Combate de La Estacada

Combate de La Estacada
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Ataque de una columna española a una concentración de fuerzas al mando de Antonio Maceo.
Fecha:12 de julio de 1871


Combate de La Estacada. El 12 de julio de 1871, una fuerte columna española de las tres armas, integrada por unos 2 000 hombres de los batallones de Cazadores de Reus, Ingenieros y Cazadores de San Quintín, así como otras fuerzas bajo el mando de los coroneles Valera Heredia y Cañizal, y mando superior del general Carlos Palanca, atacó una concentración de fuerzas de la División Cuba del Ejército Libertador, bajo el mando del teniente coronel Antonio Maceo que, por orden del jefe de la División, mayor general Máximo Gómez, se habían reunido en este lugar.

Localización

El lugar que era conocido como La Estacada se encontraba a unos 28 km al noroeste de la ciudad de Guantánamo, en el actual municipio de El Salvador. Es una zona de relieve montañoso, en esa época cubierta de bosques y matorrales.

Contexto

El 20 de julio de 1870, tras la muerte de Donato Mármol, Máximo Gómez ocupó la jefatura de la División Cuba, que abarcaba las jurisdicciones de Baracoa, Guantánamo, Santiago de Cuba y El Cobre. Ese año respondió a los anuncios de pacificación del gobierno colonial con las acciones de Río Abajo, El Mijial, Pinalito, Majaguabo, El Cristal, Ti Arriba, Nuevo Mundo y La Socapa. El 4 de enero de 1871 atacó a Guisa. En julio preparó la invasión y campaña de Guantánamo, el día 6 de ese mes libró el combate de Loma de la Galleta, y el 12 el de La Estacada. Esa campaña se extendió hasta mayo de 1872.

Desarrollo

La ofensiva de la columna española contra la agrupación de tropas cubanas se inició a las 07:00 horas. Las características del terreno favorecían a las fuerzas patrióticas, pues el sitio solo tenía acceso practicable por una vía muy estrecha. Esto impedía al enemigo cualquier maniobra de envolvimiento o flanqueo, por lo que el jefe español ordenó que una tropa de 200 hombres intentara el asalto por la retaguardia de la posición cubana, con el apoyo de la artillería y de una tropa de unos 150 efectivos dislocada en una elevación del flanco derecho de los insurrectos.

El combate se prolongó durante todo el día. Los repetidos asaltos de los efectivos coloniales fueron rechazados por los cubanos mediante el fuego y el empleo de grandes piedras lanzadas desde las alturas, en especial cuando el enemigo avanzaba por el frente de la posición atacada. Con la llegada de la noche el ataque quedó suspendido, ocasión que aprovecharon los patriotas para replegarse dejando falsos rastros y fraccionando las fuerzas con vistas a concentrarse nuevamente en el mismo punto cuando el adversario lo abandonara.

En esta acción los españoles tuvieron 11 muertos y 13 prisioneros, y se le ocuparon varias armas largas y otros efectos. Posteriormente, cuando Gómez recibió el parte, consideró que debió evitarse porque comprometía la invasión a la zona guantanamera, pero como escribió tiempo después, era muy difícil pretender que hombres del calibre de los Maceo, Prado, Paquito Borrero y otros bravos que allí se encontraban, se resignaran a no enfrentar al enemigo.

Fuentes

  • Arcadio Ríos. Hechos y personajes de la Historia de Cuba. Recopilación Bibliográfica. La Habana, 2015. 320 p.
  • Colectivo de autores. Mayor general Máximo Gómez. Sus campañas militares, La Habana, 1986. Tomo I. Págs. 50-51.
  • Urbano, Margarita y Bernardo Gómez Toro. Archivo del mayor general Máximo Gómez, v. 1, tomo único, época primera, Guerra de los Diez Años, La Habana, 1959. Pág. 78.
  • Abelardo Padrón Valdés. Guillermón Moncada. Vida y hazañas de un general, La Habana, 1980. Pág. 31.
  • José Luciano Franco. Antonio Maceo. Apuntes para una historia de su vida, 3 t., La Habana, 1973. Tomo I. Pág. 59.