Cinta perforada

Cinta perforada.
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Cinta perforada 01.jpg
Rollo de cinta perforada.
Fecha de invención:1846

Cinta perforada. Método de almacenamiento de datos consistente en Tira de papel una larga tira de papel en la que se realizan agujeros para almacenar los datos. Muy utilizada durante el siglo XX en teletipos y como medio de almacenamiento para ordenadores.

Origen

Las cintas perforadas fueron la evolución natural de las tarjetas perforadas. Las primeras cintas perforadas se emplearon en los telares mecánicos y bordados, donde tarjetas con instrucciones simples acerca de los movimientos solicitados de la máquina fueron primero alimentadas individualmente, después controladas por otras tarjetas de instrucciones y más tarde fueron como una sucesión de tarjetas adheridas. Esto provocó que las tarjetas perforadas evolucionaran y en lugar de tener varias tarjetas perforadas que iba colocándose secuencialmente para que un determinado programa fuera leído se creo una cinta o rollo de papel con el que se realizaba el mismo trabajo pero de forma más eficiente.

En 1846 Alexander Bain empleó cinta perforada para enviar telegramas. La cinta perforada se usó como una manera de almacenar mensajes de los teletipos. Los operadores tecleaban el mensaje que se grababa en la cinta de papel, y después lo enviaban pasando la cinta a gran velocidad. El lector de cinta era capaz de transmitir el mensaje mucho más rápido de lo que un operador humano medio podría teclear, con el consiguiente ahorro en los costes del alquiler de las líneas. Las cintas perforadas en el punto de recepción podían ser usadas para retransmitir los mensajes a otra estación. Se crearon extensas redes del tipo guarda y pasa (store and forward) que usaban estas técnicas.

Formatos de cinta

La representación de datos en una cinta estaba determinada por la existencia o ausencia de un agujero en una determinada posición de esta. Originalmente la cintas contaban con cinco filas de agujeros y posteriormente evolucionaron a 6, 7 y 8 filas de agujeros para datos. El texto era codificado de diversas formas hasta que a comienzos de la década de 1960 Asociación Americana de Estándares (American Standards Association, ASA) desarrolló el código ASCII que fue adoptado por algunos fabricantes de teletipos, como AT&T. Otros, como Telex, siguieron empleando el Código Baudot, que se remonta al siglo XIX y tenía 5 agujeros[1].

Aplicaciones

Las cintas perforadas durante gran parte del siglo XX en una gran diversidad de equipos y campos. Entre los más utilizados se encontraron las comunicaciones, los ordenadores o la criptografía.

Comunicaciones

La cinta perforada se usó como una manera de almacenar mensajes de los teletipos. Los operadores tecleaban el mensaje que se grababa en la cinta de papel, y después lo enviaban pasando la cinta a gran velocidad, con el consiguiente ahorro en los costes del alquiler de las líneas. Las cintas perforadas en el punto de recepción podían ser usadas para retransmitir los mensajes a otra estación. Se crearon extensas redes del tipo guarda y pasa (store and forward) que usaban estas técnicas.

Miniordenadores

Cuando se crearon los primeros miniordenadores, la mayoría de los fabricantes aprovecharon los teletipos ASCII producidos en masa como una solución de bajo coste para la entrada por teclado y salida impresa. Como consecuencia la cinta perforada se convirtió en un popular medio de almacenamiento de bajo coste.

Criptografía

La cinta de papel fue la base del cifrado Vernam, inventado en 1917. Durante el último tercio del siglo XX, la Agencia de Seguridad Nacional (National Security Agency, NSA) de los Estados Unidos utilizó cintas de papel perforado para distribuir claves criptográficas.

Limitaciones

A pesar del gran avance que supusieron las cintas perforadas no estaban exhentas de problemas. Los dos grandes problemas de la cinta de papel eran:

  • La Fiabilidad. Era una práctica corriente repasar manualmente cada copia mecánica de una cinta, comparando los agujeros uno por uno. Ya que estas mantenían el mismo problema que con las tarjetas perforadas, un agujero puesto en un mal sitio producía graves retrasos.
  • El rebobinado de la cinta era complicado y una fuente de problemas. Se requería mucho cuidado para evitar rasgar la cinta. Algunos sistemas usaban cintas de papel plegado en lugar de cintas de papel enrollado. En estos sistemas, no era necesario rebobinar ni emplear un carrete de recogida extra, ni se requerían mecanismos para mantener la tensión; la cinta simplemente pasaba desde el contenedor proporcionado al lector a éste, y de ahí al contenedor de recogida, replegándose por sí mismo y quedando exactamente igual que cuando entró en el lector.

Referencias

Fuentes