Chaná

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Concepto:Los Chanás o Chanáes, también identificados como "Ribereños Plásticos" o bien reconocidos como integrantes del llamado "Grupo del Litoral", fue una de las entidades étnicas que poblaron Entre Ríos.

Chaná. Las tribus chanáes integraban el Grupo del Litoral, cuyo hábitat se ubicaba en las zonas costeras del río Paraná.

Antecedentes

Producto del encuentro de una corriente cultural neolitizante reconocida como paleoamazónica, con un patrón básico similar al de los Charrúas y Guaycurúes, se habrían expandido desde la Mesopotamia septentrional hacia el sur y el este, estableciéndose en territorio entrerriano a comienzo de nuestra era.

En estas latitudes, portadores de una cultura de tipo neolítico, habrían absorbido la llamada "Cultura Básica de Serrano" (pescadores y recolectores con cerámica) y luego recibido una segunda influencia neolítica a través de sus vecinos, los guaraníes.

Historia

Son mencionados de sur a norte: chanás y beguás, timbres y caracaráes, corondas, quiloazas, calcines, empeñes y mocoretáes. Ocupaban un extenso sector y básicamente su cultura era similar. Se reconoce la existencia de gentilicios dobles: chaná – baguáes, chaná- timbres, beguá – chantes. Se cree que llegaron a esta región remontando el río Uruguay. Los restos arqueológicos hallados parecen confirmarlo.

Aspecto físico

Sus características físicas eran las típicas de los pámpidos, altos (superaban los 170 cm), bien proporcionados, cráneo dolicocéfalo (largo y delgado), tez bronceada, ojos oscuros y pelo lacio. Hacen alusión a ella las viejas fuentes testimoniales, con respecto a timbúes: " altos y bien formados".

Esta afirmación corresponde a los habitantes de ambas márgenes del Río de la Plata y Paraná. Refiriéndose a los chanáes en particular: " de alta estatura, más que los otros". Antropológicamente estos datos fueron confirmados.

Pertenecían, a la raza Pámpida, al igual que los charruas.

Desarrollo Social

Lengua

No existe ningún documento escrito que nos informe acerca de la lengua de este pueblo.

Se han vertido algunas suposiciones por parte de autores que la consideran un desprendimiento de la lengua charrúa, mientras otros dicen que tendrían vinculación con el guaycurú.

Paulatinamente, y en el menor de los casos fueron mestizándose aunque la mayoría desapareció. No hay registros de que queden indígenas de este grupo en la actualidad.

Cultura

La cultura chaná entrarriana se subdividía en: Mocoretáes, Timbres y Beguaes, y ocuparon la región oeste de la provincia. Se dedicaron a la caza, pesca, recolección y el cultivo de la tierra. Poseyeron una industria de cerámica decorada. Eran seminómadas y sus casas eran ranchos comunales. Su organización a través de cacicazgos hereditarios, contaba con asambleas para resolver asuntos comunitarios muy importantes. Sus creencias religiosas eran expresadas a través de rituales populares.

Armamento

El armamento consistía en arcos cortos y flechas con puntas de madera y hueso. En zonas donde existían piedras, eran éstas utilizadas para la confección de puntas, boleadoras, piedras de honda. También se menciona el propulsor y la macana.

Vestuarios

En épocas calurosas andaban desnudos, se señalaba el uso de mantos de pieles generalmente de nutria, para la estación fría.

La mujer era hermosa, tenía los cabellos largos y castaños, usaba unos aros que le tomaban las orejas. Ellos tenían en la cabeza un gorro de pieles hechos con las cabezas de onzas con dientes y todo. Se mencionaba también el uso de taparrabos y delantales de algodón. Los adornos consistían en pinturas corporales, tatuajes, adornos auriculares.

Era común la perforación de las aletas nasales, donde se colocaban piedras de colores. A los hombres estaba reservado el uso del barbote. Se destacaba el uso de adornos de metal.

Utensilios de uso doméstico

Los testimonios étnicos consultados no hacen mención de los utensilios y materia prima. Sin embargo, prestigiosas personalidades del quehacer arqueológico han podido determinar la existencia de un tipo particular de cerámica que coincide con sus hábitat.

Ella se destaca por el modelado de apéndices con figuras zoomorfas, colocados en los bordes o parte superior de los recipientes playos y de las llamadas campanas, cuyo uso o funcionalidad no ha sido perfectamente aclarado hasta el momento.

Otro tipo decoración es incisa, con guardas y figuras geométricas.

