Colle di Vespignano

Giotto di Bondone
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Giotto di Bondonet.jpg
Giotto fue una figura notable del Renacimiento italiano en Europa septentrional.
Nacimiento1267
Florencia, Bandera de Italia Italia
Fallecimiento8 de enero de 1337
Florencia, Bandera de Italia Italia
OcupaciónPintor, escultor y arquitecto
Conocido porColle di Vespignano
Obras destacadasEscenas de la vida de San Francisco, La expulsión de los diablos de Arezzo

Giotto bondone . O Colle de Vespignano, Nació en las cercanías de Vicchio del Mugello, un pueblo cercano a Florencia. Era hijo de un campesino llamado Bondone, y pasó su infancia como pastorcillo en los campos. Si bien la mayoría de los autores cree que se llamaba en realidad Giotto di Bondone, otros opinan que su verdadero nombre de pila era Ambrogio o Angelo, y que el nombre por el que es conocido, Giotto, no sería más que un diminutivo, derivado de Ambrogiotto o Angelotto.

Síntesis biográfica

Infancia y Aprendizaje

Giotto nació, según las fuentes más creíbles, en Colle de Vespignano, en las cercanías de Vicchio del Mugello, un pueblo cercano a Florencia. Según su principal biógrafo, Giorgio Vasari, era hijo de un campesino llamado Bondone, y pasó su infancia como pastorcillo en los campos. Si bien la mayoría de los autores cree que se llamaba en realidad Giotto di Bondone, otros opinan que su verdadero nombre de pila era Ambrogio o Angelo, y que el nombre por el que es conocido, Giotto, no sería más que un diminutivo, derivado de Ambrogiotto o Angelotto. Existen controversias acerca de su año de nacimiento, aunque lo más probable es que naciera en 1266 o 1267. Estas fechas se deducen de la afirmación del cronista florentino Antonio Pucci, que dice que Giotto murió a los setenta años de edad en 1337 (año del calendario florentino, que se iniciaba el 25 de marzo). El día exacto se desconoce.

Según sus biógrafos, fue discípulo del pintor florentino Cimabue, el artista más conocido de su época. Vasari relata el modo en que el pequeño de 11 años demostró por primera vez su talento artístico: cuenta que, estando el niño al cuidado de unas ovejas, mataba el tiempo dibujando a una de ellas sobre una piedra plana con una tiza. Acertó a pasar por allí Cimabue, quien, impresionado por el talento natural de Giotto —que había dibujado una oveja tridimensional, tan natural y perfecta que parecía viva—, lo acompañó hasta su cabaña y consiguió convencer al padre de que le dejara hacer del muchacho su aprendiz.

Otra versión de la biografía de Giotto manifiesta que su padre lo mandó a Florencia para que trabajase como aprendiz con un mercader de lanas. El joven, muy interesado en el arte, tomó la costumbre de visitar el estudio de Cimabue para ver a los artistas trabajar. Ansioso de incorporarse al taller, insistió tanto a su padre que al fin se le permitió aprender con el gran maestro.

Vasari refiere que Giotto era un aprendiz divertido y bromista, a tal punto que en una ocasión pintó una mosca en la naríz de un retrato. Su técnica era tal que Cimabue intentó espantarla con la mano antes de darse cuenta de que estaba pintada. Esta anécdota de juventud presagia ya la técnica característica de Giotto, que lo capacitaba para pintar figuras casi reales. natal, donde se dedicó a la pintura (Retablo Paumgärtner) y sobre todo al grabado.

Carácter y costumbres

Giotto era un hombre campechano y de vida hogareña, gran conversador y de ánimo bromista. Casado, dejó seis hijos que lo sobrevivieron. Fue poco amigo de dispendios y gastos inútiles. Esta costumbre, junto con los buenos precios que obtuvo por sus obras, le permitió ahorrar su dinero —al revés que la mayor parte de sus colegas— y morir como hombre rico.

Se relacionaba con soltura tanto con los ricos y nobles como con los hombres del pueblo: se sabe que tuvo mucha confianza con el papa Bonifacio y el rey Roberto I de Nápoles escribió de él que era su "gran amigo". Existe una tradición según la cual Dante Alighieri fue también su amigo, y le habría visitado durante la realización de los frescos de la capilla de los Scrovegni, pero no ha podido ser confirmada por fuentes fiables. En todo caso, en la "Divina Comedia", Dante afirma que Giotto fue superior a su maestro Cimabue. Boccaccio lo retrata en el Decamerón y en el año 1400 Cennino Cennini escribió que "Giotto tradujo el arte de la pintura del griego al latín".

