquino, con un área de 23 caballerías de caña. Este ingenio era propiedad del señor J. Díaz de Villegas, pero es de suponer que dicho ingenio no estuviese fomentado en terrenos de la finca Maguaraya hoy San Agustín del Conde Casa de Brunet. Ni que el Conde le vendiera un ingenio en esa finca. De hecho es que el señor Goytisolo adquirió el 15 de octubre de 1868, de ahí que el ingenio San Agustín se fomentase con posterioridad al año 1868.

Por fallecimiento del señor Don Agustín Goytisolo y Lezarzaburu, fundador del central, y según su testamento cerrado de 11 de julio de 1884 paso a ser de la propiedad en usufructo de su viuda la señora Doña Estanisla Digat e Irirramandi, perteneciendo por sextas e iguales partes a sus hijos Doña Fermina, Don Agustín Fabián, Don Antonio, Dona Trinidad, Dona Maria Luisa y Dona Maria Josefa Goytizolo y Digat.

Por escritura del 30 de abril de 1894 y adicional del 18 de mayo de 1896, ante el notario, se constituyó la sociedad denominada Ferrocarriles y Centrales unidos de San Agustín y Lequeitio, aportando a la misma la señora viuda y sus hijos, el ingenio San Agustín.

El 17 de febrero de 1894, la sociedad antes mencionada, constituyo hipoteca voluntaria sobre el ingenio San Agustín con todas sus pertencias, por la suma de $ 531 100.41 a favor del señor Don Nicolás Castaño y Capetillo.

Por escritura otorgada ante el notario de la ciudad Licenciado Don Pedro Fuxá y Seuret, con fecha 8 de octubre de 1903, se vendió por remate judicial el ingenio al señor Don Nicolás Castaño y Capetillo, en cobro de su crédito hipotecario.

Con fecha del 1 de febrero de 1930 el licenciado Fuxá da cuenta de los bienes quedados al fallecimiento del señor Don Nicolás Castaño y Capetillo, le fue adjudicado el central San Agustín con todas sus pertenencias y anexidades a la comunidad de bienes denominada “Sucesión de Nicolás Castaño”, integrada por su viuda la señora Doña María Candelaria Amparo Montalbán y Hernández y sus legítimos hijos nombrados Doña Maria Rosaura, Doña Maria del Carmen Edelmira, Doña Maria Josefa Catalina, Doña Maria de la Concepción Bárbara y el Doctor José Nicolás Gregorio Castaño y Montalbán, en la proporción de un 40 % para la primera y de un 12 % para cada uno de sus cinco hijos.

Los propietarios Don Agustín Goytisolo y Don Nicolás Castaño y Capetillo eran españoles, el último vivía en la ciudad de Cienfuegos donde también radicaba la casa matriz de la dirección del ingenio en tiempos que era dueño. El señor Castaño y Capetillo poseía además el central Pastora (hoy Osvaldo Herrera), el demolido ingenio Dos Hermanas, conocido por Tumbasaco, otro ingenio demolido conocido por Cienaguita, grandes extensiones de tierra en las lomas del Escambray donde se cosechaba café y otros frutos, grandes crías de ganado y la planta de despulpar café. La materia prima se obtenía a través de colonos grandes y pequeños, además de poseer fincas de su propiedad denominada “Sociedad Encomandita”.

El central en la guerra de independencia

En la guerra de 1895 este ingenio estaba en plena producción, sendo sus propietarios la viuda e hijos de Don Agustín Goytizolo, por esta época ya el ingenio estaba hipotecado a Don Castaño y Capetillo.

Por entrevistas hechas a los ancianos (de mas de 100 años de edad) que residían en el batey y en fincas, se pudo verificar que la columna invasora comandada por el general Antonio Maceo, cruzo a unos dos kilómetros de este batey por el lugar conocido Callejón de la Bala, con dirección al batey de La Amalia, donde acampo, alrededor de los días 16 o 17 de diciembre de 1895.

Historia de la producción

Originalmente este central era de madera, hoy es de mampostería, ya que este ingenio fue quemado en el año 1917 y reconstruido por una compañía a la que estaba asegurado.

A partir del año 1917 en que fue reconstruido se empezaron a hacer mejoras al mismo, siendo las de mas importancias las que se hicieron en 1925, ya que en ese año se llevo a cabo la electrificación general del central y fue sustituido un tandem “Boulanger” por un tandem “Fulton”, en cuya instalación se invirtieron $ 162 814.45 y en la electrificación se invirtió $159 385.38.

