Central Victoria de Yaguajay

central Santa Amalia
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Institución con sede en República de Cuba
Central Santa Amalia (ruinas).jpg
rebautizado como central Victoria de Yaguajay
(Imagen tomada años después de la orden de paralización de sus labores).
Fundación:1845
(como ingenio azucarero)
Disolución:2000
Tipo de unidad:Central azucarero
País:República de Cuba
Dirección:Coliseo, Matanzas, Bandera de Cuba

El central Santa Amalia, ubicado en Coliseo, Matanzas, tras el triunfo de la Revolución Cubana de 1959 fue nacionalizado y renombrado como central Victoria de Yaguajay.

Datos

Era el número 90 del país por su capacidad de molienda ascendente a 225 000 @ de caña diarias, un rendimiento industrial mediano, 136 caballerías de tierras propias y 2 000 trabajadores empleados en zafra. Tenía anexa una destilería.

Historia

Se trataba de un ingenio antiguo que, según algunas fuentes, había sido fundado en el año 1843. A comienzos del siglo XX pertenecía a Taylor Comink, pasando en 1904 a Bango y García y en 1909 a "Menéndez, Martínez y Compañía", en 1913 a "García Menéndez y Compañía" y en 1914 al control total del español Laurentino García Alonso que se reorganizó como "Laurentino García SA". García lo había comprado en 1908 a sus propios propietarios norteamericanos y en 1915 lo había reconstruido totalmente.

Laurentino era propiedad, en sociedad con Pedro Arenal, de otros dos centrales: el Socorro y el Progreso, que perdieron durante el crack bancario de 1921; conservando su hijo Laurentino García Amechazurra la propiedad del Santa Amalia hasta mediados de los años 20.

Alrededor de 1925 se constituyó la "Compañía Azucarera Santa Amalia" que desde la baja azucarera tras el fin de la Primera Guerra Mundial contrajo fuertes deudas con "The Trust Company of Cuba" que, finalmente, en 1931, se adjudicó la "Compañía Azucarera Coliseo SA", heredera de la anterior. En 1933 y 1934 perteneció a "Gattorno y Cossío", y desde finales de los 30 y hasta 1944, fue propiedad de la familia Rionda, comprándolo en 1945 la firma "Hernández y García" que tenía arrendado el central Limones y el central Araujo desde el año anterior.

En 1958 seguía siendo propiedad de la familia Hernández González: El presidente era Rafael Hernández; María Luisa González, su madre, era la vicepresidenta; sus dos hermanos, Carlos y Robert era, respectivamente, tesorero y vicetesorero.

El Santa Amalia se mantuvo sin moler entre 1930 y 1933 y entre 1934 y 1935 molió poco. Su destilería, fundada en 1944, era una de las más pequeñas del país, con sólo 4 755 galones de capacidad.

Cierre

En la década del 2000, durante la reestructuración de la industria azucarera cubana, el central fue paralizado y posteriormente demolido.

Fuentes