Influencia

La obra de Giotto ha trascendido en el tiempo y en la generación posterior a su muerte se extendió la influencia de su estilo, cristalizando en las obras de todos los pintores que le siguieron. La estrella del florentino no declinó sino hasta el gran auge del gótico, pero, aún pasado éste, siguió influyendo e inspirando la obra de otros formidables artistas como Masaccio y Miguel Ángel. Fue citado como ejemplo de excelencia pictórica por el Marqués de Santillana en una Canción dedicada a la reina Isabel de Portugal

Viajes a Italia y Cargos Públicos en los que se desempeño

Maestà di Ognissanti (c. 1310). Témpera sobre madera, 325 x 204 cm. Galería Uffizi, Florencia. Giotto viajó por casi toda Italia, ejecutando docenas de retratos de príncipes, nobles y dignatarios eclesiásticos en su ciudad natal, Nápoles y Roma. Las capillas Peruzzi y Bardi de la Iglesia de la Santa Cruz muestran sus frescos.

En el año 1334, la ciudad de Florencia decidió honrar al gran pintor: se le otorgó el título de magister et gubernator ("maestro y gobernador") de la Obra de Santa Reparata, que se encargaba de las obras de la catedral, así como arquitecto en jefe de la ciudad y superintendente de obras públicas. En esta última etapa de su vida, Giotto diseñó el famoso campanile ("campanario") de la catedral de Florencia, cuya construcción se inició en ese mismo año de 1334, pero que no pudo ver concluido. Según Ghiberti, los bajorrelieves del cuerpo inferior del campanario fueron también obra suya. Curiosamente, aunque finalmente el campanile no se construyó de acuerdo con sus proyectos, es universalmente conocido como "campanile di Giotto".

Obras

Cuando Giotto promediaba la treintena, su fama había trascendido las fronteras de Florencia y se extendía ya por toda Italia, a tal punto que el papa Bonifacio VIII le envió un mensajero para pedirle algunas muestras de su arte, con la intención de ver por sí mismo si el renombrado pintor era digno de recibir propuestas para trabajar en Roma. Según Vasari, Giotto tomó un lienzo blanco en presencia del recadero, hundió su pincel en pintura roja y, con un solo trazo continuo, dibujó a mano alzada un círculo geométricamente perfecto, diciendo al hombre: "La valía de este trabajo será reconocida". Escribe Vasari: "Cuando el papa vio el lienzo, percibió instantáneamente que Giotto era superior a todos los demás pintores de su tiempo".

La Capilla de los Scrovegni

Artículo principal: Capilla de los Scrovegni

"Joaquín expulsado del Templo", primera escena del ciclo narrativo de la Capilla de los Scrovegni.

Sin embargo, hay unanimidad en atribuir a Giotto el notable ciclo de frescos de la Capilla de los Scrovegni, en Padua, ya que existen varios testimonios del mismo siglo XIV que así lo confirman. Los frescos de esta capilla son considerados por los críticos el momento culminante de la madurez artística de Giotto.

El edificio, también conocido por el nombre de Capilla de la Arena, por estar construido sobre las ruinas de una "arena" o anfiteatro, fue construido por Enrico Scrovegni como penitencia para expiar los pecados de su padre, un conocido usurero —que también fue retratado por Dante en la Comedia en términos no muy halagüeños—. La construcción de la capilla comenzó en 1303. La opinión más extendida es que Giotto empezó a pintar los frescos dos años más tarde y los concluyó en 1306. Los frescos cubren por entero la única nave de la capilla: la pared occidental, a los pies del templo, está cubierta con un "Juicio Final", el arco de la cancela muestra una "Anunciación" y las áreas principales de las paredes tienen tres filas de pinturas que representan escenas de la vida de la Virgen y sus padres —Santa Ana y San Joaquín— y escenas de la vida de Cristo. Bajo estas escenas pueden verse alegorías, es decir, figuras humanas que personifican las Virtudes y los Vicios, pintadas en monocromía, simulando ser esculturas.

Las figuras de la secuencia narrativa principal están hechas a media escala, pero el concepto de Giotto es tan grandioso y potente que, en la reproducción de un libro, por ejemplo, parecen de tamaño natural. Presentan un sentido tridimensional y una presencia física completamente desconocidas en la época en que fueron realizadas, evidenciando la capacidad del artista para retratar un sentimiento de "peso moral" más que el esplendor religioso o divino.

Es muy posible que Giotto basara su trabajo en experiencias personales, y ningún otro artista ha conseguido mostrarse tan convincente en la tarea de dirigirse directamente al núcleo de la historia que relata y expresarla con gestos y expresiones tan perfectamente claras y reconocibles. La Capilla de los Scrovegni posee una réplica oficial que ha sido expuesta en muchos países; y, por ejemplo, llegó al Perú, en el 2004, y se expuso en el Museo de Arte Italiano

La Vida de San Francisco

«El homenaje de un hombre sencillo», primera escena de los frescos de la Vida de San Francisco, en Asís.

