Colonia Cumberland

Colonia Cumberland
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Creación de una colonia inglesa en la bahía de Guantánamo.
Fecha:23 de julio a 27 de noviembre de 1741


Colonia Cumberland. En 1741 una poderosa expedición británica, capitaneada por el vicealmirante Edward Vernon y el general Wenworth, se apoderó de la bahía de Guantánamo, donde establecieron una colonia que llamaron Cumberland. La resistencia de las milicias hizo fracasar a los invasores.

Localización

Los ingleses desembarcaron en la playa de Conde, en la bahía de Guantánamo, y en lo que hoy es el poblado de Caimanera fundaron un poblado que llamaron Cumberland Harbour, conocido en Cuba como Colonia Cumberland. También establecieron fortificaciones en la propia playa de Conde y en lo que hoy se conoce como la Loma de los Ingleses. Toda esa zona y en general los alrededores de la bahía de Guantánamo estaban deshabitados en esa fecha.

Contexto

La Guerra de Sucesión Española (1713-1714) rompió la hegemonía española en Europa y fortaleció las ambiciones de los ingleses de apoderarse de algunas colonias españolas en América, y especialmente los puertos de Santiago de Cuba y La Habana. Entre 1739 y 1748 se libró en Las Antillas en la llamada Guerra del Asiento (también conocida como Guerra de la Oreja de Jenkins), en la que se enfrentaron las flotas y tropas del Reino de Gran Bretaña y del Reino de España.

Fue una guerra muy cruenta que incluyó el primer ataque a La Guaira (22 de octubre de 1739), el primer ataque a Puerto Bello (actual Portobelo, en Panamá), (20-21 de noviembre de 1739), el sitio de Cartagena de Indias (1741) en el que fue derrotada una flota británica, la destrucción de Portobelo el primer ataque a Cartagena de Indias (13-20 de marzo de 1740), la destrucción de la fortaleza de San Lorenzo el Real del Chagres, cerca de Portobelo (22-24 de marzo de 1740), el tercer ataque a Cartagena de Indias (13 de marzo-20 de mayo de 1741), y la incursión en la bahía de Guantánamo (1741). En lo sucesivo se realizaron pocas acciones, hasta la firma del Tratado de Aquisgrán en 1748.

Los británicos habían elegido Cuba (la mayor y más importante de las Antillas) como una de sus metas iniciales, pero el plan de conquistarla se fue sustituyendo por los intentos de tomar Portobelo y Cartagena de Indias, pero tras los fracasos decidieron retomar la empresa de Cuba. El plan inicial incluía la toma de Santiago, donde se establecería una base desde la que poder bloquear el Paso de los Vientos situado entre Cuba y La Española.

En septiembre de 1739 hubo un intento inglés de penetrar en La Habana, pero fueron rechazados. Después de de fracasar al siguiente año ante Cartagena de Indias, en junio de 1740 el vicealmirante Edward Vernon, acompañado del general Wenworth tanteó de nuevo las defensas de La Habana, pero la activa resistencia organizada por el gobernador Juan Francisco Güemes Horcasitas, lo persuadió de que era mejor bloquear la ciudad y capturar cuanta nave intentara entrar a puerto.

Dos meses duró el bloqueo, antes de que el vicealmirante decidiera retirarse a su base de Jamaica no sin antes recalar en la deshabitada bahía de Guantánamo, donde permaneció poco tiempo, hostigado por las milicias locales. Esta fue su primera incursión en Guantánamo, que repetiría un año después.

Inicio de las acciones

La poderosa expedición salió el 1 de julio de 1741 Jamaica y se dirigió contra Santiago de Cuba. Estaba integrada por una flota de 9 navíos de línea y otras tantas fragatas y 40 buques de transporte, capitaneada por el vicealmirante Edward Vernon. La tropa constaba de 3 400 soldados dirigidos por el general Thomas Wentworth, incluido un regimiento de voluntarios norteamericanos bajo el mando de Lawrence Washington. La presencia de una gran guarnición en la ciudad impidió tomarla mediante un ataque directo. En su lugar, las naves se dirigieron hacia el este, hacia la bahía de Guantánamo, ya conocida por Vernon.

El nuevo plan establecía esta vez la construcción de una base al norte de la bahía, desde la cual invadir Guantánamo como base de partida para asaltar Santiago de Cuba por tierra y, posteriormente, apoderarse de toda Cuba. El día 18 los ingleses desembarcaron en la playa de Conde, en la bahía de Guantánamo, conocida por Walthenam por los ingleses, hasta que el 23 de julio de 1741 la rebautizaron como Cumberland Harbour.

Tanta era la seguridad de los invasores en su victoria, que el gobernador Stanley, de Massachusetts, ofreció tierras cubanas a los futuros colonizadores. Allí fundaron la colonia de Cumberland, en honor al hermano del rey Jorge II, patrocinador de la empresa, levantaron un pueblecito en lo que hoy es Caimanera y varias fortificaciones en playa de Conde, loma de Los Ingleses, y cerro Guayabo, creando condiciones para asaltar Santiago de Cuba por tierra, ya que hacerlo forzando la boca del puerto era muy riesgoso debido al fuego de las baterías del Morro y la Socapa, como lo comprobaría otro notorio almirante inglés, Charles Knowles, en 1748.

