Colegio Católico Nuestra Señora de las Mercedes

Colegio Católico Nuestra Señora de las Mercedes (Primero de Enero, Ciego de Avila)
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Institución con sede en Bandera de Cuba Cuba
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Centro de la enseñanza primaria
Fundación:Septiembre de 1950
Tipo de unidad:Educacional
País:Bandera de Cuba Cuba
Dirección:Primero de Enero, Ciego de Ávila.

Colegio Católico Nuestra Señora de las Mercedes Entre las principales problemáticas que enfrentaba la sociedad cubana, durante la república, se encontrabas el elevado índice de analfabetismo y la poca instrucción y formación académica, profesional y vocacional, sobre todo en las zonas rurales del país.

La situación era bastante deficiente durante esta época. Lo cual se vio reflejado en la frase del eminente pedagogo cubano Enrique José Varona:

“Nos encontramos en la tristísima situación de que hay que aumentar considerablemente el número de aulas, comprar mobiliario, construir escuelas, etcétera, y no hay, ni habrá durante algún tiempo, un centavo que invertir en esas perentorias necesidades”.

Aunque el sector educativo nunca gozó de amplios recursos se debe reconocer que se instauró un sistema de educación primaria pública, gratuita y obligatoria. Sin embargo, hacia 1953, con una población de 6,5 millones de habitantes, había en Cuba medio millón de niños sin escuelas, un millón de analfabetos, una enseñanza primaria que llegaba sólo a la mitad de la población escolar, una enseñanza media y superior que llegaba sólo a la población urbana y 10 mil maestros sin trabajo . Hacia el año 1959 los niveles de analfabetismo oscilaban entre el 8.5%, el 23% o el 30%, según la fuente.

La Escuela estatal, en la localidad, la cual es conocida como Centro Escolar y que más tarde sería la Escuela Ignacio Agramonte y Loynáz y según el criterio del pedagogo Fernando Marín Zaá, “limitaba su enseñanza al nivel primario con resultados académicos insatisfactorios. Lo que originaba que las familias con ciertos ingresos económicos, tenían matriculados a sus hijos en centros de renombre nacional de La Habana, Camagüey, Sancti Spíritus y Morón”. Tanto los padres de familia como de los fieles católicos y en general por la población del Central, anhelaban la creación de un centro de estudios que brindara una mejor oportunidad de educación y superación a la vez que forjara los principios morales asentados en las normas cristianas.

Vista de la Iglesia Ntra. Sra. de la Merced. Foto Archivo histórico Comunidad Católica de Violeta.

En este contexto abre sus puertas el Colegio Nuestra Señora de las Mercedes, en Septiembre de 1950 , constituyendo este acontecimiento el mayor aporte, en el ámbito cultural, de la comunidad católica del entonces Central Violeta.

Como antecedente al surgimiento de este tipo de escuela católica, laica en su enseñanza, está la fundación, en el poblado de Pina, en el año de 1948, del primer colegio de este tipo, en un Central Azucarero (antiguo Central Morón hoy Central Ciro Redondo), en la entonces provincia de Camagüey, por iniciativa del Padre Conrado Bartoli, sacerdote de origen italiano destinado al templo de esta localidad . Esta escuela recibió el nombre de San Juan Bosco. Tras el curso 1955 – 56 el San Juan Bosco cerró sus puertas para siempre como escuela, pues se había construido otro edificio el cual se le encargo a las monjas de la orden religiosa del Inmaculado Corazón de María, manteniendo su carácter laico.

Es de destacar que en el poblado del Central Cunagua, perteneciente a esta zona pastoral, durante los años de 1935 a 1939 el Sacerdote de dicha comunidad, el presbítero Gregorio Mediavilla, de origen español, ofrecía instrucción educacional en materias tales como: matemáticas; español; geografía e historia, a hijos de trabajadores del Central. Esta labor la realizaba en el local de la Acción Católica, pero nunca llego a constituir un colegio.

Creación y evolución del Colegio Católico Nuestra Señora de las Mercedes

Para lograr la creación del Colegio Nuestra Señora de las Mercedes, la comunidad católica violeteña, motivada ante la iniciativa y el entusiasmo del Padre Agustín Ferrero, crea un patronato constituido por el Sacerdote (de origen español); la Sra. Beatriz Fernández, Viuda de Torróntegui (Niñita), quien más tarde se desempeñaría como administradora de esta institución, al mismo tiempo que ayudaba a la maestra de 1er Grado, además esta Señora presidio la Asociación de Damas Católicas en la comunidad y la Liga contra el cáncer.