«La donación de la capa», segunda escena, 1297-1299, fresco, 270 x 230 cm, iglesia superior, basílica de San Francisco, Asís. El segundo ciclo de frescos de importancia asociado o atribuido a Giotto es la "Vida de San Francisco" en la iglesia superior de San Francisco de Asís. Si el autor fue en verdad Giotto no es solamente uno de los mayores problemas que enfrentan los expertos, sino también una de las mayores controversias de la historia del arte. Los frescos de San Francisco son, evidentemente, obra de un pintor de enorme talento. Sus retratos íntimos y humanos han definido, en realidad, la imagen popular que se tiene del santo. Pero existen, sin embargo, grandes diferencias técnicas y estilísticas entre estas obras y las de la Capilla de los Scrovegni. Ellas han hecho que muchos críticos se nieguen, aún hoy en día, a aceptarlas como obras del mismo artista. Los intentos de atribuir a Giotto otros frescos de la ciudad de Asís han producido disputas similares entre los estudiosos de su obra.

En la actualidad, sin embargo, son mayoría los estudiosos que consideran segura la autoría de Giotto, si bien admiten que habría contado con amplia colaboración de los miembros de su taller. No hay acuerdo en cuanto a la cronología de la obra, pues, aunque es mayoritaria la datación en los primeros años del siglo XIV, hay autores que retrotraen la fecha hasta 1291-1292. Hay acuerdo en cuanto a que se trata de una obra anterior a la de la Capilla de los Scrovegni.

Los frescos cubren la parte inferior de tres de las paredes del templo, las dos laterales y la interior de la fachada, a ambos lados de la puerta. Se trata de 28 episodios de la vida del recientemente canonizado Francisco de Asís, siguiendo el relato de la Legenda maior de San Buenaventura.

La Santa Croce de Florencia

Las pinturas de la basílica de la Santa Croce (Santa Cruz) de Florencia, por el contrario, gozan de mayor consenso entre los expertos, que coinciden en general en atribuirlas al pincel de Giotto. Posiblemente las cuatro capillas sean suyas, y los frescos de las capillas Peruzzi y Bardi han sido fechadas en o alrededor de 1320, cuando el pintor estaba en la ciudad. Algunos de los frescos no se encuentran bien conservados, ya que se intentó lavarlos en el siglo XVIII, pero algunos de la capilla de los Bardi siguen siendo tan impresionantes como en la fecha en que se hicieron.


En la capilla Peruzzi están representadas escenas de la vida de San Juan Bautista y de San Juan Evangelista. En la capilla Bardi, en cambio, los frescos representan escenas de la vida de San Francisco de Asís.

Pinturas

"La Desesperación", Capilla de la Arena. El arte de Giotto fue extremadamente innovador y es considerado precursor de la evolución que poco después llevó al Renacimiento. Sus obras fueron el punto de inflexión entre el arte bizantino de la Baja Edad Media y el mucho más realista y humanista que floreció en el Renacimiento.

Las figuras planas y simbólicas del Bizantino dieron lugar a las modeladas e individuales en perspectiva. Giotto adoptó el lenguaje visual de la escultura al darles volumen y peso. La comparación entre la Madonna de Giotto y la de su maestro Cimabue nos muestra por qué sus contemporáneos consideraban sus pinturas como "milagros del naturalismo".

Al igual que los demás artistas de su tiempo, Giotto carecía de los conocimientos técnicos de anatomía y teoría de la perspectiva que los pintores posteriores se acostumbraron a aprender. Independientemente de ello, los que sí poseía eran infinitamente superiores a los de los que lo precedieron e imitaron.

Con sus composiciones de profunda emotividad, Giotto es el gran iniciador del espacio tridimensional en la pintura europea, tratando con un nuevo espíritu los temas religiosos que dominaron el arte medieval. Su estilo se caracteriza por una frescura y una vida inesperadas, por lo que los críticos hablan de la emoción humana y una carga de todo lo que es importante para el ser humano como las más claras peculiaridades de sus trabajos.

Al concentrarse en estos conceptos esenciales, Giotto fue capaz de crear impresionantes imágenes de gente bajo presión, personas en crisis y hombres en los que se percibe claramente que están tomando gravísimas decisiones espirituales. Los pintores modernos, que a menudo han utilizado a las obras del florentino como fuente de inspiración, dicen haber encontrado en él una forma de aproximación directa a la más íntima e intrincada experiencia del espíritu humano. Esta característica es intemporal y ha seguido siendo válida para todas las épocas posteriores a la suya.

Muerte

Falleció el 8 de enero de 1337, antes de poder ver terminadas las obras del campanile. Fue enterrado en Santa Reparata, con grandes honores por parte del comune (ayuntamiento) de la ciudad, lo cual era muy inusual en la época. Se trata de un caso prácticamente único entre los pintores de su tiempo: el reconocimiento de que gozaba era tan grande que fue enterrado con honores de noble y dignatario político, algo impensable para un artista, a los que en aquel tiempo se consideraba meros artesanos.

Fuentes