Ciudad Vieja de Ávila e Iglesias extramuros

Ciudad Vieja de Ávila e Iglesias extramuros
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Nombre descrito en la Lista del Patrimonio de la Humanidad.
CiudadViejaAvila2.jpeg
CoordenadasN40 39 23.22 W4 42 0.432
PaísBandera de España España
TipoCultural
Criterios(iii)(iv)
N.° identificación348
Año de inscripción1985 (IX sesión)
Año de extensión2007
Lugar de celebraciónProvincia de Ávila, Comunidad Autónoma de Castilla-León

La Ciudad Vieja de Ávila e Iglesias extramuros, conforman un ejemplo notable de ciudad fortificada de la Edad Media que ha conservado íntegramente su recinto amurallado. La concentración de los monumentos civiles y religiosos es excepcional, siendo el ejemplo más célebre de las repoblaciones iniciadas por el Reino de Castilla después de ser reconquistada Toledo. El conjunto fue incluido en la Lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en el año 1985.

Descripción e historia

Ávila está situada en un promontorio que domina la margen derecha del río Adaja, afluente del Duero. Su morfología urbana es de una red medieval, irregular, de calles estrechas y sinuosas, y plazoletas que aportan luz natural al conjunto. El medio físico provincial está marcado por una orografía dividida en dos zonas: la septentrional, tierra llana, que conforma parte del valle del Duero, y la meridional, accidentada por la Sierra de Gredos.

La "Ciudad de Santos y Piedras", como se la suele denominar, es considerada por muchos especialistas como una de las ciudades medievales amuralladas mejor conservadas del mundo.

Los orígenes de la muralla de Ávila, actual símbolo de la ciudad, se remontan al año 1090, aunque la mayor parte de la misma fue reconstruida durante el siglo XII. Se extiende a lo largo de 2,5 km, con una altura de 14 m y un espesor de 3, y en ella sobresalen a intervalos un total de 87 poderosas torres semicirculares.

Una de sus hermosas edificaciones.

La Catedral es la más antigua del gótico español (se inició en el siglo XII), y tiene su cabecera inserta en la muralla. Cuenta además con numerosas iglesias románicas y góticas de gran valor, así como casas y palacios señoriales que potencian su carácter místico-militar.

Los primeros pobladores fueron vetones en el siglo VII aC, aunque los romanos serían los consolidadores de su estructura urbana. Los árabes perdieron el control de la ciudad en 1085 con Alfonso VI, siendo Raimundo de Borgoña el conde encargado de repoblar y quien trató de alzar la muralla.

Raimundo de Borgoña venía acompañado por muchos francos, atraídos por la promesa de privilegios concedidos a aquellos que abandonaran sus tierras y emprendieran una nueva vida en el territorio ganado al enemigo musulmán. Judíos y mozárabes (cristianos que conservan su religión bajo el dominio islámico) completan la población que viene a habitar estas tierras.

La ciudad tuvo gran auge en la época de los Reyes Católicos a pesar del daño demográfico que produjo la expulsión de los judíos y la posterior de los moriscos, pero será conocida por ser la cuna en el siglo XVI de Santa Teresa de Jesús, quizás en su período de mayor esplendor. San Juan de la Cruz, el extraordinario poeta coetáneo de Santa Teresa, nació en la localidad abulense de Fontiveros.

Otra vista de su majestuosa muralla.

El nombramiento de la villa de Madrid como capital de la Corte acentúa la decadencia iniciada con la expulsión de judíos y árabes, y acontecimientos posteriores como la pérdida del Imperio, la invasión francesa y las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz con la correspondiente pérdida del patrimonio religioso, sumieron a la ciudad en un letargo del que no salió hasta bien entrado el siglo XIX con la llegada del ferrocarril.

Dentro del conjunto Patrimonio se pueden destacar edificios civiles tan notables como la Casa de los Dávila, la Casa de los Núñez Vela, la Casa Sofraga y Villaviciosa, el Palacio de los Águila, el Palacio de los Velada y el Torreón de los Guzmanes. Entre las construcciones religiosas no se puede dejar de mencionar la Catedral del Salvador, la Iglesia de Santo Tomé, la Capilla de las Nieves, el Convento de Santa Teresa o la Iglesia de Santo Domingo.

El nombramiento en 1982 como Conjunto Histórico Artístico y en 1985 la proclamación por parte de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad suponen un nuevo renacimiento de la ciudad, con un turismo cultural creciente.

Fuentes