Padre Agustín Ferrero. Foto Archivo histórico Comunidad.

También integro este patronato el Señor Ernesto Valle Valero, hombre de ciencia y de fe, graduado de farmacéutico, el cual gozaba de gran prestigio y respeto entre los vecinos del batey, fundador y presidente de los Caballeros Católicos, quien además se desempeñaría como Director del naciente centro estudiantil. Es de destacar que ninguna de estas tres personas percibía ningún tipo de remuneración o beneficio por su aporte y servicio a tan noble causa.

El colegio comienza a funcionar en el salón de la Acción Católica, construido aledaño a la capilla, el que fue dividido por una pared de cartón formando dos aulas, en las cuales se impartiría desde preescolar hasta 4to grado y una tercera aula que ocuparía el local de la sacristía, en estas se impartía 5to y 6to grado. En cada aula funcionaban dos grados unos en la sesión de la mañana y los otro en la tarde. Incluso en ocasiones se utilizó la habitación del Padre, la cual se encontraba continua a la sacristía.

Desde el primer momento en el centro se empezó a impartir la preparación al ingreso a la segunda enseñanza, las cual se realizaba en el Instituto de Morón y un mes después de inaugurado el mismo se impartían clases nocturnas de Aritmética, Español e Instrucción General y por primera vez en violeta clases de Taquigrafía y Mecanografía, para jóvenes que no completaron el ciclo de estudios primarios.

Acto de graduación. En el centro el Sr. Ernesto Valle Valero, a su derecha la Sra. Beatriz Fernández, más conocida por Niñita. Foto Archivo histórico Comunidad Católica de Violeta.

A la hora de abrir la matricula anual la directiva de la escuela no preguntaba sobre la orientación política, religiosa y mucho menos social de los familiares, lo que hacía que concurrieran a sus aulas, alumnos procedentes de familias no católicas. Todo esto era independientemente del carácter confesional de la institución, la cual incluía dentro de su programa docente la asignatura de Religión, entendido como tal el catecismo o la doctrina de la Iglesia Católica. Tal fue el caso de la familia Yohena, procedente de Japón los cuales a pesar de profesar el Sintoísmo educaron a sus hijos en esta escuela y bajo los principios del catolicismo.

Esta escuela, fue oficializada ante la Superintendencia Provincial de Escuelas Primarias de Camagüey cuya inspectora la Sra. Elvira Paneque visitó reiteradamente el centro.

Posterior a la constitución de este colegio, abrió sus puertas, en el municipio de Morón, durante el Curso 1952 – 53 el Colegio Parroquial Félix Varela el cual también se conoció con el nombre de Santa Marta, el cual llego a contar con una matrícula de 220 alumnos y fue iniciativa del Padre Lázaro Fernández, sacerdote de dicha comunidad. Con la creación de este tercer colegio se completaba la existencia de los únicos de su tipo en la zona norte de la provincia de Ciego de Ávila.

Claustro de Profesores

Los primeros maestros de esta escuela serían: Candita Rey Martínez quien más tarde fuera sustituida por su hermana Ana Rey Martínez, Sara González Fables; Dalia Fernández y más tarde Berta Ojeda, en los grados de primaria; y el Padre Agustín Ferrero y Fernando Marín Zaá el 5to y 6to grado. El claustro de profesores estaba sujeto a un grupo de normas, las cuales perseguían un mejor desenvolvimiento en la labor educacional de estos maestros.

Claustro de profesores durante el acto de graduación y entrega de Diplomas. De izquierda a derecha Ana Rey; Sara González; Niñita; Padre Lázaro (Sacerdote de la Parroquia de Morón); el Sr. Ernesto Valle Valero, Padre Austin Ferrero; José M. López y Fernando Marín.

Desde su creación este centro va a mostrar un desarrollo considerable. Los ingresados eran en su mayoría hijos de obreros y empleados del Central, campesinos cercanos y pequeños comerciantes.

Principales rasgos que caracterizan al centro

Los alumnos adquirían dos uniformes uno para asistir a clases y el otro de gala para asistir a los desfiles y actos públicos. Ambos uniformes estaban formados por camisas y blusas de color azul claro, así como pantalón y corbata; zalla y lazo de igual color en un tono fuerte, al igual que el distintivo del centro.