De los años 1925 al 1936 se hicieron una serie de inversiones en maquinarias, ferrocarriles y otras propiedades hasta alcanzar la suma de $ 283 569.67. por estos años el ingenio no pudo elevar su producción para la que se estaba preparando, debido a la intervención decretada en la Industria Azucarera, contándose el hecho de que solo en las zafras de los anos 28, 29, 30 y 31 se aumentaron las deudas de los colonos en la suma de $ 432 979.44, lo que prueba lo que vino costando a los hacendados cubanos la intromisión de los organismos oficiales en esta importante riqueza del país.

La zafra mayor, libre de restricción fue la del 1925, con 184 672 sacos.

En el ano 1944 se instaló una destilería en este central en la nave que hoy es Taller Regional de Locomotoras, la cual fue desmantelada alrededor del año 1954. La capacidad regular de la fábrica en condiciones normales era de 200 000 arrobas de cana por día de 24 horas, lo que quiere decir que produciría 250 000 sacos de 325 Lb. en una zafra normal sin restricciones.

En el año 1936 había dos almacenes en el batey del central. Edificados de mampostería y techo de hierro y zinc galvanizado, construidos después de 1917, con una capacidad de almacenamiento de 80 a 90 mil sacos de azúcar. Estos almacenes no eran los suficientes para almacenar toda la producción de una zafra, por lo que se transportaba en camiones y por ferrocarril dicha azúcar a los almacenes de Cienfuegos, que los propietarios tenían allí.

A partir del golpe del 10 de marzo de 1952 en las zafras se produciría azúcar llamadas “Bibijagua” con el fin de burlar el fisco, mientras que recibían por esta violación de la ley de aquel tiempo, el jefe militar de Las Villas Abelardo Gómez Gómez, un peso por saco producido. Para hacer efectiva esta orden se mantenía una pareja de guardias rurales sentados frente al embudo para vigilar la cantidad de sacos que se hacia. Pero no obstante la vigilancia, los dueños del ingenio en contubernio con la pareja, le daban para adelante y para atrás a la maquina de marcar y a la romana de pesar sacos para no informar la verdadera cantidad de azúcar que se producía, ya que cuando el ingenio declaraba 500 sacos era porque había hecho 1000.

En el aspecto agrícola en el año 1936 el central San Agustín poseía en propiedad 418 caballerías y 316 cordeles planos de tierra, así como 152 caballerías y 88 cordeles, que aun cuando no figuran dentro del inventario de la finca, son propiedad de la Sucesión Nicolás Castaño, estas caballerías de tierra están integradas por las fincas nombradas Lola, Cantabria y Jurisdicción; así mismo están bajo su control 159 caballerías y 228 cordeles planos de tierra de la propiedad de la compañía Financiera y de Valores SA. (Filial de la Sucesión Castaño y Capetillo), correspondientes a las fincas Santa Rosalía, San José de ranchuelo, Caridad Martínez y los Sitios de Pedroso, así como el demolido ingenio Dos Hermanas cuya compañía esta controlada por la Sucesión de Nicolás Castaño y tiene asimismo tomadas en arrendamiento 275 caballerías y 32 cordeles y controla también por situación estratégica unas 194 caballerías de tierra pertenecientes a Colonos independientes, todas las cuales hacen un total de unas 1 200 caballerías de tierra de donde extraer sus cañas.

El central poseía en 1936, 206 carros de vía estrecha y 50 carros de vía ancha, dos locomotoras de vía ancha de 80 Ton y las dos restantes de 40 Ton. El central alquilaba planchas de vía ancha a los Ferrocarriles Unidos de La Habana, sobre las cuales construía un barandaje de hierro y los tabiques necesarios para el transporte de caña, pagando por el uso exclusivo de ese material $1.16 como alquiler diario por cada una.

A partir de 1950 se empezaron a quitar grúas y romanas y a tapar las líneas que conducían a las mismas, haciendo terraplenes de cascajo para transportar las canas en camiones y carretas de reda de goma hasta el basculador del central. Con este sistema eran perjudicados los pequeños colonos.

El sistema de los colonos se dividían en colonos grandes, medios, pequeños y subarrendatarios.

El sistema de cuota antes del triunfo de la revolución era de acuerdo con la venta normal del azúcar al mercado americano y en el mercado mundial. Esta cuota la distribuía el Instituto Cubano de la Estabilización del Azúcar y el ingenio a la vez la distribuía en cañas a sus colonos; aunque debemos señalar que había trasiego de caña para beneficiar a colonos sin cuota y al mismo tiempo cobrar de esas cañas grandes deudas que los mismos tenían por concepto de cultivo y siembras.