Otros

Canoas

Canoas usadas por los Chanás

Desarrollaron un modalidad cultural en extrecha relación con el río, los cursos de agua eran rutas de desplazamiento, sus canoas construidas ahuecando un sólo tronco, eran -al vez de medio de transporte- ágiles fortalezas.

El portugués Lopes de Sousa, quien los contactó en 1531, cuenta en su "Diario de Navegación":

"Cuando salieron de tierra hacia mi 4 almadías (canoas) con mucha gente, remaban tanto que parecía que volaban. Se reunieron pronto conmigo: traían arcos, flechas, azagayas de palo tostado; ellos venían con muchos penachos y pintados de mil colores; se aproximaron sin mostrar miedo y con mucho placer nos abrazaban a todos; no entendíamos su habla que no era como la de Brasil; hablaban guturalmente, como moros; sus almadías tenían 10 a 12 brazas de largo y media braza de ancho hechas de madera de cedro muy bien trabajada, remaban con unas palas muy largas que en sus extremos tenían penachos y borlas de plumas, en cada almadía remaban 40 hombres de pie, no fui a sus tiendas que se veian en una playa frente a la cual estaba, porque faltaba poco para anochecer; se veían otras muchas almadías varadas en tierra; me hacían señas para que fuese allá donde me darían mucha caza; y cuando vieron que no queria ir mandaron una almadía por pescado; fue y vino en tan breve tiempo que quedamos espantados; nos dieron muchos pescados; y yo les mandé dar muchos cascabeles, cristales y cuentas; quedaron tan contentos y mostraban tanto placer que parecían locos; y así me despedí de ellos".
Sousa

Arpón

La punta - móvil - confeccionada sobre hueso está unida al astil de madera por medio de un cordel de fibra. Éste se introduce por el orificio - mayor - de la base de la punta y se pasa por el orificio - menor - destinado a tal fin y ubicado unos centímetros más arriba, para así ser atada al astil.

Vivienda

En la construcción de una vivienda influye de manera especial el medio geográfico y al estado cultural del pueblo que la determina. En los etnos que basaban su economía en la caza y recolección, como yaros y charruas, vimos que la vivienda debía adaptarse a la movilidad necesaria para subsistir.

En cambio, los chaná-timbúes eran sedentarios o semisedentarios, y construían sus vivienda sobre los albardones vecinos de ríos y arroyos. Se trataban de chozas comunes, regulares, con paredes de junco. Posiblemente los techos eran de dos aguas, de paja.

Sociedad

Las parcialidades estaban al mando de un Cacique.

Ellos reconocían la existencia de un gran Señor principal o general. Se sabe que existían hechiceros.

El enterratorios era realizado en cementerios cercanos a las aldeas. Se trataría de enterratorios de primer grado con el cadáver en posición de descanso o en cuclillas.

Las mujeres de los timbúes se cortaban las coyunturas del dedo antes de la muerte de algún hijo o pariente cercano.

En los sepulcros de sus padres se los adornaban con plumas de avestruz, y en cada uno plantaban un ombú, árbol bien frondoso pero muy triste, y acudían allí la parentela de tiempo en tiempo a plañir sentidamente al difunto.

Organización política

El cacicazgo parece haber sido el sistema común a todas las tribus o entidades chanás. En el repartimiento de Buenos Aires efectuado en 1582, aparecen consignados doce jefes o caciques: Guardiya, Araquí, Canisolo, Caraqua, Yucá, Maguarí, Aguará, Derdian, Macchun, Capiguatin, Cura y Delajan.

Además de estos jefes locales es posible inferir a través de referencias testimoniales, la existencia de jefes generales o principales, que se habían destacado por sus condiciones personales (valor, astucia, capacidad de mando, oratoria, etc.)

Desarrollo económico

Los datos etnográficos no son tan claros como para que nos permitan una dilatada y correcta exposición de la cultura material y espiritual del pueblo chaná- Thimbu. Teniendo en cuenta las características que parecieran ser comunes a los pueblos del Grupo del Litoral. Todos estos comían maíz, carne y pescado.

De éstos los caracaráes y timbúes sembraban abatís (maíz), calabazas y habas, y todas las otras naciones no sembraban y su mantenimiento era a carne y pescado.

La pesca era considerada como un medio de subsistencia muy importante. La practicaban todos los grupos, sirviéndose de canoas monoxilas de 20 metros de largo.

Cuando tenían excedentes de pescado lo conservaban secándolo al sol y ahumándolo.

Extraían de él gran cantidad de fina grasa, en esa misma grasa, los timbúes freían unos bollos de tierra que ingerían a modo de pan. A esta costumbre se la denomina geofagia.

