Combate de El Naranjo (1878)

Combate de El Naranjo
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Enfrentamiento de fuerzas de Antonio Maceo con una columna española.
Fecha:6-10 de febrero de 1878


Combate de El Naranjo. Del 6 al 10 de febrero de 1878, fuerzas del Ejército Libertador, bajo el mando directo del entonces brigadier Antonio Maceo, combatieron contra una columna española de 250 efectivos. Esta acción se conoce con varios nombres como: Arroyo Naranjo, San Ulpiano, Aguas de El Naranjo, y Estancias de El Naranjo.

Localización

El Naranjo era un lugar ubicado a unos 15 km al noroeste de Mayarí Arriba, antigua provincia de Oriente. Es una zona semimontañosa, con arroyos y corrientes no permanentes que bajan desde las partes altas.

Contexto

La guerra iniciada en 1868 por Carlos Manuel de Céspedes estaba llegando a su término, aunque algunos jefes mambises todavía luchaban tenazmente. El Pacto del Zanjón, que ponía fin a la contienda fue firmado el 10 de febrero de 1878. Fue precisamente en esos días en que se produjeron las acciones de El Naranjo por Antonio Maceo, que se oponía al pacto y deseaba continuar la guerra, lo cual proclamó en la Protesta de Baraguá.

Desarrollo

La columna española estaba integrada por 250 efectivos del Batallón de Cazadores de San Quintín No. 11 y unos 30 guerrilleros (escuadras de cubanos que combatían al servicio de las fuerzas españolas), todos de infantería. La columna estaba bajo el mando del Coronel Pascual Sanz Pastor y su segundo era el Comandante Fidel Alonso de Santocildes.

El fuego comenzó en el sitio conocido como Aguada de la Ceiba, cuando los exploradores enviados por Antonio Maceo trabaron combate con la vanguardia enemiga dirigida por el capitán Matías Llorente. Desde el primer momento el combate se caracterizó por ser muy reñido, lo que se demuestra en el hecho de que el cuerpo del Comandante del Ejército Libertador, Elías Pérez, herido gravemente al inicio de la acción, pasó ocho veces de manos del enemigo a las cubanas y viceversa, hasta expirar en brazos de sus hermanos. Al caer la noche ambos grupos contendientes, extenuados, acamparon a menos de 50 metros uno del otro.

No obstante, Maceo ordenó hostilizar toda la noche al enemigo mediante el relevo de guerrillas. Los cubanos lograron apoderarse de un correo enviado por el jefe español al Comandante General de Santiago de Cuba, en el cual le informaba de su difícil situación, con 30 bajas, escasas municiones y sitiado por los insurrectos. Maceo decidió entonces acelerar la derrota del enemigo antes de que le llegaran los refuerzos.

El combate se reanudó con vigor durante los días 8 y 9 de febrero, en el último apenas le quedaban a los españoles 70 hombres con capacidad para combatir, pues los demás habían muerto o estaban heridos. Además, el hambre y la sed debilitaban a los valientes españoles del Batallón de San Quintín, que cada vez que eran conminados a la rendición contestaban:

"¡San Quintín muere, pero no se rinde!"

En la mañana del día 10, cuando Maceo se aprestaba a ordenar el asalto final, los toques de corneta anunciaron la llegada de una columna integrada por batallones de los regimientos de Chiclana y Holguín, bajo el mando del Coronel Juan Salcedo, que protegieron la retirada de los sitiados, en los que solamente quedaban 25 hombres ilesos. Sus bajas fueron 245, entre muertos y heridos; de ellos 10 oficiales. De los cubanos los muertos fueron tres, entre ellos dos oficiales, y cinco heridos. El mismo día que concluía esta acción con la brillante victoria de las armas cubanas, en Camagüey se firmaba el Pacto del Zanjón.

Fuentes

  • Arcadio Ríos. Hechos y personajes de la Historia de Cuba. Recopilación Bibliográfica. La Habana, 2015. 320 p.
  • José Luciano Franco. Antonio Maceo. Apuntes para una historia de su vida, 3 t., La Habana, 1973. Págs. 123-124.
  • Enrique Ubieta. Efemérides de la revolución cubana, 4 t., La Habana, 1920. Págs. 220-266.
  • Bernardo Callejas. Batallas mambisas famosas, La Habana, 1979. Págs. 203-205.