El fracaso de la invasión

Capturar Santiago era solo la parte inicial de un plan mucho más ambicioso para apoderarse de toda la Isla, según las instrucciones recibidas de Su Majestad Británica, como lo reveló Vernon a Wenworth en carta del 28 de julio de 1741. Simultáneamente, naves británicas bloquearon la escuadra española del almirante Rodrigo de Torres en La Habana y se apoderaron del control del paso de los Vientos y el estrecho de Yucatán, creando así un régimen operativo favorable a la navegación comercial inglesa y totalmente desventajoso para la española, que no podía aventurarse en el Caribe ni en el Golfo de México.

El gobernador de Santiago, Juan Francisco Cagigal de la Vega, a la usanza del arte militar español de la época, dejó a sus 200 soldados regulares al abrigo de fortalezas y cuarteles, y envió contra los ocupantes a unos mil milicianos, buena parte de los cuales se los había enviado el capitán general Güemes Horcasitas desde distintos puntos de la Isla. Además, retiró el ganado de la región y cortó el suministro de agua.

Ya en julio Wentworth daba por fracasada la iniciativa, hecho que le valió una reprimenda por parte de Vernon. Acosado por los guerrilleros, Vernon presionó a Wenworth para que forzara una decisión marchando sobre Santiago, como había tenido que hacerlo antes para ocupar sin resistencia Santa Catalina de Guantánamo, pero esta vez las acciones guerrilleras de los tiradores de Tiguabos, mandados por el capitán Pedro de Hornedo y las emboscadas del capitán Limonta en el camino de las Filipinas, causaron sensibles pérdidas al destacamento de 150 norteamericanos y esclavos que mandaba el comandante Dunster como vanguardia y lo hicieron retroceder a su base de partida. El fracaso de Dunster llevó a Vernon a explorar la defensa naval de Santiago, acción que dirigió personalmente, pero las fortificaciones y baterías le parecieron demasiado formidables para intentar el asalto.

A principios de agosto, los jefes de divisiones y brigadas suscribieron un Round Robin (acuerdo) en el que comunicaban a Vernon que el ejército se estaba desintegrando por efectos de la malaria, que había perdido totalmente su capacidad combativa y que estaba propenso a su total aniquilamiento por la epidemia de fiebre amarilla que “seguramente vendría en un futuro muy próximo”, argumentos que intentaban ocultar su incapacidad para vencer la resistencia que les oponían las guerrillas, los mismos que 127 años más tarde esgrimirían los españoles para justificar su impotencia ante los mambises.

Después de cuatro meses de fracasos y dilaciones, el número de bajas británicas por combates, enfermedades y alcoholismo llegaba a 2 000. El 7 de octubre de 1741, Vernon celebró un consejo militar en el que reconoció tácitamente su derrota y decidió reembarcar, lo que comenzó a hacer el 20 de noviembre y terminó una semana después.

Hechos posteriores

Después de Guantánamo, la flota británica continuó bloqueando el puerto de Santiago hasta el mes siguiente. Posteriormente, el grueso de las naves regresó a la base jamaicana de Port Royal, mientras que unos pocos barcos se dirigieron al Paso de los Vientos para realizar actividades de corso, y otros fueron enviados a vigilar a la flota española de La Habana.

Cuba no volvería a tener un papel relevante en la guerra hasta 1748, año en que el contralmirante británico Charles Knowles dejó Jamaica con la intención de interceptar la Flota de Indias en su viaje desde Veracruz a La Habana. Tras rondar durante varios meses las costas de la isla, la escuadra de Knowles se enfrentó finalmente con la flota de La Habana mandada por el general Andrés Reggio el 1 de octubre en el canal de las Bahamas. Este enfrentamiento terminó sin un claro vencedor.

Posteriormente, Knowles puso rumbo a La Habana, donde el 12 de octubre se topó casi por casualidad con una pequeña escuadra española de 6 barcos dirigida por Reggio y el también general Benito Spínola. A pesar de su superioridad, la flota británica sólo pudo hundir un barco y dañar lo suficiente otro como para obligar a su propia tripulación a incendiarlo. Las otras cuatro naves españolas regresaron a La Habana. Knowles, no obstante, consideró que no lo había hecho mal y mandó un informe a Londres diciendo que se disponía a capturar la Flota de Indias. Para su sorpresa, lo que recibió fue una reprimenda, ya que los gobiernos británico y español habían firmado la paz pocos días antes.

Fuentes

  • Arcadio Ríos. Hechos y personajes de la Historia de Cuba. Recopilación Bibliográfica. La Habana, 2015. 320 p.
  • FAR. Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba. Primera parte (1510-1898). Tomo III. Centro de Historia Militar de las FAR. La Habana, 2006.