Logotipo del Colegia Ntra. Sra. De las Mercedes. Foto Archivo histórico Comunidad Católica de Violeta.

En los casos de padres con bajos recursos se gestionaba con ellos una cuota que le fuera factible.

Los libros eran adquiridos por los alumnos en las librerías de Morón. En los casos de padres con bajos recursos estos se gestionaban con los padres de alumnos de grados anteriores.

Cada día al comenzar la jornada se realizaba un acto cívico donde se recitaban poesías y se hacía referencia a las efemérides patrióticas y religiosas.

Ya en el aula se hacia la señal de la cruz y se rezaba el Padre Nuestro, al iniciar y terminar la sesión.

Se repartía una boleta a los alumnos de padres católicos (la gran mayoría) para medir su asistencia a misa.

Se preparaba a los alumnos para recibir los sacramentos de Primera Comunión y Confirmación desde su incorporación al colegio.

Los días de preceptos los alumnos asistían a misa y no se impartía clases. Estos días eran Navidad; Semana Santa; Solemnidad de San Pedro y San Pablo; Inmaculada Concepción de María; Corpus Cristi; así como en la Fiesta Patronal.

Cuotas Mensuales

Los padres de los alumnos debían pagar mensualmente las cuotas por la matrícula de sus hijos en este centro, las cuales oscilaban desde: $ 2.50 en preescolar y 1er Grado llegando hasta $ 6.00 en 6to grado e ingreso al Bachillerato. Las clases nocturnas tenían un costo mensual de:

  • Mecanografía $3.00.
  • Ingles 5.00.
  • Instrucción General 5.00.
  • Curso de Bachillerato oscilaba desde $7.00 hasta $10.00.

Con estos ingresos se cubrían los gastos de salario de los maestros, el cual era de $60.00 mensual, excepto Fernando Marín Zaá, que percibía una remuneración de $ 110.00 por impartir clases nocturnas. Dicho profesor era recién graduado de Bachiller en Ciencias, había trabajado en cursos anteriores en centros de Sancti Spíritus, de donde era natal, siendo contratado para trabajar en el colegio teniendo a su cargo las clases nocturnas incluyendo Taquigrafía y Mecanografía . Este profesor de profesores, quien recibiera la distinción de “Joya de la pedagogía cubana”, a inicios de la década del 90 del siglo XX regresa a la comunidad católica asumiendo la responsabilidad de animador del grupo de la tercera edad donde desarrolla una importante labor en función de mejorar el nivel y la calidad de vida de estas personas.

Programa de Estudios

A continuación, se relaciona los programas de estudios para cada uno de los grados que se impartían en este centro con la excepción del 1er grado, ya que no se han encontrado, hasta el momento, evidencia de este.

Programa de Estudios

Este centro entre sus clases nocturnas ofrecía un curso de comercio con vista a preparar profesionalmente a quienes botaban por desempeñar alguna plaza en centros comerciales, como tiendas, bodegas, etc. Para este fin impartía las siguientes materias.

Programa de Estudios

No debe confundirse el curso de Comercio con el de Tenedor de Libros (contador) que nunca se desarrolló en esta institución. El curso de Tenedor de Libros era impartido por el profesor Pedro Valerón Mederos que, si bien era maestro de este centro, las clases de este curso, las realizaba en la academia que tenía en su casa al ser profesor adjunto a la Universidad Latinoamericana de La Habana.

Ampliación y modernización del Centro Educativo

Un año después (1951), la Directiva del Central Violeta, conocedora de la valoración y del impacto positivo que llevaba el centro, así como por medio de la influencia, de Niñita Torrontegui, al ser prima del Sr. Ricardo Fernández Aguilar, quien formaba parte del personal ejecutivo (tesorero) de la compañía Central Violeta Sugar Company, S. A. logra que la administración del Central Violeta cediera los terrenos que existían en la parte posterior del edificio religioso, construido desde 1940, y apoyara la construcción de dos aulas más en la que también se reflejó el aporte económico de los padres, aumentando los cursos a 7mo y 8vo grado (Enseñanza Secundaria), ya se contaba para entonces con cuatro aulas ,pero no era suficiente.

Recorte de un periódico en el que se publica la inauguración del Colegio, tras la ampliación de sus dos nuevas aulas. Foto Archivo histórico Comunidad Católica Violeta.