La economía estaba basada, principalmente, en el cultivo y la pesca. practicaban la caza de venados, avestruces, nutrias, etc. En la recolección sobresalían la miel, vainas de algarrobas, raíces y caracoles.

Industrias

Madera El trabajo de este material es conocido a través de testimonios indirectos (crónicas y relatos) pues los yacimientos arqueológicos no han arrojado piezas que permitan conocer sus técnicas y funcionalidad. El arco corto y rígido y la flecha corta con astil y punta de madera, son las armas más citadas en las fuentes.

La fabricación de canoas merece párrafo aparte. Constituido este etno por comunidades esencialmente costeras, emplearon para su movilidad y actividad pesquera, canoas monóxilas cuyo tamaño varió según el grupo tribal. En tanto que las crónicas señalan para los timbúes canoas de más de veinte metros de largo, las de los chanás-beguáes no alcanzarían a diecisiete metros de largo. Schmidel testimonia que los timbúes poseían más de cuatrocientas canoas, tripuladas cada una con dieciséis hombres.

Cuero Las fuentes etnohistóricas aluden al uso de una especie de "aljaba" o "carcaj" para portar las flechas y de una suerte de armadura de cuero que Oviedo denomina "coleto".

Hueso Existen referencias al empleo de propulsores o tiraderas confeccionados en materia ósea. Para la caza de pequeños mamíferos o de aves en vuelo. Su uso está confirmado arqueológicamente mediante el hallazgo en yacimientos délticos, de dos ganchos de hueso que Lothrop (XXI, pág. 43) atribuye a este tipo de arma.

Punzones, puntas de flechas, fragmentos de arpones y agujas, son las piezas óseas más representativas de los yacimientos atribuidos a este etno.

Piedra La industria lítica no es la más representativa de este grupo. En los yacimientos chanás es infrecuente el hallazgo de piezas de piedra asociadas a su cerámica, lo cual dificulta su identificación cuando aparecen fuera de contexto.

Bolas de boleadoras, una placa grabada (cuya funcionalidad o significación se desconoce) y los conocidos pilones de Hernandarias (manos de morteros, según Serrano) asociados a una economía de cultivadores, constituye el probable inventario lítico de este grupo.

Cerámica La manifestación artesanal más destacable de este etno, la constituye su cerámica que adquiere valor diagnóstico en las excavaciones arqueológicas. Su morfología no es variada, ya que los platos representan formas globulares o subglobulares con bases indiferenciadas.

Estas piezas fueron confeccionadas con arcilla rica en materia orgánica, no utilizando probablemente antiplásticos. Su cocción se habría efectuado en atmósfera oxidante a pesar de la coloración algo irregular de su superficie.

La decoración es el elemento que singulariza y le otorga jerarquía artística. La decoración incisa se manifiesta en guardas geométricas logradas mediante la presión rítmica de instrumentos punzantes sobre la pasta aún fresca. Estas guardas se extienden generalmente en torno al borde del recipiente en registros horizontales.

La decoración modelada es la que le ha otorgado a sus artesanos el título de "ribereños plásticos". Los adornos modelados colocados en el borde o en la parte superior del cuerpo del recipiente, cumplen siempre la función de apéndices o asas. Ejemplares de la fauna regional constituyen sus motivos predominantes. Cabezas y colas de loros, lechuzas y patos entre las aves, felinos, batracios, ofidios y también representaciones humanas, forman parte del repertorio indígena. En él han logrado un extraordinario realismo y expresividad.

La llamada "cerámica gruesa" es otra de las expresiones cerámicas atribuidas a lo0s chanás. Bautizada así por Serrano en 1930, cuando fija su dispersión en concordancia con el hábitat de los chanás, es denominada posteriormente de "campaña" por Gáspary. Campanuliformes o cilindriformes con aberturas cuspidales y basales, presentan apéndices macizos en forma de cabeza de ave estilizada (¿pato?). Por sus dimensiones, es posible clasificar a estas piezas en grandes, medianas y pequeñas. Estas últimas pueden ser consideradas juguetes de niños.

Su funcionalidad constituye un verdadero enigma, pero se han encontrado piezas similares depositadas por los payaguás del Paraguay en las tumbas de sus muertos para residencia de sus espíritus.

El área de dispersión de esta cerámica, comprende la costa del río Paraná y la costa rioplatense del Uruguay. En cuanto a sus correlaciones culturales, se relacionan con los "vasos-patos" guatemaltecos y sobre ñla existencia de piezas similares en el lejano Japón. Se las vincula con formas de procedencia andina y maya, y existen también vinculaciones con culturas del noroeste argentino y especialmente con el área santiagueña.

Fuentes