Los dueños de los centrales y los grandes colonos tenían el poder económico y la influencia política de todos los sectores dentro d e la comarca.

Los grandes colonos vivían en las ciudades, aunque poseían en sus fincas hermosas y lujosas casas de recreo. De estos grandes colonos de este central Juan Alameda fue Alcalde de Rodas. Todos los grandes colonos no solo tenían terrenos dedicados a cana, sino que tenían potreros y al cultivo de frutos menores.

Los pequeños colonos en este central representaban la inmensa mayoría de su totalidad que eran 797 en 1959, muchos tenían sus tierras hipotecadas a grandes colonos o al propio central. La tierra la cultivaban con medios rudimentarios.

Estos pequeños colonos resultaban ser prácticamente esclavos de los terratenientes, ya que los mismos tenían que pagar hasta $ 200 de renta por caballería, viviendo en la más extrema miseria.

Existieron en Hortensia, La Jagua, California y otras fincas cercanas, los siguientes líderes campesinos Mateo Jiménez, Francisco Morales, Luís Sabat, Serafín Morales y Tirso. Estas federaciones campesinas luchaban porque a ellos se les molieran las canas que le habían mandado a sembrar y además luchaban por la rebaja de las rentas, ya que hasta se les prohibía sembrar algún otro fruto entre las cañas.

Movimiento Obrero antes de 1952

Los centrales San Agustín, San Francisco, Andreita y Dos Hermanas, todos del municipio de Cruces, se declararon en huelga en noviembre de 1902, estos trabajadores fueron reprimidos y apaleados por la guardia rural.

El último día de la zafra de 1917 salió una candela por los hornos de este ingenio, la cual se propagó hasta los almacenes de azúcar y otros departamentos, que eran de madera, siendo prácticamente destruido el central. Este central estaba asegurado. Según testimonios el incendio fue intencional, con el fin de que se construyera un ingenio mejor. Producto de este incendio, los dueños del ingenios discuten con los obreros por la necesidad d emano de obra para su reconstrucción, estos aprovechan para reclamar mejoras salariales y las 8 horas de trabajo diario, las cuales lograron durante la reconstrucción del ingenio y el periodo de reparaciones, pero al comenzar la próxima zafra le son escamoteadas nuevamente las conquistas y es cuando se levantan los obreros en huelga. Después de una semana de lucha y se reprimidos por la guardia rural son deportados a España Saavedra, Prieto y José Pérez, y Eduardo Cerezo botado de su puesto de Jefe de taller de maquinarias y todos los demás fueron obligados bajo amenazas a volver a sus puestos, perdiendo así las conquistas por las que luchaban.

En 1933 a raíz de la caída de Machado este central fue tomado por campesinos y obreros, pidiendo distintas reivindicaciones para las clases trabajadoras. Organizándose distintas comisiones para no dejar entrar ni salir del batey a nadie. Estas comisiones s eles llamo “Comisiones de Estacas”. Esta movilización fue reprimida por la guardia rural al mando del capitán Quintero (destacado en Cruces) sin que se lograran las distintas peticiones de los trabajadores. A los pocos meses de esta huelga frustrada, se organiza la Sección Sindical de este central, siendo su primer secretario General Armando Ponce.

En ese mismo año se llevo a cabo una huelga en el piso de azúcar de este ingenio, arreglado por el sindicato y en protesta del duro trabajo que se exigía realizara los obreros de este departamento. Fueron atropellados por la guardia rural y policía del ingenio.

En este ingenio existía una célula comunista clandestina, integrada por Víctor Quintana, Gerardo Leiva, Carlos Mederos y un compañero conocido por Chambelo y otros, los cuales tenían muy limitadas sus actividades por las persecuciones que sufrían.

Movimiento obrero después de 1952

En el año 1954, se empezó a organizar en este ingenio el Movimiento 26 de Julio, siendo un reducido grupo de compañeros los cuales eran: Juan González Martínez, Enrique Cañer Mora, Andrés Nivaldo Álvarez Sánchez, Eduardo Horna Acuña, José López León, Israel León Ortiz, Ramón Balboa Monzón (martir) y Julio Hernández Abrahantes, asi como Francisco Llovera Andrare el coordinador en la última etapa. Poco a poco fueron incorporándose otros jóvenes entre los más destacados Roberto Cañer Álvarez, Carol Martín Cruz, Oscar Soler Jiménez, José A. Bueno, combatientes en el Escambray.