Para el curso escolar 1953 - 1954, gracias a la donación de Dionisio Belasco, importante ganadero de la zona, se construyó un edificio que contó con cinco aulas adicionales, techo de placa monolítica, servicio sanitario, excelentes ventanas y paredes con resistencia para una segunda planta.

Para la Educación Física se utilizaba el terreno que se encontraba al lado derecho de la iglesia y que colindaban con los pabellones dedicados al personal del área de fabricación de la industria azucarera. Posterior a 1959 en estos terrenos se construyó: la Sala de Video; el Joven Club de Computación y dos tiendas recaudadoras de divisa. Años más tarde, el Liceo construye una cancha de baloncesto en el solar que quedaba entre la escuela y esta Sociedad de Instrucción y Recreo, la cual también era utilizada por el colegio.

Con la incorporación de dos nuevos profesores (Pedro Valerón Mederos y José Manuel López Iribar) se estableció la enseñanza secundaria con el ciclo completo de 5 años, paras entonces la escuela contaba con una matrícula de 145 alumnos, de ellos 75 varones y 70 hembras . Tras este nuevo avance, alrededor del año 1955, el Instituto de segunda enseñanza de morón va a permitir que los alumnos examinaran cursando las clases en la Escuela Nuestra Señora de las Mercedes creándose así las condiciones que permitieron que un grupo de jóvenes de la localidad recibieran el título de Bachiller lo cual representó un hito destacado en esta comunidad.

Otras actividades del Colegio

Entre las actividades, extra docentes, que desarrollaba este centro, se encontraba el desfile hasta el busto de José Martí y el acto cívico, que cada 28 de enero, organizaba el colegio, en conmemoración al natalicio del Apóstol. A esta actividad se convocaba a la escuela pública “Centro Escolar” y al colegio “El Salvador” perteneciente a la Iglesia Metodista.

Vista del desfile organizado por el colegio cada 28 de enero. Foto Archivo histórico Comunidad Católica de Violeta.

Otra de estas actividades era la “Semana del niño”, la cual se realizaba un poco antes de terminarse el curso escolar, en la que se efectuaban múltiples acciones, tales como excursiones; charlas, con un marcado carácter vocacional, al incluirse temas sobre el magisterio o la conservación del medio ambiente, aunque en la época se usaba el término de la naturaleza. Tal fue el caso de dos laureles que se encontraban plantados en la Casa de Visita del Central, estos iban a ser eliminados por estar afectando las jardineras en los que se encontraban plantados, los alumnos de este centro los trasplantaron para el frente de la Iglesia Católica, en donde, majestuosamente, se conservan hasta la actualidad.

Al llegar el fin del curso académico, se realizaba un acto cívico – cultural, el cual representaba todo un acontecimiento, este era presidido por el Patronato y claustro de profesores al cual asistían los alumnos acompañados por sus padres y demás familiares, se entregaban los diplomas que acreditaban el nivel escolar alcanzado por el estudiante. Estos actos se desarrollaban fundamentalmente en la Sociedad Liceo Violeta y en el Cine de la localidad. Para su realización se distribuían bonos de cooperación por valor de $1.00 para financiar estos actos. Los programas, invitaciones y bonos se anexan a este trabajo.

En el mes de octubre del año 1955 se funda, en una de las aulas de esta escuela, la célula del movimiento 26 de julio . Esta aula fue prestada por el profesor José M. López, aprovechando que el Padre Agustín se encontraba de visita en el poblado de Nuevitas, en la provincia de Camagüey, a su regreso y puesto al corriente de lo sucedido, el presbítero, reprende al profesor antes mencionado, por tomarse facultades que no le correspondía y sobre todo por comprometer a la directiva de la escuela, poniéndola en una situación tan delicada. Es de destacar que el sacerdote no procedió a la denuncia de este hecho antes las autoridades civiles de la localidad.

Tarja conmemorativa de la fundación del movimiento del 26 de julio en un aula del colegio Ntra. Sra. De las Mercedes en Violeta. Foto Archivo histórico Comunidad Católica de Violeta.