Esta organización clandestina tenia su centro en esta Unidad y abarcaba los municipios vecinos de Cruces, Ranchuelo, Lajas, San Fernando de Camarones y las zonas campesinas de los mismos.

Entre las acciones realizadas estaba la recogida de armas, fabricación de botellas molotov, cadenas tiradas en el tendido eléctrico para producir apagones, regar grampas en las carreteras, resistencia pasiva a asistir a actos públicos del gobierno y cuantas tareas más le designara la dirección provincial del movimiento.

El 9 de abril de 1957 están situados estratégicamente en Cruces los compañeros Enrique Cañer, Andrés Nivaldo Álvarez, Francisco Llovera y otros para no dejar salir del pueblo ningún transporte obrero a los distintos ingenio que rodea a dicho pueblo, ya que en el relevo de las 2 de la madrugada se iba a llevar a efecto para los ingenios. En este central la responsabilidad recayó sobre Julio Hernández y Ramón Balboa, cosa que no se pudo realizar, ya que de Cruces empezaron a salir los carros para los relevos, producto de gran movilización del ejercito de la tiranía que tenia conocimiento de lo que iba a producirse. En la mañana el pueblo enardecido tiraron hacia la calle todo lo que pudiera servir de protesta e interrupción del trafico, todo fue bárbaramente reprimido.

La tiranía refuerza la custodia del central y se producen varios hechos de represión. Tuvieron que emigrar para La Habana Enrique Cañer, Ramón Balboa, Andrés Nivaldo Álvarez y Francisco Álvarez, y Eduardo Horna se va para Manzanillo, se incorpora bajo las ordenes de Crecensio Pérez.

El 24 de diciembre de 1958 los vaqueros del capital Mirabal con su pandilla de ladrones, asustados por los informes de que el Ejército Rebelde venía avanzando a tomar el pueblo de Cruces, salieron huyendo para Esperanza.

El pueblo se movilizó urgentemente para la custodia, vigilancia y orden del pueblo. De este ingenio salio un nutrido grupo bajo la dirección de Julio Hernández hacia Cruces, en que ya estaba instalada la comandancia del Movimiento en la casa de Amado Sosa, desde donde Francisco Llovera impartía las ordenes.

El día 25 los compañeros José Roca, Humberto Roca, Mauricio Albear, Mariano Soler y otros (trabajadores del central) se dieron a la tarea de construir con un tractor de estera TD-9, un tanque de guerra, Fidel Martín Cruz operó el mismo. En el crucero vía ancha del Paradero de Camarones, arrancaron un tramo de carril y volcando una casilla de ferrocarril en la carretera, con el fin de interrumpir la vía, ya que se comentaba que venían los soldados de Palmira y Cienfuegos para Cruces, pues Cruces ya era territorio libre.

Al día siguiente entraron a Cruces los combatientes del Escambray, quienes el 27 tomaron rumbo a Santo Domingo donde se sostiene un cruento combate en el puente de Santo Domingo en el que resulta gravemente herido José A. Bueno. El principal objetivo era cortar la entrada de refuerzo por esa vía a las tropas de la tiranía a la ciudad de Santa Clara.

Triunfo de la Revolución

En octubre de 1960 es intervenido el ingenio, siendo su interventor y primer administrador revolucionario José Miranda Solís, quien imprime a todos los trabajadores el dinamismo y entusiasmo para llevar a cabo innumerables planes de mejoras.

Se realizaron las siguientes inversiones: construcción de una torres de 225’ de alto, un enfriadero con mas capacidad, 23 casas de mamposterías para los trabajadores, una espaciosa nave para carpintería, reagrupación de calderas de horno, una amplia casa de bagazo, una locomotora diesel de vía estrecha, pavimentación del batey y de la carretera, parque infantil y centro escolar.

El central San Agustín cambio de nombre por el del mártir Ramón Balboa.

Actualidad

El proceso de reordenamiento de la agroindustria azucarera cubana, conocido como Tarea Álvaro Reynoso, instaurado en el país desde hace varios años, tiene como razón fundamental, el cambio de objeto social de las empresas del sector, principalmente aquellas relacionadas con las producciones de caña y azúcar.

El Central Ramón Balboa se desactivó como central y actualmente es una Empresa Agropecuaria.

Monumento

Campana para llamar a los esclavos del central San Agustín, ubicada frente a la antigua fábrica de azúcar.

Fuente

Comisión Historia Municipal. Historia del Central Ramón Balboa. Documento donado al Archivo Histórico de Cienfuegos Rita Suárez del Villar