Final de la historia, principio de otra

Posterior al 1 de enero de 1959 y tras la instauración del nuevo régimen político en el país, comienza, por parte del Estado, una serie de acusaciones a la educación privada en Cuba, sobre todo a aquellos centros educacionales que pertenecían a la Iglesia Católica. Como respuesta el 13 de febrero de 1959, el entonces Arzobispo de Santiago de Cuba, Monseñor Enrique Pérez Serantes, por medio de su escrito “La enseñanza privada” pregunta… “podrá decirse que ¿ser alumno de una escuela católica entraña un peligro para la sociedad?”…“De pasada diremos que el estado cubano en virtud de la misma Constitución está obligado a enseñar a nuestros niños las fuentes de la moral cristiana” . En el discurso pronunciado por Mons. Alberto Martin Villaverde, Obispo de Matanzas, en noviembre del propio año, en ocasión del “Congreso en defensa de la caridad”, advierte… “en este siglo se ha querido educar a los pueblos sin Dios, y el resultado ha sido de terribles proporciones”…más adelante continua… “El pueblo de Cuba sabe que el pueblo que reniega de Dios y de la Virgen se suicida” .

En vano fueron los señalamientos y advertencias de nuestros obispos ya que en el año 1961 el gobierno de la isla dicta la Ley de nacionalización de la enseñanza por medio de la cual en el mes de abril , de ese año, se pone fin a una de las ideas más revolucionarias que en materia de educación se habían forjado en el poblado de Violeta, desapareciendo el Colegio Nuestra Señora de las Mercedes y creándose en este edificio la escuela primaria Julio Sanguily, que cerró sus puertas posterior al 2012. En la actualidad el local es ocupado por oficinas de la Dirección Municipal de Educación.

Se conoce que a inicios de la década de 1960 fue destinada como maestra de la escuela rural que se encontraba en el poblado de “La Rea” a Zoila Teresita Grasso Cedeño, quien fue estudiante del Colegio Nuestra Señora de la Merced, graduada de Bachiller quien se desempeñaba, como maestra de música (piano), graduada en el conservatorio de música C.A. Peyrellede. Teresita, como se le conocía en la zona, fue de esos laicos que enfrento los enormes desafiaos acaecieron en el país posterior a 1959 por profesar con entera libertad su fe y pertenencia a la Iglesia Católica.

Al llegar a su nueva aula pudo constatar el precario mobiliario que existía en la misma por lo que pidió al Padre Torio (Sacerdote de Morón que atendía esta comunidad) que le cediera los pupitres que se encontraban en el aula que funcionó en la sacristía de la Iglesia. Ante la aprobación del Presbítero los muebles fueron trasladados hasta La Rea de esta forma la Iglesia Católica en el poblado seguía contribuyendo a difuminar la luz de la enseñanza.

Al concluir este estudio se conoció que la Iglesia Católica Nuestra Señora de la Merced continua su labor pedagógica al impartir, dentro de su institución y de forma gratuita, repaso de las asignaturas de español; matemática e inglés, a estudiantes de primaria y secundaria.

La matrícula en estas improvisadas aulas se realiza a solicitud de los familiares y el alumno no está sujeto a la formación religiosa de la entidad.

De esta forma la comunidad católica de Violeta continúa su legado de contribuir a la educación de las futuras generaciones.

Fuentes

  • Grasso González, Ferriol: Autor, Colegio Católico: Nuestra Señora de las Mercedes. Legado cultural de la Iglesia Católica en Violeta.
  • CARDENAS Riol, Tomas: Inventario general de los templos católicos de la diócesis de Ciego de Ávila. Tesis para optar por el grado de Master en Cultura Latinoamericana. Unidad docente del Instituto Superior de arte de Camagüey. 2008.
  • DOMÍNGUEZ Carbayo, Bernabé M.. Historia de la Iglesia Católica de Morón (1763 – 1996). Material Impreso. Archivo histórico Comunidad de Violeta.
  • LA VOZ DE LA IGLESIA EN CUBA, 100 documentos episcopales. Obra Nacional de la Buena Prensa, A.C. México, D.F. 1995.
  • MARÍN Zaá, Fernando. Apuntes sobre la educación el Central Violeta. Material mecanografiado.
  • MIRANDA de Varona, Tomás Ramón. Crónica en dos tiempos. Imago, año 3 Nro. 2. Ciego de Ávila. 1998
  • OBRA CIENTÍFICA DEL MUNICIPIO PRIMERO DE ENERO. Museo Municipal de Primero de Enero.
  • PAREDES, Juan Antonio: ¿Dónde está nuestro Dios? Dialogo del creyente con la cultura de hoy. Editorial San Pablo. Madrid, España, 1996.

SOSA Rodríguez, Enrique. Historia de la educación en Cuba, Tomo 1 y 2. Ed Pueblo y Educación. Ciudad de la Habana, 1997.